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Salud y Bienestar

10 dolores físicos con origen emocional que avisan de que algo no va bien

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dolores físicos con origen emocional
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El cuerpo avisa y es que hay dolores físicos con origen emocional que son los que nos avisan de que algo no va bien en nuestro cuerpo. Son dolores habituales, no excesivamente preocupantes pero que seguro que si padeces alguno de ellos, lo enlazarás con alguna situación emocional que estés viviendo en este moemnto.

Algo que solemos escuchar habitualmente y según Guía Médica es precisamente el  malestar emocional el que tiene diferentes formas de manifestarse, y una de ellas puede ser a través del color corporal. Estos son algunos de los significados que pueden tener diferentes dolores físicos que se padecen muy a menudo.

Dolores físicos con origen emocional:

1. Dolor de cabeza. Alerta de que el cuerpo necesita descansar. Puede estar causado por situaciones de estrés y presión. La relajación ayuda a solucionarlo.

2. Dolor de hombro. Cargar con problemas ajenos y acumular malos sentimientos puede manifestarse a través del dolor de hombros.

3. Dolor de espalda superior. Este dolor puede aparecer por la soledad que la persona esté sintiendo y también por la confusión ante diferentes hechos.

4. Dolor de cuello. Puede estar provocado por la acumulación de rencor y malos deseos hacia otras personas. Esa rigidez ante los demás puede manifestarse en el cuello. El perdón y la expulsión de los malos sentimientos puede ayudar a curarlo.

5. Dolor de codo. Dolores injustificados de codo pueden alertarnos de una excesiva resistencia al cambio o a un hecho que esté marcando nuestra vida.

6. Dolor lumbar. Advierte del estrés provocado por problemas económicos.

7. Dolor de estómago. Estos dolores crónicos pueden estar manifestando que no somos capaces de asimilar o enfrentar determinados problemas. Los trastornos gastrointestinales frecuentes están vinculados a situaciones de difícil aceptación.

8. Dolor de cadera. Puede ser síntoma del miedo a enfrentar nuevos retos.

9. Dolor de rodillas. Suele vincularse a un exceso de exigencia con uno mismo.

10. Dolor de pies. Puede significar un estado de desánimo e incluso de depresión.

Es importante destacar que estos síntomas físicos pueden tener múltiples causas, y es fundamental abordar tanto los aspectos emocionales como los físicos para obtener un tratamiento integral. La conexión mente-cuerpo es compleja, y un enfoque multidisciplinario que incluya atención médica y psicológica puede ser beneficioso para abordar tanto los síntomas físicos como los emocionales. Si experimentas dolor persistente u otros síntomas, es recomendable buscar la orientación de profesionales de la salud.

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Salud y Bienestar

Cuidado, así afecta el calor del verano a los medicamentos

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Cuidado, así afecta el calor del verano a los medicamentos

Especialistas del Departamento de Salud de la Ribera alertan de que una incorrecta conservación de los medicamentos en verano puede provocar importantes problemas de salud en el organismo al verse alteradas las características de calidad y eficacia de los fármacos.

Efectos nocivos que el calor puede provocar en los medicamentos

Teniendo en cuenta las altas temperaturas que suelen alcanzarse en estos meses, el personal especializado advierte de la necesidad de llevar a cabo una correcta utilización de los fármacos, con especial atención a aquellos medicamentos que deben conservarse en frío o deben utilizarse tan pronto se hayan sacado de la nevera.

Según los farmacéuticos de Atención Primaria del Departamento de Salud de la Ribera, Miguel Murcia y Rocío Broseta, “las condiciones de conservación que indica un medicamento, se establecen según los ensayos realizados antes de ser comercializados, por lo que deben respetarse para no perder su eficacia y seguridad”.

Por ello, antes de consumir cualquier medicamento, se debe comprobar su estado y su apariencia exterior, sobre todo en cremas, colirios, supositorios u óvulos, ya que por su aspecto se puede conocer su estabilidad.

Cuando nunca debes consumirlos

Si no se ha conservado correctamente o el producto ha cambiado al abrirlo, el medicamento no debe ser consumido bajo ningún concepto, ya que podrían estar alteradas las propiedades del fármaco.

Por lo que respecta a la conservación en casa, es aconsejable mantener los medicamentos en sitios frescos y secos, evitando la exposición directa a la luz solar.

Por ello, el personal experto recomienda no guardarlos en la cocina o el baño, estancias de la casa que, por lo general, suelen acumular más calor a lo largo del día, y siempre lejos del alcance de los niños.

En cualquier caso, es importante que antes de tomar un medicamento se consulte con  profesionales sanitarios y se evite la automedicación.

Igualmente, cuando se adquiera por primera vez, se recomienda leer el envase y el prospecto para conocer la temperatura a la que debe conservarse.

Viajar con medicamentos

En los trayectos por carretera, es recomendable no llevar los medicamentos en el maletero o la guantera del coche, ya que pueden llegar a alcanzar altas temperaturas.

Es imprescindible mantener las condiciones de transporte específicas para cada medicamento; es decir, los fármacos a conservar entre los 2ºC y 8ºC, deben conservarse siempre en nevera y, por tanto, transportarse en embalaje isotérmico refrigerado (sin llegar a congelar); por su parte, los fármacos que deben permanecer a una temperatura de entre 25ºC y 30ºC, han de transportarse en un embalaje isotérmico no refrigerado para evitar que puedan alcanzar temperaturas mayores.

Síndrome de agotamiento y golpe de calor

Por otro lado,  el personal especializado advierte de que algunos medicamentos pueden acentuar los efectos de las altas temperaturas, agravar el síndrome de agotamiento-deshidratación, propiciar los golpes de calor o inducir una hipertermia.

En este grupo de medicamentos se encuentran los diuréticos, los antiinflamatorios no esteroideos, los antihipertensivos, algunos antibióticos y antivirales, los antiarrítimicos, algunos antidiabéticos, los hipolipemiantes (empleados para regular el colesterol), los antidepresivos, los antihistamínicos y los antipsicóticos.

“Hay que estar atentos al estado general de aquellos pacientes que toman este tipo de medicamentos, así como propiciar una serie de medidas que ayude a controlar su temperatura corporal: ambiente fresco, buena ventilación y aireación, y continua hidratación.

Es importante resaltar que, a pesar de las altas temperaturas, en ningún caso se deben suspender los tratamientos establecidos por los facultativos”, concluyen Murcia y Broseta.

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