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Salud y Bienestar

La importancia de la vacunación contra el tétanos tras inundaciones por la DANA

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Vacuna tétanos tras la DANA

La vacunación contra el tétanos es fundamental, especialmente en situaciones posteriores a desastres naturales como las inundaciones severas causadas por la DANA.

Las condiciones que se generan tras estas catástrofes aumentan el riesgo de infecciones debido al contacto con agua sucia, barro y escombros, que pueden estar contaminados con la bacteria del tétanos, Clostridium tetani.


¿Por qué vacunarse contra el tétanos después de inundaciones?

El tétanos es una enfermedad grave causada por una bacteria que vive en el suelo, el polvo y el estiércol. Esta bacteria produce una toxina potente que afecta el sistema nervioso, lo que puede provocar rigidez muscular severa y problemas respiratorios. Las esporas del tétanos pueden ingresar al cuerpo a través de cortes, heridas o lesiones en la piel, lo que es muy común tras situaciones de desastre.

En áreas afectadas por la DANA, donde las personas han estado expuestas al agua contaminada, barro y objetos metálicos oxidados (como escombros y herramientas de limpieza), el riesgo de infección aumenta significativamente. Es especialmente importante si se trabaja en las labores de limpieza o en contacto con superficies contaminadas.


¿Quiénes deben vacunarse?

  1. Personas que no tengan un esquema de vacunación completo o actualizado: Los adultos deben recibir una vacuna de refuerzo contra el tétanos cada 10 años. Si una persona no ha recibido una dosis de refuerzo en los últimos 5 a 10 años y se expone a condiciones de riesgo, es recomendable vacunarse.
  2. Personas que participen en tareas de limpieza o rescate: Trabajadores y voluntarios que ayudan en las áreas afectadas deben asegurarse de tener la vacunación al día, ya que están en mayor riesgo de sufrir heridas o cortes.
  3. Individuos con heridas recientes: Cualquier persona que haya sufrido un corte, pinchazo o herida mientras trabaja o camina por las zonas afectadas por la DANA debe considerar una vacunación de refuerzo.

Zonas donde puede ser crucial la vacunación tras la DANA

Las áreas donde la DANA ha causado más estragos, como la Comunidad Valenciana, Murcia, Andalucía y Castilla-La Mancha, son las más afectadas por el agua estancada y los desechos. En estas regiones, las autoridades sanitarias podrían recomendar a la población en riesgo que se vacune contra el tétanos.

Situaciones específicas donde la vacunación es importante:

  • En zonas rurales o en lugares donde se ha reportado acumulación de barro y agua contaminada.
  • En comunidades donde se ha producido un daño significativo en infraestructuras, especialmente aquellas relacionadas con el saneamiento.
  • En casos donde haya contacto frecuente con escombros, metales oxidados o entornos en los que las heridas puedan ocurrir fácilmente.

Medidas preventivas adicionales

Además de la vacunación, es importante mantener una higiene adecuada y tratar cualquier herida, por pequeña que sea, con limpieza y desinfección inmediata. Si existe una lesión que podría estar contaminada con barro o agua sucia, acudir a un centro médico es crucial para recibir tratamiento adecuado y determinar si una dosis de la vacuna es necesaria.


Consulta a las autoridades sanitarias

Es importante que los residentes y voluntarios en las zonas afectadas por la DANA consulten con los servicios de salud locales sobre la disponibilidad de la vacuna y otras recomendaciones específicas. Las autoridades sanitarias suelen establecer puntos de atención y campañas de vacunación en las áreas afectadas tras estos desastres naturales.

Mantener el esquema de vacunación actualizado es una medida sencilla que puede prevenir una enfermedad potencialmente mortal, especialmente en situaciones de emergencia como las actuales.

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¿Sabes por qué no hay que chupar las cabezas de las gambas?

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chupar cabezas de gambas
PEXELS

Las gambas son uno de los mariscos más populares en la gastronomía, especialmente en celebraciones y cenas festivas. Su carne tierna y sabrosa es un manjar que muchos disfrutan en una gran variedad de platos, pero una parte de la gamba que causa controversia es su cabeza. Hay quienes disfrutan chupar las cabezas de las gambas para aprovechar todo su sabor, mientras que otros se abstienen de hacerlo por diversas razones. Entonces, ¿es seguro chupar las cabezas de las gambas? Aquí te contamos por qué es recomendable evitar esta práctica.

Las cabezas de las gambas: ¿una fuente de sabor o de riesgo?

Las cabezas de las gambas contienen una gran cantidad de jugos y una sustancia gelatinosa que, para muchos, tiene un sabor muy intenso y delicioso. Sin embargo, esta «delicadeza» puede ser más problemática de lo que parece.

