Rosarosae
ENTREVISTA| Alaska responde a los que cuestionan la orientación sexual de su marido
Publicado
hace 8 añosen
MADRID, 4 Jun. (CHANCE) – El festival ARN Culture & Business Pride cuenta con música y conciertos, como todos los festivales, pero también tiene un lado diferente al resto de festivales, cuenta con un programa completo de conferencias, conciertos internacionales y fiestas de primer nivel que componen el Pride más importante en el top 10 internacional en eventos LGTBIQ.
Alaska ha sido galardonada con uno de estos premios, el premio People, que según ella se lo han dado por hacer de altavoz de la comunidad: «No me siento día a día a reunirme con un alcalde, con un presidente o con la comisión de derechos humanos, pero servimos de altavoces con nuestra propia vida…».
La cantante nos ha confesado qué supone este premio para ella, y cuál es toda su implicación con el colectivo LGTBIQ.
CHANCE: ¿Qué te parece la propuesta del ARN Culture & Business Pride?
Alaska: Me parece que es un festival que sale de los tópicos. Nosotros sabemos divertirnos pero también nuestro mundo implica otras cosas que no son solamente, la música, las discotecas o los desfiles. Este festival tiene mucho de eso también, música, conciertos y todo lo que se puede esperar de un festival pero también tiene el otro lado, el encontrarte con personas que son empresarias, que te van a dar una visión que no es sólo la artística. Además es una cosa muy global: los premios, las conferencias, las actuaciones…
CH: ¿Cómo te sientes al ser galardonada con el premio People en los ALAN TURING?
A: Pues a ver, esto siempre es un poco complicado. Los premios en sí ya lo reflejan: hay muchos tipos de personas que puede considerarse que merezcan un premio. Hay muchas que están en el anonimato día a día están ahí y que al fin y al cabo son las que luego consiguen que las leyes se cambien. Y luego hay otras, como yo, que no se sientan día a día a reunirse con un alcalde, con un presidente o con la comisión de derechos humanos, pero servimos de altavoces con nuestra propia vida. No es porque tengamos que ser portavoces de nada. Yo creo que a mí el premio me viene dado por mi forma de vida, por lo que soy, por lo que he sido y lo que eso puede suponer en un momento dado para personas que no tienen esa visibilidad como la puedo tener yo.
CH: ¿Cuál es tu implicación en la lucha LGTB?
A: Yo no siento que tenga una implicación en la lucha porque siento que es mi vida. A veces los pequeños detalles son tan increíbles que no te das cuenta porque como es mi mundo y mi vida yo lo veo todo normal. Yo veo normal tener una cajera transexual en los años 90 tener en la discoteca que yo tenía en Buenos Aires. Y siempre me decía que le hacía muy feliz trabajar allí, porque decía que no era guapa, ni podía hacer un show, pero tenía un trabajo de cajera que es algo que ella no se podría haber imaginado. O recorrerme España con mis bailarinas y bailarines… Son tonterías. Pero tú cuando tu mundo lo muestras, lo haces un poco menos raro para los demás. También nuestros programas de televisión donde tiene cabida todo lo que es nuestro mundo y a veces que un niño o una niña de 6 años esté viendo el programa y se encuentre con una realidad que desconoce y que la viva con normalidad pues siempre sirve para algo.
CH: ¿Un deseo para el colectivo?
A: Que pudiéramos dejar de hablar de todo esto, de colectivo, que pudiéramos hablar de individuos, que también es muy importante e interesante. Porque a veces la necesidad de colectivizar que es necesario para poder entendernos y expresarnos, olvida a cada individuo que ese colectivo se supone que representa y a veces se acaban diluyendo las personalidades. Cuando llegue el día que no tengamos que hablar de nada de esto pues seguramente todo esto será mucho más brillante. También te digo que yo no soy una utópica, creo que el mundo es mundo y su lado negativo va a existir siempre lo que pasa es que ahora tenemos la ley en nuestra mano. Antes te pegaban y como fueses a denunciar te pegaban más. Ahora te pegan, puedes denunciar y se supone que la ley está de tu parte y te ampara, pero el que te pega va a existir siempre, otra cosa es que se convierta en una excepción, que sería lo deseable.
CH: ¿Cómo llevas el hecho de que se cuestione la orientación sexual de Mario constantemente?
