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Valencia

El doble pago que sufren los herederos valencianos: esto es lo que se lleva el Ayuntamiento

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Uno de cada cuatro euros que pagan los ciudadanos del impuesto de plusvalías son por casos de herencias. El Ayuntamiento ha recaudado 7,3 millones de euros  de plusvalías en lo que llevamos de año, de ellos 1,6 millones de euros corresponden a casos de herencias, lo que significa el 23%.

El PP ha vuelto a proponer, como se hace en muchas ciudades españolas, que se bonifique el 95% de este impuesto en el caso de herencias.

La portavoz del PP, María José Catalá, asegura que “es un pago injusto que en demasiadas ocasiones obliga a las familias a tener que renunciar a las herencias que les habían dejado sus padres y abuelos. El año que viene deben bajarse los impuestos y tasas municipales porque va a ser una año difícil para las familias valencianas pues somos de los países donde más se ha disparado la inflación, un 10,5%,  con una subida de precios que afecta ya a todos los ciudadanos”.

Uno de cada cuatro euros de plusvalías son casos de herencias

El Grupo Municipal Popular ha vuelto a reclamar al Gobierno de Ribó y PSOE una bonificación del 95% de la plusvalía para las herencias y que baje el tipo de gravamen.

La portavoz Popular, María José Catalá, ha pedido “bonificar al máximo el impuesto de plusvalías para los casos de herencia. Esto debe aprobarse pues las familias con una subida de precios desbocada tienen cada vez más dificultades para llegar a final de mes. Estos impuestos castigan el ahorro de las familias trabajadoras e hipoteca el futuro de sus descendientes”.

Ahora, el Gobierno de Ribó y PSOE han articulado un plan movilizando funcionarios para acabar con el atasco de liquidaciones de plusvalías y seguir haciendo caja.

En la Junta de Gobierno se aprobó la semana pasada la autorización de realizar servicios extraordinarios (horas extra) del personal del servicio de gestión tributaria para dar salida a las más de 22.000 liquidaciones pendientes de cobro por las que el gobierno de Ribó ingresará 17 millones de euros del bolsillo de los ciudadanos. 

La portavoz del PP, María José Catalá, ha asegurado que “el gobierno de Compromís y PSOE sí que tiene celeridad y premura para desatascar expedientes que significa seguir exprimiendo el bolsillo de los ciudadanos, pero no hace lo mismo con otros servicios atascados como es el caso de licencias de obras y actividad que tiene el Ayuntamiento”.

Bonificará este impuesto de plusvalías al 95%

Catalá ha asegurado que cuando sea alcaldesa en mayo de 2023 bonificará este impuesto de plusvalías al 95% para las herencias “pues es un impuesto  injusto para muchas familias que deben realizar un doble pago y muchos herederos tienen que renunciar al no poder hacer frente a los impuestos”.

El Ayuntamiento de Valencia el año pasado de las  más de 2.700 reclamaciones presentadas por los ciudadanos de Valencia se vieron obligado a aceptar más de 2.000, es decir más del 70% de las presentadas, y por ello el Gobierno de Ribó y PSOE dejará de ingresar 4,4 millones de euros.

 

 

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Valencia

El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita

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El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita
El president de la Generalitat, Carlos Mazón. EFE/ Biel Alino/Archivo

La catástrofe desencadenada por la DANA del 29 de octubre de 2024 en la Comunitat Valenciana, que dejó un lacerante saldo de más de 229 víctimas, no puede quedar impune. Más allá del dolor humano y de la reconstrucción material, está la responsabilidad política. Y en ese terreno, Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, acumula mentiras, contradicciones y el profundo desgarro de quienes lo perdieron todo. Por dignidad, por ética y por justicia, Mazón debe dimitir.

Una gestión inexcusable

Cuando la alerta roja estaba activada, Mazón estaba ausente del lugar que le correspondía. Según los informes oficiales, llegó al comité de crisis (CECOPI) a las 20:28 horas, cuando ya se había emitido la alerta a la población minutos antes. No fue un “error de agenda”, sino un fallo estructural que costó vidas.

Mientras Valencia vivía una riada devastadora, el presidente se encontraba en una comida privada en lugar de supervisar la emergencia. Su entorno lo justificó como una reunión de trabajo, pero el contexto lo desmiente: fue ausencia, negligencia y falta de liderazgo.

La falta de movilización de efectivos tampoco puede justificarse. Los informes cruzados detectan irregularidades en el número de bomberos y medios activados. Cuando una emergencia reclama transparencia, los datos confusos o manipulados son una afrenta.

Mentiras, contradicciones y silencio

Mazón ha intentado derivar responsabilidades hacia la Agencia Estatal de Meteorología o la Confederación Hidrográfica del Júcar, en lugar de asumir el liderazgo que su cargo exige. Cuando el caos se instala, quien gobierna debe estar al frente, no buscando culpables.

Peor aún, ha ofrecido versiones cambiantes sobre su paradero, sus llamadas y las decisiones adoptadas aquel día. La investigación judicial avanza con pruebas que desmontan la versión oficial. Cuando un líder debe explicar dónde estaba durante una tragedia, el problema ya no es circunstancial: es estructural.

Las víctimas, traicionadas

No basta con lamentar lo sucedido cuando la dignidad exige acción. Las asociaciones de víctimas han expresado su malestar y exigido respeto ante la falta de explicaciones claras. “Estar con las víctimas también implica asumir responsabilidades”, repiten familiares que aún esperan una disculpa sincera.

No es solo la ausencia inicial. Es el desfile de versiones, el silencio, la falta de empatía y la reconstrucción lenta. Mientras las familias siguen llorando, el presidente intenta sostener su imagen pública como si nada hubiera ocurrido.

La única salida digna: la dimisión

Integridad política. Quien incumple los principios básicos de responsabilidad pierde la legitimidad para seguir al frente.

Justicia para las víctimas. Pedir perdón no basta cuando no se explica con claridad, cuando no se asumen errores ni se ofrecen soluciones. Las víctimas merecen que se depuren responsabilidades reales.

Confianza institucional. La credibilidad de la Generalitat se resquebraja cuando su presidente ofrece explicaciones tardías, contradictorias y evasivas. Eso no solo afecta a Mazón, afecta a toda la Comunitat Valenciana.

Renovación del liderazgo. El desastre del 29-O no puede cerrarse con un “sigo al mando”. Hace falta un relevo que reconstruya no solo los territorios inundados, sino también la confianza de los ciudadanos.

La responsabilidad compartida

Los silencios cómplices también pesan. Los partidos que sostienen a Mazón deben preguntarse si su apoyo es ético o meramente político. Cada día que pasa sin rendir cuentas es una herida más para las víctimas y una mancha más para las instituciones.

La dimisión no sería una derrota política, sino un acto de respeto hacia los que sufrieron, hacia los que murieron y hacia toda una sociedad que exige transparencia y verdad.

La tragedia del 29 de octubre no son solo cifras. Son vidas, familias, municipios arrasados y una sociedad herida. Carlos Mazón mantuvo su comida en El Ventorro cuando la provincia se inundaba, cambió versiones cuando se investigaba y continúa en el cargo pese al clamor ciudadano.

Por integridad, por dignidad, por justicia: Carlos Mazón debe dimitir.
Y quienes lo sostienen, deberían preguntarse si su silencio también los convierte en responsables.

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