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¿Qué pasó un 14 de marzo?

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Qué pasó un 14 de marzo
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forteaJosé Luis Fortea

Qué pasó un 14 de marzo

…….en 1516 en Flandes, Carlos de Gante, el hijo de Felipe de Habsburgo, “el hermoso” y Juana de Castilla, a la que llaman “la loca”, a los cincuenta días de haber fallecido su abuelo, el rey Fernando el Católico, se hace proclamar rey de Castilla y de Aragón, rey de España, con el título de Carlos I.

Este acto, no cuenta con el beneplácito ni la voluntad del mismo Consejo de Castilla, el cual  estima que estando su madre, Juana, todavía en vida, declararse investido rey es en cierta manera considerado un desdén hacia el honor y la persona de esta, por lo que Carlos adopta la misma forma para gobernar que hiciera su padre, “reinando conjuntamente”, de forma que oficialmente y para aquietar los ánimos revueltos de aquellos consejeros castellanos, comienza su nombramiento del modo siguiente;

-“Doña Juana y don Carlos su hijo, reina y rey de Castilla, de Aragón, de León, de Navarra, de las Dos Sicilias………”-

La cuestión sobre la presunta enfermedad de Juana, venía de lejos, pues ya eran conocidos ciertos pasajes que había protagonizado estando en Flandes y que habían llegado a oídos de la misma reina Isabel, ”la católica”, conocedora por ejemplo, de la historia del nacimiento de su nieto Carlos, en unas letrinas, el 24 de febrero de 1500, cuando invitado el matrimonio de Felipe y Juana a una fiesta en el palacio de “La Casa del Príncipe”, en Gante, esta, a pesar de su avanzado estado de gestación, temiendo más por los devaneos de su marido que por su situación, prefiriera acompañarle, y una vez allí, encontrándose indispuesta, sin ayuda de nadie, diera a luz en los mencionados excusados.

No cabe duda que estos galanteos provocaban en Juana un estado de desasosiego y desazón permanente, que llegó a transformar su carácter, protagonizando escenas que contribuyeron a difundir aún más “esta enfermedad”, y su presunta incapacidad para dirigir los designios de Castilla.

Cuando el 26 de noviembre de 1504 fallecía Isabel, “la católica”, en el palacio Real Testamentario, en Medina del Campo, en Valladolid, en su testamento, disponía que fuera su hija Juana, la reina de Castilla, pero haciendo constar que;

«…cuando la princesa, mi hija, no estuviere presente en estos reinos o estando en ellos no quisiere o no pudiere entender en la gobernación de ellos, el rey Fernando, mi señor, sea quien rija, administre y gobierne los dichos mis reinos y señoríos por la dicha princesa…»

Las maniobras del marido de Juana por hacerse con la corona de Castilla no se hicieron esperar, primero en 1505 mediante la “Concordia de Salamanca” que disponía para Castilla, una regencia tripartita, entre el matrimonio de Juana y Felipe junto al Católico don Fernando y en segundo lugar, al año siguiente, en 1506, el 27 de junio con la firma de un nuevo pacto con su suegro, la “Concordia de Villafáfila”,  en el que se declarará, bajo supuesta enajenación mental, la incapacidad de gobernar de Juana, siendo por tanto reconocido en su nombre como rey, “el hermoso”, con el título de Felipe I, retirándose Fernando a sus dominios y renunciando a gobernar en Castilla (aunque las Cortes reunidas en Valladolid se negaron a declarar la incapacidad de la reina Juana).

No iba a durar mucho esta situación, pues estando en el palacio de los Condestables de Castilla, en el casco histórico de Burgos, lugar también conocido como “la casa del cordón” donde invitados Juana y Felipe I, desde el día 17 de septiembre, después de haber participado en unos juegos de pelota, estando todavía sudoroso, Felipe I, bebió agua fría, empezando a  encontrarse indispuesto y presentando fiebre alta, con claros síntomas de lo que parecía ser una neumonía, con tos y escalofríos, falleciendo como consecuencia de esta, el día 25 de septiembre de 1506. Siendo precisamente desde este lugar, desde donde partirá la comitiva que realizará un periplo por toda Castilla hacia Granada, lugar donde descansará eternamente.

