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Salud y Bienestar

ESTUDIO| El perfil de los maltratadores que consumen alcohol

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hormona contra la borrachera

VALÈNCIA, Sep 2018. (EUROPA PRESS) – El perfil de los maltratadores que consumen alcohol está definido claramente. Los maltratadores con un consumo de alcohol excesivo y continuado presentan un mayor número de déficits en las funciones ejecutivas y tienen más dificultades para empatizar y reconocer las emociones faciales en el rostro de su pareja que los no consumidores de alcohol y los no violentos.

Así, se desprende de un estudio realizado por el equipo de Psicología y Neurociencia de la Universitat de València para definir el perfil neuropsicológico específico de aquellos hombres con antecedentes por violencia contra la mujer en las relaciones de pareja que presentan distintos patrones de consumo de alcohol, según han explicado fuentes de esta institución académica.

El estudio, publicado en la revista Alcohol, busca facilitar la adherencia al tratamiento, así como la detección de la probabilidad de reincidencia de los agresores que pasan a disposición judicial.

En la investigación, llevada a cabo por la doctoranda Sara Vitoria y los profesores Ángel Romero, Marisol Lila y Luis Moya Albiol, de los departamentos de Psicobiología y Psicología Social de la Universitat de València, se ha comparado así tres grupos de hombres. Dos de ellos condenados por violencia de género, uno con alto y otro con bajo consumo de alcohol, respectivamente, y un tercer grupo formado por hombres sin antecedentes penales.

El perfil de los maltratadores que consumen alcohol

El estudio ha mostrado que los agresores con un consumo de alcohol excesivo y continuado presentan un mayor número de déficits en las funciones ejecutivas. Así, destaca una mayor rigidez mental, un déficit de planificación y capacidad de inhibición mayor, y también una capacidad de atención deficiente y menor memoria de trabajo.

Otra de las conclusiones publicadas en el artículo ‘Differential cognitive profiles of intimate partner violence perpetrators based on alcohol consumption’ es que estos hombres tienen más dificultades para empatizar y reconocer las emociones faciales en el rostro de su pareja que los no consumidores de alcohol y los no violentos.

«Los resultados obtenidos son fundamentales para elaborar programas de intervención adaptados a estas particularidades, lo que supondría una mejora en su eficacia «, destaca Sara Vitoria, quien apunta la importancia de la necesidad de realizar intervenciones en las que se considere el perfil neuropsicológico de los agresores para mejorar su eficacia.

El objetivo final de la investigación es la creación de una evaluación más completa y precisa sobre la probabilidad de reincidencia, hecho de suma importancia cuando se ha de tomar una decisión rápida en las horas posteriores al momento en el que los agresores pasan a disposición judicial.

PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA

Además, los resultados también pueden ayudar a prevenir la violencia de género ya que, gracias al análisis de las funciones ejecutivas y la impulsividad, sería más fácil detectar a individuos con mayor probabilidad de cometer este tipo de crímenes, según las mismas fuentes.

Actualmente son pocos los estudios que han analizado las características neuropsicológicas de los hombres penados por violencia de género y, menos todavía, aquellos que profundizan en el rol del alcohol, han señalado.

En el estudio han participado voluntariamente 100 hombres divididos en tres grupos: condenados por violencia de género con alto y bajo consumo de alcohol y sin antecedentes penales.

La investigación, que se realizó durante tres sesiones consecutivas en la Facultat de Psicología de la Universitat de València, constó de varias entrevistas a los voluntarios realizadas por especialistas, en las que se determinó que su perfil era el óptimo para las pruebas neuropsicológicas.

Algunas de las condiciones fueron la condena por violencia de género con una pena de prisión menor a dos años de cárcel y sin antecedentes penales y no tener diagnosticada ninguna enfermedad mental.

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ESTUDIO| El envejecimiento del cerebro comienza a los 57 años

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envejecimiento cerebro
Los investigadores observaron que los cambios no eran lineales con el aumento de la edad, sino que se observaban tres picos con cambios abruptos, relacionados con cambios metabólicos a los 57 años; pérdidas cognitivas y de movimiento a los 70, y fragilidad neuronal en torno a los 78. / Adobe Stock

El avance en la longevidad humana ha hecho cada vez más común superar los 90 años y alcanzar el siglo de vida. Sin embargo, más allá de vivir más tiempo, el desafío está en preservar la lucidez y la calidad de vida. Un reciente estudio publicado en Nature Aging ha identificado que el envejecimiento del cerebro comienza a los 57 años, con picos adicionales a los 70 y 78 años. Estas edades podrían ser claves para implementar intervenciones que mitiguen el deterioro neurológico.

El deterioro cerebral, vinculado frecuentemente con enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer, representa un obstáculo significativo. Según el Ministerio de Sanidad, el riesgo de padecer alzhéimer se duplica cada cinco años a partir de los 65, pasando de un 1 % de afectados al 40 % a los 90 años.

Los puntos de inflexión del envejecimiento cerebral

El estudio, liderado por Wei Cheng, de la Facultad de Medicina de Shanghái, se basó en muestras humanas de plasma sanguíneo obtenidas del Biobanco del Reino Unido. Los investigadores seleccionaron 13 proteínas relacionadas con el envejecimiento cerebral. Ocho de estas proteínas, vinculadas a la matriz extracelular y los factores de crecimiento celular, aumentan con la edad. Las otras cinco, relacionadas con la degradación de proteínas, disminuyen durante el proceso de envejecimiento.

Dos de estas proteínas, Brevican (BCAN) y el factor de diferenciación del crecimiento 15 (GDF15), han sido asociadas no solo con el envejecimiento, sino también con condiciones como la demencia, el ictus y la función motora deteriorada. Esto evidencia que las concentraciones de proteínas cambian a lo largo del tiempo, reflejando la salud cerebral en edades clave.

¿Por qué comienza el envejecimiento cerebral a los 57 años?

El análisis incluyó datos de imágenes cerebrales de 10.949 adultos sanos para estimar la brecha de edad cerebral (BAG, por sus siglas en inglés), un indicador del declive cognitivo. Según Cheng, a los 57 años se observan cambios relacionados con la inmunidad adaptativa y el metabolismo, dos factores esenciales en el inicio del envejecimiento cerebral.

Cambios no lineales en el deterioro cerebral

Jesús Ávila, neurocientífico del CSIC, señala que el declive cerebral no es lineal, sino que presenta picos abruptos:

  • A los 57 años, cambios metabólicos.
  • A los 70 años, pérdidas cognitivas y de movimiento.
  • A los 78 años, fragilidad neuronal.

A los 70 años, las proteínas asociadas están directamente vinculadas con la demencia y el ictus, según Cheng. Por ello, esta etapa es crucial para adoptar un estilo de vida saludable y prevenir posibles trastornos cerebrales.

La importancia de la prevención

Los expertos destacan que ciertos trastornos neurodegenerativos pueden prevenirse mediante hábitos saludables, como el ejercicio regular, una dieta equilibrada y el contacto social. No obstante, serán necesarios más estudios para validar estos biomarcadores y explorar su viabilidad en la prevención del deterioro cerebral.


Referencias:

  • Liu et al. Plasma proteomics identify biomarkers and undulating changes of brain aging. Nature Aging (2024).
  • Fuente: SINC. Derechos: Creative Commons.

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