Valencia
Los retos de Catalá para 2024: la vivienda y la bajada de impuestos
Publicado
hace 2 añosen
València, 10 ene (OFFICIAL PRESS-EFE).- La alcaldesa de València, María José Catalá, ha asegurado que el reto del Ayuntamiento para 2024 es hacer frente al «gravísimo problema de acceso a la vivienda, especialmente para jóvenes», y que la Capitalidad Verde que estrenan este mes sea una palanca para la sostenibilidad de la ciudad.
Así lo ha anunciado en el desayuno informativo organizado por Fórum Europa-Tribuna Mediterránea en el que ha sido presentada por el president de la Generalitat, Carlos Mazón, y en el que también ha indicado que en el primer trimestre estará la licencia de actividad para la ZAL del Puerto y que València se postula como sede del Banco Asiático de Desarrollo, que prevé invertir 1,2 millones de euros.
Catalá ha afirmado que negocian y espera confirmar que el Banco Asiático de Desarrollo, dedicado a erradicar la pobreza, «tendrá su sede para toda Europa en València».
La alcaldesa ha recordado que se han comprometido a hacer 1.000 viviendas públicas en los próximos cuatro años y ha señalado que al finalizar el primer trimestre gestionarán proyectos para hacer 846 viviendas.
Catalá, que ha defendido que ahora València tiene «el mejor aliado en la Generalitat», ha destacado que acaban 2023 con los deberes hechos y que para 2024 otro de sus grandes objetivos es conseguir una ciudad «más verde, más sostenible y más cuidada».
Ha defendido que frente a la «polarización y los polarizadores profesionales» (expertos en crear división) que a su juicio ha caracterizado al anterior gobierno municipal, propone «una gestión con sentido común, con ganas de trabajar, con poco ruido, con coherencia, con cumplir con la palabra dada».
Ha dibujado un panorama «complicado» a su llegada, con 22.500 personas y proyectos esperando licencia, 4 años de media para concederlas, ejecución de inversiones al 15 % -800 millones pendientes de ejecutar-, 7,7 millones de horas extra de deuda con el personal, instalaciones deportivas y mercados municipales en «situaciones pésimas», más de 3 millones de euros en facturas sin contrato para colectivos vulnerables y el Palau de la música cerrado.
«El Ayuntamiento tenía muchas maquetas, la mayoría irrealizables y la València real estaba descuidada, precisaba trabajo y sentido común y a eso nos hemos dedicado», ha afirmado y ha valorado que han realizado la mayor bajada de impuestos de la historia y han duplicado el ritmo de inversión a 120 millones.
Catalá ha señalado que “una de las primeras cosas con las que hemos cumplido con los valencianos es en dedicar la jornada completa a València y en no mirar nunca el reloj».
Catalá ha anunciado que están ultimando el pliego para la construcción de 500 viviendas públicas en régimen de alquiler en Malilla, Nou Moles, Russafa, Pedanies Nord i Pedanies Sur.
Ha reprochado la «dejación absoluta» en los últimos 8 años en esta materia, pues «solo se construyeron 14 viviendas públicas» por las 148 que ha puesto en marcha su gobierno en régimen de alquiler asequible en seis meses.
Ha asegurado que el plan de choque de licencias ha provocado «no sólo una reducción del 12% de expedientes colapsados que nos encontramos, sino también una derivada importante: la reactivación de iniciativas privadas de 220 millones de euros».
Ha a afirmado que el Ayuntamiento comenzará las obras del PAI Grao y PAI Benimaclet esta legislatura.
«En seis meses hemos reactivado Valencia, hemos vuelto a la centralidad y a cumplir la palabra dada», ha asegurado.
Respecto a la capitalidad verde, que se inaugura este jueves, ha señalado que el objetivo es conseguir una ciudad «más sostenible y cuidada» y ha recordado que València «es la primera ciudad mediterránea en tener este reconocimiento», además de defender que trabajan con la Generalitat para conseguir que L’Albufera sea declarada reserva de la Biosfera.
Catalá ha anunciado que este año se van a adquirir 57 nuevos autobuses eléctricos e híbridos de la EMT y se va a desplegar una importante red municipal de recarga de vehículos eléctricos, además de hacer hincapié en el aumento de 7,1 millones del presupuesto de parques y jardines y un 31 % en Agricultura.
Ha afirmado que se ha desbloqueado la ampliación norte del puerto, para que València «siga liderando el transporte de mercancías del mediterráneo» y ha pedido «la misma fuerza que muchos hicieron para desbloquearlo para otro proyecto vital para la ciudad: el soterramiento de las vías de Serrería, imprescindible para la prolongación del Jardín del Turia hasta el mar».
Ha defendido que con «la mayor bajada de impuestos (70 millones) más de 687.000 vecinos, 33.000 comerciantes y 700 hosteleros van a pagar menos impuestos este año».
En este periodo han incrementado un 50 % el baldeo de calles, descentralizado la atención ciudadana, con 4 puntos nuevos para tramitar el padrón, y creado una nueva unidad policial con más de 120 agentes que estará «centrada en los problemas de convivencia».
Además, ha explicado que se ha intensificado la policía de barrio y activado un plan antiokupa, especialmente en Orriols, se ha reactivado la oferta cultural con la apuesta por el Palau de la Música y se ha cumplido el compromiso electoral de eliminar el pago de la ORA en el franja de mediodía y de 20 a 21 horas.
