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Salud y Bienestar

Qué pasa cuando el segundo hijo no llega y hay que buscar ayuda profesional

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cuando el segundo hijo no llega

Actualmente, un gran porcentaje de personas cree que aquellas mujeres que ya tuvieron hijos anteriormente de forma natural, en un futuro no presentarán problemas relacionados con la fertilidad. Pero lo cierto es que esta afirmación no siempre es real. La infertilidad ocurre o comienza a manifestarse con el paso del tiempo, incluso ya habiendo tenido hijos sin ningún tipo de complicación previa. A esta patología se la conoce como infertilidad secundaria.

“La infertilidad secundaria femenina suele ir asociada principalmente a la edad, ya que el paso del tiempo afecta de forma directa y acusada al potencial reproductivo de la mujer. Sin embargo, también puede ser debida a otros factores como: endometriosis o desajustes hormonales, entre otros. A partir de los 35 años la calidad y cantidad de los óvulos desciende drásticamente y a partir de los 38 existe un aumento de las posibilidades de alteraciones cromosómicas en los embriones. Si, además, en algunos casos, se une la edad a alguna de las patologías previamente mencionadas, nos encontramos con un caso más complejo”, explica la doctora Elena Labarta, ginecóloga en IVI Valencia.

Por otra parte, en el caso de los hombres, es fundamental destacar que ciertos cambios de hábitos de vida o salud, además de la aparición de alguna enfermedad o patología severa, pueden influir en la pérdida o deterioro de la calidad del semen, afectando directamente a las posibilidades de dar lugar a un embarazo.

Cuando el segundo hijo no llega

“Por estas razones, es fundamental que las personas sepan y sean conscientes de todos estos factores a la hora de realizar su planificación familiar. Querer esperar a tener hijos presentando una edad por encima de los 30 puede implicar que ir apareciendo complicaciones en el proceso y la necesidad de acudir a la medicina reproductiva para lograr un embarazo tras varios intentos fallidos por métodos naturales. Por esta razón, los ginecólogos recomiendan la opción de vitrificar los ovocitos, una alternativa que, en el caso de la mujer, ofrece la posibilidad de decidir sin la presión del tiempo sobre la fertilidad femenina”, comenta la Dra. Labarta.

La vitrificación de ovocitos permite principalmente posponer la capacidad reproductiva de la mujer el tiempo que esta desee. De esta forma, cuando la mujer tenga la intención de quedarse embarazada podrá utilizar sus óvulos previamente vitrificados, que conservarán intactas las características que presentaban cuando fueron preservados.

“Es decir, si una mujer vitrifica sus óvulos a los 30 años, y diez años más tarde, a los 40, pretende quedarse embarazada con ellos, sus óvulos tendrán la misma calidad que tenían cuando fueron vitrificados a los 30 años de la paciente”, aclara la Dra. Labarta.

¿Cuándo buscar ayuda?

Esta es una pregunta que muchas pacientes se hacen y es que el mejor momento para acudir y consultar con un especialista en medicina reproductiva acerca de una posible infertilidad secundaria sería, en caso de que la mujer sea menor de 35 años, tras un año de relaciones sexuales regulares sin lograr embarazo. En caso de mujeres de edad más avanzada (mayores de 35 años), se recomienda consultar después de transcurridos seis meses de relaciones sexuales sin gestación.

“Existe la convicción de que las mujeres y parejas que han tenido su primer hijo sin ningún problema y de forma natural pueden esperar que ocurra lo mismo con el segundo. En ocasiones no es así, y este hecho puede conllevar un gran sufrimiento y estrés. La infertilidad secundaria tiene, por tanto, un gran impacto a nivel emocional. Por ello, en todas nuestras clínicas contamos con una Unidad de Apoyo Emocional para acompañar a nuestros pacientes durante sus procesos y ayudarles de la mejor manera a gestionar sus sentimientos y emociones”, concluye la Dra. Labarta.

