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Cultura

Dominnico, el diseñador alicantino de Rosalía y Beyoncé

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Foto: Mason Poole-INSTAGRAM
Barcelona, 4 may (OFFICIAL PRESS-EFE).- Dominnico, conocido por vestir a Rosalía, explica que con su moda no solo quiere vestir, sino también transmitir valores.

Ha apuntado que lo que estrellas de la música como Rosalía, Lady Gaga, Dua Lipa o Beyoncé buscan cuando usan sus prendas es lanzar «un mensaje de fuerza».

En una entrevista con EFE antes de presentar este jueves en la 080 Barcelona Fashion su propuesta «Dildom» para el próximo otoño, en la línea futurista que es el ADN de su estilo, el diseñador alicantino Domingo Rodríguez Lázaro, Dominnico ha contado que es un «gusto» para él que las divas le elijan.

«Supongo que al final comparto con ellas códigos estéticos y ven en mi vestimenta la capacidad de transmitir valores como la fuerza», apunta el diseñador, nacido en Alicante en 1994, que guarda por confidencialidad su próxima colaboración internacional, que se dará a conocer a mediados de mes.

Dominnico, el diseñador de Rosalía

En su propuesta mostrada este jueves en la 080 llaman la atención de nuevo las referencias de la moda del mundo del motor, en chaquetillas, faldas y pantalones anchos de cueros naturales y nylon, una revisitación del «look» que ya enamoró a la ‘motomami’ Rosalía.

Entre las novedades, la introducción de piel de cabra del Himalaya y nylons y neoprenos en minifaldas y minivestidos, todo combinado con los zapatos y botas de la firma también española Cuplé.

En la paleta de color, mucha apuesta monocolor, de blanco o negro pero también con tonalidades pastel rosa y azul, naranja flúor y rojo.

Su propuesta para el próximo año tiene «pequeños guiños al BDSM y a la sexualización de los cuerpos», explica Dominnico.

Las inspiraciones de Dominnico

Como inspiraciones de su último trabajo menciona desde el dadaísmo de Marcel Duchamp hasta el arte conceptual de los hermanos Jake y Dinos Chapman o la estética de «La Naranja Mecánica», de Stanley Kubrick.

«En esta colección he querido hablar de la libertad de expresión. No solo en la moda, sino en la sociedad. Nos gusta ser una firma que hace bandera de la diversidad y no solo por formar parte del colectivo», afirma.

Asimismo, Dominnico es uno de los principales exponentes en España de la moda «agénero» o «genderless» que rechaza que una prenda por sí misma sea masculina o femenina, sino que «puede ser lo que la persona que la lleva quiera».

En su desfile contará, en otras, con la maniquí «curvy» Lorena Durán, alejada del 90-60-90.

Pensando en la diversidad de cuerpos, también han ampliado el tallaje de la venta al público, que está creciendo meteóricamente, ha contado, en EEUU.

El futuro de la moda

Sobre si el futuro de la moda pasará más por la prenda reutilizable o el «fast fashion», que divide a su generación, Dominnico ha vaticinado que todo «coexistirá», pues «no todo el mundo tiene las mismas oportunidades económicas».

 

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El origen humilde de Dominnico

El diseñador suele mencionar su origen humilde y cómo aprendió a coser vistiendo a sus muñecas Bratz mientras miraba a su madre remendar prendas en casa.

El pasado año ha sido el de la gran revolución empresarial para su marca y se reconoce algo «abrumado» por ello, aunque está intentado «rodearse bien» para «hacer crecer su proyecto».

El diseñador, uno de los platos fuertes de esta 080 que cerrarán mañana viernes Eñaut y Yolancris, pasó por la escuela de diseño y moda LCI Barcelona y en 2019 fue galardonado como diseñador emergente en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, tras la que empezó su colaboración con Rosalía, con la que se estrenó en la gira de «El Mal Querer».

Lara Malvesí

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Cultura

El misterio del nicho 1501 del cementerio de Valencia

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El misterio del nicho 1501
El misterio del nicho 1501 del cementerio de Valencia

El Cementerio General de València esconde una curiosa historia en la que el amor, la desgracia, el terror y la fortuna se dan la mano. La historia de un nicho, el nicho de Emilia. Un enigmático caso que parece salido de la mente de Edgar Allan Poe Lovecratf, pero que es real y nos vuelve a confirmar que la realidad supera siempre a la ficción.

