Salud y Bienestar
Un estudio identifica los rasgos de personalidad de los adolescentes con adicción a videojuegos
Publicado
hace 3 añosen
El trastorno por uso de videojuegos o ‘Gaming Disorder’ (GD) está incluido en la última edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades de la OMS de 2018. Solo en ese año, el crecimiento de uso de videojuegos en España fue del 6,2%. Ante este escenario, el Grupo de Investigación TXP de la Universidad CEU Cardenal Herrera (CEU UCH) en Castellón, que lidera el profesor Gonzalo Haro, responsable del programa de patología dual grave del Hospital Provincial de Castellón, inició un estudio para detectar los rasgos de personalidad en la adolescencia que predisponen a la adicción a los videojuegos, comparándolos con la adicción a sustancias. Sus conclusiones, que acaban de ser publicadas en la revista científica Adicciones, revelan que los adolescentes con adicción a videojuegos son en su mayoría varones, presentan bajos niveles en los rasgos de personalidad relativos a la conciencia y la amabilidad y tienen una mayor inadaptación escolar.
Los investigadores, pertenecientes a los Departamentos de Educación y Salud de la CEU UCH y al Área de Salud Mental del Hospital Provincial de Castellón, realizaron un estudio transversal entre 397 adolescentes de 3º y 4º de la ESO de cinco institutos, centrando su análisis en una muestra final de 119 estudiantes, de los cuales el 6,4% presentaba adicción a videojuegos. El objetivo fue estudiar, mediante distintas escalas y cuestionarios de evaluación validados internacionalmente, la relación entre este tipo de adicción y los rasgos de personalidad que pueden predisponer a ella. También identificar psicopatologías, como la ansiedad, la depresión y la ansiedad social que están más presentes en los jóvenes con esta adicción. Y, por último, establecer su relación con la inadaptación escolar y el bajo rendimiento académico.
Rasgos de personalidad
Una de las herramientas empleadas en el estudio es el cuestionario de personalidad ‘Big Five’ para niños y adolescentes, que evalúa cinco dimensiones relacionadas con rasgos de personalidad: la conciencia, relativa a la autonomía, orden, precisión, perseverancia y cumplimiento de normas y compromisos; la apertura, que incluye factores intelectuales, creatividad e intereses culturales; la extraversión, vinculada con la sociabilidad, actividad, entusiasmo, asertividad y autoconfianza; la amabilidad, como tendencia al altruismo, prosociabilidad y grado de cooperación y sensibilidad hacia los otros y sus necesidades; y el neuroticismo o tendencia a ser neurótico y sentirse incómodo, con cambios de humor, ansiedad, depresión, descontento e irritabilidad. Marta Sánchez, residente de psiquiatría del Hospital Provincial de Castellón y miembro del Grupo TXP de la CEU UCH destaca que “los adolescentes con trastorno por uso de videojuegos mostraron bajos niveles de conciencia y amabilidad, dos de las cinco dimensiones de personalidad analizadas”.
En cuanto a las psicopatalogías, el estudio ha contemplado, entre otras, las incluidas en el sistema multidimensional para la evaluación de la conducta BASC (Behavior Assessment System for Children), que incluye la dimensión de inadaptación escolar, midiendo la actitud hacia la escuela y los profesores, así como la búsqueda de sensaciones. “Las puntuaciones altas en este sistema están relacionadas con la psicopatología, el riesgo de absentismo escolar y la tendencia a adoptar conductas nuevas o de riesgo. En nuestro estudio, los adolescentes con adicción a los videojuegos fueron los que puntuaron más alto en la dimensión de inadaptación escolar, por encima de los que presentaban adicción a sustancias y de los que no tenían ninguna adicción”, destaca María Isabel Marí, profesora del Departamento de Educación de la UCH CEU e investigadora del Grupo TXP.
Para una prevención más específica
El análisis de las diferencias en cuanto a rasgos de personalidad y psicopatologías que presentan los adolescentes con adicción a videojuegos con respecto a las adicciones a sustancias realizado en este estudio tiene como objetivo contribuir a desarrollar programas de prevención específicos para los jóvenes con factores de predisposición a un tipo u otro de adicción. Francesc Rodríguez-Ruiz, alumno de doctorado de la Escuela CEINDO del CEU y residente de psiquiatría del Hospital Provincial de Castellón, señala que “la probabilidad de trastorno por uso de videojuegos aumenta si el sujeto es varón y con inadaptación escolar; mientras que el trastorno por consumo de sustancias aumenta si el adolescente presenta neuroticismo, bajo ajuste personal y síntomas emocionales, además de inadaptación escolar”.
Para los investigadores, estas diferencias pueden ayudar a mejorar la prevención de conductas adictivas entre los adolescentes, desarrollando programas de intervención diferenciados en el caso de la adicción a los videojuegos, como adicción conductual, frente a la adicción a sustancias. Además, estos programas tendrían mayor efectividad si detectan angustia emocional o psicopatología, es decir, si trabajan la autoconciencia y enseñan estrategias de regulación emocional. Y también si fomentan la responsabilidad, como factor protector frente a distintos tipos de adicción, y si exploran adaptaciones y actitudes hacia la escuela, de modo preventivo.