 

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Salud y Bienestar

La larga espera en València: medio año para que un paciente con sospechas de alzhéimer acceda a un especialista

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Valencia paciente alzhéimer
Pasillo de un centro hospitalario. EFE/Ismael Herrero/Archivo

Pacientes valencianos con sospecha de alzhéimer esperan medio año para ir a consulta hospitalaria, según un estudio

Recomendaciones para mejorar el recorrido asistencial de los pacientes con alzhéimer

Expertos constatan «desigualdad en función del código postal» y exigen cubrir el acceso al diagnóstico temprano

VALÈNCIA, 18 Sep. (EUROPA PRESS) –

Los pacientes de la Comunitat Valenciana con sospecha de alzhéimer deben esperar más de seis meses para ver al primer especialista hospitalario, ya que la necesidad de formación específica y de profesionales especializados y la falta de acceso a ciertas pruebas son algunas de las principales barreras para el diagnóstico temprano y de precisión de la enfermedad.

Así lo concluyen dos proyectos presentados por la compañía farmacéutica Lilly llamados mapEA y Alma-Care, en los que han participado más de 140 expertos de varias especialidades y de todas las comunidades de España, 20 de ellos valencianos.

Estos proyectos tienen como objetivo identificar cómo afrontar el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de las personas con enfermedad de alzhéimer en España a nivel sanitario, político y social, así como preparar el sistema para incorporar los últimos avances terapéuticos.


Barreras en el diagnóstico temprano del alzhéimer en la Comunitat Valenciana

En la Comunitat Valenciana, la falta de tiempo en consulta y de conocimiento de los profesionales sanitarios sobre la patología son las principales barreras para el diagnóstico temprano y de precisión de la enfermedad, según el 86% de los expertos consultados en el proyecto mapEA. A esta situación se suman los problemas en la capacidad e infraestructura del sistema (67%) y el rechazo y falta de concienciación sobre la enfermedad (58%).

Aunque el 80% de los profesionales indica que existe un protocolo de derivación desde Atención Primaria hacia Neurología o Geriatría, con un grado de conocimiento moderado, la facilidad de derivación entre niveles asistenciales es baja. Además, el 67% considera insuficiente la información en fases iniciales y el 85% detecta carencias en la planificación de decisiones anticipada.

Según el doctor Pablo Martínez Lage, director científico del Centro de Investigación y Clínica Memoria de la Fundación CITA-Alzhéimer, «sigue existiendo desigualdad en función del código postal en el acceso de las personas a un diagnóstico a tiempo y certero».

«En España hay zonas en las que la coordinación entre Atención Primaria, la atención especializada y, más aún, la atención superespecializada en deterioro cognitivo, es más ágil y eficaz que en otras», apunta. Los nuevos datos de mapEA constatan, en comparación con la anterior edición, que el número de unidades especializadas o de consultas monográficas en deterioro cognitivo ha crecido «sensiblemente».


Eliminar el estigma en las familias y mejorar la concienciación social

Desde la perspectiva de los pacientes, Jesús Rodrigo, director ejecutivo de la Confederación Española de Alzhéimer y otras demencias (Ceafa), señala que las necesidades más urgentes por resolver, además de concienciar a la población sobre la observación de los factores de riesgo y su intervención activa sobre ellos, pasan por cubrir «el acceso al diagnóstico temprano, comenzando por eliminar el estigma que todavía hoy existe en el seno de la familia para reconocer determinadas situaciones anómalas como un verdadero problema, continuando por las dificultades de detección y derivación dentro del sistema sanitario que genera importantes listas de espera, así como la dilatación temporal en el acceso a consultas».

«Es fundamental avanzar en el diagnóstico temprano y de precisión y mejorar la gestión del alzhéimer para ofrecer a los pacientes más años de vida autónoma e independiente. Si tomamos ahora las medidas necesarias, y desarrollamos una ruta asistencial sencilla y eficiente, podríamos ayudar a revolucionar el abordaje de la enfermedad de alzhéimer en beneficio de los pacientes y sus familias», defiende el doctor José A. Sacristán, director médico de Lilly España y Portugal.


