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Salud y Bienestar

VÍDEO| Así es la primera mascarilla de nanofibras compostable del mundo, hecha por Bioinicia y el CSIC

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PROVEIL BIO tipo EPI posee una filtración superior al 98% frente a aerosoles y composta en 22 días.

 

Desde que comenzó la pandemia, hace ya más de un año, la población se ha tenido que acostumbrar a grandes cambios en sus vidas cotidianas; como el distanciamiento social, las restricciones de horario y movilidad, así como el uso de mascarillas.

Precisamente este aliado, la mascarilla, ha supuesto un nuevo riesgo para nuestro planeta. Un simple gesto como es quitarse la mascarilla y deshacerse de ella puede llegar a suponer un gran perjuicio en el medio ambiente. Tirar las mascarillas en el W.C. o en el suelo, y no hacerlo en los lugares recomendados es un grave problema, ya que supone el mismo daño que arrojar toallitas y plásticos. Por eso Bioinicia ha desarrollado la Mascarilla Higiénica Bio con ajuste EPI, la primera mascarilla compostable de nanofibras del mundo desarrollada por la empresa Bioinicia junto con el CSIC, que tiene una filtración frente a aerosoles superior a un 98% y composta en 22 días.

 

Esta mascarilla disponible en PROVEIL.ES es compostable, fabricada con materias primas naturales, que ayudan a cuidar del medio ambiente. Sus componentes llegarán a transformarse en agua y CO2 con el tiempo, evitando que millones de toneladas de plásticos lleguen a los océanos. Además, toda la gama de mascarillas PROVEIL® EPI disponibles en la web llevan un 30% menos de plásticos en su composición, que desde el inicio fue un compromiso de la empresa con el medio ambiente.

Sobre los materiales de las mascarillas que hay en el mercado y los desechos que suponen, José María Lagarón, investigador de CSIC y líder del grupo de investigadores que ha desarrollado junto a Bioinicia el filtro de nanofibras PROVEIL®, opina que: “en este momento casi todas las mascarillas están hechas de un plástico derivado del petróleo que no biodegrada. Por tanto, estará cientos de años como un contaminante en el medio ambiente, y además, a medida que se vaya fraccionando en trozos pequeños, generará microplásticos que son consumidos por los organismos vivos y que como consecuencia, acabarán formando parte de nuestra dieta.  Se considera que el año 2020 terminó con cerca de 1.500 millones de mascarillas en el mar generando una nueva tipología de basura en el océano. Un problema adicional a la acumulación de mascarillas en el medio ambiente y en vertederos, es que ese producto se basa en una economía lineal, de usar y tirar, no circular. Además, la producción del plástico añade dióxido de carbono a la atmósfera, siendo por tanto un promotor del efecto invernadero”.

Opciones para no generar más residuos

Para Lagarón, las opciones para evitar la acumulación de mascarillas en forma de residuos contaminantes son “su recogida y reutilización para hacer otros productos o para producir energía, pero sin duda la vía más más sostenible, es la de utilizar materias primas derivadas de biomasa y/o de residuos y su reciclado orgánico en forma de compostaje industrial, para retornar el carbono al suelo.”

 

Creación de una mascarilla compostable similar a las EPI o FFP2

Para buscar soluciones al terrible impacto medioambiental, desde Bioinicia y CSIC se ha investigado en la creación de una mascarilla compostable con un formato que se adapta a la fisionomía, como las mascarillas EPI: “La experiencia del CSIC es muy amplia en esta temática, y por tanto nuestro objetivo común fue el de crear una mascarilla única en el mercado que se pudiera reciclar de forma orgánica, mediante compostaje industrial, pero con las mismas propiedades de filtración, respirabilidad y ajuste que un EPI, FFP2 o COVID-19, por tanto, que ofreciese la mayor protección no solo en exteriores, sino también en interiores y que pudiese ser usada con seguridad por la población, los docentes, cuerpos y fuerzas de seguridad y los sanitarios», concluye Lagarón.

Desde la empresa Bioinicia, junto con el CSIC, además de trabajar por la salud de toda la población poniendo todos los medios disponibles para conseguir, a través de sus mascarillas, reducir en la medida de lo posible los contagios por COVID-19, se muestra un firme compromiso con el medio ambiente. Para ello, parte de su investigación y desarrollo se centran, no solo en optimizar sus filtros, sino también en conseguir que los materiales utilizados no tengan un impacto negativo en nuestro planeta.

