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Salud y Bienestar

Bronquiolitis: los síntomas que te pueden alertar

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PEXELS

Saber detectar la bronquiolitis a través de sus síntomas es funfamental.

Es una infección pulmonar común en niños pequeños y bebés, que causa inflamación y congestión en las pequeñas vías respiratorias (bronquiolos) del pulmón. La bronquiolitis casi siempre es a causa de un virus. En general, el momento en que la bronquiolitis es más frecuente es durante los meses de invierno.

Comienza con síntomas similares a los de un resfriado común, pero luego presenta tos, sibilancia y a veces dificultad para respirar. Los síntomas de la bronquiolitis pueden durar de varios días a semanas.

La mayoría de los niños mejoran con los cuidados en casa. Un pequeño porcentaje de niños requiere hospitalización. Mayo Clinic ofrece todos los detalles:

Bronquiolitis: Síntomas

Durante los primeros días, los signos y síntomas de la bronquiolitis son similares a los de un resfriado:

  • Catarro
  • Congestión nasal
  • Tos
  • Fiebre leve (no siempre presente)

Después de esto, durante una semana o más se puede presentar dificultad para respirar o un silbido cuando el niño exhala (sibilancia).

Muchos bebés también tienen una infección de oído (otitis media).

Cuándo debes consultar a un médico

Si te resulta difícil hacer que tu hijo coma o beba y su respiración se vuelve más rápida o dificultosa, llama al médico de tu hijo. Esto es especialmente importante si tu hijo tiene menos de 12 semanas de vida o tiene otros factores de riesgo para la bronquiolitis, incluso el nacimiento prematuro o una afección cardíaca o pulmonar.

Los siguientes signos y síntomas son razones para buscar atención médica inmediata:

  • Sonidos de sibilancias audibles
  • Respiración muy rápida (más de 60 respiraciones por minuto [taquipnea]) y superficial
  • Respiración dificultosa: las costillas parecen succionar hacia adentro cuando el bebé inhala
  • Aspecto lento o letárgico
  • Negarse a beber lo suficiente, o respirar demasiado rápido al comer o beber
  • La piel se vuelve azul, especialmente los labios y las uñas (cianosis)

Causas de la bronquiolitis

La bronquiolitis se produce cuando un virus infecta los bronquiolos, que son las vías respiratorias más pequeñas de los pulmones. La infección hace que los bronquiolos se hinchen y se inflamen. La mucosidad se acumula en estas vías respiratorias, lo que dificulta que el aire fluya libremente dentro y fuera de los pulmones.

La mayoría de los casos de bronquiolitis son causados por el virus sincicial respiratorio. El virus sincicial respiratorio es un virus común que infecta a casi todos los niños hasta los 2 años de edad. Los brotes de infección por el virus sincicial respiratorio ocurren cada invierno, y los individuos pueden reinfectarse, ya que una infección previa no parece causar una inmunidad duradera. La bronquiolitis también puede ser causada por otros virus, incluidos los que causan la gripe o el resfriado común.

Los virus que causan la bronquiolitis se propagan fácilmente. Se pueden contagiar a través de las gotitas en el aire cuando alguien que está enfermo tose, estornuda o habla. También puedes adquirirlos tocando objetos compartidos —como utensilios, toallas o juguetes— y luego tocándote los ojos, la nariz o la boca.

Factores de riesgo

La bronquiolitis suele afectar a niños menores de 2 años. Los bebés menores de 3 meses de edad son los que corren mayor riesgo de contraer bronquiolitis, porque sus pulmones y su sistema inmunitario aún no están completamente desarrollados.

Otros factores que se relacionan con un mayor riesgo de bronquiolitis en los lactantes y con casos más graves incluyen:

  • Nacimiento prematuro
  • Afección cardíaca o pulmonar subyacente
  • Sistema inmunitario deprimido
  • Exposición al humo del tabaco
  • Nunca haber sido amamantado (los bebés amamantados reciben beneficios inmunes de la madre)
  • Contacto con múltiples niños, como en un entorno de cuidado de niños
  • Pasar el tiempo en ambientes concurridos
  • Tener hermanos que asisten a la escuela o que reciben servicios de guardería y traen a casa la infección

Complicaciones de la bronquiolitis

Las complicaciones de la bronquiolitis grave pueden incluir:

  • Labios o piel azulada (cianosis), causada por la falta de oxígeno
  • Pausas en la respiración (apnea), que es más probable que ocurra en los bebés prematuros y en los bebés dentro de los dos primeros meses de vida
  • Deshidratación
  • Bajos niveles de oxígeno e insuficiencia respiratoria

Si esto ocurre, es posible que tu hijo tenga que estar en el hospital. La insuficiencia respiratoria grave puede requerir la inserción de un tubo en la tráquea para ayudar a la respiración del niño hasta que la infección haya seguido su curso.

Si tu bebé nació prematuramente, tiene una afección cardíaca o pulmonar, o tiene un sistema inmunitario deprimido, observa atentamente los primeros signos de bronquiolitis. La infección puede agravarse con rapidez. En tales casos, normalmente tu hijo necesitará ser hospitalizado.

Prevención

Debido a que los virus que causan la bronquiolitis se propagan de una persona a otra, una de las mejores maneras de prevenirla es lavarse las manos con frecuencia, especialmente antes de tocar a tu bebé cuando tiene un resfriado u otra enfermedad respiratoria. Usar una mascarilla facial en este momento es apropiado.

