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Valencia

El año 2020 en la Comunitat Valenciana, en 20 palabras

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València, 26 dic (EFE).- El año 2020, que pasará a los anales de la historia como el de la pandemia de coronavirus, se puede resumir en la Comunitat Valenciana en veinte palabras, algunas de las cuales forman parte de nuestro vocabulario diario pese a que hace un año ni las conocíamos:

ACUERDO. Los acuerdos político, social a institucional alcanzados en la Comunitat para la reconstrucción tras el coronavirus han mostrado una «vía valenciana» caracterizada por las alianzas, frente al enfrentamiento de otros territorios.

BALMIS. El médico alicantino Francisco Javier Balmis, que en el siglo XVIII combatió la pandemia de viruela y llevó la vacuna a América por medio de niños a los que se les había inoculado, dio nombre al despliegue de la Unidad Militar de Emergencias en España para hacer frente a la covid.

CORONAVIRUS, o covid-19. La palabra que más hemos pronunciado este año, en el que el virus SARS-CoV-2 lo ha cambiado todo.

DATOS. Hemos vivido el año pendientes de los datos diarios de la pandemia, que hasta el momento ha dejado en la Comunitat más de 2.700 fallecidos, de 136.000 contagiados y de 4.000 brotes.

ERTE. Nada menos que 69.430 expedientes de regulación temporal de empleo, que han afectado a 470.357 trabajadores, han presentado las empresas valencianas para hacer frente a la crisis económica generada por la covid.

FIESTAS. La pandemia nos ha dejado este año sin fiestas tradicionales, como las Fallas, las Hogueras, la Magdalena, los Moros y Cristianos o la Tomatina, y sin grandes eventos, como los festivales de música o los maratones populares.

GASTO. El coronavirus ha conllevado hasta el momento un gasto que supera los mil millones de euros en la Comunitat, en su mayor parte para sanidad, pero también para políticas laborales, sociales y económicas.

HOSPITALES. Ante el riesgo de colapso hospitalario en la primera etapa de la pandemia, la Generalitat decidió construir tres hospitales de campaña -uno por provincia- para poder contar con mil camas adicionales.

INCIDENCIA. Uno de los indicadores que hemos aprendido para conocer la evolución del virus es el de la incidencia acumulada, que mide los casos diagnosticados por cada cien mil habitantes, y que a partir de 150 se considera riesgo alto.

JABÓN. El jabón y el gel hidroalcohólico se han convertido en compañeros habituales este año, en el que una de las medidas de protección en la que más se ha insistido ha sido la higiene de manos.

LUTO. Diez días de luto oficial, minutos de silencio y un homenaje institucional celebrado en el Umbracle han servido para recordar a los dos millares de valencianos fallecidos a causa de la covid.

MATERIAL. La escasez de material sanitario de protección al inicio de la pandemia se ha intentado paliar con la adquisición de mil toneladas, en su mayoría en el mercado asiático a través de la Operación Ruta de la Seda, pero también a empresas valencianas que se han reconvertido.

NORMALIDAD. La salida del confinamiento tras el primer estado de alarma nos dejó la expresión ‘nueva normalidad’, que tiene poco que ver con la antigua por las restricciones y normas para reducir la propagación del virus.

OLAS. Esta pandemia que nos alcanzó como un tsunami se caracteriza por tener olas: la primera, que tuvo su pico a finales de marzo y principios de abril en la Comunitat, y la segunda, en la que estamos inmersos cuando ya se habla de una tercera.

PCR. Una de las palabras que hemos aprendido este año es PCR (las siglas en inglés de ‘Reacción en Cadena de la Polimerasa’), una de las pruebas para diagnosticar el virus y de la que en la Comunitat se han hecho más de 1’8 millones.

RESIDENCIAS. Las residencias de ancianos han sido de las más afectadas por un virus que ha acabado en la Comunitat con la vida de más de 830 internos de estos centros.

SEROPREVALENCIA. El último estudio sobre la proporción de valencianos que han pasado el coronavirus evidencia que solo el 5’7 % de la población ha estado infectada, por lo que el 94’3 % es todavía susceptible de contagiarse.

TOQUE DE QUEDA. En la Comunitat rige, desde el 30 de octubre y hasta el 15 de enero al menos, la restricción de la movilidad nocturna, que se empezó a aplicar desde la medianoche a las seis de la mañana y que actualmente comienza a las 23 horas.

UCI. Las unidades de cuidados intensivos de los hospitales de la Comunitat han atendido a los pacientes más graves de covid y alcanzaron su máximo el 3 y 4 de abril, con 386 ingresados.

VACUNA. La Comunitat inicia este domingo la vacunación contra la covid, que en una primera fase llegará a 76.000 valencianos y se comenzará por residentes y personal de residencias.

Loli Benlloch

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VÍDEO| El desgarrador testimonio de Santiago Posteguillo, afectado por la DANA

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Santiago Posteguillo DANA
Santiago Posteguillo

Santiago Posteguillo denuncia la falta de ayuda tras la DANA en Valencia: «Es muy cruel no avisar, pero aún más no ayudar»

El escritor valenciano expresa su indignación por la inacción institucional tras la catástrofe

El reconocido escritor de novela histórica Santiago Posteguillo, uno de los afectados por la DANA que azotó Valencia, compartió su experiencia personal ante el Senado. En un emotivo discurso, Posteguillo relató el desamparo vivido en Paiporta, donde reside a escasos metros del barranco del Poyo, y criticó la falta de apoyo de las instituciones, calificando de «cruel» no solo la falta de avisos ante el desastre, sino sobre todo la ausencia de ayuda tras el mismo.

Un relato de desesperación y abandono institucional

Durante su intervención en la Cámara alta, Posteguillo destacó la «sensación de abandono» experimentada por él y muchos otros en las zonas afectadas por las inundaciones. En su relato, mencionó que al día siguiente de la catástrofe, y después de enfrentar seis horas de torrente ininterrumpido, esperaba la llegada de cuerpos de rescate, sin embargo, «al amanecer no había nadie».

La situación era tan extrema que en plena plaza encontró el cadáver de una joven con su madre, sin que la Policía o el Ejército acudieran al lugar.

Posteguillo hizo hincapié en la falta de coordinación y respuesta institucional, recordando que no fue hasta el tercer día que comenzaron a llegar los primeros voluntarios, mientras los vecinos enfrentaban «saqueos», «coches volcados» y «barro por todas partes».

«Es incomprensible que en un escenario del siglo XXI, en una ciudad como Valencia, la respuesta haya sido tan lenta y tan insuficiente», reflexionó el autor.

La crítica a la actuación de las instituciones en plena catástrofe

En su discurso, el escritor comparó la reacción de los representantes públicos actuales con los de la antigua Roma, ironizando que, mientras hace 2.000 años los dirigentes «se mataban entre ellos», hoy «apuñalan al pueblo».

La contundente declaración refleja el sentimiento de indignación de miles de valencianos, quienes, según Posteguillo, se han sentido «traicionados» por las instituciones que, en teoría, debían protegerlos.

Un escape entre la devastación y la autogestión de los vecinos

Describiendo escenas de una devastación que «no había visto en la vida», Posteguillo relató su recorrido a pie hacia su residencia en Valencia. A su paso, encontró «colas de personas con cubos en busca de agua», edificios destrozados y cadáveres que aún no habían sido retirados.

«No se pueden imaginar lo que está pasando esta gente en Paiporta, Algemesí y Alfafar», explicó el novelista, lamentando la escasez de recursos para aquellos que necesitan «más que solo palas» para limpiar calles y reanudar la vida cotidiana.

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