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Salud y Bienestar

Uno de cada tres niños y niñas de entre 12 y 14 años de la Comunitat Valenciana presenta exceso de peso

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Cómo hacer más llevadera la vuelta al cole

Uno de cada tres niños y niñas de entre 12 y 14 años de la Comunitat Valenciana presenta exceso de peso (sobrepeso y obesidad), mientras que a los 6 años se observa en uno de cada cuatro niños y niñas, según datos de la Hoja de Seguimiento Infantil, que permite conocer el estado de salud de los niños y niñas de la Comunitat Valenciana atendidos en el sistema sanitario público.

En concreto, el 23,2% presenta exceso de peso (sobrepeso y obesidad) a los tres años, cifra que aumenta a los 6 años (25%), y sigue incrementándose hasta los 12 años de edad, donde se alcanza la máxima prevalencia (33,9%), para descender a los 14 años (28,7%).

La prevalencia del sobrepeso es mayor en las niñas que en los niños a los 3 años de edad (25%) y a los 6 años (15,6% frente a 13,2%), mientras que a los 12 años ya es menor en niñas (18,5%) que en niños (20,2%).

Respecto a la prevalencia de la obesidad, para todas las edades es inferior en las niñas que en los niños, especialmente a los 6 (8,8% frente a 12,3%) y 12 años (12,3% frente a 16,7%).

Estos datos recogidos en la hoja de seguimiento, provienen de los exámenes de salud escolar realizados en edades clave (3, 6, 12 y 14 años) por el equipo pediátrico que atiende al niño o niña habitualmente en su centro de salud.

Estas cifras de la Comunitat Valenciana son inferiores a las obtenidas para España en el informe Aladino (Alimentación, Actividad física, Desarrollo infantil y Obesidad) de la Agencia de Seguridad Alimentaria y Nutrición. Según datos de este informe, la prevalencia del exceso de peso (sobrepeso u obesidad) entre escolares de ambos sexos entre 6 y 9 años en España es de 40,6 %. En concreto, el sobrepeso observado es del 23,3% y la obesidad se sitúa en el 17,3%.

El exceso de peso en la infancia es un predictor de mala salud en la edad adulta, aumentando el riesgo de padecer, entre otras, diabetes de tipo 2, hipertensión, alteraciones musculoesqueléticas o psicosociales, además de favorecer la obesidad y patologías relacionadas en la edad adulta.

Respecto a la obesidad infantil, el Plan de Salud de la Comunitat Valenciana es el instrumento estratégico de planificación y programación de las políticas de salud. Este instrumento cuenta con diferentes líneas de trabajo referidas a su prevención, con actuaciones concretas llevadas a cabo desde la administración, contando con la participación de la ciudadanía.

Entre estas medidas, está la monitorización de la obesidad infantil, a través del registro en la historia de salud (Hoja de Seguimiento Infantil) del índice de masa corporal y en su caso el diagnóstico correspondiente para sobrepeso u obesidad.

Menús escolares

Otras actuaciones son los programas dirigidos al fomento de la alimentación mediterránea y de proximidad. Uno de estos programas es el de evaluación y fomento de la calidad nutricional de la oferta alimentaria en centros escolares.

Los últimos resultados disponibles de la evaluación de los menús servidos en 377 centros escolares de la Comunitat Valenciana muestran que el cumplimiento de estos menús para la oferta de pescado, legumbres y platos precocinados es elevado, aunque queda margen de mejora para la fruta fresca y para verduras.

249 municipios promueven la salud a través de Xarxasalut

Puesta en marcha en 2018, Xarxasalut es una red de municipios comprometidos con la salud en la Comunitat Valenciana, que permite trabajar de manera conjunta desde la administración autonómica y local. Uno de los objetivos es subvencionar proyectos relacionados con buenas prácticas y cuidado de la salud, entre ellos el fomento de una alimentación saludable y el ejercicio físico.

Actualmente, un total de 249 municipios de la Comunitat Valenciana forman parte de esta red. Por provincias, 54 municipios de Castellón, 75 de Alicante y 120 de Valencia.

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¿Por qué nos ponemos malos en vacaciones?

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¿Por qué nos ponemos malos en vacaciones?
¿Por qué nos ponemos malos en vacaciones?

Cuando llegan las vacaciones todos soñamos con descansar, desconectar del trabajo y disfrutar del tiempo libre. Sin embargo, muchas personas experimentan justo lo contrario: resfriados, problemas digestivos, dolores de cabeza, alergias o incluso bajones anímicos. Este fenómeno, tan habitual como molesto, tiene una explicación médica y psicológica. Te contamos por qué nos ponemos malos en vacaciones y qué hacer para evitarlo.


El síndrome del ocio o del descanso: la base del problema

Los especialistas lo llaman “síndrome del ocio” o “síndrome del descanso”, un fenómeno que aparece cuando, tras un periodo de alta exigencia física o mental, el cuerpo se relaja bruscamente y aparecen síntomas de enfermedad.

