Salud y Bienestar
Dieta blanda: ¿Qué alimentos comer?
Publicado
hace 3 díasen
Cuando nos mandan hacer dieta blanda, nos preguntamos ¿qué alimentos comer?
Es una dieta de fácil digestión, adecuada para recuperarse tras algún proceso en el que el sistema digestivo requiere realizar el mínimo esfuerzo para volver a la normalidad.
La dieta blanda evita un exceso de fibra y grasas. Se trata de una alimentación basada en cocciones fáciles de digerir que incluye cereales refinados, vegetales no excesivamente fibrosos, carnes magras y pescados blancos, etc.
Dieta blanda, ¿Qué alimentos comer?
Verduras y hortalizas
Vamos a poder tomar las verduras cocidas que no estén excluidas expresamente por ser más fibrosas o que conlleven mayor trabajo digestivo. También podemos tomar purés de verduras o caldos vegetales. Forman parte de la dieta blanda las judías verdes al vapor bien cocidas, la crema de calabaza, el caldo vegetal, el calabacín cocido, la zanahoria… Y podemos acompañarlos de patata también hervida o al vapor.
Frutas
Las frutas cocidas, y las frutas muy maduras que no sean ácidas, como el plátano o la pera, se pueden tolerar bien en situaciones en que debemos dar el mínimo trabajo al sistema digestivo.
Cereales
Podemos tomar todo tipo de cereales blancos o refinados, arroz, pasta, pan blanco fresco o tostado, sémola, cereales refinados dextrinados si fuera necesario… Lo que vamos a evitar en la preparación de cualquiera de estos alimentos es la elaboración con alguna salsa fuerte, como salsas de tomate frito, cremas de leche, etc.
Legumbres
Tienen gran cantidad de fibra por lo que no van a ser el alimento de elección de entrada, pero se puede probar la tolerancia de una crema de lenteja roja o un humus de garbanzos, crema de guisantes… Las legumbres trituradas y pasadas por un colador chino siempre van a resultar más fácilmente digeribles y, si las pelamos previamente, aún es más probable su tolerancia. Se aconseja iniciar la ingesta con pequeñas cantidades.
Carnes
Se pueden tolerar bien las carnes blancas como el pollo, el pavo y el conejo, especialmente en cocciones suaves. Se puede empezar por preparaciones en que quede meloso, como el vapor o un guiso suave con verduras y posteriormente se puede probar su tolerancia hechas al horno o a la plancha.
Pescados
El pescado blanco como la merluza, el bacalao fresco, el rape, etc., son elaborados al vapor, hervidos, o en guisos suaves de verduras se van a tolerar bien, y también si se preparan a la plancha o al horno sin añadir apenas aceites. Posteriormente podemos probar la tolerancia de pescados semi grasos como la lubina o la dorada.
Huevos
La clara se tolera mejor que la yema, por lo que probaremos primero la tolerancia de la clara y posteriormente de la yema. Si la tolerancia es buena se pueden tomar cocidos o en tortilla a la francesa, sin mucho aceite añadido. Pero no va a ser uno de los alimentos que de entrada se ofrezca en este tipo de alimentación, primero empezaremos con alimentos más suaves como los pescados blancos.
Lácteos
Empezaremos a valorar la tolerancia con el yogur natural blanco, podemos incorporar quesos frescos, requesón, leche y posteriormente quesos tiernos en poca cantidad.
Grasas
Podemos utilizar pequeñas cantidades de aceite de oliva, mantequilla o aguacate.
Bebidas
La bebida habitual, como siempre, será el agua, y también podemos incluir infusiones y caldos en este tipo de dieta. Si se escogen bebidas vegetales deben ser sin azúcar y escogiendo preferiblemente de arroz, avena, almendra o soja.
Otros productos
Puede tolerarse bien el tofu y posiblemente también el seitán.
Alimentos que excluimos de la dieta blanda
Verduras y hortalizas
Evitaremos las verduras crudas, en forma de ensalada, el tomate crudo, etc. Y verduras fibrosas o flatulentas como el puerro, la alcachofa, la berenjena, la cebolla… la familia de las coles: coles de Bruselas, coliflor, brócoli, repollo…
Frutas
Evitaremos las frutas ácidas y, en general, todas las frutas crudas que no estén muy maduras.
