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Salud y Bienestar

¿Por qué vuelve el sarampión a España?

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Sarampión en España

La Evaluación Rápida de Riesgo publicada por Sanidad confirma lo que muchos epidemiólogos temían: el virus está encontrando espacios vulnerables donde antes había inmunidad colectiva. El problema tiene nombre y apellidos: descenso en las tasas de vacunación.

Para frenar el avance del sarampión se necesita que, al menos, el 95% de la población esté inmunizada con las dos dosis de la vacuna triple vírica (sarampión, rubéola y paperas). Sin embargo, solo seis comunidades autónomas en España alcanzan ese umbral. El resto presentan coberturas insuficientes que favorecen la aparición de brotes esporádicos, algunos importados y otros de transmisión comunitaria.


Expertos advierten: el confinamiento afectó a las coberturas vacunales

El catedrático de Inmunología, Alfredo Corell, ha recordado que la pandemia de la COVID-19 dejó un vacío preocupante en la inmunización infantil:

“Durante el confinamiento, bajaron las tasas de vacunación. Aunque España históricamente ha mantenido coberturas altas, algunas comunidades no han recuperado el nivel deseado del 95%”, ha explicado.

Esta relajación en las pautas vacunales podría estar detrás del actual resurgimiento de una enfermedad considerada eliminada en Europa desde hace años.


El impacto global: el caso de Estados Unidos

La situación no es exclusiva de España. Corell advierte también del deterioro del sistema sanitario en Estados Unidos, que podría tener consecuencias globales:

“Han cerrado proyectos científicos, recortado financiación en investigación y eliminado programas de ayuda internacional. Esto va a generar una fuga de cerebros y un retroceso en salud pública global”, asegura el inmunólogo.


España sigue siendo país libre de sarampión… por ahora

Desde 2016, España mantiene la certificación de la OMS como país libre de sarampión, lo que significa que no hay transmisión endémica sostenida. Sin embargo, eso no implica que el virus haya desaparecido: los casos importados siguen existiendo y pueden provocar brotes si no se mantiene la cobertura vacunal.


La tuberculosis también preocupa: repunte de casos en España

Junto al sarampión, los expertos alertan de otro enemigo silencioso que resurge: la tuberculosis. Según Corell, esta enfermedad mata entre 1 y 1,2 millones de personas al año en el mundo, y sigue siendo más letal que la malaria o el VIH.

En España, el repunte es preocupante: en Sevilla, los casos han aumentado un 87% en solo dos años. Muchos diagnósticos se retrasaron durante la pandemia, al confundirse los síntomas con los del COVID o evitarse las visitas médicas.

La tuberculosis es prevenible y tratable, pero su tratamiento es largo y exigente: una combinación de cuatro antibióticos durante al menos seis meses, aunque con una tasa de éxito superior al 90% si se sigue correctamente.


La lección: la prevención salva vidas

Tanto en el caso del sarampión como en el de la tuberculosis, los expertos insisten en que la vacunación, la detección precoz y la vigilancia epidemiológica son las mejores herramientas para evitar crisis sanitarias.

“La inmunidad colectiva es nuestra mayor defensa. Sin ella, abrimos la puerta a enfermedades que ya conocíamos y que creíamos bajo control”, concluye Corell.

Para saber si estás vacunado contra el sarampión, puedes seguir estos pasos:

  1. Revisa tu historial de vacunación: Si tienes acceso a tu cartilla de vacunación o a registros médicos, verifica si has recibido la vacuna contra el sarampión. La vacuna se administra generalmente como parte de la vacuna triple viral (sarampión, paperas y rubéola) en la infancia.

  2. Consulta con tu médico: Si no tienes acceso a tus registros o no estás seguro, puedes pedirle a tu médico que revise tu historial de vacunación. Ellos pueden ayudarte a determinar si has recibido la vacuna en base a la información disponible.

  3. Análisis de sangre (prueba serológica): Si no estás seguro y no tienes acceso a tus registros, tu médico puede ordenar un análisis de sangre para medir la cantidad de anticuerpos contra el sarampión. Si tienes anticuerpos suficientes, significa que estás protegido.

  4. Recuerda las fechas de vacunación: La mayoría de las personas reciben una primera dosis de la vacuna contra el sarampión entre los 12 y 15 meses de edad, y una segunda dosis entre los 4 y 6 años. Si no recuerdas haberte vacunado en estas edades o en la edad recomendada, consulta con tu médico sobre la posibilidad de una dosis de refuerzo.

