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Los Javis hablan de su infancia y viven un momento de agobio y ansiedad

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MADRID, 10 Dic. (CHANCE) – Anoche Planeta Calleja ponía el broche de oro a esta temporada con Los Javis como invitados y recorriendo la cara menos turística de la India, a la par que permitiéndonos descubrir un poco más a la pareja de directores.

Javier Calvo y Javier Ambrossi han conseguido revolucionar el consumo cultural millennial y tras el increíble éxito de La Llamada, tanto en su versión teatral como ante la gran pantalla, se coronaban convirtiéndose en los profesores de interpretación de Operación Triunfo. Pero realmente para conocerles en profundidad se han tenido que alejar de las alfombras rojas y galas de premios en las que son habituales y de la música del talent show de TVE, porque ha sido Jesús Calleja quien ha conseguido que hablen de su infancia y la cara más dura de la fama.

LA INFANCIA DE LOS JAVIS
Ningún camino que lleve al éxito está hecho de rosas y el de los Javis no iba a ser menos, tal y como ellos mismos han desvelado. «Vengo de una familia de adolescentes. Mi madre me tuvo con 18 años. La separación de mis padres me afectó muchísimo. De hecho, todas las movidas mentales que tengo vienen de ahí», confesó el actor sobre su infancia.

Aunque Calvo tiene recuerdos felices gracias a su abuela Lola, reconoce que la relación con su padre no ha sido fácil. «»Con mi padre he tenido una relación difícil. Mi padre era muy serio, muy exigente. Ha cambiado mucho y nuestra relación ha recorrido un camino muy bonito», ha declarado el actor, que no ha podido evitar emocionarse al hablar de su abuela: «No teníamos presupuesto y Paquita llevó en la primera temporada la ropa de mi abuela», desvelaba.

LA FAMA PARA LOS JAVIS
Aunque sus nombres son imprescindibles en cualquier fiesta o evento que se precie y podemos verles todos los días en televisión, no siempre han sabido batallar contra la fama en la que se han visto envuelta en los últimos meses. «La gente y los medios te ponen en un lugar que no te corresponde. No es fácil vivir con esa presión porque la gente espera mucho de ti. Pierdes el control de tu vida porque eres rehén de la imagen que proyectas y te proyectan», asegura Calvo.

Para poner un ejemplo de cuando la fama les ha jugado una mala pasada recuerdan: «De repente te llaman de la Moncloa, te ves con el presidente y lees en los periódicos que apoyas a determinado partido político. ¿Por qué? Nunca nos hemos posicionado».

Además, Ambrossi que se cerró Twitter hace meses ha reconocido que las redes sociales le afectan más de lo que debería: «A mí me afecta, te machaca al final estar mucho rato del día pendiente de lo que piensen los demás», ha sentenciado.

EL MOMENTO MÁS DURO PARA LOS JAVIS
Durante el viaje con Jesús Callejas, descubrieron algunas de las costumbres de la India. Visitando Benarés, la ciudad sagrada a orillas del río Ganges, los invitados asistieron a una cremación de cadáveres al aire libre, sin embargo hay cuerpos que no se queman por miedo a que puedan traer mala suerte, como son los de los niños, santos o mujeres y son tirados al río, por lo que es muy normal verlos flotar a su paso.

Una situación que Los Javis no soportaron y tras ver un cadáver flotar en el río y por el olor de los que se estaban cremando pidieron muy agobiados abandonar el recinto, al borde de un ataque de ansiedad y muy incómodos.

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Iñaki Urdangarin rompe su silencio en su entrevista más dura: “Perdí prácticamente todo y uno de los amores de mi vida, que es Cristina”

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Iñaki Urdangarin
IÑAKI URDANGARIN/ EUROPAPRESS

Iñaki Urdangarin ha concedido la que ya es su entrevista más impactante desde que fue condenado por el caso Nóos. Durante 55 minutos de conversación en el programa Pla seqüència, de La 2 Cat, el exduque de Palma se ha abierto como nunca y ha repasado, sin filtros, los episodios más dolorosos de su vida reciente: la cárcel, la soledad, la caída personal y profesional y, sobre todo, el final de su matrimonio con la infanta Cristina.

En una charla íntima, en catalán y con un periodista al que le une una amistad de más de 30 años, Urdangarin ha mostrado una faceta desconocida para el gran público, marcada por la autocrítica, la emoción y el reconocimiento de las pérdidas que arrastra desde hace más de una década.