A: En un principio lo llevas como riéndote porque no le das importancia pero es verdad que llega un momento que dices: «Pero vamos a ver gilipollas, ¿tú quién te crees que soy yo o qué necesidad tengo de engañar?». Si a mí me gustara una tía o me enamorase de ella yo no tendría el más mínimo problema y si a Mario le gustara un tío no tendría el más mínimo problema. ¿Qué clase de mentalidad retorcida tiene alguna gente que cree que estas cosas funcionan así? Y es obvio que estas cosas también funcionan así y a lo mejor por eso la gente cree que todo es así, pero en mi mundo no lo es. Y luego la catetada de que porque un tío tenga pluma, use tacones o se maquille pues sea maricón. Eso denota que hay poca cultura del rocknroll, que no has visto a Prince, a las New York Dolls o a Bowie. Es un poco todo eso y es verdad que al principio dices: «¡Vaya catetada!» pero llega un punto en que dices: «Perdona, ¿me estás diciendo a mí que yo hago un paripé con mi vida?». Y además, me raya y pienso: «¿Y por qué creerán que me compensaría a mí o a Mario este paripé?». Es en esos momentos en el que te das cuenta que tú vives en un micro-mundo. Además, como yo he crecido entre maricas, nunca he sentido las cosas que sienten otras mujeres en su desarrollo desde adolescente, hasta conseguir un trabajo… Yo trabajo en lo que trabajo y me he movido con quién me he movido. Entonces, todo eso sé que existe y que es así pero a mí me resulta muy ajeno como experiencia vital. Tengo esa suerte o he elegido muy bien mis compañeros de trabajo, mis amigos, mis amantes… lo que fuera.
CH: ¿Es una responsabilidad haber sido y seguir siendo un icono de la movida madrileña a día de hoy?
A: Pues no, porque tú no te lo has cogido como un título que te han dado. Es más como un comentario, un añadido a lo que tú eres. Sobre lo que tú has hecho, alguien ha decidido que sea así, de la misma forma que alguien habrá decidido que no sea así. No olvidemos que esto está lleno de opiniones y hay gente para la que puedas ser muy fundamental y otra que diga: «¿Pero que están diciendo estos imbéciles si a mí lo que me gusta es Joann Báez?». Es muy fácil generalizar cuando tenemos una visión, pero la visión contraria la tiene el del al lado, entonces yo esto ni lo pienso. Para mí la responsabilidad está conmigo misma: si me gusta el disco que voy a sacar o me gusta el concierto que voy a hacer, para mí es suficiente.
CH: ¿Te gustaría haber sido anónima?
A: No, no me gustaría haber sido anónima pero sí tener una capa invisible. Yo no soy una persona que me guste llamar la atención, soy tímida y me gusta mucho observar pero no puedo observar porque antes me observan a mí. Entonces tener de vez en cuando la capa de invisibilidad para colarme en sitios y poder mirar sin que se cambie la visión, porque ya la altero yo con mi propia presencia, pues eso sí que me gustaría. Pero bueno, he elegido ser lo que soy y en mi caso empezó como algo unido a una profesión y tampoco tengo nada en contra de los famosos que no tienen profesión, me parece muy warholiano y están en todo su derecho.
Comparte esto:
- Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Telegram (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)
Relacionado
Te podría gustar
Rosarosae
Iñaki Urdangarin rompe su silencio en su entrevista más dura: “Perdí prácticamente todo y uno de los amores de mi vida, que es Cristina”
Publicado
hace 3 díasen
12 diciembre, 2025
Iñaki Urdangarin ha concedido la que ya es su entrevista más impactante desde que fue condenado por el caso Nóos. Durante 55 minutos de conversación en el programa Pla seqüència, de La 2 Cat, el exduque de Palma se ha abierto como nunca y ha repasado, sin filtros, los episodios más dolorosos de su vida reciente: la cárcel, la soledad, la caída personal y profesional y, sobre todo, el final de su matrimonio con la infanta Cristina.
En una charla íntima, en catalán y con un periodista al que le une una amistad de más de 30 años, Urdangarin ha mostrado una faceta desconocida para el gran público, marcada por la autocrítica, la emoción y el reconocimiento de las pérdidas que arrastra desde hace más de una década.
