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Muere Juan Cotino por coronavirus

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El expresidente de Les Corts Valencianes, exconseller en la etapa del PP y exdirector general de la Policía, Juan Cotino, ha fallecido tras estar casi un mes ingresado en el Hospital de Manises, donde dio positivo a la prueba de Covid-19.

Según han indicado a Europa Press fuentes del entorno, el político valenciano se encontraba en la UCI y aunque los últimos partes médicos eran bastante buenos, tras casi un mes intubado el coronavirus le ha afectado a varios órganos y ha fallecido. La familia, han explicado, está «destrozada» y de momento no piensa hacer ninguna declaración pública.

Cotino ingresó el 17 de marzo en el Hospital de Manises tras encontrarse indispuesto y un primer test del coronavirus arrojó un resultado negativo. No obstante, se le efectuó una segunda prueba que dio positiva en Covid-19. Ante su delicado estado de salud, fue trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), donde ha falecido.

Se da la circunstancia de que Cotino estuvo del 9 al 12 de marzo en Madrid para acudir al juicio en el que se le juzgaba por presuntas irregularidades en la contratación de pantallas para la visita del papa Benedicto XVI a València en 2006, dentro del conocido como caso Gürtel.

Declaró el 12 de marzo –que sería la última sesión al aplazarse horas después el juicio por la pandemia– y tras concluir la comparecencia el presidente del tribunal le recordó que quedaba exento de asistir a las siguientes sesiones hasta el último día, momento en que podría utilizar el turno de última palabra. «Pues si el coronavirus os deja, aquí estaremos», se despidió Cotino.

Cotino (Xirivella, 26-01-1950), fue en su juventud presidente de la Cámara Agraria de Xirivella y también uno de los creadores de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA). Asimismo, fue uno de los fundadores de la UCD en la Comunitat Valenciana y concejal en su localidad natal por esta fuerza política.

En 1991 fue elegido concejal en el Ayuntamiento de València, en la candidatura liderada por Rita Barberá. Asumió el cargo de Teniente de Alcalde y concejal de Tráfico, Policía Local, Acción Social y Solidaridad. Fue reelegido en las elecciones de 1995, pero en 1996 fue nombrado director general de la Policía con Jaime Mayor Oreja (PP) como ministro del Interior.

Ocupó ese cargo hasta 2002, momento en el que fue nombrado delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana. Con la victoria socialista de 2004, fue relevado y pasó entonces a la política autonómica, donde desempeñó la dirección de varias consellerias. Así, en 2004 asumió Agricultura, Pesca y Alimentación; en 2007 pasó a Bienestar Social y asumió la vicepresidencia tercera; y en 2009 fue nombrado conseller de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda, además de mantenerse como vicepresidente tercero.

Posteriormente, en junio de 2011 Cotino tomó posesión como presidente de Les Corts Valencianes jurando sobre la Biblia, la Constitución, el Estatuto de Autonomía y ante un crucifijo, y renunció en octubre de 2014 «para volver a trabajar en el campo» tras 40 años en el mundo de la política. De hecho, el propio parlamento valenciano ha confirmado la noticia de su muerte y ha mostrado sus condolencias a familiares y amigos.

En 2016 la segunda comisión de investigación de Les Corts del accidente de metro del 3 de junio de 2016 en Valencia, en el que perdieron la vida 43 personas y otras 47 resultaron heridas, concluyó que el siniestro era «previsible y evitable» y señaló a 13 responsables políticos, entre los que figuraba Juan Cotino.

Se le acusó de haber visitado en aquellos momentos a familiares de víctimas del accidente ofreciendo empleo y ayudas y preguntando si iban a personarse en el proceso judicial puesto en marcha. En su comparecencia en la comisión pidió «perdón» a las familias de las víctimas «por no haberlas atendido mejor», pero ha subrayado que intentó «ayudar en la medida de lo posible» durante las aproximadamente 35 visitas que realizó a título «personal». «No ofrecí nada a nadie para pedirles nada a cambio», aseguró.