Cereales
En la dieta blanda quedan excluidos todo tipo de cereales integrales y sus derivados y todos los productos de bollería y repostería.
Legumbres
Evitaremos las legumbres enteras por su gran cantidad de fibra.
Carnes
Quedan excluidas de una dieta de fácil digestión todos los embutidos y fiambres, las carnes rojas o las piezas fibrosas de carne. Y cualquier preparación grasa a base de carne.
Pescados
Los pescados azules y los mariscos quedan excluidos de la dieta blanda.
Huevos
Evitaremos los huevos fritos y los revueltos con buena cantidad de aceite añadido.
Lácteos
Evitaremos los postres lácteos como natillas, flanes, etc. Suelen ser grasos y azucarados. También evitaremos de entrada los quesos curados, pudiendo incorporarlos en muy pequeña cantidad una vez se toleren los tiernos y los semicurados.
Grasas
Evitaremos el tocino, la manteca, la nata, la crema de leche y otros productos muy grasos, frituras, rebozados, salsas grasas, etc. También el chocolate.
Bebidas
Aquella que pueden ser irritantes para la mucosa gástrica quedan excluidas de la dieta, es decir, todos los zumos ácidos, el café, el té, las bebidas gaseosas y por descontado las bebidas alcohólicas.
Otros productos
Evitaremos otros productos de difícil digestión o irritantes, como los productos ahumados, alimentos muy especiados, encurtidos, productos con vinagre, chucherías, etc. El tabaco también se considera un producto irritante.
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Lo que debes saber:
- Lo que se llama dieta blanda a nivel sanitario no es una dieta indicada para personas con problemas dentales sino una dieta que minimice el trabajo del sistema digestivo para digerirla.
- La dieta blanda contiene vegetales cocidos no flatulentos, cereales refinados, carnes blancas y pescados blancos, etc. Todo ello con cocciones suaves.
- Debemos excluir de este tipo de dieta alimentos grasos, ácidos, muy condimentados, etc. Por ejemplo, embutidos, repostería, encurtidos, frutas ácidas, etc.
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Salud y Bienestar
El peligro de un exceso de azúcar en la dieta de los niños: Consecuencias y riesgos
Publicado
hace 18 horasen
2 octubre, 2024El consumo de azúcar en la dieta infantil ha aumentado de manera preocupante en las últimas décadas. Los alimentos ultraprocesados, las bebidas azucaradas y los postres han convertido al azúcar en un ingrediente omnipresente en la alimentación diaria de los niños. Si bien el azúcar puede ser una fuente rápida de energía, su consumo excesivo puede tener graves consecuencias para la salud física y mental de los más pequeños. A continuación, se exploran los principales riesgos asociados a un exceso de azúcar en la dieta infantil.
1. Obesidad infantil
Uno de los efectos más visibles del consumo excesivo de azúcar es el aumento de peso. El azúcar aporta calorías vacías, es decir, no ofrece nutrientes esenciales como vitaminas o minerales, pero sí aumenta el aporte calórico. Cuando los niños consumen más calorías de las que necesitan para su crecimiento y actividades, estas se almacenan en forma de grasa corporal. Esto puede llevar a un desequilibrio energético y, a largo plazo, contribuir al desarrollo de la obesidad infantil.
La obesidad en los niños no es solo un problema estético, sino que incrementa significativamente el riesgo de desarrollar otras enfermedades graves como diabetes tipo 2, hipertensión y problemas cardíacos a una edad temprana.
2. Desarrollo de diabetes tipo 2
El aumento de peso, sumado a una dieta rica en azúcar, puede desencadenar problemas en la regulación de la glucosa en sangre, lo que incrementa el riesgo de diabetes tipo 2 en los niños. Aunque esta enfermedad solía ser considerada exclusiva de los adultos, en los últimos años ha habido un incremento preocupante de casos en menores de edad. El consumo constante de alimentos y bebidas azucaradas provoca picos de glucosa en la sangre, lo que obliga al páncreas a trabajar en exceso para producir insulina. A largo plazo, este esfuerzo excesivo puede conducir a una resistencia a la insulina, el principal factor desencadenante de la diabetes tipo 2.