Para conocer quien descansa en el nicho 1501 y la historia olvidada que allí yace, debemos trasladarnos hasta finales del siglo XIX. Vicente García Valero era un actor y autor teatral nacido a mediados del siglo XIX que se enamoró perdidamente de Emilia Vidal Esteve. A pesar de su juventud, él contaba con 15 años y ella con 13 no tardaron mucho en casarse.

El trabajo de Vicente le llevó a trasladarse a Madrid, donde un día la alegría se transformó en desgracia cuando la joven falleció 1876 por un brote de fiebres tifoideas. 

El misterio del nicho 1501

Su cuerpo fue enterrado en una fosa común debido a que la familia no podía costear los gastos, pero el actor quiso recuperar el cuerpo de su amada costara lo que costara y finalmente logró exhumarla de manera clandestina casi dos años más tarde en el día de Nochebuena de 1877. Cuentan que Vicente tuvo que sobornar con dinero al sacerdote que pocas semanas atrás había enterrado a la chica.

Cuando abrió el féretro, Vicente relató que la joven «parecía como dormida». Tal vez lo viera así fruto de su enamoramiento ya que por el tiempo transcurrido su estado debía ser el de putrefacción y descomposición.

250 pesetas fue el precio que le tocó pagar, sin duda toda una pequeña fortuna para la época, para hacerse con el nicho número 1501 a perpetuidad. Y allí en el Cementerio General de València descansa desde entonces.

El tiempo pasó y Vicente se casó con Ángela, la hermana de su difunta esposa. Pero la historia no queda ahí, ya que el matrimonio tuvo una hija, a la que curiosamente llamaron Emilia, el mismo nombre que el amor de su vida.

Porque Vicente seguía obsesionado con su primera mujer. No la podía olvidar, y así lo demostraba cada año, mandando todos los 1 de noviembre dinero al cementerio para que limpiaran el nicho y lo adornaran de flores, hechos que relata él mismo en su libro ‘Páginas del pasado’.

Pero la desgracia volvió de nuevo a su vida con la muerte de su hija a la edad de 4 años y la de su esposa. Duro es el testimonio de un cartero, que fue testigo de la muerte de la pequeña cuando acudió a la casa para entregar un correo y le abrió la puerta Vicente con su hija en brazos. El cartero pensó que la niña estaba dormida y García Valero le respondió «no, está muy dormida, esta muerta.»

Pero en la mente de Vicente permanecía Emilia. No podía olvidar su recuerdo y tal vez fuera por eso que se volviera a casar con la otra hermana, Amparo. ¿Buscaba en ellas a su amada?

El décimo 1501

Si el relato hasta el momento es ya sorprendente todavía faltaba una última vuelta de tuerca. Un nuevo giro que hace de esta, una historia increíble pero cierta. Vicente, dedicó su vida al teatro, repartiendo su tiempo entre Madrid y València, pero tomando como residencia la capital de España. Allí le inundó la pena y tristeza por estar tan lejos del nicho de su amor a pesar de encargarse desde la distancia de su cuidado.

Hasta que un día dejó de enviar dinero. Era el 1 de noviembre de 1911 y su situación económica había empeorado por lo que no pudo hacer que limpiaran la lápida y le colocaran flores. Pero por fin a Vicente García Valero le iba a sonreír la suerte. El destino o lo que ahora llaman karma o tal vez, quien sabe si su amor, le iba a devolver todo el cariño que le había dedicado Vicente durante años.

Caminando por una administración de lotería próxima al teatro Apolo, Vicente vio un décimo y lo compró. Era el 1501.  En el sorteo del 10 de octubre de 1912 su número fue premiado con 6000 pesetas de la época. “Tantos años enviando dinero a mi amada y ahora es ella la que me lo devuelve”, exclamó Vicente según narra en su libro de memorias.

Ahora Vicente podía seguir pagando los arreglos y cuidados de la lápida cada 1 de noviembre. Y así lo hizo hasta que le llegó la muerte en Madrid el 12 de octubre de 1927. Y allí lejos de su amada se piensa que está enterrado.

Hoy en día nadie se acuerda ya del nicho 1501. La inscripción de la lápida está casi borrada por el paso del tiempo. “Recuerdo de V. García Valero” se puede leer.

Pero desde hace unos años, alguien coloca flores en el nicho 1501…

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