Equipo investigador
El estudio “Rasgos de personalidad y psicopatología en adolescentes con adicción a videojuegos”, publicado en la revista Adicciones, ha sido dirigido por el doctor Gonzalo Haro Cortés, profesor de Salud Mental en el Grado en Medicina de la CEU UCH, investigador principal del Grupo TXP y responsable del programa de patología dual grave del Hospital Provincial de Castellón. Los investigadores del Grupo TXP participantes en este trabajo son Marta Sánchez Llorens y Francesc Rodríguez Ruiz, residentes de psiquiatría del Departamento de Salud Mental del Hospital Provincial de Castellón; María Isabel Marí, Francisca Castellano e Isabel Almodóvar, profesoras de los Departamentos de Ciencias de la Educación y Ciencias de la Salud de la CEU UCH de Castellón; y Ana Benito, de la Unidad de Salud Mental de Torrente.
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Publicado
hace 2 díasen
20 noviembre, 2024La tradición popular atribuye propiedades curativas a los alimentos con vitamina C, pero ¿sabemos cuáles son los alimentos para prevenir resfriados?
Algunos como el ajo, la sopa de pollo o la miel frente al resfriado, la tos, la congestión o la gripe. Sin embargo, en la actualidad no hay ninguna prueba científica que demuestre que su consumo sea beneficioso para este objetivo.
Según ha explicado la doctora Laura Arranz, profesora del Departamento de Nutrición, Ciencias de la Alimenación y Gastronomía de la Universidad de Barcelona, lo que realmente contribuye a prevenir estas enfermedades, e incluso a aliviar sus síntomas, es seguir hábitos de vida saludables y una alimentación equilibrada.
La doctora ha precisado que «más allá de la vitamina C hay muchos nutrientes imprescindibles para el sistema inmunitario. Todas las vitaminas, minerales como el zinc, antioxidantes como los polifenoles o los betacarotenos, grasas como los Omega-3 y las fibras (sobre todo de tipo soluble) son básicos en un cóctel de salud».
MINERALES Y VITAMINAS
Las vitaminas A, C y E, el magnesio, el cobre, el manganeso o el hierro son algunos de los elementos clave en los procesos celurares que ayudan a neutralizar los radicales libres y el estrés oxidativo.
La doctora Arranz ha aclarado que «el funcionamiento correcto del metabolismo y de las defensas antioxidantes requiere la presencia de estos nutrientes en cantidades suficientes». La pregunta que subyace es qué alimentos propocionan estos nutrientes.
Según la experta, «los alimentos de origen vegetal son ricos en antioxidantes, pero especialmente la fruta, las hortalizas, las verduras de hoja verde, las semillas y los frutos secos». Además, ha aconsejado «consumir una buena parte de estos vegetales en crudo o con tiempos de cocción adecuado para que la ingesta de antioxidantes se amayor».
EL ZINC COMO REGULADOR DEL SISTEMA INMUNE
La doctora Arranz ha explicado que «el zinc es un oligoelemento esencial que juega un papel clave en más de 300 enzimas y está involucrado en la comunicación celular, además de desempeñar un importante papel en la regulación del sistema inmune».
Ha añadido, además, que «el déficit de zinc, que afecta al 20% de la población mundial, se asocia a la disminución del sistema inmunitario». Entre los alimentos que contienen zinc se encuentran las carnes, el pescado, los moluscos, las espinacas o los frutos secos.
OMEGA-3: GUARDIÁN DE LAS DEFENSAS
Las grasas Omega-3 son importantes para el sistema inmunitario, para la salud cardiovascular y para la salud visual y cerebral pero además intervienen como precursores de las moléculas antiinflamatorias.
La experta ha detallado que «si queremos cuidar las defensas, debemos aumentar la ingesta de frutos secos, especialmente nueces y almendras, para conseguir un aporte diario de dos gramos de ácido alfa-linolénico y pescado azul para conseguir 200 gramos de ácido docosahexaenoico (ácido graso poliinsaturado omega-3)».
LA FIBRA, UNA COMPAÑERA ALIADA
La nutricionista ha revelado que «la fibra ayuda a la nutrición y el bienestar de las bacterías beneficiosas que residen en el intestino y que juegan a un rol principal en el sistema inmunitario, por lo es imprescindible en el día a día».
Además, la fibra dietética proviene de los alimenos de origen vegetal tales como las legumbres, las semillas, los frutas secos, las verduras o las frutas.
Sin embargo, la doctora ha advertido que las legumbres «puedencausar problemas de flatulencia debido a la gran cantidad de fibra que aportan». Por ello, para evitar este problema ha aconsejado «tomar raciones pequeñas tres veces pro semana en lugar del tradicional plato de legumbres solo un día a la semana».
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La lista de alimentos que ayudan a prevenir gripes, catarros y resfriados es larga… Educo nos la detalla.
