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Recogen 10.000 firmas de ciudadanos de apoyo a Zaplana para entregarlas en el Consejo General del Poder Judicial

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VALÈNCIA, 9 Ene. (EUROPA PRESS) – El expresidente de Nuevas Generaciones del PPCV, José Luís Bayo, entregará este jueves, 10 de enero, en la sede en Madrid del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) las firmas de 10.000 ciudadanos para solicitar la puesta en libertad del exministro y ‘expresident’ Eduardo Zaplana «por razones humanitarias».

Junto a las firmas, presentará ante el CGPJ un escrito-manifiesto por la libertad de Zaplana, en prisión provisional por el caso ‘Erial’ e ingresado desde el 18 de diciembre en el Hospital La Fe de València por su grave estado de salud.

Bayo ha convocado una rueda de prensa a las diez de la mañana de este jueves en la puerta del CGPJ para dar a conocer el resultado de la campaña que lanzó en diciembre en la plataforma Change.org.

El objetivo de la iniciativa era solicitar al Juzgado de Instrucción número 8 de València –encargado de la investigación de la denominada operación Erial– que conceda la libertad provisional al también exalcalde de Benidorm (Alicante). La Fiscalía Anticorrupción se opondrá a que quede en libertad tras la última petición de la defensa, según ha podido saber Europa Press este miércoles.

CAMPAÑA EN CHANGE.ORG
La petición subrayaba que Eduardo Zaplana es «una persona que está en la plenitud de su derecho a la presunción de inocencia y, además, padece una enfermedad incurable que lo ha conducido a las puertas de la muerte, según el último parte médico del jefe del Servicio de Hematología del Hospital La Fe, Guillermo Sanz Santillana».

Asimismo, apuntaba que ya se han cumplido siete meses de la orden de ingreso en prisión incondicional y sin fianza en la cárcel de Picassent (Valencia) por parte de la titular del Juzgado de Instrucción número a raíz del caso Erial, donde Zaplana figura como investigado por su presunta implicación en delitos de cohecho, blanqueo de capitales, malversación y prevaricación.

«Los motivos por los que han rechazado las repetidas solicitudes de libertad, –proseguía la iniciativa– son su capacidad para destruir pruebas y el riesgo de fuga». «En cuanto a la destrucción de pruebas, parece algo irrisorio que estando hablando de hechos cometidos hace más de una década, después de estar siete meses privado de libertad, y que se encuentran en investigación conforme consta en el auto de detención en el año 2015, se considere que puede destruir pruebas», argumentaba.

En la misma línea, añadía que «no menos deleznable es afirmar su riesgo de fuga, por cuanto no sólo estamos ante una persona con una grave enfermedad, sino que además su arraigo a nuestra tierra es indiscutible,». «Pero por encima de todo ello, se encuentra el honor y la honorabilidad del Molt Honorable ‘expresident’ de la Generalitat Valenciana Don Eduardo Zaplana Hernández-Soro’, persona ejemplar, tanto en cuanto a su calidad humana, como en cuanto a sus hechos, políticos y personales», agregaba.

La petición precisaba que la muestra de apoyo «no significa exculpar a nadie». Bayo –quien intentó concurrir a las primarias en XIX Congreso del PP pero cuya candidatura fue rechazada por problemas con los avales– apuntó entonces que él, «personalmente», tiene «la certeza y la fiel convicción de su inocencia».

APOYO DE EXMINISTROS
Precisamente este miércoles, exministros de UCD, PP y PSOE han firmado un manifiesto mostrando su «preocupación» por el estado de salud de Zaplana y han pedido a las autoridades judiciales que tenga en cuenta «los principios humanitarios» debido a un «peligro de muerte inmediata».

Hasta 28 exministros de gobiernos de José Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero han suscrito el manifiesto de la Fundación España Constitucional haciendo constar su preocupación por el estado de salud del ‘expresident’.

El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, también ha afirmado este miércoles que el que fuera exministro del PP y expresidente y todos los presos enfermos «tienen que estar en libertad». Ha recordado, en declaraciones a Europa Press, que, a través de las redes sociales, ya pidió en su día «el bienestar» de Zaplana.

«A mí me parece que una persona que está en las que está el señor Zaplana, con el que yo no tengo nada que ver ni connivencia ideológica o política con él, debería estar en libertad. Y, como él, todos los presos enfermos que están en el Estado español y en el Estado francés», ha apuntado.

Por su parte, el presidente de la Cámara de Comercio de Alicante, Juan Bautista Riera, se ha sumado este miércoles a la petición de que Zaplana debería «estar en su casa en tanto en cuanto no se determine el grado de culpabilidad que pueda tener o no».

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Las frases más duras del rey Juan Carlos sobre Letizia en ‘Le Figaro’

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rey Juan Carlos Le Figaro
Rey Juan Carlos

Con aspecto cansado y apoyado en un bastón tras sus múltiples operaciones de cadera y rodilla, el rey emérito Juan Carlos I abre las puertas de su refugio en Abu Dabi al medio francés Le Figaro y rompe su silencio tras años de exilio, concediendo una entrevista que ya ha levantado polémica dentro y fuera de España.

En la conversación, el monarca reflexiona sobre su reinado, su legado y su situación actual, marcada por la soledad, la distancia de su familia y el peso de los escándalos. “Ahora que mi hijo me ha dado la espalda por obligación y mis supuestos amigos han desaparecido, veo que nunca fui libre”, confiesa.


