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Salud y Bienestar

No tengo hijos ¿me puedo poner un DIU?, por la Dra. Esther de la Viuda

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No tengo hijos ¿me puedo poner un DIU?

Esther de la Viuda

No tengo hijos ¿me puedo poner un DIU? La respuesta es , sin ninguna duda. En todas las guías y documentos científicos se indica que ni la edad ni el hecho de no tener hijos es una limitación para el uso de este método anticonceptivo y las diferentes Sociedades Científicas nacionales e internacionales consideran que se trata de una buena opción, incluso para la población adolescente que se encuentre en riesgo de embarazo no deseado, por su alta eficacia.

Esta gran eficacia se debe, en parte, al hecho de que es un método que es independiente del control de la joven/mujer que lo lleva, evitando los olvidos que se pueden producir con otros métodos y que pueden dar lugar a una pérdida de eficacia de los mismos, por lo que constituye una magnífica opción para quienes tienen un mal cumplimiento de otros anticonceptivos o prefieren utilizar un método de larga duración del que se puedan olvidar.

A pesar de lo anterior el uso en España es muy bajo, 6.9% global en las mujeres en edad fértil y prácticamente anecdótico en las mujeres jóvenes.

No tengo hijos ¿me puedo poner un DIU?

Esta baja utilización se puede deber al hecho de que todavía existen muchas ideas erróneas en relación al DIU:

  • Se puede poner en adolescentes y/o mujeres sin hijos, la tasa de expulsión del DIU es similar para mujeres con o sin hijos
  • No hay mayor riesgo de tener una enfermedad inflamatoria pélvica, que era uno de los argumentos que se utilizaban para desaconsejar este anticonceptivo en esa población de mujeres jóvenes. Pasados los primeros 20 días después de la inserción, el riesgo es similar al de las mujeres que no llevan DIU. Además, si se trata de un DIU hormonal el espesamiento del moco que produce tiene un efecto preventivo (OJO, previene del desarrollo de una infección en las trompas en caso de que se tenga una infección de transmisión sexual, pero no previene del contagio)
  • Aclarar que no produce esterilidad, la tasa de embarazo al año de la retirada de un DIU en mujeres de edad inferior a 30 años es similar a la de las que no han utilizado ningún método anticonceptivo
  • No aumenta el riesgo de tener un embarazo ectópico, el riesgo de embarazo ectópico en una mujer que lleva un DIU es de 0-0.5 por 100 mujeres año y el de las mujeres que no utilizan anticoncepción de 3.25-5.25.
  • No se ha asociado el uso de tampones o copa menstrual con un incremento del riego de expulsión

Ahora que sabemos que el DIU se puede poner, la pregunta de ¿Qué DIU? la resolveremos en otra ocasión.

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El peligro de un exceso de azúcar en la dieta de los niños: Consecuencias y riesgos

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exceso azúcar en niños

El consumo de azúcar en la dieta infantil ha aumentado de manera preocupante en las últimas décadas. Los alimentos ultraprocesados, las bebidas azucaradas y los postres han convertido al azúcar en un ingrediente omnipresente en la alimentación diaria de los niños. Si bien el azúcar puede ser una fuente rápida de energía, su consumo excesivo puede tener graves consecuencias para la salud física y mental de los más pequeños. A continuación, se exploran los principales riesgos asociados a un exceso de azúcar en la dieta infantil.

1. Obesidad infantil

Uno de los efectos más visibles del consumo excesivo de azúcar es el aumento de peso. El azúcar aporta calorías vacías, es decir, no ofrece nutrientes esenciales como vitaminas o minerales, pero sí aumenta el aporte calórico. Cuando los niños consumen más calorías de las que necesitan para su crecimiento y actividades, estas se almacenan en forma de grasa corporal. Esto puede llevar a un desequilibrio energético y, a largo plazo, contribuir al desarrollo de la obesidad infantil.

La obesidad en los niños no es solo un problema estético, sino que incrementa significativamente el riesgo de desarrollar otras enfermedades graves como diabetes tipo 2, hipertensión y problemas cardíacos a una edad temprana.