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Los pescados, entre los que destaca el pescado azul, aportan proteínas y Omega-3 al organismo. Estas sustancias ayudan al organismo a proteger los pulmones de las infecciones respiratorias al sintetizar anticuerpos. Ya ves: incluye pescado en el menú semanal. Dos porciones semanales de salmón ayudarán a levantar tus defensas.
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¡Y cuánta razón tiene la abuela! Los cítricos son ricos en vitamina C, un nutrientes que puede ayudar a frenar el avance de un resfriado. ¿Lo mejor? Alternar los cítricos consumiendo naranja (muy rica en vitamina C), mandarina (rica en betacarotenes) y limón (gran valor antiséptico que lo convierte en un remedio natural contra el dolor de garganta y la tos).
3. Huevos: proteínas, vitaminas y minerales
Los huevos son un comodín en la cocina, no dudes en prepararlos un par de veces por semana. Un huevo contiene casi 7 gramos de proteína, pero además aporta al organismo vitaminas y minerales, entre los que destacan las vitaminas B6 y B12, el selenio y el zinc, ¡fundamentales para mantener fuerte el sistema inmunológico!
4. Yogur, el poder de los probióticos
Hoy en día se habla mucho de probióticos en la publicidad, pero ¿qué son? Los yogures tienen cultivos vivos que ayudan al sistema inmunológico a evitar que las bacterias malas progresen dentro del cuerpo. ¿Cómo? Muy fácil: si las bacterias buenas son más que las malas, ¡la guerra por la salud está ganada!
5. Verduras de hojas oscuras para reducir el tiempo de la enfermedad
La mayoría de nosotros piensa en un zumo de naranja para ingerir vitamina C. ¿Qué me dirías si te digo que las espinacas, las coles de Bruselas, la lechuga y el brócoli tienen más vitamina C que los cítricos? Incluye estas verduras en la dieta de los peques y si los niños se niegan a comer verduras, ¡disfrázalas! En el enlace te damos ideas al respecto.
6. Calabaza, la reina del beta-caroteno
El betacaroteno es esencial para el organismo ya que cuando éste lo absorbe, se transforma en vitamina A, un nutriente que mejora las defensas y ayuda a prevenir enfermedades. Dale a tus hijos calabaza asada, en crema, mezclada con arroz o en puré, ¡es rica y súper nutritiva! Si a tu hijo no le gusta la calabaza pero sí la zanahoria, ¡a por ella! Las zanahorias también tienen mucho beta-caroteno, motivo por el cual su acción es similar a la de la calabaza.
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Un kiwi aporta al cuerpo más vitamina C que una naranja. Es cierto que puede ser más difícil para los peques comer un kiwi que beber un zumo pero ¡con intentar no se pierde nada!
8. Cebolla y ajo, antibióticos naturales
Tanto la cebolla como el ajo ayudan a prevenir y curar la gripe y los resfriados. Ambos tienen propiedades mucolíticas que ayudan a expulsar secreciones. ¿Un consejo? A los peques suele molestarles más la textura que el sabor de estos alimentos, por eso te recomendamos trocearlos y cocinarlos hasta que no sean perceptibles en el paladar. No abuses de ellos y verás que los peques los comen sin casi darse cuenta.
9. Miel, efecto antitusivo ¡y preventivo!
Incluir la miel en el desayuno de los niños mayores (recuerda que los niños menores de 3 años no deben consumir miel por el riesgo de botulismo) puede ser una gran idea. La miel tiene un efecto preventivo al aumentar las defensas naturales y antitusivo, aliviando la molesta picazón de garganta. Sírvele a tu hijo una tostada con miel o coloca un poco de miel en la leche, ¡le encantará!
10. Frutos secos y legumbres para mantener el calor corporal
Parece una locura pero no lo es: en invierno, perdemos fácilmente el calor corporal, exponiéndonos a toda clase de enfermedades. Los alimentos híper calóricos como las legumbres y los frutos secos aportan la energía necesaria para mantener la temperatura corporal correcta, manteniendo a raya a las enfermedades. Además, tanto los unos como los otros aportan hierro y antioxidantes, fundamentales para mantener el sistema inmunológico fuerte.
11. Frutos rojos, vitamina C en pequeñas dosis
Los frutos rojos aportan vitamina C aunque para que sean realmente efectivos es necesario consumir gran cantidad. Los mencionamos porque ¡son fáciles de incluir en la dieta y a los peques les encantan! ¿Quién puede resistirse a las fresas, las moras y los arándanos? Incorpóralos al yogur o haz un rico batido de frutos rojos con leche.
12. Setas, propiedades antibacterianas
Las diversas setas, hongos y champiñones tienen propiedades antibacterianas que ayudan a combatir las enfermedades. Utilízalos en tostadas, cremas o como acompañamiento para carnes. Una buena alimentación es tan importante como un buen abrigo. Este invierno no lo dudes y prepara un menú equilibrado que incluya estos alimentos para prevenir gripes, catarros y resfriados.
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