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Salud y Bienestar

Soy diabética, ¿puedo tomar la píldora?, por la Dra. Isabel Ramírez

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PEXELS

Dra. Isabel M. Ramírez Polo

La diabetes es un conjunto de trastornos metabólicos  que se caracteriza por presentar niveles de glucosa (azúcar) en sangre elevada, bien por falta de producción de insulina o por una resistencia a la misma. La diabetes puede ser tipo I, insulino-dependiente y de comienzo infantojuvenil o Tipo II, en la que hay una resistencia a la acción de la insulina que se presenta más tarde..  Con el tiempo y dependiendo del control de las cifras de glucemia, la diabetes, se puede acompañar de complicaciones (Fundamentalmente vasculares) en varios órganos: La vista, los vasos sanguíneos los riñones, entre otros.

Soy diabética, ¿puedo tomar la píldora?

El embarazo de una mujer diabética debe ser planificado, para cuando esta  tenga un buen control de glucemia, lo que disminuye las complicaciones materno infantiles y anomalías congénitas del recién nacido.

Por tanto, la anticoncepción eficaz y segura,  es un campo  especialmente importante en mujeres diabéticas:

  • Por los riesgos que supone el embarazo en una mujer diabética (riesgos gestacionales)
  • Por los riesgos que podría suponer para el recién nacido (riesgos perinatales)

Por otra parte está el hecho probado, de que hay mayor número de embarazos no deseados entre las mujeres diabéticas menores de 25 años, que en la población general.

¿Qué ocurre con los Anticonceptivos Hormonales en una mujer diabética?

Los Anticonceptivos Hormonales  modifican el metabolismo de la glucosa y esta modificación depende de la dosis de Estrógeno que usemos  y  del tipo de gestágeno. Pero se ha comprobado en estudios muy amplios (con muchos casos y bien diseñados), en los que se compara a mujeres diabéticas  (Tipo I y II)que toman anticonceptivos hormonales combinados  (AHC)con mujeres diabéticas Tipo I y II) que no toman anticonceptivos, que no hay cambios en la Hemoglobina glicosilada,  que es un marcador de la evolución de la diabetes; mide el nivel promedio de glucosa o azúcar en la sangre durante los últimos tres meses. Tampoco se han encontrado en estos estudios diferencias en las complicaciones de la diabetes en ambos grupos. Por tanto, Los AHC no modifican el curso de la diabetes, ni provocan mayor número de complicaciones.

Por otra parte en mujeres que han tenido una diabetes durante su embarazo, los estudios nos dicen que si se usan AHC, no se aumenta el riesgo de que desarrollen una diabetes en el futuro.

Con la Anticoncepción con solo gestágenos (ASG), no hay riesgos vasculares.

¿Qué anticonceptivo podemos utilizar en diabéticas?

Para Mujeres con diabetes bien controlada  sin enfermedad vascular,  todos los  métodos anticonceptivos son seguros.

En el caso de los AHC (Píldora, parche y anillo vaginal): los beneficios superan a los riesgos, por tanto pueden ser usados siempre que la diabetes no sea de más de 20 años y que la diabética no tenga complicaciones (retinopatía, nefropatía, neuropatía u otras complicaciones vasculares). Los más adecuados:   los de baja dosis de Estrógeno y  Gestágenos con propiedades antiandrogénicas.

En el caso de los ASG (Píldora, implante y DIU Hormonal) : Hay  menor riesgo de complicaciones Cardio-Vasculares, al no tener estrógenos. Podrían usarse sin restricciones. Con el inyectable trimestral (de  Acetato de medroxiprogesterona), los riesgos superan a los beneficios en caso de complicaciones de la diabetes (retinopatía, nefropatía, neuropatía u otras complicaciones vasculares)

El DIU de Cobre estaría  siempre recomendado y especialmente recomendado para diabetes complicadas y en casos falta de adherencia a otros métodos.

La Anticoncepción de urgencia pueden usarla sin restricciones.

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Insuficiencia Venosa Crónica: así es la enfermedad que padece Donald Trump

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Imagen de Quirón Salud

La insuficiencia venosa crónica (IVC) es una enfermedad vascular que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se produce cuando las venas de las piernas no pueden devolver la sangre al corazón de manera eficiente, provocando una acumulación en las extremidades inferiores. Detectarla a tiempo es fundamental para evitar complicaciones y mejorar la calidad de vida.

¿Qué es la insuficiencia venosa crónica?

La insuficiencia venosa crónica es un trastorno circulatorio en el que las válvulas de las venas de las piernas se debilitan o dañan, dificultando el retorno venoso. Esto genera síntomas como pesadez, hinchazón y dolor en las piernas, que suelen empeorar al final del día.

Causas principales de la insuficiencia venosa

Existen varios factores de riesgo que aumentan la probabilidad de desarrollar IVC, entre ellos:

  • Herencia genética: antecedentes familiares de varices o problemas venosos.

  • Sedentarismo: la falta de movimiento afecta la circulación sanguínea.

  • Obesidad: el exceso de peso incrementa la presión en las venas.

  • Embarazo: los cambios hormonales y la presión abdominal favorecen la aparición de varices.

  • Edad y sexo: es más frecuente en mujeres y en personas mayores de 40 años.

Síntomas más comunes

Los síntomas de la insuficiencia venosa crónica pueden variar según el grado de avance de la enfermedad. Los más habituales son:

  • Sensación de pesadez en las piernas.

  • Hinchazón (edema) en tobillos y pies.

  • Aparición de varices y arañas vasculares.

  • Dolor, calambres o ardor en las piernas.

  • Cambios en la piel: sequedad, manchas marrones o úlceras venosas en casos graves.

Diagnóstico

El diagnóstico se realiza mediante un examen físico y pruebas como la ecografía Doppler, que permite evaluar el flujo sanguíneo y detectar válvulas dañadas.

Tratamiento de la insuficiencia venosa crónica

El tratamiento depende de la gravedad y puede incluir:

  • Cambios en el estilo de vida: ejercicio regular, evitar el sedentarismo y controlar el peso.

  • Medias de compresión: mejoran la circulación y reducen la hinchazón.

  • Medicamentos venotónicos: fortalecen las paredes de las venas.

  • Procedimientos médicos: escleroterapia, láser endovenoso o cirugía para casos avanzados.

Prevención

Algunas medidas para prevenir la insuficiencia venosa crónica son:

  • Caminar a diario al menos 30 minutos.

  • Elevar las piernas durante el descanso.

  • Evitar permanecer muchas horas sentado o de pie.

  • Mantener una dieta equilibrada y baja en sal.

La insuficiencia venosa crónica es una patología frecuente pero prevenible y tratable. Reconocer sus síntomas a tiempo y adoptar hábitos saludables puede marcar la diferencia en la evolución de la enfermedad. Ante cualquier señal, es recomendable acudir a un especialista en angiología o cirugía vascular.

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