2. Desarrollo de diabetes tipo 2

El aumento de peso, sumado a una dieta rica en azúcar, puede desencadenar problemas en la regulación de la glucosa en sangre, lo que incrementa el riesgo de diabetes tipo 2 en los niños. Aunque esta enfermedad solía ser considerada exclusiva de los adultos, en los últimos años ha habido un incremento preocupante de casos en menores de edad. El consumo constante de alimentos y bebidas azucaradas provoca picos de glucosa en la sangre, lo que obliga al páncreas a trabajar en exceso para producir insulina. A largo plazo, este esfuerzo excesivo puede conducir a una resistencia a la insulina, el principal factor desencadenante de la diabetes tipo 2.

3. Problemas dentales

Uno de los riesgos más conocidos del exceso de azúcar es el daño dental. Los azúcares presentes en los alimentos se descomponen rápidamente en ácidos por las bacterias presentes en la boca, y estos ácidos erosionan el esmalte dental, provocando caries. Las caries no tratadas pueden causar dolor, infecciones y, en casos graves, la pérdida de dientes. Además, los problemas dentales en la infancia pueden tener consecuencias a largo plazo, afectando la salud bucal y la confianza del niño.

4. Trastornos del comportamiento y dificultades de concentración

Existen estudios que sugieren una relación entre el consumo elevado de azúcar y problemas de comportamiento o dificultades de atención en los niños. Los picos de glucosa en la sangre, seguidos de caídas rápidas, pueden generar irritabilidad, hiperactividad e incluso cambios en el estado de ánimo. Este patrón puede interferir en su capacidad para concentrarse en tareas escolares y afectar su rendimiento académico. Aunque la relación exacta entre el azúcar y el comportamiento aún se está investigando, muchos padres y educadores han notado estos efectos en el comportamiento de los niños tras consumir grandes cantidades de dulces.

5. Mayor riesgo de enfermedades cardíacas

Aunque las enfermedades cardíacas suelen estar más asociadas a los adultos, los hábitos alimenticios que se establecen en la infancia pueden tener un impacto en la salud cardiovascular a largo plazo. El consumo elevado de azúcar está relacionado con niveles altos de triglicéridos, un tipo de grasa en la sangre que aumenta el riesgo de enfermedades del corazón. Además, el azúcar en exceso favorece el desarrollo de la obesidad y la diabetes tipo 2, ambos factores de riesgo para la salud cardiovascular.

6. Déficit nutricional

El consumo excesivo de alimentos ricos en azúcar a menudo desplaza la ingesta de alimentos más nutritivos. Los niños que consumen muchas calorías vacías de productos azucarados pueden perder oportunidades de consumir alimentos ricos en nutrientes esenciales para su desarrollo, como frutas, verduras, proteínas y grasas saludables. Esto puede llevar a deficiencias nutricionales que afecten su crecimiento, su desarrollo cognitivo y su salud en general.

7. Trastornos del sueño

El azúcar puede afectar negativamente los patrones de sueño en los niños. Los niveles elevados de azúcar en la sangre pueden provocar hiperactividad, haciendo que los niños estén más inquietos y les cueste conciliar el sueño. La falta de un descanso adecuado afecta el crecimiento y desarrollo infantil, además de aumentar la irritabilidad y dificultar la concentración durante el día.

Recomendaciones para reducir el consumo de azúcar en la dieta infantil

Para evitar las consecuencias negativas del exceso de azúcar, es esencial que los padres y cuidadores supervisen la alimentación de los niños y tomen medidas para reducir el consumo de azúcar:

  1. Limitar el consumo de bebidas azucaradas: Las gaseosas, jugos artificiales y bebidas energéticas suelen ser una de las principales fuentes de azúcar en la dieta infantil. Optar por agua o jugos naturales sin azúcar añadida es una excelente alternativa.
  2. Leer las etiquetas de los alimentos: Muchos productos alimenticios contienen azúcares ocultos. Es importante leer las etiquetas y buscar nombres alternativos del azúcar, como jarabe de maíz, fructosa o dextrosa.
  3. Fomentar el consumo de frutas frescas: En lugar de ofrecer postres azucarados, es preferible dar a los niños frutas frescas, que contienen azúcares naturales junto con fibra, vitaminas y minerales esenciales.
  4. Establecer límites claros: Aunque es normal que los niños disfruten de dulces ocasionalmente, es esencial establecer límites sobre la cantidad y frecuencia de estos alimentos para proteger su salud.

 

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