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Salud y Bienestar

Alimentos que ayudan a prevenir el cáncer

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Alimentos que ayudan a prevenir el cáncer

Según la Asociación Española contra el Cáncer, alrededor de un 40% de los cánceres se pueden evitar con hábitos de vida saludables. La naturaleza nos ofrece una gran variedad de alimentos que actúan como protectores frente al cáncer. Aunque ninguna dieta garantiza que nos libremos de esta enfermedad que depende de la conjunción de distintos factores, sí puede reducir el riesgo.

Incorporar estos alimentos en la dieta diaria no solo puede mejorar la salud general, sino que también puede ser una estrategia efectiva en la prevención del cáncer. Mantener una alimentación equilibrada, rica en frutas, verduras, granos integrales y grasas saludables, es una de las mejores formas de protegerse contra esta enfermedad. Como siempre, es recomendable consultar con un profesional de la salud para recibir asesoramiento personalizado.

Alimentos que ayudan a prevenir el cáncer

La alimentación juega un papel fundamental en la prevención de diversas enfermedades, incluido el cáncer. Existen ciertos alimentos que, gracias a sus compuestos activos, pueden reducir el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer. A continuación, exploramos algunos de estos alimentos y sus propiedades beneficiosas.

Tomate: Poderoso Antioxidante Contra el Cáncer

El tomate es rico en licopeno, un compuesto que ha demostrado reducir la incidencia de patologías cancerosas, especialmente en el pulmón, la próstata y el tracto digestivo. El licopeno, junto con la tomatina, posee una alta capacidad antioxidante, que evita que los procesos de degeneración celular progresen hacia el cáncer. Consumir tomates regularmente puede ser un aliado importante en la prevención de estas enfermedades.

Té Verde: Anticancerígeno Natural

El té verde es conocido por sus múltiples propiedades saludables, entre las que destacan sus efectos anticancerígenos y antioxidantes. Estos beneficios se deben principalmente a su alto contenido en polifenoles, que ayudan a neutralizar los radicales libres y proteger las células del daño que puede conducir al cáncer. Incluir té verde en la dieta diaria puede contribuir significativamente a reducir el riesgo de cáncer.

Aceite de Oliva Virgen Extra: Defensa Contra el Cáncer de Mama

El aceite de oliva virgen extra no solo es un componente esencial de la dieta mediterránea, sino también un potente aliado contra ciertas líneas celulares de cáncer de mama. Estudios han demostrado que el consumo regular de este aceite reduce drásticamente los niveles de determinados oncogenes, los cuales están presentes en aproximadamente el 30% de las pacientes que desarrollan formas agresivas de esta enfermedad.

Trigo y Fibra Integral: Protección Digestiva

El trigo, especialmente en su forma integral, junto con otros cereales como el centeno, es una fuente rica en fibra. Esta fibra acelera el tránsito intestinal y ayuda a arrastrar sustancias cancerígenas fuera del tracto digestivo, previniendo así el cáncer de estómago y colon. Al evitar la absorción de estas sustancias nocivas, también protege contra otros tipos de cáncer como el de páncreas y mama.

Brócoli: Agente Quimio-Protector

El brócoli es otro superalimento en la lucha contra el cáncer. Contiene sulforafano e isotiocianatos, compuestos reconocidos por su capacidad para detener la proliferación celular en las etapas iniciales del cáncer. Estudios han demostrado que el consumo de brócoli puede ayudar a prevenir el cáncer de próstata, colon, mama, hígado, vejiga, huesos, páncreas, piel y leucemia.

Granada: Aliada Contra el Cáncer de Mama y Próstata

La granada es rica en antioxidantes, como flavonoides y taninos, que le otorgan propiedades anticancerosas. Además de su acción preventiva contra el cáncer de mama, estudios recientes sugieren que el jugo de granada puede ser útil en la prevención y tratamiento del cáncer de próstata y la osteoartritis. Su alto contenido en ácido cítrico, málico y otros compuestos beneficiosos la convierten en una fruta imprescindible para una dieta saludable.

Cúrcuma: Especia Milagrosa

La cúrcuma, un ingrediente clave en el curry amarillo, es conocida por ser uno de los antiinflamatorios naturales más potentes. Su principal compuesto, la curcumina, tiene una amplia gama de propiedades anticancerosas, antioxidantes y antiinflamatorias. Estudios de laboratorio han demostrado que la curcumina puede inhibir el crecimiento de diversos tumores, incluyendo los de colon, hígado, estómago, mama, ovarios y leucemia. Además, favorece la eliminación de sustancias cancerosas del cuerpo y ayuda en la producción de glutatión, un potente antioxidante.