“La democracia no cayó del cielo”

El rey emérito recuerda la Transición española como “uno de los logros más importantes de su vida” y defiende su papel como garante de la democracia.

“La democracia no cayó del cielo”, afirma, insistiendo en que “si pudo llegar a ser rey, fue gracias a Franco”.

Una declaración que sorprendió al periodista francés, quien le advirtió de la polémica que podrían generar sus palabras. Juan Carlos responde con naturalidad:

“¿Por qué mentir, si fue una persona que me hizo rey, y en realidad me hizo rey para crear un régimen más abierto?”.

Estas afirmaciones forman parte de su nuevo libro, Reconciliación, una obra de 500 páginas que se publicará el 5 de noviembre en Francia y en diciembre en España. Según el propio monarca, Felipe VI mostró su preocupación por el tono “sin filtros” del texto.

“Quienes esperen revelaciones trascendentales se sentirán decepcionados”, advierte el emérito, que asegura haber dudado antes de escribir sus memorias:
“Me di cuenta de que los hijos y nietos de mis amigos no tenían idea de quién era Franco ni de la Transición democrática. Creí necesario dar testimonio directo de lo que viví durante treinta y nueve años de servicio a mi país”.


La melancolía del exilio

Sentado entre olivos centenarios en el jardín de su residencia en la isla de Nurai —una propiedad cedida por el jeque Mohammed Ben Zayed, presidente de Emiratos Árabes—, Juan Carlos I se muestra melancólico y nostálgico.

“Verse obligado al desarraigo y al aislamiento al final de la vida no es fácil. Estoy resignado, herido por una sensación de abandono. Hay días de desesperación y de vacío”, admite.

Desde su marcha en agosto de 2020, el rey apenas ha tenido contacto con su familia, salvo con su nieto Froilán, que vive con él en Abu Dabi. Reitera que su autoexilio fue voluntario, para “no obstaculizar el buen funcionamiento de la Corona ni a mi hijo en el ejercicio de sus funciones soberanas”.

Aun así, deja entrever una fractura emocional con Felipe VI:

“Mi hijo me dio la espalda por sentido del deber. Entiendo que, como rey, deba mantener una postura pública firme, pero sufrí su insensibilidad”.

El emérito recuerda una conversación con su hijo durante la Navidad de 2020, que define como “encerrada en el silencio de la incomprensión y el dolor”.


Juan Carlos I: errores, decepciones y la “debilidad” de Corinna Larsen

Entre la nostalgia y el arrepentimiento, el monarca asume haber cometido errores.

“Soy consciente de haber decepcionado. Tengo numerosas debilidades”, confiesa, señalando que fue víctima de “errores de juicio nacidos del amor y la amistad”.

Sobre sus relaciones más controvertidas, hace una referencia directa a Corinna Larsen, a quien califica como “un grave error”.

“Fue un grave error haber aceptado el regalo de cien millones de dólares del rey Abdulá de Arabia Saudí, pero todos los procesos judiciales han sido desestimados y no se me ha imputado nada”.

Reconoce también que fue “cegado por un cierto séquito malévolo” y que confió en empresarios que lo involucraron “en un embrollo financiero que se escapó de sus manos”.


Letizia y Sofía: la otra cara de la monarquía

El rey dedica unas líneas a las dos reinas de su vida. De Sofía, habla con afecto y nostalgia:

“La llamo ‘Sofi’. Lamento que no me acompañe en mi vida en Abu Dabi”.

Sin embargo, su tono cambia al referirse a la reina Letizia.

“Tengo un desacuerdo personal con Letizia. No contribuyó a la cohesión de nuestras relaciones familiares”, admite.

Esta confesión, una de las más comentadas de la entrevista, deja entrever el distanciamiento histórico entre el emérito y la actual reina consorte, cuya llegada a la familia real marcó un cambio de estilo y tensiones en el entorno monárquico.


La herencia a Leonor y el mensaje a Felipe VI

En un tono más conciliador, Juan Carlos envía un mensaje a su hijo Felipe VI:

“España no es automáticamente un país monárquico. Es responsabilidad del rey moldear la monarquía cada día”.

También dedica unas palabras a la princesa Leonor, heredera al trono:

“Que tenga seguridad en sí misma, que cumpla con su deber con simpatía y amabilidad, que sea garante del respeto a la Constitución Española”.


“Hubo tres golpes el 23-F”

El capítulo sobre el golpe de Estado del 23-F es uno de los más reveladores. Juan Carlos I asegura que no fue un solo golpe, sino tres:

“El golpe de Tejero, el de Armada y el de los cargos electos cercanos al franquismo”.

“Alfonso Armada estuvo a mi lado durante diecisiete años. Lo quise mucho, y me traicionó. Convenció a los generales de que hablaba en mi nombre”, explica.

El monarca también recuerda que, durante sus primeros años de reinado, tuvo el poder de refrendar penas de muerte, aunque nunca tuvo que ejercerlo:

“Si hubiera dicho que no, los generales me habrían derrocado”.


“Nunca fui libre”

En el cierre de su entrevista con Le Figaro, el rey Juan Carlos hace una reflexión que resume su sentir:

“A pesar de mis problemas de movilidad y los intentos de desacreditarme, desde mi nacimiento no he sido dueño de mi destino. Di libertad a los españoles al establecer la democracia, pero nunca pude disfrutar de esa libertad para mí”.

Con esta confesión, el emérito deja claro que, a sus 87 años, se siente prisionero de su propia historia, atrapado entre el peso de su legado y las consecuencias de sus decisiones personales.

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