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Los expertos advierten: «El derrumbe de edificios será cada vez más frecuente»

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València, 26 ago (EFE).- El investigador José Miguel Adam alerta de que colapsos como el que ha derrumbado el edificio de Peñíscola, saldado de momento con un muerto, un herido y una mujer desaparecida, son «cada vez más frecuentes» y sus causas principales son el envejecimiento, el cambio climático y la acción humana.

Miembro del Instituto de Ciencia y Tecnología del Hormigón de la Universidad Politécnica de Valencia (CITECH-UPV), este experto incide en declaraciones a EFE en que hay otros casos recientes como el derrumbe de un edificio privado en Miami, fallos en puentes o la explosión en un inmueble en Madrid «que no se cayó de milagro».

Apunta que en una infraestructura pública es más fácil que la entidad propietaria haga el mantenimiento, pero en una comunidad de vecinos «es más delicado porque implica pedir dinero al propietario de la vivienda para una inspección cuando a primera vista parece estar bien; cuesta mucho concienciar a la propiedad privada para que actúe».

«Actualmente tenemos conocimiento, técnicas y herramientas para evitar estos colapsos. Desde que hubo el colapso de las Torres Gemelas la investigación en propagación de fallos y mantenimiento ha crecido exponencialmente, pero por desgracia hace falta concienciar, sobre todo, al sector privado», sostiene.

Respecto al derrumbe de Peñíscola, asegura que con 30 años «no se puede decir que el edificio pueda presentar síntomas de envejecimiento» aunque hay que tener en cuenta que está muy cerca de la costa y «el ambiente marino para cualquier construcción no ayuda y acelera el proceso de corrosión de las herraduras del hormigón».

Explica que el tipo de construcción «no es la más habitual, consistente en entramados viga-columnas sobre los que se apoyan los pisos», sino que es un «concepto diferente, aunque igualmente válido, caracterizada por muros portantes sobre los que se apoyan los elementos horizontales, que son donde vive la gente».

Por las fotografías que ha podido ver, Adam confirma que «ha habido un daño inicial en una zona, que se ha propagado al resto de la construcción. Esto es lo que se denomina un colapso progresivo, que es un efecto dominó».

«Lo que ahora toca averiguar es por qué se ha producido ese fallo inicial en la construcción. Cuando trabajamos con este tipo de colapsos las causas vienen por una explosión terrorista o de gas, impacto de vehículos… pero aquí esto no se ha dado y habrá que ir más allá y ver qué ha ocurrido», resalta.

Según el investigador, «se podría hablar de que el fallo inicial se pueda haber localizado en alguno de los muros cortantes, bien por problema de cimentación, ya que ha habido lluvias recientes, o un problema de detalle constructivo y que la unión entre elementos horizontales y el muro cortante no sea el adecuado», aunque eso a su juicio sería «aventurar mucho».

Detalla que en la mayor parte de los casos de colapsos la causa es el envejecimiento, pero el cambio climático «tiene que ver y mucho» con el aumento de estos colapsos porque «cada vez hay más tornados, huracanes y lluvias torrenciales; más elementos extremos que lo propician».

Para evitar la propagación de fallos en edificios, Adam lidera un proyecto que ha obtenido financiación de 2,5 millones del Consejo Europeo de Investigación para construir edificios más seguros y robustos que acaben con los colapsos al aislar solo las zonas afectadas y evitar el efecto dominó.

La clave del proyecto Endure reside en una propuesta de diseño de edificios basadas en «segmentarlos y unir las diferentes partes con fusibles estructurales, para evitar que si el fallo es muy grande y afecta a varias zonas, no se propague».

«Funciona como en la corriente eléctrica. Si funciona bien hay continuidad, pero si hay una alteración, se rompe el fusible y deja pasar la corriente pero no se rompe ni la televisión ni el frigorífico», compara.

Apunta a EFE que «son dispositivos inteligentes que en situaciones normales nadie se entera de que existen, e incluso si afectara a una columna, daría continuidad; pero si el fallo es tan grande como para llevar al traste a todo el edificio, se activa el fusible y separa la parte con el daño inicial del resto».

El proyecto acaba de empezar y está en la fase de cálculos matemáticos, según Adam, que asegura que los fusibles podrán estar listos en dos años, que en 2022 será la fase experimental y laboratorio y en la fase final, construirán dos edificios a los que someterán a escenarios extremos. El proyecto acaba en 2026.

