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Sucesos

Juzgan a una mujer por obligar a su hija a comer excrementos tras denunciarla por secuestro

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La Audiencia Provincial de Madrid va a juzgar el próximo martes a una madre de nacionalidad rumana por no impedir que el padrastro de su hija la obligara a comer heces tras haberles denunciado ante la Policía después de encerrarla en su habitación durante unos días en diciembre de 2015.

Los acusados, Marius P. y Marcela P. se enfrentan a dos delitos de detención ilegal, un delito de malos tratos en el ámbito familiar y un delito contra la integridad moral. El Ministerio Público solicita una pena de doce años y seis meses de prisión para ella y de cinco años para él, en función de los delitos atribuidos a cada uno de ellos.

Según el informe, el acusado, utilizó a un hermano de la víctima para conseguir que ésta se subiera en un coche que conducía el padrastro de la víctima, donde fue introducida a la fuerza y contra su voluntad, y llevada hasta un piso en Getafe, donde la víctima fue fue encerrada en su habitación con llave hasta días después logró escapar y denunciar los hechos.

Meses después, el 14 de abril de 2016, la ahora acusada y madre de la víctima, la cual se encontraba en el centro de acogida ‘Torremocha del Jarama’, en Torrelaguna, quedaron en la citada localidad, en la parada de autobús. Una vez allí, la joven fue obligada de nuevo a subir al coche que conducía el acusado y fue trasladada a un descampado contra su voluntad, donde le recriminaron que les hubiera denunciado por el anterior encierro.

El acusado le dio una bofetada y una patada en la parte trasera, cayendo la muchacha sobre un charco. Una vez en el suelo, sus agresores la obligaron a coger heces del suelo, haciéndoselas comer, mientras le decían: «¡No hables; coges la caca y te la comes!», todo ello en presencia de la madre de la menor, que no hizo nada para impedir la agresión.

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Sucesos

Arrestado un profesor de yoga por agresiones sexuales a ocho alumnas en València

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profesor yoga abuso alumnas Valencia

Abusos durante clases y retiros

Agentes de la Policía Nacional de València detuvieron la semana pasada a un profesor de yoga, de 47 años y nacionalidad peruana, acusado de agredir sexualmente a ocho de sus alumnas, cuyas edades oscilan entre los 28 y 40 años. Los presuntos abusos habrían tenido lugar durante sus clases en un centro de yoga en el barrio del Carmen de València, así como en retiros en casas rurales.

El arrestado realizaba tocamientos en los pechos y la zona vaginal de las víctimas bajo el pretexto de corregir posturas o aliviar molestias. Estos abusos habrían comenzado en 2021 y se destaparon recientemente a raíz de comentarios en redes sociales de varias de sus antiguas alumnas, que, aunque no se conocían entre sí, compartieron experiencias muy similares.

Las víctimas deciden denunciar

Varias de las alumnas, al leer los relatos de otras mujeres, reconocieron que lo que habían vivido no era un hecho aislado y que los tocamientos del profesor eran inapropiados. Inicialmente, muchas de ellas no denunciaron confiando en la supuesta profesionalidad del instructor, aunque admiten que se sentían incómodas con su comportamiento.

Tras las primeras denuncias, la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional inició una investigación que llevó finalmente a la detención del profesor. Hasta ahora, se han identificado a ocho víctimas, de las cuales cinco ya han presentado denuncia por agresiones sexuales sin acceso carnal.

Libertad sin medidas cautelares

El pasado viernes 18 de octubre, el detenido fue puesto a disposición judicial. El Juzgado de Instrucción número 7 de València, en funciones de guardia, decidió dejarle en libertad sin ningún tipo de medida cautelar, dado que ni la Fiscalía ni las acusaciones solicitaron restricciones. El juez consideró que no existe riesgo de fuga ni de que el acusado vuelva a cometer presuntas agresiones, ya que las víctimas no son alumnas suyas actualmente.

Comportamientos reiterados

Las víctimas relatan que los tocamientos solían producirse al final de las clases, cuando el profesor les pedía que se quedaran para corregir ciertas posturas o durante masajes que les realizaba con el pretexto de tratar molestias en otras partes del cuerpo. Los abusos también se producían durante los retiros de fin de semana, cuando el profesor aprovechaba la intimidad y el mayor tiempo disponible con cada alumna.

Además, el arrestado cuenta con antecedentes por delitos sexuales, aunque estos ya habrían sido cancelados.

 

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