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¿Cuáles son los síntomas de un infarto?

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sintomas infarto

Los síntomas de un infarto son variados. El ataque cardíaco se produce cuando se bloquea o se reduce gravemente el flujo de sangre que va al corazón. Por lo general, la obstrucción se debe a una acumulación de grasa, colesterol y otras sustancias en las arterias del corazón (coronarias). Los depósitos de grasa que contienen colesterol se llaman placas.

El proceso de acumulación de placas se llama ateroesclerosis.

A veces, una placa puede romperse y formar un coágulo que bloquea el flujo de sangre. La interrupción del flujo de sangre puede dañar o destruir una parte del músculo cardíaco.

El ataque cardíaco también se conoce como infarto de miocardio.

Si se produce un ataque cardíaco, es necesario recibir tratamiento de inmediato a fin de evitar la muerte. Llama al 911 o busca atención médica de emergencia si crees que estás teniendo un ataque cardíaco.

Síntomas de un infarto

Los síntomas de un ataque cardíaco varían. En algunas personas, estos síntomas son leves. Otras personas tienen síntomas graves. Algunas personas no presentan síntomas.

Los síntomas frecuentes de un ataque cardíaco incluyen:

  • Dolor en el pecho que puede sentirse como presión, opresión, dolor, o sensación opresiva o de dolor.
  • Dolor o molestias que se propagan al hombro, al brazo, a la espalda, al cuello, a la mandíbula, a los dientes o, a veces, a la parte superior del abdomen.
  • Sudor frío.
  • Fatiga.
  • Acidez estomacal o indigestión.
  • Aturdimiento o mareos repentinos.
  • Náusea.
  • Falta de aire.

Las mujeres pueden tener síntomas atípicos, como dolor punzante o breve en el cuello, el brazo o la espalda. A veces, el primer síntoma de un ataque cardíaco es un paro cardíaco repentino.

Algunos ataques cardíacos se producen de repente, pero muchas personas tienen signos y síntomas de advertencia horas, días o semanas antes. El dolor en el pecho o la presión (angina) que persiste y no desaparece con el descanso puede ser un signo de alarma temprano. La angina de pecho es el resultado de un descenso temporal del flujo sanguíneo hacia el corazón.

Cuándo debes consultar con un médico

Busca ayuda de inmediato si crees que estás teniendo un ataque cardíaco. Adopta las siguientes medidas:

  • Llama a emergencias. Si crees que estás teniendo un ataque cardíaco, llama inmediatamente al 911 o al número de emergencia local. Si no tienes acceso a servicios médicos de urgencia, pídele a alguien que te lleve al hospital más cercano. Conduce solamente si no queda otra opción.
  • Toma nitroglicerina si te la recetó el proveedor de atención médica. Tómala según las instrucciones mientras esperas la ayuda de emergencia.
  • Toma aspirina, si el médico lo recomienda. El consumo de aspirina durante un ataque cardíaco podría reducir el daño cardíaco al evitar que la sangre forme coágulos.La aspirina puede interactuar con otros medicamentos, así que no la tomes a menos que el proveedor de atención médica o el personal médico de emergencia te lo indiquen. No retrases la llamada al 911 para tomar aspirina. Llama primero al número de emergencias.

Qué hacer si ves que una persona podría estar teniendo un infarto

Si una persona está inconsciente y piensas que está teniendo un ataque cardíaco, primero llama al 911 o al número local de emergencias. Luego, verifica si la persona está respirando y si tiene pulso. Si la persona no respira o no le encuentras pulso, comienza a realizarle reanimación cardiopulmonar (RCP).

  • Si no has recibido capacitación para la reanimación cardiopulmonar, realiza la reanimación solamente con las manos. Es decir, presiona el pecho de la persona con firmeza y rapidez (entre 100 y 120 compresiones por minuto).
  • Si has recibido capacitación para la reanimación cardiopulmonar y te sientes seguro de poder hacerlo, comienza con 30 compresiones en el pecho antes de hacer dos respiraciones de rescate.

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