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Salud y Bienestar

Taurina: el ‘elixir de la vida’ que retrasa el envejecimiento

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Taurina envejecimiento
Según los autores las ventajas de la taurina son que se produce de forma natural en nuestro organismo, puede obtenerse en la dieta y potenciarse con el ejercicio. / Adobe Stock

La revista Science publica esta semana los resultados de una investigación que concluye que la falta de taurina, un nutriente que produce nuestro organismo y está presente en varios alimentos:

  • la carne de vacuno
  • el pollo
  • el atún
  • bebidas energéticas

La taurina retrasa el envejecimiento

Este estudio, dirigido por la Universidad de Columbia, ha descubierto también que los suplementos de taurina pueden ralentizar el proceso de envejecimiento en gusanos, ratones y monos, e incluso prolongar la vida sana de roedores de mediana edad hasta en un 12 %.

Para saber cuál es su efecto en humanos, se necesitarán estudios clínicos aleatorizados, aclaran los autores.

En este sentido, una nota introductoria de Science señala que los hallazgos del equipo de la universidad estadounidense, en el que también han colaborado expertos internacionales en envejecimiento, “requieren nuevos ensayos en humanos para examinar el efecto de la taurina en la esperanza de vida saludable en personas y los posibles riesgos que conllevaría”.

Aumentar la esperanza de vida

Por su parte, Vijay Yadav, director del estudio y profesor de Genética y Desarrollo en Columbia, indica que “durante los últimos 25 años, los científicos han tratado de encontrar factores que no solo nos permitan vivir más, sino también aumentar la esperanza de vida, es decir, el tiempo que permanecemos sanos durante la vejez”.

Osteoporosis

El investigador ya había descubierto la función de la taurina en la formación de los huesos durante sus trabajos previos sobre la osteoporosis. Al mismo tiempo, otros científicos encontraron que los niveles de este nutriente estaban relacionados con la función inmunitaria, la obesidad y las funciones del sistema nervioso.

“Nos dimos cuenta de que si la taurina regula todos estos procesos que disminuyen con la edad, quizá los niveles de esta molécula en el torrente sanguíneo puedan afectar a la salud general y a la esperanza de vida», afirma el científico.

Pero, ¿qué es la taurina?

«Es un aminoácido que se encuentra naturalmente en el cuerpo humano y en algunas dietas. A diferencia de muchos otros aminoácidos, la taurina no se incorpora a las proteínas, sino que existe como un compuesto libre en la mayoría de los tejidos del cuerpo, especialmente en los líquidos extracelulares como la sangre y el líquido linfático», explican desde National Geographic.

Qué alimentos contienen taurina

Desde la revista Telva añaden que en el estudio al que nos referimos, la taurina «ha demostrado desacelerar marcadores de envejecimiento en los animales, como la inflamación, la senescencia celular, el daño mitocondrial o el daño en el ADN. y ha demostrado efectos positivos en salud ósea, metabólica e inmunológica».

Está presente de manera natural en muchos alimentos como carnes, pescados, leche, huevos, legumbres, frutos secos y, en particular, en el marisco y el atún. Además de en las bebidas energéticas y en forma de suplemento. Aunque desde la revista matizan que «la taurina está contraindicada en personas con hipertensión, problemas hepáticos, trastornos cardiovasculares y mujeres embarazadas».

Los efectos secundarios

Si se toma en las dosis recomendadas no tiene efectos secundarios pero en algunos países «se han prohibido determinadas bebidas energéticas por su alto contenido en taurina. Los principales efectos secundarios que tiene el consumo excesivo de taurina son a nivel renal. Puede aparecer dolor abdominal y diarrea», explican desde el mismo medio aludiendo a los expertos de Actual Nutrition.

Respecto al estudio las conclusiones de los investigadores indican que la taurina tiene potencial para retrasar el envejecimiento y prolongar la vida en varias especies. «Sin embargo, las aplicaciones para los humanos todavía están lejos de ser claras y tampoco se ha determinado cómo estos descubrimientos podrían traducirse en aplicaciones médicas o terapéuticas», explican desde National Geographic.

Fuente: SINC

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¿Sabes por qué no hay que chupar las cabezas de las gambas?

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chupar cabezas de gambas
PEXELS

Las gambas son uno de los mariscos más populares en la gastronomía, especialmente en celebraciones y cenas festivas. Su carne tierna y sabrosa es un manjar que muchos disfrutan en una gran variedad de platos, pero una parte de la gamba que causa controversia es su cabeza. Hay quienes disfrutan chupar las cabezas de las gambas para aprovechar todo su sabor, mientras que otros se abstienen de hacerlo por diversas razones. Entonces, ¿es seguro chupar las cabezas de las gambas? Aquí te contamos por qué es recomendable evitar esta práctica.

Las cabezas de las gambas: ¿una fuente de sabor o de riesgo?

Las cabezas de las gambas contienen una gran cantidad de jugos y una sustancia gelatinosa que, para muchos, tiene un sabor muy intenso y delicioso. Sin embargo, esta «delicadeza» puede ser más problemática de lo que parece.