El papel clave de la Atención Primaria en el alzhéimer

En este contexto, resulta clave el papel de la Atención Primaria. El doctor Pablo Baz, del Grupo de Trabajo de Neurología de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), recuerda que «para garantizar un diagnóstico temprano y de precisión, es necesario aumentar las capacidades de la Atención Primaria»: «Solo así podremos ofrecer tratamientos más efectivos, mejorar el pronóstico y la calidad de vida de los pacientes, reducir los costes sanitarios y facilitar la planificación de la enfermedad a las familias».


Faltan planes autonómicos para el alzhéimer

En el primero de los estudios, el Mapa de Recursos Políticos, Sociales y Sanitarios para la enfermedad de Alzhéimer (mapEA), el panel de expertos concluye que existe un bajo nivel de conocimiento e implementación tanto de la Estrategia de Enfermedades Neurodegenerativas del Sistema Nacional de Salud (2016) como del Plan Integral de Alzheimer y otras Demencias (2019-2023) a nivel estatal, pese a que fueron «elaborados hace más de cinco años», además de la escasez de planes autonómicos específicos.

Entre los retos a los que se enfrenta el SNS a la hora de abordar la enfermedad de alzhéimer se encuentran la necesidad de implementar mejoras en la coordinación entre niveles asistenciales, la sobrecarga asistencial como barrera para el diagnóstico temprano y de precisión, la necesidad de formación específica para los profesionales, la falta de recursos o la necesidad de adaptar al sistema para el uso eficaz de los nuevos tratamientos.

Los resultados de mapEA señalan que el diagnóstico ha mejorado algo en los últimos diez años, pero queda mucho trabajo aún por acercar a la población los avances en la investigación en lo que se refiere al uso de biomarcadores y a la comunicación de un diagnóstico temprano y fiable.

Según el estudio, estos avances no se han realizado ni con el plan estatal ni con la estrategia de enfermedades neurodegenerativas, sino que se ha debido fundamentalmente al interés, esfuerzo y dedicación de profesionales de Atención Primaria, Neurología, Geriatría, Psiquiatría o Enfermería, así como de las asociaciones de familiares.


Recomendaciones del proyecto Alma-Care

Por su parte, el proyecto Alma-Care se centra en identificar los puntos críticos y los recursos necesarios para trasladar a la práctica clínica las innovaciones terapéuticas en alzhéimer, así como en establecer modelos de organización asistencial óptima en los servicios, hospitales, áreas y comunidades autónomas. El objetivo es definir unas recomendaciones de mejora del sistema sanitario, resultado del consenso de un panel multidisciplinar de expertos a nivel estatal.

De las más de 40 recomendaciones elaboradas por un grupo de 50 expertos de varias especialidades, 14 se identificaron como prioritarias. Según la doctora Raquel Sánchez-Valle, neuróloga en el Hospital Clínic de Barcelona y coordinadora del Grupo de estudio de conducta y demencias de la Sociedad Española de Neurología, se necesitan diagnósticos tempranos y de precisión, y para ello, «urge establecer circuitos ágiles de derivación entre niveles asistenciales y disponer de las herramientas adecuadas, incluyendo biomarcadores».

«Y no solo eso –subraya–: necesitamos equipos clínicos expertos bien dimensionados y que cuenten con neurólogos, enfermeras, neurorradiólogos, entre otros profesionales sanitarios; así como los recursos adecuados, como hospitales de día, resonancias magnéticas y atención continuada. Estos 14 puntos son condición sine qua non para llevar a cabo la selección de personas candidatas a las nuevas terapias y la administración de fármacos y su monitorización. De ahí su carácter prioritario».

Estos proyectos, señala el director de Ceafa, suponen «una oportunidad para facilitar la planificación de la acción futura en base a la detección de las áreas de mejora que proponen»: «De este modo, las administraciones podrán disponer de un punto de arranque privilegiado para corregir deficiencias y para hacer que sus servicios sean más sólidos y robustos en la lucha contra la enfermedad y sus consecuencias».

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