CAUSAS JUDICIALES PENDIENTES
En el plano judicial, Cotino tenía pendientes tres causas judiciales: la primera la que ya se estaba juzgando en la Audiencia Nacional relacionada con presuntas irregularidades en la contratación de pantallas para la visita del papa Benedicto XVI a València en 2006. Se enfrentaba a 11 años de prisión que le reclamaba la Fiscalía.

En su declaración se desvinculó de la organización de la visita del Papa y aseguró que él solo se encargó de coordinar a los grupos de voluntarios en materia de seguridad. Negó, así, haber participado o haber estado presente en las reuniones en las que se negoció el pago de más de 7 millones de euros a la trama Gürtel por la instalación de pantallas gigantes y sistema de megafonía.

Por su parte, también estaba imputado en el procedimiento abierto por el Juzgado de Instrucción número 5 de Valencia para investigar presuntas irregularidades en las contrataciones de la Fundación V Encuentro Mundial de las Familias (FVEMF) para la visita del Papa Benedicto XVI.

Asimismo, la titular del Juzgado de Instrucción número 8 de València que investiga el caso Erial había citado a declarar a finales de marzo y principios de abril a Juan Cotino, entre otros, como investigado, en este caso en el que se investigan presuntos sobornos a cambio de adjudicaciones de las ITV y el Plan Eólico Valenciano.

Cotino ha defendido siempre ante la justicia su inocencia y recalcó hace casi cuatro años que nunca había metido la mano en ningún cajón aunque podía haber metido la pata «muchas veces» durante su gestión política.

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Las frases más duras del rey Juan Carlos sobre Letizia en ‘Le Figaro’

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rey Juan Carlos Le Figaro
Rey Juan Carlos

Con aspecto cansado y apoyado en un bastón tras sus múltiples operaciones de cadera y rodilla, el rey emérito Juan Carlos I abre las puertas de su refugio en Abu Dabi al medio francés Le Figaro y rompe su silencio tras años de exilio, concediendo una entrevista que ya ha levantado polémica dentro y fuera de España.

En la conversación, el monarca reflexiona sobre su reinado, su legado y su situación actual, marcada por la soledad, la distancia de su familia y el peso de los escándalos. “Ahora que mi hijo me ha dado la espalda por obligación y mis supuestos amigos han desaparecido, veo que nunca fui libre”, confiesa.


“La democracia no cayó del cielo”

El rey emérito recuerda la Transición española como “uno de los logros más importantes de su vida” y defiende su papel como garante de la democracia.

“La democracia no cayó del cielo”, afirma, insistiendo en que “si pudo llegar a ser rey, fue gracias a Franco”.

Una declaración que sorprendió al periodista francés, quien le advirtió de la polémica que podrían generar sus palabras. Juan Carlos responde con naturalidad:

“¿Por qué mentir, si fue una persona que me hizo rey, y en realidad me hizo rey para crear un régimen más abierto?”.

Estas afirmaciones forman parte de su nuevo libro, Reconciliación, una obra de 500 páginas que se publicará el 5 de noviembre en Francia y en diciembre en España. Según el propio monarca, Felipe VI mostró su preocupación por el tono “sin filtros” del texto.

“Quienes esperen revelaciones trascendentales se sentirán decepcionados”, advierte el emérito, que asegura haber dudado antes de escribir sus memorias:
“Me di cuenta de que los hijos y nietos de mis amigos no tenían idea de quién era Franco ni de la Transición democrática. Creí necesario dar testimonio directo de lo que viví durante treinta y nueve años de servicio a mi país”.


La melancolía del exilio

Sentado entre olivos centenarios en el jardín de su residencia en la isla de Nurai —una propiedad cedida por el jeque Mohammed Ben Zayed, presidente de Emiratos Árabes—, Juan Carlos I se muestra melancólico y nostálgico.

“Verse obligado al desarraigo y al aislamiento al final de la vida no es fácil. Estoy resignado, herido por una sensación de abandono. Hay días de desesperación y de vacío”, admite.