Respecto a la movilidad, ha afirmado que ha quedado demostrado la apuesta verdadera de su gobierno en materia de movilidad por el transporte público, y en asuntos sociales se ha centrado en la necesidad de solucionar la pobreza y el «sinhogarismo» y ha puesto en valor la apuesta del Ayuntamiento por Casa Caridad, la Dirección General de Discapacidad o la necesidad de mejorar la óptica de la infancia en la ciudad.
Publicado
hace 18 horasen
25 octubre, 2025
El centro de Valencia se prepara para una profunda transformación urbana. La Junta de Gobierno Local ha aprobado este viernes el catálogo de criterios técnicos del nuevo mobiliario urbano que definirá el futuro de espacios emblemáticos como la plaza del Ayuntamiento, San Agustín, la avenida del Oeste o la calle Colón. La propuesta, desarrollada por la firma Barri Studio, marca el punto de partida para una nueva etapa en el diseño del paisaje urbano de la capital valenciana.
Con esta medida, el equipo de gobierno de María José Catalá pone fin a los maceteros de gran tamaño instalados durante el mandato de Joan Ribó, apostando por un modelo más coherente, ordenado y respetuoso con la movilidad peatonal y la identidad arquitectónica del centro histórico.
El catálogo aprobado establece los criterios estéticos, materiales y técnicos que se aplicarán en futuras obras de reforma. Entre ellos destacan los bancos y jardineras de piedra natural y hormigón pulido, integrados con vegetación autóctona, y la agrupación estratégica del mobiliario —bancos, papeleras y luminarias— en islas o zonas de descanso que no interrumpan el tránsito peatonal.
Los bancos combinarán materiales como madera tratada y reposabrazos metálicos, con opciones individuales o grupales, y estarán ubicados preferentemente en zonas con sombra natural o pérgolas. En áreas con arbolado joven, se contemplan estructuras temporales o toldos para ofrecer refugio climático.
“El objetivo es que cada elemento forme parte de una red viva, no de objetos aislados. Se trata de crear espacios urbanos resilientes, confortables y con identidad propia”, explican desde Barri Studio.
Una de las claves del nuevo catálogo es la creación de microclimas urbanos, inspirados en el modelo de la plaza de la Reina, en su confluencia con la calle de la Paz y San Vicente. Se busca fomentar el confort térmico mediante bioswales (zanjas de drenaje con vegetación), jardines de lluvia, franjas verdes y sistemas de drenaje integrados en bancos y jardineras.
Estas “infraestructuras vivas” servirán para retener agua de lluvia, reducir el calor y mejorar la biodiversidad urbana, convirtiendo los espacios de tránsito en áreas de estancia y encuentro.
El nuevo mobiliario urbano de Valencia tendrá que garantizar accesibilidad universal y un pasillo peatonal continuo de al menos 1,80 metros, libre de obstáculos.
No se podrán colocar elementos frente a accesos, rampas, esquinas o señalizaciones, y deberán dejarse áreas despejadas de 1,20 metros para mantener la visibilidad y la seguridad.
Además, el catálogo recomienda incorporar reposabrazos laterales o centrales en los bancos para facilitar su uso por parte de personas mayores o con movilidad reducida. Las papeleras seguirán el modelo implantado en el entorno del Mercado Central y la Lonja, con diseño rectangular y cubierta antilluvia, mientras que las arquetas y registros quedarán integradas en el pavimento para reducir el impacto visual.
El documento incide en la necesidad de utilizar materiales resistentes al vandalismo y de bajo mantenimiento, como acero pintado, madera tratada y hormigón pigmentado.
También se especifica que el mobiliario se adapte a la escala del espacio público, con tamaños pequeños, medianos o grandes según la ubicación, y que se coordine con las tramas del pavimento para evitar cortes o interferencias visuales.
La vegetación, por su parte, deberá estar formada por especies mediterráneas o adaptadas al clima valenciano, resistentes a la sequía y de porte contenido, que aseguren una composición estable con mínimo mantenimiento.
El informe técnico hace un repaso a la situación actual del mobiliario urbano en Valencia, señalando la fragmentación estética del centro histórico: coexistencia de bancos de piedra, madera o metal, jardineras de hormigón o acero corten, y pavimentos con distintas texturas y colores.
Esta falta de coherencia, apuntan, genera barreras perceptivas y funcionales, especialmente para personas con movilidad reducida. En plazas como la del Ayuntamiento, de la Reina o del Tossal, la ausencia de sombra y la disposición aleatoria de los elementos convierten los espacios de encuentro en simples zonas de paso.
“La superposición de estilos y materiales ha dado lugar a una imagen fragmentada del paisaje urbano. Con este catálogo se busca recuperar la identidad visual y la armonía del centro de Valencia”, explican los responsables del estudio.
El nuevo catálogo no impone soluciones cerradas, sino que plantea un marco flexible de criterios para adaptar el diseño del mobiliario a las particularidades de cada espacio.
Su objetivo final es consolidar un lenguaje urbano común, mejorar la habitabilidad y activar ecologías urbanas que fortalezcan la resiliencia climática de Valencia.
Con esta medida, el Ayuntamiento da un paso más hacia un modelo de ciudad mediterránea sostenible, donde el mobiliario no sea un obstáculo, sino un elemento que dialogue con la arquitectura, el clima y las personas.
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