Valencia
Los esfuerzos de una residencia de mayores por recuperar la normalidad tras la dana
Publicado
hace 10 mesesen

Catarroja (Valencia), 11 nov (EFE).- «Me vino a la cabeza la riada de 1957», pensó Antonio al ver desbordarse el barranco del Poyo junto a la residencia de mayores en la que vive en Catarroja (Valencia), cuyos trabajadores se han volcado para que los ancianos puedan afrontar su vida tras la dana con la mayor normalidad y calma posible pese a las dificultades.
Una de las imágenes más duras de la dana ha sido la inundación de una residencia de ancianos en la localidad valenciana de Paiporta, en la que fallecieron seis residentes.
A pocos kilómetros de allí, en la residencia de mayores Parqueluz, una de las dos que hay en el pueblo de Catarroja, afortunadamente no hubo ninguna víctima por la riada que entró por la planta baja del centro y llegó a alcanzar varios palmos de agua en algunas estancias.
La rápida actuación de los trabajadores la tarde del 29 de octubre fue fundamental para evitar una desgracia, ya que decidieron adelantar la hora de la cena y empezar a subir a los 140 ancianos a las plantas superiores al observar desde el propio edificio la crecida del agua en el barranco del Poyo.
Los ancianos recuerdan otras riadas
Antonio, un residente de 67 años, vio el desbordamiento del barranco junto a la recepcionista de la residencia y enseguida pensó en sucesos parecidos, como la gran riada de 1957 en València y la rotura de la presa de Tous de 1982.
«Después de haber vivido la pantanada de Tous, esto se vive con tranquilidad», cuenta a EFE este hombre, que aconseja precisamente tratar de mantener la calma ante catástrofes de este tipo.
También Joaquín, de 63 años, recuerda perfectamente las inundaciones de 1982, en las que tuvo que estar «limpiando continuamente» de barro las calles, y cree que lo que ha pasado con la actual dana es «del estilo».
En su caso, como otros residentes, es consciente de la tragedia que han vivido vecinos de Catarroja y de localidades de los alrededores, y agradece poder haber estado a salvo aquella fatídica noche en la residencia, que apenas ha sufrido daños materiales.
«Yo pasé un poquito de miedo», confiesa María Cruz, de 64 años, quien estuvo muy preocupada cuando vio las primeras imágenes de la riada en la televisión, aunque al subir esa noche a su cuarto (ubicado en la cuarta planta) se quedó más tranquila y pudo dormir bien.
La entrega de los trabajadores de la residencia
Tanto Antonio como Joaquín y María Cruz relatan con mucha templanza sus recuerdos de aquella noche del 29 de octubre. Su visión y sus vivencias contrastan con la angustia que sufrieron los trabajadores, algunos de los cuales llegaron a poner en riesgo sus vidas para cuidar de las personas mayores.
«Ante todo, lo que intentamos es que ellos estuvieran seguros dentro de la situación que se nos venía encima», cuenta a EFE la directora de la residencia, Lucía.
En su caso, no estaba ya en el centro cuando comenzaron las inundaciones pero estuvo comunicada todo el tiempo que pudo desde su pueblo, Paiporta, uno de los más devastados por la dana, y cuenta que hubo algunas trabajadoras fuera de horario laboral que decidieron coger sus coches para conducir hasta la residencia y ayudar en lo que fuera necesario.
Por su parte, la coordinadora de auxiliares, Merche, relata que muchos trabajadores se están quedando a comer, a cenar e incluso a dormir en la propia residencia para estar pendiente de los ancianos el tiempo que haga falta, y agradece toda la ayuda que están recibiendo por parte de voluntarios y algunas autoridades.
«Tenemos que rechazar a veces los pañales porque estamos saturados de pañales. El otro día la UME nos descargó dos camiones de pañales», dice.
Pequeñas dificultades tras la dana
En la actualidad, apenas hay señales visibles de la dana en la residencia, más allá de algunas marcas de agua en determinadas paredes de la planta baja, y el mobiliario de la estancias comunes y de la cocina está prácticamente intacto.
Sin embargo, la comidas y las actividades grupales se han traslado a las plantas superiores, a la espera de terminar de acondicionar la planta baja.
En las primeras horas tras la dana no hubo luz ni agua en la residencia, pero ahora la mayor dificultad es la falta de gas, que obliga a cocinar con bombonas y a lavar a los ancianos con esponjas jabonosas y toallitas, al no salir el agua caliente todavía en el baño. Además, uno de los dos ascensores sigue sin funcionar.
Con estos pequeños inconvenientes de fondo, la residencia trata de ir recuperando la normalidad lo antes posible, y este lunes ya retomará las vistas de familiares, que hasta ahora se han conectado con los residentes por llamadas y videollamadas, como en la pandemia.
En ningún momento han faltado las medicinas de los ancianos, gracias a la colaboración de una farmacia cercana, y todos los trabajadores prestan mucha atención a la salud mental y a las necesidades de cada residente para gestionar esta tragedia.
«Tenemos un poco de todo, desde los que tienen más deterioro cognitivo, que por suerte o por desgracia no están siendo conscientes de todo lo que están viviendo, y la gente que está mejor», comenta Mar, una de las fisioterapeutas de esta residencia, que es un buen ejemplo de la importancia de los cuidados y el trabajo en equipo en medio de una catástrofe como la dana.