1. Posibles contaminantes y toxinas

Una de las razones principales para evitar chupar las cabezas de las gambas es que estas partes del marisco pueden concentrar una gran cantidad de contaminantes. Las gambas, como otros mariscos, filtran el agua mientras se alimentan, lo que significa que las toxinas, los metales pesados, los pesticidas y los productos químicos presentes en el agua pueden acumularse en sus sistemas digestivos, especialmente en las cabezas.

Cadmio: el peligro oculto

Uno de los metales pesados más peligrosos que se acumula en las cabezas de los crustáceos es el cadmio, un metal tóxico que puede tener efectos nocivos a largo plazo. El cadmio se encuentra principalmente en la cabeza de las gambas, cigalas, langostinos, cangrejos y otros crustáceos, ya que es una zona donde se concentra una mayor cantidad de residuos provenientes de su sistema digestivo.

Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan), es conveniente «limitar en la medida de lo posible» el consumo de la carne localizada en la cabeza de estos crustáceos para evitar la acumulación de cadmio en nuestro organismo. Este metal pesado es altamente perjudicial para la salud humana, ya que se acumula lentamente en los órganos, principalmente en el hígado y los riñones.

El cadmio tiene un potencial cancerígeno y su eliminación del organismo es extremadamente lenta, lo que significa que puede permanecer en el cuerpo durante años, incluso décadas. El cadmio tarda entre 10 y 30 años en eliminarse, lo que incrementa su peligrosidad con el paso del tiempo.

2. Bacterias y parásitos

El consumo de mariscos crudos o mal cocidos, incluida la práctica de chupar las cabezas, puede aumentar el riesgo de contraer infecciones bacterianas o parasitarias. Las gambas pueden albergar bacterias como Vibrio o Salmonella, que son responsables de enfermedades transmitidas por alimentos. Aunque el proceso de cocción suele eliminar estas bacterias, algunas veces los jugos concentrados en las cabezas pueden no estar completamente libres de bacterias, especialmente si las gambas no se han cocinado de manera adecuada.

3. El sistema digestivo de las gambas

En el sistema digestivo de las gambas, particularmente en las cabezas, se encuentran restos de su alimentación, como pequeños organismos o residuos que no siempre son visibles a simple vista. Al chupar la cabeza, podrías estar ingiriendo estos residuos, que, aunque no sean peligrosos en su mayoría, pueden resultar poco agradables o incluso causar malestar digestivo en algunas personas, sobre todo si el marisco no ha sido completamente fresco.

4. El impacto en la salud de los consumidores vulnerables

Para ciertos grupos de personas, como las mujeres embarazadas, los niños pequeños, las personas con sistemas inmunológicos comprometidos o las personas mayores, el riesgo asociado a consumir mariscos en mal estado o mal cocidos es aún mayor. Las toxinas, bacterias y parásitos presentes en las gambas pueden ser peligrosos para su salud, por lo que se recomienda tener precauciones adicionales en el consumo de mariscos, especialmente de las partes más propensas a concentrar estos riesgos, como las cabezas.

Beneficios de evitar chupar las cabezas de las gambas

  • Reducción del riesgo de enfermedades: Al evitar chupar las cabezas, reduces la posibilidad de ingerir contaminantes y bacterias presentes en los jugos o residuos del sistema digestivo de la gamba.
  • Sabor más controlado: Si bien las cabezas de las gambas pueden tener un sabor fuerte, se pueden aprovechar de forma más segura en caldos o sopas, donde el sabor se extrae y se distribuye en toda la preparación. De esta forma, puedes disfrutar del sabor sin los riesgos asociados.
  • Mejor digestión: Al no consumir las partes menos apetitosas de la gamba, como los residuos de su sistema digestivo, tu sistema digestivo podrá trabajar de forma más eficiente.

¿Es necesario evitarlo por completo?

Si bien no es necesario evitar por completo chupar las cabezas de las gambas, es importante ser consciente de los riesgos potenciales. Para quienes no quieran prescindir de esta costumbre, es fundamental asegurarse de que las gambas estén bien cocidas y sean de buena calidad, procedentes de fuentes fiables y limpias.

Si eres una persona que disfruta de este ritual, ten en cuenta que la seguridad alimentaria siempre debe ser la prioridad. Si tienes dudas sobre la frescura o la procedencia de las gambas, lo mejor es optar por disfrutarlas de manera más segura, como en platos cocidos donde los contaminantes puedan ser eliminados mediante un buen proceso de cocción.

Conclusión

Si bien las cabezas de las gambas pueden parecer deliciosas y ofrecer un sabor profundo, existen riesgos asociados con chuparlas, especialmente en cuanto a toxinas, bacterias y otros contaminantes que pueden concentrarse en esa parte del marisco. El cadmio, un metal pesado presente en las cabezas de los crustáceos, es uno de los principales peligros, ya que puede acumularse en el organismo y tener efectos tóxicos a largo plazo. La mejor opción es disfrutar de las gambas de manera segura, cocinándolas adecuadamente y considerando aprovechar sus cabezas en caldos o sopas para extraer su sabor de manera más controlada y saludable.

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