Desde su marcha en agosto de 2020, el rey apenas ha tenido contacto con su familia, salvo con su nieto Froilán, que vive con él en Abu Dabi. Reitera que su autoexilio fue voluntario, para “no obstaculizar el buen funcionamiento de la Corona ni a mi hijo en el ejercicio de sus funciones soberanas”.

Aun así, deja entrever una fractura emocional con Felipe VI:

“Mi hijo me dio la espalda por sentido del deber. Entiendo que, como rey, deba mantener una postura pública firme, pero sufrí su insensibilidad”.

El emérito recuerda una conversación con su hijo durante la Navidad de 2020, que define como “encerrada en el silencio de la incomprensión y el dolor”.


Juan Carlos I: errores, decepciones y la “debilidad” de Corinna Larsen

Entre la nostalgia y el arrepentimiento, el monarca asume haber cometido errores.

“Soy consciente de haber decepcionado. Tengo numerosas debilidades”, confiesa, señalando que fue víctima de “errores de juicio nacidos del amor y la amistad”.

Sobre sus relaciones más controvertidas, hace una referencia directa a Corinna Larsen, a quien califica como “un grave error”.

“Fue un grave error haber aceptado el regalo de cien millones de dólares del rey Abdulá de Arabia Saudí, pero todos los procesos judiciales han sido desestimados y no se me ha imputado nada”.

Reconoce también que fue “cegado por un cierto séquito malévolo” y que confió en empresarios que lo involucraron “en un embrollo financiero que se escapó de sus manos”.


Letizia y Sofía: la otra cara de la monarquía

El rey dedica unas líneas a las dos reinas de su vida. De Sofía, habla con afecto y nostalgia:

“La llamo ‘Sofi’. Lamento que no me acompañe en mi vida en Abu Dabi”.

Sin embargo, su tono cambia al referirse a la reina Letizia.

“Tengo un desacuerdo personal con Letizia. No contribuyó a la cohesión de nuestras relaciones familiares”, admite.

Esta confesión, una de las más comentadas de la entrevista, deja entrever el distanciamiento histórico entre el emérito y la actual reina consorte, cuya llegada a la familia real marcó un cambio de estilo y tensiones en el entorno monárquico.


La herencia a Leonor y el mensaje a Felipe VI

En un tono más conciliador, Juan Carlos envía un mensaje a su hijo Felipe VI:

“España no es automáticamente un país monárquico. Es responsabilidad del rey moldear la monarquía cada día”.

También dedica unas palabras a la princesa Leonor, heredera al trono:

“Que tenga seguridad en sí misma, que cumpla con su deber con simpatía y amabilidad, que sea garante del respeto a la Constitución Española”.


“Hubo tres golpes el 23-F”

El capítulo sobre el golpe de Estado del 23-F es uno de los más reveladores. Juan Carlos I asegura que no fue un solo golpe, sino tres:

“El golpe de Tejero, el de Armada y el de los cargos electos cercanos al franquismo”.

“Alfonso Armada estuvo a mi lado durante diecisiete años. Lo quise mucho, y me traicionó. Convenció a los generales de que hablaba en mi nombre”, explica.

El monarca también recuerda que, durante sus primeros años de reinado, tuvo el poder de refrendar penas de muerte, aunque nunca tuvo que ejercerlo:

“Si hubiera dicho que no, los generales me habrían derrocado”.


“Nunca fui libre”

En el cierre de su entrevista con Le Figaro, el rey Juan Carlos hace una reflexión que resume su sentir:

“A pesar de mis problemas de movilidad y los intentos de desacreditarme, desde mi nacimiento no he sido dueño de mi destino. Di libertad a los españoles al establecer la democracia, pero nunca pude disfrutar de esa libertad para mí”.

Con esta confesión, el emérito deja claro que, a sus 87 años, se siente prisionero de su propia historia, atrapado entre el peso de su legado y las consecuencias de sus decisiones personales.

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