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Gastronomía

Menú navideño de Ricard Camarena: Pelota de cocido valenciano y verduras

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Ricard Camarena

València, 20 dic (OFFICIAL PRESS- EFE).- Llegadas estas fechas, recuperamos el menú navideño de Ricard Camarena, que acaba de revalidar sus dos estrellas Michelin.

El cocinero valenciano apuesta por un menú para la comida de Navidad que «se sale del guión», con pelota de cocido valenciano «vestida de fiesta», velouté de alcachofas y habitas y calabaza con yogur griego de postre, sin que falte turrón de Jijona.

Menú navideño de Ricard Camarena:

«Os propongo un menú muy sui generis, bueno y alejado de convencionalismos«, avisa el cocinero, que además ha sido reconocido con la innovadora Estrella Verde de la guía Michelin por su especial respeto con el medio ambiente.

Pelota de cocido valenciano y verduras

De primero propone una pelota de puchero valenciano con un buen caldo, pero «pensando en el relleno de esos pavos maravillosos o de esos faisanes» haría un relleno y le pondría orejones y nueces, e incluso un poco de trufa, «el que tenga».

«La vestiría de fiesta», apunta el cocinero de Barx (Valencia), que invita a los encargados de la cocina navideña en sus casas a que sean «creativos con esa pelota maravillosa» y que cada uno «le ponga un poco de imaginación».

Verduras de segundo

«Por salirme totalmente del guión, haría un plato de verduras de segundo«,apuestando por las alcachofas y las habitas en una velouté, una especia de salsa clara «fácil de hacer con el mismo caldo del puchero».

Cómo hacer el menú navideño de Ricard Camarena

«Freír un par de cucharadas de harina en aceite y hacer como una roux (mezcla de harina y una grasa), que es lo que hacemos para la bechamel pero mucho más clarita y con el caldo del puchero, mojarla».

«Ahí sí que estaría bien comprar una trufita, ya que no gastamos en carne y pescado, y rallarlo en ese caldo maravilloso», explica Camarena.

Para hacer las alcachofas revela su truco:

Cocinarlas enteras con piel en agua hirviendo durante 15 o 20 minutos y dejar que se enfríen dentro, luego «se pela como si deshojaras una margarita sin que se pongan las manos negras».

«En ese momento esa alcachofa está lista para consumir. Se puede comer en ensalada pero se puede comer frita, se puede manipular todavía», cuenta, y agrega que limpiaría bien las alcachofas, las cortaría en cuartos para estofarla dentro de la velouté hecha con el caldo de cocido.

El huevo

La guinda de este plato sería «freír un huevo y dejarlo caer encima de ese guiso de alcachofas» y, si ha quedado un poco de trufa, «unas lascas encima estaría bien», y recuerda que el sector trufero de la Comunitat «también tiene que vivir y en el norte de Castellón tenemos mucho».

Postre navideño

El postre de este original menú de Ricard Camarena es calabaza asada, también para «salirse del guión», explica el cocinero, que reconoce que tanto las alcachofas como este fruto de cáscara dura y naranja son sus productos «fetiche».

Para aderezarla, el propietario del Ricard Camarena Restaurant, Habitual o Canalla propone coger un buen yogur griego y añadirle una cucharadita de miel y ralladura de limón.

«Simplemente comería un trozo de calabaza que esté a temperatura ambiente, que salga del horno y que se enfríe, con dos cucharadas de ese yogur aderezado con miel y ralladura de limón y unos trocitos de turrón de Jijona por encima». «Sería un postre maravilloso», asegura.

Mónica Collado

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Gastronomía

VÍDEO| El horno valenciano la Beata Inés se hace viral con sus cruasanes de 4 kilos de peso

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horno la Beata Inés
Noemí Sanz muestra uno de los cruasanes gigantes que se han hecho famosos y virales. EFE/Manuel Bruque

Cullera (Valencia), 16 abr (EFE).- El Horno de la Beata Inés, un negocio familiar situado en Mareny de Sant Llorenç, una pedanía de la localidad valenciana de Cullera, se ha hecho famoso y viral en redes sociales por vender cruasanes artesanales gigantes, que pesan casi cuatro kilos y están decorados con todo tipo de chocolatinas.

El gerente del horno, Moisés Iborra, asegura a EFE que este producto es «la estrella» del local y aclara que, a pesar del volumen del dulce, lo que se prima siempre es la calidad, pues su lema se basa en que los clientes «vuelvan», algo que solo se consigue si el producto es bueno.

Iborra pertenece a la quinta generación de panaderos de la familia y en la actualidad regenta esta empresa, que cuenta con 40 empelados y en la que trabajan sus padres y hermanos. Incluso sus hijos empiezan a ser panaderos porque, según dice, «esto es como los futbolistas, que desde pequeños tienen que estar ahí».

 

El horno la Beata Inés

«Somos panaderos de toda la vida», afirma para añadir que la idea de hacer un cruasán tan grande surgió casi por casualidad hace unos once o doce años, y se ha convertido en lo más demandado de este horno.

El motivo es, a su juicio, que detrás de este producto está la «ilusión» de quien lo compra por sorprender a su familia o a sus amigos, en un momento en que es «muy difícil sorprender a la gente».

Además, considera que es un producto «accesible» para todo el mundo, pues uno de estos cruasanes cuesta 8,99 euros.

El sabor más demandado es el de chocolate blanco y negro, pero también se pueden encontrar muchas otras variedades, como la de pistacho o kinder.

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