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- Un grupo de voluntarios camian junto a la residencia tercera edad Parqueluz en Catarroja. «Me vino a la cabeza la riada del 57», pensó Antonio al ver cómo se desbordaba el río que pasa junto a la residencia de mayores en la que vive en Catarroja (Valencia), cuyos trabajadores se han volcado para que los ancianos puedan afrontar su día a día tras la dana con la mayor normalidad y calma posible pese a las dificultades. EFE/Miguel Ángel Polo
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- Vista de un mural con fotos de los familiares de la residencia tercera edad Parqueluz en Catarroja. «Me vino a la cabeza la riada del 57», pensó Antonio al ver cómo se desbordaba el río que pasa junto a la residencia de mayores en la que vive en Catarroja (Valencia), cuyos trabajadores se han volcado para que los ancianos puedan afrontar su día a día tras la dana con la mayor normalidad y calma posible pese a las dificultades. EFE/Miguel Ángel Polo
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- Vista de la expresión valenciana ‘Tot per l’aire’ (que puede traducirse por ‘caramba’) en la residencia tercera edad Parqueluz en Catarroja. «Me vino a la cabeza la riada del 57», pensó Antonio al ver cómo se desbordaba el río que pasa junto a la residencia de mayores en la que vive en Catarroja (Valencia), cuyos trabajadores se han volcado para que los ancianos puedan afrontar su día a día tras la dana con la mayor normalidad y calma posible pese a las dificultades. EFE/Miguel Ángel Polo
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- CATARROJA (VALENCIA) ), 11/11/2024.- Vista de los usuarios de la residencia tercera edad Parqueluz en Catarroja. «Me vino a la cabeza la riada del 57», pensó Antonio al ver cómo se desbordaba el río que pasa junto a la residencia de mayores en la que vive en Catarroja (Valencia), cuyos trabajadores se han volcado para que los ancianos puedan afrontar su día a día tras la dana con la mayor normalidad y calma posible pese a las dificultades. EFE/Miguel Ángel Polo
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- Un hombre que vive la residencia tercera edad Parqueluz en Catarroja. «Me vino a la cabeza la riada del 57», pensó Antonio al ver cómo se desbordaba el río que pasa junto a la residencia de mayores en la que vive en Catarroja (Valencia), cuyos trabajadores se han volcado para que los ancianos puedan afrontar su día a día tras la dana con la mayor normalidad y calma posible pese a las dificultades. EFE/Miguel Ángel Polo
Sol Carreras.
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Valencia
Cheque bebé en València: cómo solicitar la ayuda de 400 euros por recién nacido
Publicado
hace 2 díasen
12 septiembre, 2025
El Ayuntamiento de València ha anunciado un incremento en la ayuda económica conocida como cheque-bebé. A partir de ahora, las familias que tengan un hijo por nacimiento, adopción o acogida recibirán 400 euros por menor, en lugar de los 300 euros actuales. La medida, presentada por la alcaldesa María José Catalá durante el debate sobre el estado de la ciudad, supone un refuerzo directo al apoyo a la natalidad y la conciliación familiar.
Requisitos para solicitar el cheque bebé en València
Para poder acceder a esta ayuda municipal, los progenitores deberán cumplir dos requisitos básicos:
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Al menos uno de los padres debe estar empadronado en València durante un mínimo de cuatro años.
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El recién nacido, adoptado o acogido deberá estar registrado en el padrón municipal de la capital.
La alcaldesa destacó que el objetivo es no solo apoyar económicamente a las familias, sino también fomentar la igualdad de oportunidades y facilitar la conciliación laboral y personal.
Un plan integral de apoyo a la maternidad y conciliación
El cheque bebé forma parte del Plan de Conciliación y Maternidad del Ayuntamiento de València, que cuenta con una inversión superior a los 3 millones de euros. Entre las medidas incluidas destacan:
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Gratuidad de la educación infantil de 0 a 3 años hasta el mes de julio.
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Subvención de matineras en colegios públicos.
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Incremento de becas comedor para familias con hijos en edad escolar.
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Escuelas de verano gratuitas en los centros municipales.
Con estas iniciativas, se pretende ofrecer un apoyo real durante todo el curso escolar y también en los meses de verano, cuando muchas familias necesitan alternativas de cuidado para sus hijos.
Ayudas estatales: 200 euros mensuales por hijo
Además del cheque bebé en València, las familias también pueden acceder a la Prestación Universal por Crianza del Gobierno de España. Esta ayuda consiste en una aportación de 200 euros mensuales por cada hijo menor de 18 años, sin límite de renta y desde el nacimiento hasta la mayoría de edad.
La prestación se extiende también a los casos de tutela, adopción o acogimiento, lo que la convierte en un recurso universal y accesible para todas las familias.
Documentación necesaria para solicitar la ayuda estatal
Para poder beneficiarse de esta prestación, es imprescindible:
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Tener residencia legal en España.
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Presentar el libro de familia o documento equivalente.
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Aportar el certificado de empadronamiento.
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Incluir los documentos de identidad de los progenitores o tutores legales.
València, una ciudad más comprometida con las familias
Con la suma del cheque bebé municipal y la prestación estatal, las familias de València pueden contar con un apoyo económico sólido y continuado. Estas medidas no solo buscan aliviar los gastos asociados a la crianza, sino también promover la natalidad y reforzar la conciliación entre la vida laboral y familiar.
València da así un paso más en su compromiso con la infancia y las familias, situándose como una de las ciudades españolas más activas en el impulso de políticas sociales para favorecer la maternidad y la paternidad.
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