Poco después, se reúne en la casa del cordón un consejo de regencia, que nombrará a Fernando II de Aragón regente hasta la mayoría de edad de su nieto Carlos que cuenta, por aquellos tiempos, con seis años de edad. Será a partir de ese momento, cuando el rey aragonés, regente de Castilla establezca la corte en la susodicha casa del cordón, hasta que  el 23 de enero de 1516, en la casa de Santa María, en el municipio de Madrigalejo, en la provincia de Cáceres, a los sesenta y tres años fallezca el rey Fernando, cincuenta días antes de lo aquí narrado.

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……… en 1879, nace en la localidad alemana de Ulm, del estado de Baden-Wurtemberg, Albert Einsten.

En 1896, contando con dieciséis años de edad, se traslada a Suiza, donde comenzará sus estudios superiores en la escuela politécnica federal de Zúrich, la ETH, graduándose en física y matemáticas, una escuela a la que han asistido, además del propio Eisntein, hasta veintiún premios Nobel más (dos en medicina, ocho en física y once en química).

A lo largo de su vida tuvo hasta tres nacionalidades, la alemana de origen, la suiza y finalmente la estadounidense. Preguntado en cierta ocasión sobre este asunto, y de qué manera habría podido afectar sobre su fama y carrera, al haber disfrutado de tres nacionalidades diferentes, este contestó;

-“pues mire Usted, todo depende de si mis teorías hubieran resultado falsas, porque de haber sido así, los estadounidenses dirían que yo era un físico suizo; los suizos, que era un científico alemán; y los alemanes que era un astrónomo judío-“.

En 1905, siendo aún un joven de veinticuatro años desconocido, empleado en la oficina de patentes de Berna, en Suiza, publicó la “teoría de la relatividad especial”, en un ámbito teórico simple, con postulados sencillos, que cambiaría las teorías comúnmente aceptadas hasta la fecha, y en 1915 formularía la teoría general de la relatividad.

Con una ecuación, que quizás sea la más conocida y popular de todas [E=mc²] que en un intento por intentar explicarla y resumirla podríamos señalar que, por ejemplo, la teoría postula que cuanto más cerca se está de la velocidad de la luz,  más lentamente transcurre el tiempo, de forma que si un astronauta viajase por el espacio a una velocidad cercana a la de la luz, durante un tiempo determinado, al regresar a la tierra encontraría a su hermano gemelo más viejo que él.

Realizar una explicación sencilla de algo tan complicado, no es tarea sencilla, para los profanos en estas lides, como un servidor. Sobre este mismo tema, fue preguntado el físico, por un periodista, si podría darle una breve explicación, que resultase sencilla sobe esta, su teoría de la relatividad especial, a lo que Einstein le contestó con otra cuestión;

-“¿Me puede Ud. explicar cómo se fríe un huevo?”, pregunta a la que rápidamente el periodista le contestó con una afirmación, replicándole rápidamente;

-“pues bien, ahora inténtelo, pero imagine que yo no sé lo que es un huevo, ni una sartén, ni el aceite, ni el fuego-“.

En este sentido sobre la dificultad de la compresión del entendimiento de sus teorías, coincidiendo en un acto social con el genial actor Charles Chaplin, Einstein le dijo; -“lo que he admirado siempre de Usted es su arte universal; todo el mundo le comprende y admira”- respondiéndole Chaplin, -“lo suyo es más digno de respeto, todo el mundo le admira y prácticamente nadie le entiende”-

Hoy por tanto, día 14 de marzo, hubiéramos celebrado su centésimo trigésimo octavo cumpleaños (138) de este extraordinario científico.

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…… en 1964, queda finalmente reunido para deliberar, el jurado que había sido constituido en el proceso “del Estado de Texas contra Jack Ruby”, después de haber escuchado la víspera los alegatos finales de la fiscalía y de la defensa.

Ruby, sobrenombre con el que se conocía a Jacob Rubenstein, natural de Chicago, de cincuenta y dos años, había disparado a Lee Harvey Oswald, cuando era trasladado a la cárcel del condado, dos días después de que éste hubiera sido acusado del asesinato del presidente de los Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy, del pasado 22 de noviembre, en la plaza Dealey de la ciudad texana de Dallas.