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Muere atropellado un joven de 24 años al bajar de un coche en la AP-7 en Dénia

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Muere atropellado AP-7 Dénia
Ambulancia del Servicio de Ayuda Médica Urgente (SAMU), en una imagen de archivo - GVA - Archivo

Un joven de 24 años perdió la vida este miércoles tras ser atropellado en la autopista AP-7, a la altura de Dénia (Alicante), después de bajar de un vehículo detenido en la vía. Según ha informado el Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU), el aviso del accidente se registró sobre las 13:00 horas, activándose de inmediato una unidad del Servicio de Ayuda Médica Urgente (SAMU).

El equipo médico desplazado al lugar confirmó el fallecimiento del joven debido a la gravedad del atropello, sin que se pudiera realizar ninguna maniobra de reanimación avanzada.

Datos sobre atropellos en autopistas y carreteras españolas

Los atropellos en autopistas son menos frecuentes que en vías urbanas, pero su mortalidad es mucho mayor debido a la velocidad de los vehículos. Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT):

  • Más del 90% de los atropellos en autopistas son mortales.

  • Aproximadamente el 15% de las muertes en carretera están relacionadas con personas fuera del vehículo tras una avería, accidente o parada indebida.

  • Los peatones involucrados suelen ser ocupantes de vehículos que bajan sin señalizar, personas que caminan por el arcén o trabajadores de asistencia.

Además, el riesgo es muy elevado porque los conductores no suelen anticipar la presencia de peatones en vías rápidas, donde la velocidad es superior a 100 km/h y el tiempo de reacción es mínimo.

¿Por qué es tan peligroso bajarse del vehículo en una autopista?

Los expertos en seguridad vial coinciden en que bajarse de un coche en una autopista solo debe hacerse en caso de extrema necesidad, ya que:

  • La velocidad del tráfico hace casi imposible calcular distancias con precisión.

  • Los arcenes no ofrecen protección real.

  • Muchos atropellos se producen tras una frenada brusca, malas condiciones de visibilidad o distracciones de otros conductores.

  • En ocasiones, los peatones bajan del vehículo sin señalizar adecuadamente o sin chaleco reflectante.

Un estudio de la DGT indica que más del 70% de los atropellos en autopistas ocurren por falta de señalización o por permanecer demasiado tiempo fuera del vehículo tras una parada forzosa.

Cómo evitar atropellos en autopistas

Señalizar siempre la parada del vehículo

Uno de los errores más frecuentes al sufrir una avería o detenerse por cualquier causa es no señalizar correctamente. La DGT recomienda:

  • Activar las luces de emergencia sin demora.

  • Colocar señales luminosas o triangulares, preferiblemente a más de 50 metros del vehículo.

  • En vías rápidas y de alta velocidad, si hay visibilidad reducida, la distancia debe ser mayor.

No bajar del vehículo salvo en situaciones extremas

La recomendación más importante es permanecer dentro del coche y con el cinturón puesto, especialmente si la avería no es grave o si estás esperando asistencia. Bajar del vehículo solo debe hacerse si:

  • Existe riesgo de incendio.

  • El automóvil está en una zona especialmente expuesta al impacto.

  • Es imprescindible colocar señalización.

En todos los casos, la persona debe alejarse lo máximo posible del tráfico y situarse en una zona protegida tras las barreras, nunca en el arcén.

Llevar chaleco y elementos reflectantes

Cuando es inevitable salir del vehículo, el chaleco reflectante es obligatorio y crucial para ser visibles. También es recomendable:

  • Evitar caminar en el sentido del tráfico.

  • Tener siempre a mano linternas o señales luminosas homologadas.

Pedir asistencia profesional lo antes posible

En una avería o incidencia grave, debemos contactar con el 112 o el servicio de asistencia en carretera. La intervención rápida de los servicios de emergencia reduce el tiempo de exposición y, con ello, el riesgo.

¿Qué suele provocar incidentes como este?

Los factores más comunes asociados a atropellos en autopistas son:

  • Paradas inesperadas sin señalización.

  • Personas que salen del vehículo sin valorar el peligro real.

  • Averías en condiciones de baja visibilidad.

  • Distracciones de otros conductores.

  • Alcohol, cansancio o falta de atención.

En algunos casos, el miedo, el estrés o la confusión tras un incidente hace que los ocupantes bajen precipitadamente del coche, aumentando el riesgo de atropello mortal.

Importancia de la educación vial y la prevención

Los atropellos en vías rápidas son evitables en un porcentaje muy alto si se siguen protocolos de seguridad. La educación vial debe insistir en:

  • La necesidad de no bajar del vehículo salvo causa mayor.

  • La señalización adecuada y visible.

  • Mantener la calma tras una avería o impacto leve.

  • No caminar por el arcén bajo ninguna circunstancia.

Además, las nuevas tecnologías, como las señales luminosas homologadas (balizas V-16 con geolocalización), mejoran la visibilidad y reducen el riesgo al evitar caminar por la vía para colocar triángulos.

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