“Lo peor de mi condena fue perder a mi mujer”

La pregunta fue directa y la respuesta, demoledora. Al ser interrogado por el momento más duro de su etapa en prisión, Iñaki Urdangarin no dudó:
“Lo que perdí en prisión fue mucho tiempo. Materialmente perdí prácticamente todo. Y después hay una pérdida muy grande, uno de los amores de mi vida, que es Cristina”.

El exmarido de la infanta Cristina reconoció que el proceso judicial y la posterior condena no solo le arrebataron su libertad, sino también su estabilidad emocional y familiar. “Fue un periodo muy duro. Lo pasamos muy mal durante toda esa época y hubo consecuencias. Me da pena porque es una mujer a la que quiero mucho”, confesó, visiblemente emocionado.

Cataluña, el lugar desde el que decide hablar

Urdangarin explicó que eligió este formato y este idioma por una razón muy personal. Cataluña es el territorio donde creció, donde fue feliz y donde nacieron sus cuatro hijos. “La vinculación con esta tierra es muy importante. Mis hijos son catalanes y ahora estoy a medio caballo entre Vitoria y Barcelona”, señaló al inicio de la entrevista.

Esa cercanía emocional marcó el tono de toda la conversación, en la que se mostró tranquilo, aunque con nervios inevitables al enfrentarse por primera vez a una entrevista televisada tras años de silencio.

El día que supo que entraría en prisión

Uno de los momentos más reveladores llegó al recordar el instante exacto en el que supo que su ingreso en prisión era inevitable. “Estaba comiendo con mi mujer, Cristina, en Ginebra. Yo había trabajado 16 años para darle la vuelta a las acusaciones. Hasta el último momento pensamos que podíamos lograrlo”, relató.

Tras conocer la sentencia, reunió a sus hijos en Suiza para explicarles la situación y decidir juntos cómo afrontar lo que estaba por venir. Un episodio que, según él, marcó un antes y un después en su vida familiar.

“El primer día en la cárcel fue el peor”

Iñaki Urdangarin describió su llegada a prisión como un golpe devastador. “Cuando entras te das cuenta de que se ha acabado una etapa y empieza otra larga y dura. Todo cae. No tienes teléfono, no tienes nada. Los tres primeros meses lo pasé muy mal”, aseguró.

Por motivos de seguridad, eligió cumplir su condena en la prisión de mujeres de Brieva, donde vivió prácticamente aislado. “Era estar en un módulo vacío. Fueron mil noches dentro, con sus mil días”, recordó, reconociendo que no gestionó bien emocionalmente aquel periodo.

“Lloré muchísimo y entré en un bucle negativo”

El exdeportista olímpico no escondió su vulnerabilidad al hablar de su estado psicológico. “No estoy orgulloso de cómo gestioné emocionalmente mi situación. Lloré muchísimo y preocupé a la gente que estaba fuera”, confesó.

Con el paso del tiempo, encontró en la escritura una vía de escape. Durante meses llenó cuadernos con pensamientos, miedos y reflexiones que le ayudaron a recomponerse. No descarta que algún día esos escritos puedan convertirse en unas memorias, siguiendo la estela de otros miembros de la familia real.

El apoyo clave: su madre y sus hijos

Si hubo una figura esencial durante su caída, esa fue su madre, Claire Liebaert. “Ha sido mi primer apoyo siempre. Ella me conoce, igual que mis hijos”, afirmó. Urdangarin insistió en que su entorno más cercano nunca dudó de él: “Mi madre y mis hijos saben que es imposible que yo tuviera voluntad de delinquir”.

Una afirmación con la que vuelve a defender su versión de los hechos y su papel en el caso Nóos, aunque asegura que hoy vive sin rencor.

“El rencor no te ayuda, solo te resta energía”

El cierre de la entrevista estuvo marcado por un mensaje de aprendizaje personal. Urdangarin explicó que el rencor fue uno de los sentimientos que más trabajó en prisión. “Tienes que repasar honestamente lo que has hecho bien y lo que has hecho mal, aceptar dónde estás y darte cuenta de que el rencor no te ayuda. Eso se quedó allí, cuando se cerró la puerta de la prisión”, concluyó.

Con esta entrevista, Iñaki Urdangarin rompe definitivamente su silencio y ofrece su testimonio más crudo hasta la fecha, poniendo palabras al coste personal, familiar y emocional de uno de los mayores escándalos de la historia reciente de la familia real española.

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