Dejo el enlace de este suceso (https://www.youtube.com/watch?v=r6PcVCqg3tg).

El veredicto, finalmente emitido, tras dos horas y veinte minutos de deliberación, leído por el juez Joe Brown por el que será condenado a la pena capital, a morir ejecutado en la silla eléctrica.

Pero los abogados del empresario lograron la anulación del mencionado juicio y la citada sentencia, siendo juzgado nuevamente, pero en esa ocasión por homicidio simple y no premeditado.

Morirá tres años después, en espera de un nuevo juicio, el 3 de enero de 1967.

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Qué pasó un 22 de julio

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Qué pasó un 22 de julio

José Luis Fortea

………….corría el verano de 1975, aquel en el que no cesaba de sonar en las radios el Bimbó de Georgie Dann, que acabaría siendo declarada oficialmente la canción del verano, aquel en el que Televisión Española emitía su series detectivescas de moda, las de “Tony Baretta” y “Kojak” y que amenizaba desde el pasado mes de abril, la noche de los sábados, con un nuevo programa llamado “Directísimo”, presentado por un joven bilbaíno de treinta y tres años, de grandes bigotes, llamado José María Íñigo Gómez.

Bernard Thévenet

Aquel verano, en el que ganaba el tour, contra todo pronóstico, el francés Bernard Thévenet, imponiéndose a un Eddy Merckx, líder desde la sexta jornada, que había sido golpeado por un espectador en su costado derecho en el ascenso al Puy de Dome, presentando desde entonces unas molestias que le harían perder a partir de aquella etapa, la decimocuarta, el maillot amarillo y que no lo volvería a recuperar, de un periodo estival más que sofocante y tórrido, en el que una caña en aquellos días costaba entonces diez pesetas, de aquel verano, el del 75, el último del jefe del Estado español, que fallecería cinco meses más tarde.

Qué pasó un 22 de julio

El martes 22 de julio, de un día como hoy, de hace más de cuarenta años , a unos cincuenta y tres kilómetros de Sevilla, en el término municipal de Paradas, iba a tener lugar uno de los sucesos más trágicos de los últimos tiempos, que acabaría por convulsionar la vida de sus cerca de ocho mil habitantes, de un terrible episodio que en los juzgados terminaría conociéndose como el expediente 20/75.

A unos cuatro kilómetros de la mencionada población de Paradas, se encuentra la finca de los Galindos, perteneciente, desde hace seis años, a Gonzalo Fernández de Córdoba y Topete, marqués de Grañina, donde suele acudir esporádicamente, en tiempo estival, sin la compañía de su mujer, María de las Mercedes Delgado Durán. Al frente del aludido inmueble, se encuentra Manuel Zapata Villanueva, de cincuenta y nueve años, antiguo legionario y miembro de la Guardia Civil, que allí vive junto a su mujer Juana Martín Macías, de cincuenta y tres años, desempeñando las tareas de capataz, en unos terrenos dedicados principalmente al cultivo de la aceituna.

En el cortijo trabajan siete personas, tres tractoristas y cuatro temporeros, que a eso de las ocho de la mañana, de aquel martes día 22, ya se encuentran allí para ponerse a bregar, antes de que el sol les ajusticie con esos 49 ºC que alcanzarán a lo largo de aquella misma mañana. Zapata, como de costumbre, es quien distribuye “la faena”, mandando a las alpacas, a medio kilometro de la finca, al tractorista José González Jiménez, a un segundo tractor, junto con tres braceros, a la parte posterior del cerro y al tercer tractorista Ramón Parrilla a regar garrotes (que son los troncos de los olivos metidos en bolsas con tierra) de una jornada laboral que se prolongará hasta la una, momento en el que harán un alto en el camino para almorzar, durante cerca de media hora, y proseguir hasta eso de las cuatro de la tarde, cuando el mercurio se encarame en lo más alto de los termómetros respondiendo al calor abrasivo de esos casi cincuenta grados.

Y es entonces, sobre esa hora de las cuatro de la tarde, cuando el grupo de los tres temporeros que se encuentran en la parte del cerro observan salir un humo negro y espeso del cortijo, dirigiéndose rápidamente hacia allí.