Soja: Prevención y Precaución

La soja es una fuente importante de vitaminas, proteínas, minerales y fibras vegetales, además de contener isoflavonas, que han sido asociadas con una menor incidencia de problemas de osteoporosis y una menopausia más tardía en mujeres asiáticas. Sin embargo, el consumo de soja y su relación con el cáncer de mama ha sido objeto de debate en la comunidad científica. Aunque algunos estudios sugieren que puede ser beneficioso, es importante consumirla con precaución y consultar con un especialista.

 

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Cuidado, así afecta el calor del verano a los medicamentos

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Cuidado, así afecta el calor del verano a los medicamentos

Especialistas del Departamento de Salud de la Ribera alertan de que una incorrecta conservación de los medicamentos en verano puede provocar importantes problemas de salud en el organismo al verse alteradas las características de calidad y eficacia de los fármacos.

Efectos nocivos que el calor puede provocar en los medicamentos

Teniendo en cuenta las altas temperaturas que suelen alcanzarse en estos meses, el personal especializado advierte de la necesidad de llevar a cabo una correcta utilización de los fármacos, con especial atención a aquellos medicamentos que deben conservarse en frío o deben utilizarse tan pronto se hayan sacado de la nevera.

Según los farmacéuticos de Atención Primaria del Departamento de Salud de la Ribera, Miguel Murcia y Rocío Broseta, “las condiciones de conservación que indica un medicamento, se establecen según los ensayos realizados antes de ser comercializados, por lo que deben respetarse para no perder su eficacia y seguridad”.

Por ello, antes de consumir cualquier medicamento, se debe comprobar su estado y su apariencia exterior, sobre todo en cremas, colirios, supositorios u óvulos, ya que por su aspecto se puede conocer su estabilidad.

Cuando nunca debes consumirlos

Si no se ha conservado correctamente o el producto ha cambiado al abrirlo, el medicamento no debe ser consumido bajo ningún concepto, ya que podrían estar alteradas las propiedades del fármaco.

Por lo que respecta a la conservación en casa, es aconsejable mantener los medicamentos en sitios frescos y secos, evitando la exposición directa a la luz solar.

Por ello, el personal experto recomienda no guardarlos en la cocina o el baño, estancias de la casa que, por lo general, suelen acumular más calor a lo largo del día, y siempre lejos del alcance de los niños.

En cualquier caso, es importante que antes de tomar un medicamento se consulte con  profesionales sanitarios y se evite la automedicación.

Igualmente, cuando se adquiera por primera vez, se recomienda leer el envase y el prospecto para conocer la temperatura a la que debe conservarse.

Viajar con medicamentos

En los trayectos por carretera, es recomendable no llevar los medicamentos en el maletero o la guantera del coche, ya que pueden llegar a alcanzar altas temperaturas.

Es imprescindible mantener las condiciones de transporte específicas para cada medicamento; es decir, los fármacos a conservar entre los 2ºC y 8ºC, deben conservarse siempre en nevera y, por tanto, transportarse en embalaje isotérmico refrigerado (sin llegar a congelar); por su parte, los fármacos que deben permanecer a una temperatura de entre 25ºC y 30ºC, han de transportarse en un embalaje isotérmico no refrigerado para evitar que puedan alcanzar temperaturas mayores.

Síndrome de agotamiento y golpe de calor

Por otro lado,  el personal especializado advierte de que algunos medicamentos pueden acentuar los efectos de las altas temperaturas, agravar el síndrome de agotamiento-deshidratación, propiciar los golpes de calor o inducir una hipertermia.

En este grupo de medicamentos se encuentran los diuréticos, los antiinflamatorios no esteroideos, los antihipertensivos, algunos antibióticos y antivirales, los antiarrítimicos, algunos antidiabéticos, los hipolipemiantes (empleados para regular el colesterol), los antidepresivos, los antihistamínicos y los antipsicóticos.

“Hay que estar atentos al estado general de aquellos pacientes que toman este tipo de medicamentos, así como propiciar una serie de medidas que ayude a controlar su temperatura corporal: ambiente fresco, buena ventilación y aireación, y continua hidratación.

Es importante resaltar que, a pesar de las altas temperaturas, en ningún caso se deben suspender los tratamientos establecidos por los facultativos”, concluyen Murcia y Broseta.

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