Durante los meses de trabajo o estudio, el organismo mantiene un nivel elevado de cortisol y adrenalina, hormonas relacionadas con el estrés. Estas sustancias ayudan a mantenernos activos, aunque también reducen la eficacia del sistema inmunológico. Cuando llega el descanso, los niveles de estrés caen en picado y el cuerpo aprovecha para mostrar todo aquello que llevaba tiempo acumulando.


Factores que explican por qué enfermamos en vacaciones

1. Bajada de defensas tras el estrés

El estrés crónico provoca que las defensas trabajen a menor rendimiento. Durante semanas o meses aguantamos gracias a la tensión diaria, pero cuando el cuerpo se relaja es más vulnerable a virus y bacterias. De ahí que sea común pillar un resfriado o una infección leve justo al inicio de las vacaciones.

2. Cambios bruscos de rutina

En vacaciones solemos alterar horarios de sueño, alimentación y ejercicio. Dormir menos o demasiado, saltarse comidas, consumir más alcohol o comidas copiosas, y la falta de actividad física repercuten directamente en el bienestar. El cuerpo, acostumbrado a un ritmo regular, reacciona con malestares digestivos, cansancio o dolor de cabeza.

3. Viajes y exposición a nuevos entornos

El hecho de viajar implica cambios de clima, altitud, huso horario y contacto con bacterias y virus diferentes. Todo ello supone un desafío para el organismo, que debe adaptarse rápidamente. Por eso, diarreas, alergias y problemas respiratorios son más frecuentes en vacaciones.

4. El “efecto rebote” del estrés acumulado

Muchos trabajadores llegan al periodo vacacional en estado de agotamiento físico y mental. Al desconectar, el cuerpo interpreta que ya puede bajar la guardia, lo que se traduce en un “reajuste” que en algunos casos se manifiesta como malestar general, dolores musculares o incluso ansiedad.

5. Problemas psicosomáticos

La salud mental también influye. La llegada de las vacaciones, con más tiempo libre y menos obligaciones, puede hacer que afloren preocupaciones que antes se mantenían en segundo plano. Esto se traduce en síntomas físicos como insomnio, dolores de estómago, migrañas o tensión muscular.


Enfermedades más frecuentes en vacaciones

  • Resfriados y gripes leves: fruto de la bajada de defensas.

  • Problemas digestivos: gastroenteritis, diarrea del viajero, indigestiones o acidez.

  • Dolores musculares y de espalda: consecuencia del estrés acumulado y cambios en la rutina de ejercicio.

  • Alergias: al polvo de hoteles, al polen en nuevas zonas geográficas o a ciertos alimentos.

  • Problemas dermatológicos: como quemaduras solares, reacciones alérgicas o eccemas.

  • Trastornos del sueño: derivados de los cambios de horario, viajes largos o exceso de actividad nocturna.


Cómo prevenir ponernos malos en vacaciones

Mantener hábitos saludables antes y durante el descanso

Lo ideal es no esperar a las vacaciones para cuidar el cuerpo. Mantener una alimentación equilibrada, dormir lo suficiente y practicar ejercicio con regularidad ayuda a que el sistema inmunológico no sufra tanto el cambio de ritmo.

Evitar los excesos

Aunque es normal disfrutar de comidas especiales, alcohol o trasnochar, conviene hacerlo con moderación. Los excesos son una de las principales causas de problemas digestivos y fatiga durante el verano.

Preparar los viajes con antelación

Si el destino implica cambios de clima, altitud o alimentación, es recomendable llevar un botiquín básico, hidratarse con frecuencia y dar tiempo al cuerpo para adaptarse. En destinos internacionales, conviene revisar las vacunas necesarias.

Escuchar al cuerpo

Muchas veces el organismo avisa antes de caer enfermo. Síntomas como cansancio extremo, insomnio, irritabilidad o dolores de cabeza recurrentes son señales de que necesitamos parar antes de que aparezca una enfermedad.

Proteger la piel y el sistema respiratorio

El uso de crema solar, ropa adecuada y medidas de higiene básicas (lavado de manos, evitar agua contaminada) reducen el riesgo de problemas en vacaciones.


Vacaciones como oportunidad de resetear el cuerpo

Aunque resulte paradójico, ponerse malo en vacaciones puede ser la forma que tiene el cuerpo de “resetearse”. El descanso permite que afloren desequilibrios que estaban escondidos bajo la rutina del estrés. Lo importante es entender este fenómeno, cuidarse y no verlo como una mala suerte, sino como una llamada de atención a la necesidad de equilibrar trabajo y salud durante todo el año.


Conclusión: disfrutar de las vacaciones sin enfermar es posible

Ponerse enfermo en vacaciones es más habitual de lo que pensamos, y no se debe únicamente a la casualidad. El estrés acumulado, los cambios de rutina y la bajada de defensas son factores clave que explican este fenómeno. La buena noticia es que, con una preparación adecuada y hábitos saludables, se puede reducir considerablemente el riesgo y disfrutar de un descanso reparador.

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