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Mariano, el hijo pródigo catalán y el valenciano ‘pagano’, por @frandisiz

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Paco Ferrandis

Ahora que Pablo (Iglesias, para mas inri) y sus discípulos desean alejar la Misa católica de los rayos catódicos de TVE2, al tiempo que pretenden erradicar los crucifijos de los colegios, y después de que algunas de sus mujeres entraran a pechos descubiertos en alguna capilla universitaria con maneras de pirómanas republicanas (del 36), sería oportuno recordar que -creencias aparte- las enseñanzas que nos ha legado la religión forman parte -y forman, a secas- el rico acerbo cultural de la especie humana.

Así, huérfanos de las parábolas de Jesús, que Lucas plasmó en su Evangelio, no podríamos entender el magnánimo gesto de Mariano Rajoy a la hora de comprometer 4.200 millones de euros, destinados a invertir en infraestructuras de Cataluña, una Comunidad Autónoma con ínfulas de nación y cuya clase dirigente se muestra díscola respecto del sistema constitucional español, al que tanto contribuyeron a construir durante la etapa de la Transición y el posterior cogobierno de Jordi Pujol con socialistas y populares.

 

Dice la parábola del hijo pródigo [comentada]:
«Un hombre tenía dos hijos;
y el menor de ellos dijo al padre: “Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde.” Y él les repartió la hacienda [bien podría provenir del sistema de financiación autonómica aprobada por Zapatero y negociada con catalanes y andaluces].
Pocos días después el hijo menor lo reunió todo y se marchó [virtualmente] a un país lejano donde malgastó su hacienda viviendo como un libertino.
Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel país [la crisis no fue para tanto], y comenzó a pasar necesidad.
Entonces, fue y se ajustó con uno de los ciudadanos de aquel país, que le envió a sus fincas a apacentar puercos [¡con perdón!].

Y deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los puercos, pero nadie se las daba.
Y entrando en sí mismo, dijo: “¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia [es un decir], mientras que yo aquí me muero de hambre! [es otro decir, aún más exagerado que el anterior].
Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante ti.
Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros [una persona soberbia nunca se expresaría así].”
Y, levantándose, partió hacia su padre [a estas alturas ya sabemos que se llama Mariano]. Estando él todavía lejos, le vio su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente.

El hijo le dijo: “Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo.”
Pero el padre dijo a sus siervos: “Traed aprisa el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies.
Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta,
porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado.” Y comenzaron la fiesta [ahora sabemos que estaba valorada en 4.200 millones de dracmas, perdón, de euros].
«Su hijo  [el ‘pagano’] mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y las danzas;

y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.
El le dijo: “Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano.”
El se irritó y no quería entrar [se sintió repentinamente desconectado]. Salió su padre, y le suplicaba.
Pero él replicó a su padre: “Hace tantos años que te sirvo [que te ofrendo nuevas glorias], y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca me has dado un cabrito [una financiación suficiente] para tener una fiesta con mis amigos;
y ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha devorado tu hacienda con prostitutas [y vino, según el holandés errante], has matado para él el novillo cebado!”

Pero él le dijo: “Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo [sobretodo, cuando de pagar se trata];
pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado.”»

También podemos traer a colación otras dos parábolas, más políticamente incorrectas:

El capital y los intereses [destinada, sobretodo, a Compromís, que se niega a negociar los Presupuestos del Estado]

“Os digo que a todo el que tiene [catalanes, vascos y canarios], se le dará; pero al que no tiene [valencianos], aun lo que tiene se le quitará.”
Pero a aquellos enemigos míos, los que no quisieron que yo reinara sobre ellos [Compromís], traedlos aquí y matadlos [virtualmente] delante de mí.”

Reconciliación [dedicada a independentistas]

“Cuando vayas con tu adversario al magistrado, procura en el camino arreglarte con él, no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al alguacil y el alguacil te meta en la cárcel [o te inhabilite]”.

En fin, ya lo decía el rey sabio Salomón: “Nada nuevo bajo el sol”.

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¿La píldora engorda y retiene líquidos?, por la Dra. Esther de la Viuda

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píldora engorda

Dra. Esther de la Viuda

¿La píldora engorda? Llevamos asistiendo desde hace muchos años a una estética que identifica la belleza con la delgadez, lo que provoca importantes esfuerzos dietéticos y de otro tipo para acercarse a ese ideal y el rechazo a todo lo que pueda suponer un incremento de peso.

Los profesionales sanitarios que trabajamos en el campo de la anticoncepción estamos acostumbrados a escuchar, cuando se propone el uso de un método anticonceptivo hormonal, la afirmación de que la píldora engorda, lo que conlleva a la inmediata resistencia a utilizarla.

Esta percepción no depende de la edad de la mujer y lo plantean desde las adolescentes hasta las mujeres de edad madura, ya que no cabe duda de que las mujeres desean ser atractivas a cualquier edad y, es una lástima, que esta leyenda urbana condicione el que un porcentaje de esta población se pueda encontrar en una situación de riesgo de embarazo no deseado además de no beneficiarse de los efectos adicionales de los anticonceptivos, de los que hablaremos en otra ocasión

¿La píldora engorda?

En este sentido podemos certificar con la certeza que da la evidencia científica que los anticonceptivos hormonales no producen aumento de peso, con una única  excepción que es el acetato de medroxiprogesterona depot que se trata de un método anticonceptivo poco utilizado que consiste en una inyección trimestral con la que, efectivamente, se ha observado un aumento de peso de aproximadamente dos kilos.

¿La píldora retiene líquidos?

En relación con el otro aspecto, el de la retención de líquidos, también podemos afirmar su inconsistencia. Si bien es cierto que, durante los tres primeros meses de uso de un anticonceptivo hormonal combinado (píldora, anillo o parche) se puede tener la sensación de una cierta retención de líquidos, estos síntomas considerados como menores desaparecen pasado este tiempo.

Hay que recordar que los anticonceptivos actuales tiene una dosis baja de estrógenos que se combinan con gestágenos muy seguros y que pueden proporcionar algunos efectos beneficiosos y, en este sentido, se encuentra la drospirenona que tiene una acción positiva para evitar la retención de líquidos.

Si seguimos desmontando mitos podemos afirmar que:

La píldora NO engorda. Ni el anillo, ni el parche, ni el DIU hormonal, ni el implante, ni la píldora de solo gestágenos

Los anticonceptivos hormonales NO provocan retención de líquidos

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