Al llegar al lado de la verja de la entrada, encuentran restos de lo que parece un reguero de sangre, que les hace presagiar que alguien pudiera haber resultado herido, de un rastro abundante que dibujando un movimiento sobre la tierra serpenteante poco a poco se va diluyendo hasta llegar a desaparecer, por lo que Antonio Escobar, uno de aquellos trabajadores, acude raudo hacia el cuartel de la Guardia Civil, para dar el pertinente aviso, mientras Antonio Fenet Pastor, que lleva cinco años trabajando las tierras de Los Galindos, divisa lo que le da la sensación son dos cuerpos mutilados en aquel fuego que acelerado con gasolina desprende un olor más que nauseabundo, decidiendo no indagar más, hasta la llegada de la Benemérita.

No tardan mucho en personarse en el cortijo el cabo Raúl Fernández acompañado de un número de la Guardia Civil, para realizar las primeras diligencias de investigación. Al entrar en la casa, observan, al lado de una mesa camilla, otro gran charco de sangre, cuyo rastro se dirige pasillo arriba, hacia donde se encuentra la puerta de una habitación cerrada con un candado, colocado en la parte exterior, que fuerzan para poder acceder a su interior, encontrándose una vez dentro, el cuerpo de Juana Martín, la mujer del capataz, con la cabeza destrozada, golpeada por algún objeto romo, no hallándose nada más reseñable en la vivienda.

En el exterior, donde todavía permanece encendido aquel fuego, aparecen los restos casi calcinados del tractorista José González, Pepe, de 27 años y su esposa Asunción Peralta, seis años mayor que él, de 34 años, a quien al parecer había ido a recoger al pueblo para traerla allí, en algún momento de aquel día, aparcando su seiscientos de color crema en la entrada del cortijo, desconociéndose los motivos.

En la cuneta del llamado Camino de Rodales, cubierto con un montón de paja, se descubre un cuarto cuerpo sin vida, el del jornalero Ramón Parrilla, de 40 años de edad, tractorista eventual de la finca, muerto de un disparo de escopeta.

De Zapata, el capataz de la finca de Los Galindos, no hay rastro alguno, por lo que las primeras sospechas recaen sobre este, emitiéndose incluso, a la mañana siguiente, por el recién llegado juez del juzgado de Écija (al estar el de Carmona de vacaciones) Andrés Márquez Aranda la pertinente orden de busca y captura.

Al parecer, en los mentideros del pueblo, se decía que las relaciones entre el capataz y el tractorista Pepe no eran todo lo buenamente deseables que podían ser, fruto de un intento de José González por cortejar a una de las hijas de Zapata, negándose este a dicha relación, enemistando en cierta manera a ambos. Lo cual fue considerado como un posible móvil de aquel crimen, aunque no resolvía las dudas existentes sobre las restantes muertes.

Y fue entonces cuando tres días más tarde, el 25 de julio apareció el cadáver del capataz, que tras la autopsia realizada determinaría que había resultado ser la primera de las víctimas de aquel crimen que ya sumaba con esta, cinco muertes, desarbolando la hipótesis que se había venido considerando como probable.

El sumario del caso, el denominado expediente número 20 de 1975, con más de mil trescientos folios, ha dado a lo largo de la historia numerosas elucubraciones y teorías que no han podido resultar finalmente probadas, recayendo durante años las sospechas, tras haber sido encontrado el cuerpo de Manuel Zapata, sobre José González Jiménez que juzgado y condenado por el pueblo tendría que esperar hasta la exhumación de los cadáveres mediante orden emitida por el juez Heriberto Asensio que acabaría determinando que el “sospechoso” era, de igual forma, triste víctima de este suceso, y que además en opinión del prestigioso médico forense Luis Frontela Carreras, estudiando aquellas manchas de sangre en el piso encontradas, concluiría que a –“Juana la arrastraron desde el comedor hasta el dormitorio entre dos personas por lo menos”- .

Transcurrido los plazos legales previstos sin encontrarse el culpable de estos hechos, la causa quedaría archivada en el año 1988, y siguiendo el principio que extingue la responsabilidad criminal por el transcurso del tiempo, siendo para este tipo de delitos el previsto de veinte años, fue por tanto declarado su prescripción en 1995, a los veinte años de haberse cometido.

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