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Cultura

Así serán los Goya en València: con público, homenaje a Berlanga y varios presentadores

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(EFE).- La trigésimo sexta edición de los Premios Goya, que acogerá el Palau de Les Arts de València el 12 de febrero de 2022, será la del «reencuentro del cine con el público», rendirá homenaje al cineasta Luis García Berlanga en el centenario de su nacimiento y contará con un modelo nuevo con varios presentadores.

Así lo ha anunciado este viernes en el mismo escenario de la gala el presidente de la Academia de Cine, Mariano Barroso, que ha detallado que los Goya 2022 «superan el presentador único o pareja» y tendrá varias «grandes figuras», será más ágil, con actuaciones musicales y con actividades paralelas.

A la presentación de la gala también han asistido el president de la Generalitat, Ximo Puig; el alcalde y la vicealcaldesa de València, Joan Ribó y Sandra Gómez, respectivamente; y el presidente de la Diputación de Valencia, Toni Gaspar, entre otras autoridades.

Barroso ha valorado la «cosecha excelente» de películas, actores y actrices españoles de esta edición «que van a dar mucho de que hablar» y, aunque no ha desvelado el nombre de los presentadores, ha dicho que son «personas muy queridas» que se anunciarán cuando se concreten todos.

«Cada una de estas personas va a tener su espacio de protagonismo y va a representar desde el cine más popular al de autor, desde el comercial al de géneros y cada tendencia del cine estará representada por una de estas figuras», ha explicado.

«Esta va a ser la gala del reencuentro, la experiencia de la cercanía del otro», ha destacado, ha asegurado que como toda celebración del cine «va a tener glamour», y ha desvelado que también contará con actuaciones musicales, que se anunciarán en los próximos meses.

Barroso ha recordado que la gala en València se aplazó por la pandemia «hasta el momento en que fuera posible el reencuentro del cine con el público y ese momento ha llegado» y ha reconocido que en la celebración del año pasado, marcada por las circunstancias sanitarias, se echó en falta «el calor del público».

El director de la academia ha agradecido la «actitud» de las administraciones valencianas, su «respeto» al cine y su «apuesta inequívoca, favorable y entregada» a las propuestas y demandas que les han hecho.

Además, ha informado de que están a punto de cerrar el acuerdo con Bombas Gens para que acoja la exposición sobre el centenario del nacimiento de Berlanga que «ha estado hasta hace unos días en Madrid» y que podrá verse en València durante tres meses a partir del día 8 de febrero.

También ha asegurado que la Academia y las administraciones organizarán actividades paralelas como proyección de películas nominadas, encuentros con el público de directores, actores y técnicos o una muestra de Goyas de otras ediciones, además de destacar el protagonismo que tendrá el audiovisual valenciano.

Junto a la Filmoteca Valenciana se programará un ciclo en torno la figura de Luis García Berlanga y «se invitará a cineastas actuales para hablar sobre su influencia».

Sin detallar el presupuesto de la gala, ha dicho que aún están en negociaciones y que son datos internos, además de reconocer que hay aportaciones privadas y de las administraciones públicas, que tendrán que abonar 2 millones de euros de canon, entre Generalitat, Ayuntamiento y Diputación, como ha recordado Sandra Gómez.

Barroso ha resaltado que la Comunitat Valenciana ha pasado «de ser personaje secundario a protagonista» en las producciones de cine en el país y, aunque ha admitido que el aforo previsto para la gala será menor que en otras ciudades -1.600 frente a 3.500 en Málaga o 3.000 en Madrid y Sevilla-, ha reconocido que el Palau de las Arts «tiene otras muchas cosas que lo hacen especial».

Puig ha defendido que la gala es «una enorme oportunidad» y que es «emocionante» que «la dimensión de Berlanga esté un poco detrás de todo» y ha sostenido que en un momento de recuperación económica, social y también emocional, que los premios Goya se celebren en València es «un hito en esa recuperación emocional».

«El 12 de febrero haremos realidad el sueño de que los Goya se celebren en València», ha aseverado y ha agregado que aunque «no sobran los céntimos», se invierte bien y hacerlo en cine «es bueno», al tiempo que ha recordado que por las fechas de la gala en 2020 se notificó el primer caso de covid en la Comunitat, por lo que los Goya les sitúan «al lado de la esperanza».

El alcalde de València ha sostenido que la ciudad «es referencia de cultura y modernidad» y que «el año Berlanga se merece un final de cine» con la celebración de los Goya, mientras que Toni Gaspar ha asegurado que la gala es «necesaria» porque el cine «mueve estados de animo» y no ve mejor fórmula «para los tiempos que vivimos».

La vicealcaldesa ha anunciado que el paseo que conduce al Hemisféric de la Ciudad de las Artes y las Ciencias llevará el nombre de Berlanga y ha valorado la «extraordinaria» cobertura mediática de los premios, lo que supone «un retorno de la imagen de marca de la ciudad», lo que genera un «valor añadido» e incide en el turismo cultura como «elemento de dinamización económica».

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Cultura

Muere a los 47 años el valenciano Azuquita, creador del Rumbakalao e icono de la Ruta del Bacalao

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Azuquita
Azuquita-INSTAGRAM

El mundo de la música en España llora la pérdida de Pedro Bermúdez, conocido artísticamente como Azuquita, fallecido a los 47 años en Palma de Mallorca, ciudad en la que residía en los últimos años. La noticia fue confirmada por la prensa balear en la mañana del sábado 6 de septiembre de 2025 y rápidamente se difundió entre seguidores y compañeros de profesión.