3. Problemas dentales
Uno de los riesgos más conocidos del exceso de azúcar es el daño dental. Los azúcares presentes en los alimentos se descomponen rápidamente en ácidos por las bacterias presentes en la boca, y estos ácidos erosionan el esmalte dental, provocando caries. Las caries no tratadas pueden causar dolor, infecciones y, en casos graves, la pérdida de dientes. Además, los problemas dentales en la infancia pueden tener consecuencias a largo plazo, afectando la salud bucal y la confianza del niño.
4. Trastornos del comportamiento y dificultades de concentración
Existen estudios que sugieren una relación entre el consumo elevado de azúcar y problemas de comportamiento o dificultades de atención en los niños. Los picos de glucosa en la sangre, seguidos de caídas rápidas, pueden generar irritabilidad, hiperactividad e incluso cambios en el estado de ánimo. Este patrón puede interferir en su capacidad para concentrarse en tareas escolares y afectar su rendimiento académico. Aunque la relación exacta entre el azúcar y el comportamiento aún se está investigando, muchos padres y educadores han notado estos efectos en el comportamiento de los niños tras consumir grandes cantidades de dulces.
5. Mayor riesgo de enfermedades cardíacas
Aunque las enfermedades cardíacas suelen estar más asociadas a los adultos, los hábitos alimenticios que se establecen en la infancia pueden tener un impacto en la salud cardiovascular a largo plazo. El consumo elevado de azúcar está relacionado con niveles altos de triglicéridos, un tipo de grasa en la sangre que aumenta el riesgo de enfermedades del corazón. Además, el azúcar en exceso favorece el desarrollo de la obesidad y la diabetes tipo 2, ambos factores de riesgo para la salud cardiovascular.
6. Déficit nutricional
El consumo excesivo de alimentos ricos en azúcar a menudo desplaza la ingesta de alimentos más nutritivos. Los niños que consumen muchas calorías vacías de productos azucarados pueden perder oportunidades de consumir alimentos ricos en nutrientes esenciales para su desarrollo, como frutas, verduras, proteínas y grasas saludables. Esto puede llevar a deficiencias nutricionales que afecten su crecimiento, su desarrollo cognitivo y su salud en general.
7. Trastornos del sueño
El azúcar puede afectar negativamente los patrones de sueño en los niños. Los niveles elevados de azúcar en la sangre pueden provocar hiperactividad, haciendo que los niños estén más inquietos y les cueste conciliar el sueño. La falta de un descanso adecuado afecta el crecimiento y desarrollo infantil, además de aumentar la irritabilidad y dificultar la concentración durante el día.
Recomendaciones para reducir el consumo de azúcar en la dieta infantil
Para evitar las consecuencias negativas del exceso de azúcar, es esencial que los padres y cuidadores supervisen la alimentación de los niños y tomen medidas para reducir el consumo de azúcar:
- Limitar el consumo de bebidas azucaradas: Las gaseosas, jugos artificiales y bebidas energéticas suelen ser una de las principales fuentes de azúcar en la dieta infantil. Optar por agua o jugos naturales sin azúcar añadida es una excelente alternativa.
- Leer las etiquetas de los alimentos: Muchos productos alimenticios contienen azúcares ocultos. Es importante leer las etiquetas y buscar nombres alternativos del azúcar, como jarabe de maíz, fructosa o dextrosa.
- Fomentar el consumo de frutas frescas: En lugar de ofrecer postres azucarados, es preferible dar a los niños frutas frescas, que contienen azúcares naturales junto con fibra, vitaminas y minerales esenciales.
- Establecer límites claros: Aunque es normal que los niños disfruten de dulces ocasionalmente, es esencial establecer límites sobre la cantidad y frecuencia de estos alimentos para proteger su salud.
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