Si tu hijo tiene bronquiolitis, que no salga de la casa hasta que la enfermedad haya pasado para evitar que se propague a otros.

Otras formas de sentido común para ayudar a frenar la infección incluyen:

  • Limitar el contacto con personas que tengan fiebre o resfriado. Si tu hijo es un recién nacido, especialmente un recién nacido prematuro, evita la exposición a personas con resfriados, especialmente en los dos primeros meses de vida.
  • Limpiar y desinfectar las superficies. Limpia y desinfecta las superficies y objetos que las personas tocan con frecuencia, como los juguetes y los pomos de las puertas. Esto es especialmente importante si un miembro de la familia está enfermo.
  • Cubrir la tos y los estornudos. Cúbrete la boca y la nariz con un pañuelo. Luego desecha el pañuelo y lávate las manos o usa un desinfectante de manos a base de alcohol.
  • Usar tu propio vaso. No compartas los vasos con otros, especialmente si alguien de tu familia está enfermo.
  • Lavarse las manos a menudo. Lávate las manos y las de tu hijo con frecuencia. Ten a mano un desinfectante de manos a base de alcohol para ti y tu hijo cuando estén fuera de casa.
  • Amamantar. Las infecciones respiratorias son significativamente menos comunes en los bebés amamantados.

Vacunas y medicamentos

No hay vacunas para las causas más comunes de la bronquiolitis (virus respiratorio sincicial y rinovirus). Sin embargo, se recomienda una vacuna anual contra la gripe para todos los mayores de 6 meses.

A los bebés con riesgo alto de infección por el virus respiratorio sincicial, como los nacidos muy prematuramente o con una afección cardiorrespiratoria o un sistema inmunitario deprimido, se les puede administrar palivizumab (Synagis) para disminuir la posibilidad de infecciones por el virus respiratorio sincicial.

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Salud y Bienestar

Estos son los problemas que puedes sufrir si eres de los que te sudan los pies

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Problema de sudor de pies

El Colegio Oficial de Podología de la Comunitat Valenciana ha alertado de que el exceso de sudor en los pies -hiperhidrosis- puede provocar problemas como la maceración de la piel, el mal olor y sobreinfección cutánea por bacterias, por lo que advierte de que se trata de una patología que debe ser tratada por un podólogo.

Según el Colegio de Podología, con las altas temperaturas es habitual que el cuerpo sude, pero cuando la sudoración es excesiva y se da la llamada hiperhidrosis en los pies, es necesario tratar este problema para evitar que se desarrollen complicaciones asociadas.

Un podólogo podrá prevenir esas complicaciones derivadas de la hiperhidrosis, según señalan desde el Colegio, la cual «no siempre está relacionada con el calor o el ejercicio», según indica el podólogo y miembro del Colegio Jorge Escoto.

Según Escoto, dicho aumento de sudoración suele deberse a una hiperactividad de las glándulas sudoríparas por una hiperestimulación nerviosa, motivada por situaciones que comportan tensión emocional o estrés, por la acción de sustancias farmacológicas, o por motivos térmicos.

Para el especialista se trata de un tema «importante de tratar porque algunos pacientes que sufren de hiperhidrosis pueden desarrollar una incapacidad laboral y social».

Se estima que cerca del 3 % de la población padece hiperhidrosis primaria, y afecta de igual manera a hombres y mujeres. Aproximadamente el 40 % de los afectados tiene otro miembro de la familia con el mismo trastorno, por lo que se puede considerar una enfermedad hereditaria, explica Jorge Escoto.

Para prevenir este trastorno, se recomienda la utilización de calzado y calcetines transpirables, tener una alimentación equilibrada e incorporar hábitos saludables que permitan la reducción del estrés. Además, es aconsejable evitar la ingesta de alcohol, café, comida picante o fumar, porque favorecen la sudoración.

Junto a esto, es necesaria una óptima higiene corporal para evitar el mal olor de los miembros inferiores y el cambio frecuente de calzado, es decir, no utilizar el mismo calzado dos días seguidos.

Por lo que se refiere al tratamiento una vez ha aparecido, Jorge Escoto ha señalado que en algunos casos los podólogos optarán por tratamientos tópicos, con fármacos anticolinérgicos como el bromuro de glicopirronio, y los preparados astringentes y curtientes como el cloruro de aluminio, el glutaraldheído o el ácido salicílico.

El mecanismo de actuación de este tipo de fármacos es la oclusión del conducto de las glándulas sudoríparas. Estos tratamientos se deben aplicar por la noche y con la piel seca. Además, si hubiera otras patologías asociadas a la hiperhidrosis, se pautará una combinación de tratamientos para todas las patologías existentes.

«Aquí podrían utilizarse otros tratamientos tópicos, orales e, incluso, la recomendación de uso de algunos calcetines cuyas fibras han sido confeccionadas con tecnologías avanzadas y evitan la maceración, el mal olor y la sobreinfección cutánea de los pies», ha detallado el podólogo.

Desde el Colegio de Podología se ha recordado que es necesario asegurarse que la clínica donde vamos a ser tratados dispone de número de registro sanitario y el podólogo está colegiado.

 

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