“Lo peor de mi condena fue perder a mi mujer”
La pregunta fue directa y la respuesta, demoledora. Al ser interrogado por el momento más duro de su etapa en prisión, Iñaki Urdangarin no dudó:
“Lo que perdí en prisión fue mucho tiempo. Materialmente perdí prácticamente todo. Y después hay una pérdida muy grande, uno de los amores de mi vida, que es Cristina”.
El exmarido de la infanta Cristina reconoció que el proceso judicial y la posterior condena no solo le arrebataron su libertad, sino también su estabilidad emocional y familiar. “Fue un periodo muy duro. Lo pasamos muy mal durante toda esa época y hubo consecuencias. Me da pena porque es una mujer a la que quiero mucho”, confesó, visiblemente emocionado.
Cataluña, el lugar desde el que decide hablar
Urdangarin explicó que eligió este formato y este idioma por una razón muy personal. Cataluña es el territorio donde creció, donde fue feliz y donde nacieron sus cuatro hijos. “La vinculación con esta tierra es muy importante. Mis hijos son catalanes y ahora estoy a medio caballo entre Vitoria y Barcelona”, señaló al inicio de la entrevista.
Esa cercanía emocional marcó el tono de toda la conversación, en la que se mostró tranquilo, aunque con nervios inevitables al enfrentarse por primera vez a una entrevista televisada tras años de silencio.
El día que supo que entraría en prisión
Uno de los momentos más reveladores llegó al recordar el instante exacto en el que supo que su ingreso en prisión era inevitable. “Estaba comiendo con mi mujer, Cristina, en Ginebra. Yo había trabajado 16 años para darle la vuelta a las acusaciones. Hasta el último momento pensamos que podíamos lograrlo”, relató.
Tras conocer la sentencia, reunió a sus hijos en Suiza para explicarles la situación y decidir juntos cómo afrontar lo que estaba por venir. Un episodio que, según él, marcó un antes y un después en su vida familiar.
“El primer día en la cárcel fue el peor”
Iñaki Urdangarin describió su llegada a prisión como un golpe devastador. “Cuando entras te das cuenta de que se ha acabado una etapa y empieza otra larga y dura. Todo cae. No tienes teléfono, no tienes nada. Los tres primeros meses lo pasé muy mal”, aseguró.
Por motivos de seguridad, eligió cumplir su condena en la prisión de mujeres de Brieva, donde vivió prácticamente aislado. “Era estar en un módulo vacío. Fueron mil noches dentro, con sus mil días”, recordó, reconociendo que no gestionó bien emocionalmente aquel periodo.
“Lloré muchísimo y entré en un bucle negativo”
El exdeportista olímpico no escondió su vulnerabilidad al hablar de su estado psicológico. “No estoy orgulloso de cómo gestioné emocionalmente mi situación. Lloré muchísimo y preocupé a la gente que estaba fuera”, confesó.
Con el paso del tiempo, encontró en la escritura una vía de escape. Durante meses llenó cuadernos con pensamientos, miedos y reflexiones que le ayudaron a recomponerse. No descarta que algún día esos escritos puedan convertirse en unas memorias, siguiendo la estela de otros miembros de la familia real.
El apoyo clave: su madre y sus hijos
Si hubo una figura esencial durante su caída, esa fue su madre, Claire Liebaert. “Ha sido mi primer apoyo siempre. Ella me conoce, igual que mis hijos”, afirmó. Urdangarin insistió en que su entorno más cercano nunca dudó de él: “Mi madre y mis hijos saben que es imposible que yo tuviera voluntad de delinquir”.
Una afirmación con la que vuelve a defender su versión de los hechos y su papel en el caso Nóos, aunque asegura que hoy vive sin rencor.
“El rencor no te ayuda, solo te resta energía”
El cierre de la entrevista estuvo marcado por un mensaje de aprendizaje personal. Urdangarin explicó que el rencor fue uno de los sentimientos que más trabajó en prisión. “Tienes que repasar honestamente lo que has hecho bien y lo que has hecho mal, aceptar dónde estás y darte cuenta de que el rencor no te ayuda. Eso se quedó allí, cuando se cerró la puerta de la prisión”, concluyó.
Con esta entrevista, Iñaki Urdangarin rompe definitivamente su silencio y ofrece su testimonio más crudo hasta la fecha, poniendo palabras al coste personal, familiar y emocional de uno de los mayores escándalos de la historia reciente de la familia real española.
Comparte esto:
- Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Telegram (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)


Tienes que estar registrado para comentar Acceder