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Salud y Bienestar

Un estudio revela que la intervención del médico de familia reduce un 45% el uso de ansiolíticos

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Sin médicos para este verano en España

PALMA DE MALLORCA, 3 Abr. (EUROPA PRESS) – Un estudio promovido por la Red de Investigación en Actividades Preventivas y Promoción de la Salud (RediAPP), que ha sido liderado desde Baleares, avala que «una breve» intervención educativa por parte del médico de familia ayuda a reducir el consumo de los ansiolíticos e hipnotizantes más frecuentes casi a la mitad (un 45 por ciento).

El estudio, desarrollado por BenzoRed, ha estado liderado por la doctora Caterina Vicens, médica de familia en Baleares, y publicado en la revista British Journal of Psychiatry. En él han participado un total de 75 médicos de familia de Valencia, Baleares y Cataluña.

En total, se realizó sobre 532 pacientes con una edad entre 18 y 80 años, con consumo de benzodiacepinas desde hacía más de seis meses y sin ninguna enfermedad psiquiátrica grave.

Según explican, consistió en analizar si con entrevistas estructuradas a los pacientes, dándoles pautas escritas sobre la deshabituación y visitas de seguimiento desde las consultas de la Atención Primaria, se conseguía reducir el consumo de benzodiacepinas.

Los pacientes se dividieron en tres grupos. Un grupo de control sobre el que no se hizo ninguna intervención educativa, y dos grupos intervención. En un primer grupo se realizó desde la consulta: entrevista estructurada, se le ofrecieron pautas de deshabituación e información escrita sobre cómo realizarla. En un segundo grupo además de todo lo anterior, se realizaron también visitas de seguimiento.

Al finalizar la intervención de un año, explican, se observó una reducción del consumo de benzodiacepinas del 45% en el primer grupo intervención y del 45,2% en el segundo grupo de intervención.

Con estos resultados, Vicens ha explicado que apuestan «por concienciar y formar a los médicos de familia para que hagan estas intervenciones desde sus consultas».

«Se trata de que médico y paciente tengan una entrevista en la que hablan de las ventajas e inconvenientes del consumo, de las consecuencias negativas, del concepto de dependencia y del reconocimiento de los síntomas de abstinencia incidiendo en que son transitorio», asegura.

Por otro lado, el equipo investigador ha desarrollado una serie de pautas y consejos dirigidos a los médicos de familia para formarlos en la deshabituación de las benzodiacepinas.

Por esto, antes de empezar con la deshabituación de las benzodiacepinas se debe valorar en qué momento está el paciente (si su insomnio o ansiedad son muy intensos o no), si dispone de apoyo social, o si tiene patologías psiquiátricas graves (cosa que determinaría su derivación a un especialista).

RIESGO DEL CONSUMO
Una vez se decide que el paciente es susceptible de empezar con la reducción del consumo de benzodiacepinas, hay que informarle del riesgo que puede tener para su salud el consumo de estos fármacos de forma prolongada y de los beneficios de su deshabituación. Y empezar con una deshabituación personalizada según cada paciente, explican.

Para Vicens, «el objetivo es realizar un descenso entre el 10 y el 25 por ciento de la dosis inicial cada dos semanas, aunque siempre en función de cómo se siente y lo lleva el paciente».

«Es preferible una reducción más lenta y progresiva, que no ir demasiado rápido y que tengamos que incrementar la dosis nuevamente porque el paciente padece demasiada abstinencia», ha afirmado.

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Salud y Bienestar

Si tienes estos síntomas, podrías sufrir diabetes

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síntomas diabetes

El 14 de noviembre se celebra el Día Mundial de la diabetes. Una enfermedad que sólo en España afecta a más de 5,3 millones de personas, según datos de la Federación de Diabéticos Españoles.

La diabetes es una enfermedad crónica provocada cuando el organismo no es capaz de regular la cantidad de azúcar en sangre, provocando una falta parcial o total del efecto de una hormona llamada insulina y que se caracteriza por un aumento de la glucosa (azúcar) en sangre.

Hay dos tipos de diabetes:

La tipo 1, cuyo origen está en los genes y factores ambientales, como los virus, que pueden desencadenar la enfermedad. Y está la más común: la tipo 2. Viene motivada por un estilo de vida poco saludable, ya que el sobrepeso y el sedentarismo aumentan el riesgo. El exceso de peso y la grasa abdominal se relacionan con la resistencia a la insulina.

Mientras que los síntomas de la diabetes tipo 1 se diagnostican de inicio, los del tipo 2 avanzan más despacio, llegando a manifestarse a edades más adultas, e incluso puede que el paciente desconozca que sufra esta enfermedad, dado que son tan habituales que pueden dar lugar a confusión.

Síntomas de la diabetes:

-Aumento de la sed y de las ganas de orinar
-Aumento del apetito
-Fatiga
-Visión borrosa
-Entumecimiento u hormigueo en las manos o los pies
-Úlceras que no cicatrizan
-Pérdida de peso sin razón aparente

Esta enfermedad también puede aparecer durante el embarazo. Es lo que se conoce como ‘diabetes gestacional’ y viene marcada por cambios hormonales, factores genéticos y factores del estilo de vida.

La Fundación para la Diabetes da algunas pautas para reducir el riesgo de diabetes tipo 2:

-Mantener el peso normal o perder más de un 5% si existe sobrepeso
-Adherirse a la dieta mediterránea
-Realizar un consumo de grasa inferior al 30% de las calorías diarias. De ese porcentaje, menos de un 10% debe provenir de la grasa animal (saturada)
-Incluir más de 15 gramos de fibra natural por cada mil calorías ingeridas al día
-Practicar actividad física regular durante más de 30 minutos al día, al menos 5 días a la semana
-Dejar el tabaco y limitar el consumo de alcohol

Los médicos de la dirección general de Salud de DKV, alertan sobre la importancia de que las personas que padecen diabetes realicen controles periódicos del nivel de azúcar y lleven un exhaustivo control de los alimentos que ingieren.

Enfermedades futuras

La diabetes, a largo plazo, puede presentar las siguientes complicaciones: retinopatía (una enfermedad de la retina que puede ocasionar ceguera); neuropatía diabética, que puede provocar alteraciones en la sensibilidad, dolores, úlceras e infecciones en los pies; nefropatía diabética (lesión renal por la diabetes), que puede degenerar en insuficiencia renal; y arterioesclerosis, particularmente en fumadores y en las personas que tienen una presión sanguínea alta.

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