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Cultura

¿De dónde vienen los nombres de los continentes?

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África, Asia, Europa, América, Oceanía y Antártida. Estamos acostumbrados a escucharlos. Nos aprendemos sus nombres en el colegio y viajamos por el mundo recorriéndolos, pero ¿sabes de dónde vienen los nombres de los continentes?

África

Muchas son las teorías acerca del origen de este continente. La más extendidad señala que su nombre  proviene del latín y que los romanos llamaron así a estas tierras (Túnez y el Norte de Argelia) en el 146 a.C. ¿Por qué le pusieron ese nombre los conquistadores de Roma? Los «afri» eran una tribu bereber y el vocablo África sería el término femenino de Áfricus. Conforme el imperio romano se fue expandiendo por el continente, el nombre de África también lo hizo.

Otra de las hipótesis señala que la palabra «Afri» proviene del bereber «afar» que significa polvo.

Asia

Como siempre sucede cuando nos referimos a palabras lejanas en el tiempo, sobre el origen del nombre de este continente, existen varias teorías.

La palabra viene del griego «Ασία» atribuida a Herodoto para referirse a Anatolia. La palabra «asu» significa «al este» o «tierra del sol naciente».

Otra hipótesis es que Asia venga de «Assuva» o «Asuwa» recogida por el el rey de los Hititas en el 1235 a.C.

Europa

La opción más extendida es que el término proviene de la mitología griega. Europa era hija del rey de Fenicia Agénor. Zeus se enamoró de ella y se transformó en toro blanco para raptarla y llevársela con él a Creta.

Otra explicación estaría en su etimología. Europa viene del griego «eurys» que significa «una amplia región». Aunque para muchos se debe a la unión de los vocablos griegos «Ευρυς» (ancho) y «Ωπς» (vista, ojo). Podría también cobrar sentido la palabra fenicia «ereb» que quiere decir «ponerse el sol» o «tierra del sol poniente».

América

Se le puso el nombre en honor al explorador florentino Américo Vespucio, quien realizó varios viajes al nuevo mundo con las flotas españolas. En el tratado Cosmographiae Introductio, dibujado por el cartógrafo alemán Martin Waldseemüeller en 1507, se recoge por primera vez el nombre de América.

Oceanía

El geógrafo danés, Conrad Malte-Bru, propuso este nombre en 1812.  Oceanía proviene del griego «okeanos» (océano) En la mitología Océano era un Titán del mar, hijo de Urano (cielo) y Gaia (Tierra).

Antártida

Aristóteles utilizó por primera vez la palabra Antártida en el año 350 a.C en su libro «Meteorología». El vocablo griego del que proviene es «arktikos» cuya traducción sería «de la osa» en alusión a la Osa Polar que señala el Polo Norte. Por lo tanto Antártida viene del griego «antarktikos», «opuesto a la osa»

 

 

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Cultura

Muere a los 89 años Robert Redford

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Muere a los 89 años Robert Redford
Robert Redford

Fallece en su rancho de Utah mientras dormía

El mundo del cine despide hoy a una de sus leyendas más queridas. Robert Redford ha muerto a los 89 años mientras dormía en su rancho de Utah, según adelantó The New York Times. Actor, director, productor, icono cultural y activista, Redford fue mucho más que un rostro bello en la gran pantalla: representó la elegancia, la rebeldía y la sensibilidad de toda una generación de Hollywood.


Una vida marcada por la pérdida y la rebeldía

Robert Redford nació en 1936 en Los Ángeles. Su vida quedó marcada por la temprana muerte de su madre en 1955, un hecho que le llevó a abandonar los estudios y a iniciar una etapa de rebeldía juvenil, bohemia y autodestructiva, asociada al alcohol. En ese tiempo viajó por Italia y Francia como artista itinerante, emulando a figuras con vidas fuera de lo común como Yul Brynner.

En 1958 se trasladó a Nueva York, donde estudió arte y conoció a su primera esposa, Lola Van Wagenen. Con ella tuvo cuatro hijos, aunque el primero, Scott, murió a los pocos meses de nacer. Aquella tragedia no impidió que la familia creciera con Shawna (1960), David James (1962) y Amy Hart (1970).


De Broadway a estrella internacional

Redford comenzó su carrera en la televisión y en Broadway. Fue su papel en Descalzos en el parque el que le abrió la puerta a Hollywood a finales de los 60. Su gran salto al estrellato llegó en 1969 con la mítica Dos hombres y un destino, junto a Paul Newman, con quien formó una de las parejas más icónicas del cine.

Su filmografía incluye títulos legendarios que marcaron la historia del séptimo arte:

  • Tal como éramos (1973) con Barbra Streisand.

  • El golpe (1973), nuevamente con Newman.

  • El gran Gatsby (1974), donde encarnó a Jay Gatsby.

  • Todos los hombres del presidente (1976), sobre el caso Watergate.

  • Memorias de África (1985), con Meryl Streep, que ganó siete Oscar.

En esta última, Meryl Streep recordó en 2024 cómo se enamoró durante el rodaje de la icónica escena en la que Redford le lava el pelo: “En la toma cinco ya estaba tan enamorada…”.


Director, productor y creador del Festival de Sundance

Robert Redford no solo brilló como actor. Fundó la productora independiente Wildwood Enterprises y en 1980 ganó el Oscar a mejor director con Ordinary People. En 1992 dirigió a Brad Pitt en El río de la vida y en 1998 protagonizó y dirigió El hombre que susurraba a los caballos.

Fue también el creador del Instituto Sundance, pensado para apoyar a jóvenes cineastas. Años después, aquel proyecto dio lugar al Festival de Sundance, hoy convertido en el escaparate más importante del cine independiente.


Vida personal y compromiso social

Redford siempre defendió causas sociales y medioambientales. Se casó dos veces: la primera con Lola Van Wagenen y la segunda, en 2009, con la pintora alemana Sibylle Szaggars. En 2020 sufrió la pérdida de su hijo James Redford, fallecido de cáncer de hígado a los 58 años.

A lo largo de su carrera también asesoró al presidente Jimmy Carter en el debate electoral de 1976, se declaró cercano al budismo y utilizó su influencia para impulsar debates sobre medioambiente y derechos humanos.


Una retirada silenciosa y una última sorpresa

En 2018 anunció su retirada del cine, tras una trayectoria de más de cinco décadas. Su última aparición en pantalla fue en Avengers: Endgame (2019), un cameo inesperado que sorprendió a sus seguidores.

Redford ya había advertido: “Cuando me vaya, lo haré en silencio”. Y así fue. Falleció de manera tranquila en su casa, alejado de los focos, pero dejando un legado inmenso.


El legado inmortal de Robert Redford

Más allá de su atractivo y del estatus de símbolo sexual, Redford fue un actor camaleónico, un director sensible y un visionario del cine independiente. Su nombre quedará ligado a clásicos inolvidables, a su labor en Sundance y a la imagen de un hombre que supo envejecer fiel a sí mismo.

Hoy Hollywood pierde a uno de sus rostros más bellos y talentosos, pero su obra permanece. Robert Redford no se ha ido del todo: seguirá vivo en cada película, en cada festival de Sundance y en cada espectador que se emocione con sus historias.

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