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Salud y Bienestar

¿Te sientes sin energía? Así puedes combatir la astenia primaveral de forma natural

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astenia primaveral
PEXELS

Con la llegada de la primavera muchas personas experimentan un curioso fenómeno: en lugar de sentirse renovadas por el buen tiempo, sufren un bajón anímico y físico difícil de explicar. Si te preguntas “¿por qué estoy tan cansado últimamente?”, es posible que estés atravesando lo que se conoce como astenia primaveral.

Aunque no está considerada una enfermedad en sí, la astenia primaveral es un trastorno temporal del estado de ánimo que aparece con los cambios estacionales, especialmente al inicio de la primavera. Afecta tanto al cuerpo como a la mente, y se manifiesta con una sensación persistente de fatiga, apatía o falta de motivación, incluso después de haber descansado.


¿Qué es la astenia primaveral y por qué aparece?

La astenia primaveral es una respuesta del organismo a los cambios ambientales, como el aumento de las temperaturas, la variación de las horas de luz solar, la presión atmosférica y el ritmo circadiano.

Durante este periodo, el cuerpo necesita adaptarse a nuevos ritmos y eso puede provocar una alteración temporal de la producción de hormonas como la serotonina, la dopamina o la melatonina, lo que influye directamente en nuestro estado de ánimo, energía y descanso.


Los seis síntomas más comunes de la astenia primaveral

Aunque no todos experimentan los mismos efectos, los síntomas más habituales incluyen:

1. Cansancio físico y mental persistente

Aparece incluso después de haber dormido suficiente, y puede durar varios días o semanas.

2. Dificultad para concentrarse

Las tareas cotidianas parecen más difíciles y se reduce el rendimiento intelectual.

3. Alteraciones del sueño

Insomnio, despertares nocturnos o sueño poco reparador son frecuentes.

4. Apatía o falta de motivación

Desinterés por actividades que normalmente generan entusiasmo.

5. Irritabilidad y cambios de humor

La sensibilidad emocional aumenta, favoreciendo los altibajos anímicos.

6. Dolor de cabeza o malestar general

Algunas personas sienten presión en la cabeza, pesadez o síntomas similares al resfriado sin causa aparente.


¿Cómo combatir la astenia primaveral de forma natural?

La buena noticia es que, al ser un trastorno pasajero, se puede mitigar e incluso prevenir con algunos hábitos saludables y remedios naturales. Aquí te contamos cómo:

1. Ajusta tus horarios de sueño

Respeta las horas de descanso y procura dormir entre 7 y 8 horas. Evita pantallas al menos una hora antes de irte a dormir.

2. Apuesta por una alimentación equilibrada

Aumenta el consumo de frutas, verduras de temporada, frutos secos y alimentos ricos en triptófano (como plátano, huevos o legumbres), que favorecen la producción de serotonina.

3. Exposición a la luz natural

Aprovecha las horas de sol para salir a caminar o hacer ejercicio al aire libre. Esto ayuda a regular el reloj biológico y mejora el estado de ánimo.

4. Ejercicio moderado y constante

No hace falta machacarse en el gimnasio: una caminata diaria, yoga o natación pueden ser suficientes para activar el organismo y liberar endorfinas.

5. Hidratación constante

Beber agua con frecuencia ayuda a mantener el equilibrio energético y evitar la sensación de fatiga.

6. Infusiones y suplementos naturales

Tisanas de ginseng, jalea real, rodiola o valeriana pueden ayudarte a recuperar la vitalidad. Consulta siempre con un profesional antes de tomar suplementos.


¿Cuándo consultar a un médico?

Si los síntomas se prolongan más allá de dos o tres semanas, o interfieren seriamente en tu calidad de vida, es recomendable acudir a un profesional. En algunos casos, el cansancio persistente puede estar relacionado con otras patologías como la anemia, el hipotiroidismo o incluso cuadros depresivos.

La primavera es sinónimo de luz, color y renovación. Si tu cuerpo necesita unos días para adaptarse, dale el tiempo y el cuidado que merece. Adoptar rutinas saludables, mantener una actitud positiva y entender lo que ocurre en tu organismo te ayudará a superar la astenia primaveral y disfrutar al máximo de esta estación.

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