Azuquita deja tras de sí un legado musical muy singular, marcado por la creación del Rumbakalao, un estilo híbrido que en los años 90 unió la rumba con los sonidos electrónicos de la mítica Ruta del Bacalao. Con esta fusión, el artista valenciano alcanzó una gran popularidad y se convirtió en uno de los nombres propios de aquella época.

El origen del Rumbakalao: la rumba se cruza con la Ruta del Bacalao

En plena efervescencia de la Ruta del Bacalao, un movimiento musical y cultural que marcó la Comunitat Valenciana y se extendió por toda España en los 80 y 90, surgió la figura de Azuquita. Mientras los clubes de Valencia y alrededores vibraban con el techno, el dance y el house, él apostó por un camino alternativo: versionar los grandes éxitos de la música de discoteca desde un prisma rumbero.

Ese experimento dio lugar al Rumbakalao, un género propio que unía el ritmo festivo y cercano de la rumba con la energía electrónica que dominaba las pistas de baile. Fue en 1993, con apenas 17 años, cuando Azuquita saltó a la fama al versionar “Así me gusta a mí” de Chimo Bayo, uno de los himnos indiscutibles de la Ruta. Su propuesta sorprendió y conectó con un público que buscaba nuevas formas de vivir la música.

Azuquita, un artista que rompió moldes en los 90

Con su estilo desenfadado, su humor característico y una personalidad cercana, Azuquita logró hacerse un hueco en la escena musical de los 90. Sus versiones convertían los éxitos electrónicos en temas que podían sonar tanto en una discoteca como en una verbena popular, lo que ampliaba enormemente su público.

Durante esa década lanzó tres discos:

  • Rumbakalao (1994)

  • Escucha que te digo (1995)

  • Sinelo Kalo (1997)

Cada uno de estos álbumes reforzaba su propuesta musical y consolidaba su imagen de artista rompedor. Su voz y su particular manera de interpretar canciones lo convirtieron en un referente de un estilo único que, aunque surgido en un contexto muy concreto, sigue siendo recordado por quienes vivieron aquella época.

La Ruta del Bacalao: un fenómeno cultural más allá de la música

Para entender la relevancia de Azuquita, es necesario recordar lo que supuso la Ruta del Bacalao. Más que un movimiento musical, fue una auténtica revolución cultural en la Comunitat Valenciana que tuvo su epicentro en discotecas míticas como Barraca, Spook, Puzzle o ACTV. Allí sonaban sesiones maratonianas de música electrónica que marcaron a toda una generación.

En ese ambiente dominado por el techno y el dance, irrumpió Azuquita con un toque inesperado: fusionar ese sonido de club con la rumba valenciana. Su propuesta, lejos de pasar desapercibida, ofreció un soplo de aire fresco y demostró que la Ruta también podía reinterpretarse desde otros estilos.

El Rumbakalao se convirtió así en un símbolo paralelo al fenómeno de la Ruta, con un aire más desenfadado y popular, que lo acercaba tanto a la cultura de la calle como a la de las discotecas.

Colaboraciones y proyección internacional

Aunque su época dorada estuvo en los 90, Azuquita no se quedó anclado en el pasado. Ya en los 2000, participó en proyectos que le llevaron más allá de España. Una de las colaboraciones más destacadas fue con el alemán Matthias Reim, lo que le permitió acercarse al público centroeuropeo.

Su versatilidad musical y su capacidad para adaptarse a diferentes estilos lo convirtieron en un artista querido dentro y fuera de la Comunitat Valenciana.

Azuquita y Los Rumba Kings: su etapa más reciente

En los últimos años, Azuquita formaba parte de Los Rumba Kings, un grupo que mantenía vivo el espíritu de la rumba española y con el que continuaba actuando en fiestas, conciertos y festivales. Desde Mallorca, su lugar de residencia, seguía compartiendo música y demostrando que su pasión por el escenario permanecía intacta.

Para sus seguidores, cada actuación era un viaje en el tiempo que recordaba la frescura de los años 90 y la época dorada del Rumbakalao.

El legado de Azuquita en la memoria musical valenciana

La muerte de Azuquita supone un golpe para quienes vivieron la Ruta del Bacalao y para los amantes de la música fusión en España. Su aportación fue única: logró unir dos mundos aparentemente opuestos, la rumba y la música electrónica, en un género propio que hoy sigue siendo recordado como una seña de identidad de los 90.

Además de su música, queda en el recuerdo su carácter alegre y su humor, que transmitía tanto en entrevistas como sobre el escenario. Su figura forma parte de la memoria colectiva de una generación que bailó sus versiones en discotecas, verbenas y fiestas populares.

La Ruta del Bacalao como patrimonio cultural

Hoy, con el paso del tiempo, la Ruta del Bacalao se reivindica como un fenómeno cultural que fue mucho más que ocio nocturno. Supuso un laboratorio musical, artístico y social que influyó en la música electrónica en España y dejó huella en generaciones posteriores.

En este contexto, artistas como Azuquita ayudaron a ampliar las fronteras de lo que podía ser la Ruta, demostrando que la innovación también cabía dentro de un movimiento ya de por sí experimental.

Un adiós con sabor a nostalgia

El fallecimiento de Azuquita a los 47 años deja un vacío en la música valenciana y en la historia reciente de la cultura popular española. Sus discos, sus versiones rumberas de clásicos de la Ruta del Bacalao y su papel en Los Rumba Kings forman parte de un legado que seguirá vivo en la memoria de sus seguidores.

En un momento en que se recupera la memoria de la Ruta y se organizan homenajes a aquel movimiento, la figura de Azuquita resurge como la de un artista que se atrevió a mezclar mundos y consiguió crear algo nuevo. Su Rumbakalao siempre será recordado como un sonido propio de los 90, un símbolo de una época irrepetible.

 

 

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