1. Posibles contaminantes y toxinas

Una de las razones principales para evitar chupar las cabezas de las gambas es que estas partes del marisco pueden concentrar una gran cantidad de contaminantes. Las gambas, como otros mariscos, filtran el agua mientras se alimentan, lo que significa que las toxinas, los metales pesados, los pesticidas y los productos químicos presentes en el agua pueden acumularse en sus sistemas digestivos, especialmente en las cabezas.

Cadmio: el peligro oculto

Uno de los metales pesados más peligrosos que se acumula en las cabezas de los crustáceos es el cadmio, un metal tóxico que puede tener efectos nocivos a largo plazo. El cadmio se encuentra principalmente en la cabeza de las gambas, cigalas, langostinos, cangrejos y otros crustáceos, ya que es una zona donde se concentra una mayor cantidad de residuos provenientes de su sistema digestivo.

Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan), es conveniente «limitar en la medida de lo posible» el consumo de la carne localizada en la cabeza de estos crustáceos para evitar la acumulación de cadmio en nuestro organismo. Este metal pesado es altamente perjudicial para la salud humana, ya que se acumula lentamente en los órganos, principalmente en el hígado y los riñones.

El cadmio tiene un potencial cancerígeno y su eliminación del organismo es extremadamente lenta, lo que significa que puede permanecer en el cuerpo durante años, incluso décadas. El cadmio tarda entre 10 y 30 años en eliminarse, lo que incrementa su peligrosidad con el paso del tiempo.

2. Bacterias y parásitos

El consumo de mariscos crudos o mal cocidos, incluida la práctica de chupar las cabezas, puede aumentar el riesgo de contraer infecciones bacterianas o parasitarias. Las gambas pueden albergar bacterias como Vibrio o Salmonella, que son responsables de enfermedades transmitidas por alimentos. Aunque el proceso de cocción suele eliminar estas bacterias, algunas veces los jugos concentrados en las cabezas pueden no estar completamente libres de bacterias, especialmente si las gambas no se han cocinado de manera adecuada.

3. El sistema digestivo de las gambas

En el sistema digestivo de las gambas, particularmente en las cabezas, se encuentran restos de su alimentación, como pequeños organismos o residuos que no siempre son visibles a simple vista. Al chupar la cabeza, podrías estar ingiriendo estos residuos, que, aunque no sean peligrosos en su mayoría, pueden resultar poco agradables o incluso causar malestar digestivo en algunas personas, sobre todo si el marisco no ha sido completamente fresco.

4. El impacto en la salud de los consumidores vulnerables

Para ciertos grupos de personas, como las mujeres embarazadas, los niños pequeños, las personas con sistemas inmunológicos comprometidos o las personas mayores, el riesgo asociado a consumir mariscos en mal estado o mal cocidos es aún mayor. Las toxinas, bacterias y parásitos presentes en las gambas pueden ser peligrosos para su salud, por lo que se recomienda tener precauciones adicionales en el consumo de mariscos, especialmente de las partes más propensas a concentrar estos riesgos, como las cabezas.

Beneficios de evitar chupar las cabezas de las gambas

  • Reducción del riesgo de enfermedades: Al evitar chupar las cabezas, reduces la posibilidad de ingerir contaminantes y bacterias presentes en los jugos o residuos del sistema digestivo de la gamba.
  • Sabor más controlado: Si bien las cabezas de las gambas pueden tener un sabor fuerte, se pueden aprovechar de forma más segura en caldos o sopas, donde el sabor se extrae y se distribuye en toda la preparación. De esta forma, puedes disfrutar del sabor sin los riesgos asociados.
  • Mejor digestión: Al no consumir las partes menos apetitosas de la gamba, como los residuos de su sistema digestivo, tu sistema digestivo podrá trabajar de forma más eficiente.

¿Es necesario evitarlo por completo?

Si bien no es necesario evitar por completo chupar las cabezas de las gambas, es importante ser consciente de los riesgos potenciales. Para quienes no quieran prescindir de esta costumbre, es fundamental asegurarse de que las gambas estén bien cocidas y sean de buena calidad, procedentes de fuentes fiables y limpias.

Si eres una persona que disfruta de este ritual, ten en cuenta que la seguridad alimentaria siempre debe ser la prioridad. Si tienes dudas sobre la frescura o la procedencia de las gambas, lo mejor es optar por disfrutarlas de manera más segura, como en platos cocidos donde los contaminantes puedan ser eliminados mediante un buen proceso de cocción.

Conclusión

Si bien las cabezas de las gambas pueden parecer deliciosas y ofrecer un sabor profundo, existen riesgos asociados con chuparlas, especialmente en cuanto a toxinas, bacterias y otros contaminantes que pueden concentrarse en esa parte del marisco. El cadmio, un metal pesado presente en las cabezas de los crustáceos, es uno de los principales peligros, ya que puede acumularse en el organismo y tener efectos tóxicos a largo plazo. La mejor opción es disfrutar de las gambas de manera segura, cocinándolas adecuadamente y considerando aprovechar sus cabezas en caldos o sopas para extraer su sabor de manera más controlada y saludable.

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