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Puig: «Los no vacunados van a tener restricciones de acceso»

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Puig: "Los no vacunados van a tener restricciones de acceso"

València, 18 nov (EFE).- El president de la Generalitat, Ximo Puig, ha afirmado este jueves que el Consell no tiene intención en este momento de aplicar restricciones contra el coronavirus, sino que aplicará todos los instrumentos disponibles frente a la pandemia, entre ellos el pasaporte covid, que se está ultimando.

Puig ha señalado a los medios de comunicación que todo el mundo debe «tener claro que va a haber algunas restricciones de acceso a los no vacunados en algunos espacios» de la Comunitat Valenciana, lo que se ha decidido para dar la «máxima seguridad posible» al 90 % de la población que se ha vacunado contra la covid-19.

Según ha explicado, durante esta semana se va a trabajar para «ajustar bien» los espacios en los que se pedirá el certificado de vacunación para poder entrar y para definir los parámetros que permitan que el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) lo autorice, como el plazo y los espacios concretos.

El president ha señalado que Salud Pública está trabajando ya en el informe que sustentará la petición que la Generalitat planteará al TSJCV, y ha considerado que la próxima semana se podrá dar ya «una vía de salida» al certificado covid para poder así facilitar «la máxima seguridad».

También se está estudiando «el seguimiento y la tecnología necesaria» para facilitar a todos los lugares donde se vaya a limitar el acceso que lo puedan hacer efectivo, ha explicado Puig, quien ha precisado que se trabaja ahora en «redondear» los espacios en los que se aplicará, que serán los que los técnicos aconsejen, aunque figurarán aquellos en los que hay «más facilidad de contacto sin mascarilla y hay poca ventilación».

Puig ha aseverado que quieren dar pasos que sean «firmes» y no tener después problemas jurídicos, como ha ocurrido en algunas comunidades autónomas cuyos TSJ ha «echado atrás» este pasaporte, por lo que esta decisión se debe tomar «con el mayor sustento y soporte jurídico», para no generar luego «más problemas a la ciudadanía de los necesarios».

Ha insistido en que la intención de la Generalitat es que no haya más restricciones, y por ello se quiere aplicar el pasaporte covid, que no es «la solución definitiva», sino un «instrumento más» contra la pandemia, en el que hay que tener en cuenta no obstante que estar vacunado «no significa que no se pueda contagiar».

El president ha hecho hincapié en que lo más importante es que los más de 400.000 valencianos que todavía no se han vacunado lo hagan y den un paso adelante en favor de su propia vida, de la vida de su familia y de toda la sociedad en un acto de corresponsabilidad que es fundamental.

Además, ha recordado que se va a poner en marcha el refuerzo de la vacunación a las personas mayores de 60 años, y ha pedido a la ciudadanía que siga usando la mascarilla -el instrumento más «eficaz y fiable» en la lucha contra la pandemia-, mantenga la distancia y ventile los espacios.

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Valencia

El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita

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El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita
El president de la Generalitat, Carlos Mazón. EFE/ Biel Alino/Archivo

La catástrofe desencadenada por la DANA del 29 de octubre de 2024 en la Comunitat Valenciana, que dejó un lacerante saldo de más de 229 víctimas, no puede quedar impune. Más allá del dolor humano y de la reconstrucción material, está la responsabilidad política. Y en ese terreno, Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, acumula mentiras, contradicciones y el profundo desgarro de quienes lo perdieron todo. Por dignidad, por ética y por justicia, Mazón debe dimitir.

Una gestión inexcusable

Cuando la alerta roja estaba activada, Mazón estaba ausente del lugar que le correspondía. Según los informes oficiales, llegó al comité de crisis (CECOPI) a las 20:28 horas, cuando ya se había emitido la alerta a la población minutos antes. No fue un “error de agenda”, sino un fallo estructural que costó vidas.

Mientras Valencia vivía una riada devastadora, el presidente se encontraba en una comida privada en lugar de supervisar la emergencia. Su entorno lo justificó como una reunión de trabajo, pero el contexto lo desmiente: fue ausencia, negligencia y falta de liderazgo.

La falta de movilización de efectivos tampoco puede justificarse. Los informes cruzados detectan irregularidades en el número de bomberos y medios activados. Cuando una emergencia reclama transparencia, los datos confusos o manipulados son una afrenta.

Mentiras, contradicciones y silencio

Mazón ha intentado derivar responsabilidades hacia la Agencia Estatal de Meteorología o la Confederación Hidrográfica del Júcar, en lugar de asumir el liderazgo que su cargo exige. Cuando el caos se instala, quien gobierna debe estar al frente, no buscando culpables.

Peor aún, ha ofrecido versiones cambiantes sobre su paradero, sus llamadas y las decisiones adoptadas aquel día. La investigación judicial avanza con pruebas que desmontan la versión oficial. Cuando un líder debe explicar dónde estaba durante una tragedia, el problema ya no es circunstancial: es estructural.

Las víctimas, traicionadas

No basta con lamentar lo sucedido cuando la dignidad exige acción. Las asociaciones de víctimas han expresado su malestar y exigido respeto ante la falta de explicaciones claras. “Estar con las víctimas también implica asumir responsabilidades”, repiten familiares que aún esperan una disculpa sincera.

No es solo la ausencia inicial. Es el desfile de versiones, el silencio, la falta de empatía y la reconstrucción lenta. Mientras las familias siguen llorando, el presidente intenta sostener su imagen pública como si nada hubiera ocurrido.

La única salida digna: la dimisión

Integridad política. Quien incumple los principios básicos de responsabilidad pierde la legitimidad para seguir al frente.

Justicia para las víctimas. Pedir perdón no basta cuando no se explica con claridad, cuando no se asumen errores ni se ofrecen soluciones. Las víctimas merecen que se depuren responsabilidades reales.

Confianza institucional. La credibilidad de la Generalitat se resquebraja cuando su presidente ofrece explicaciones tardías, contradictorias y evasivas. Eso no solo afecta a Mazón, afecta a toda la Comunitat Valenciana.

Renovación del liderazgo. El desastre del 29-O no puede cerrarse con un “sigo al mando”. Hace falta un relevo que reconstruya no solo los territorios inundados, sino también la confianza de los ciudadanos.

La responsabilidad compartida

Los silencios cómplices también pesan. Los partidos que sostienen a Mazón deben preguntarse si su apoyo es ético o meramente político. Cada día que pasa sin rendir cuentas es una herida más para las víctimas y una mancha más para las instituciones.

La dimisión no sería una derrota política, sino un acto de respeto hacia los que sufrieron, hacia los que murieron y hacia toda una sociedad que exige transparencia y verdad.

La tragedia del 29 de octubre no son solo cifras. Son vidas, familias, municipios arrasados y una sociedad herida. Carlos Mazón mantuvo su comida en El Ventorro cuando la provincia se inundaba, cambió versiones cuando se investigaba y continúa en el cargo pese al clamor ciudadano.

Por integridad, por dignidad, por justicia: Carlos Mazón debe dimitir.
Y quienes lo sostienen, deberían preguntarse si su silencio también los convierte en responsables.

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