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Salud y Bienestar

La OCU denuncia sustancias potencialmente cancerígenas en bálsamos labiales para niños

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La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha analizado 15 bálsamos labiales infantiles para comprobar si en su composición incluían MOSH (Mineral Oils Saturated Hydrocarbons) y/o MOASH (Mineral Oils Aromatic Hydrocarbons), sustancias tóxicas derivadas del petróleo potencialmente cancerígenas.

Todos los labiales analizados cuentan con un envase diseñado para atraer la atención de los más pequeños (sabores atrayentes, de refrescos anunciados en televisión, de personajes de dibujos animados o incluso con un complemento de regalo) y pueden encontrarse en cualquier tipo de comercio, no solo en farmacias y parafarmacias.

Según el análisis de OCU, de los 15 productos analizados, solo dos de ellos no contienen MOSH ni MOAH, al no estar elaborados con aceites minerales. Otros cuatro no contienen MOAH, pero sí MOSH por debajo del 10%, un límite apto solo para niños de más de 16 kilos o mayores de 6 años. Otros dos de los analizados, en cambio, sí superan este porcentaje del 10%, por lo que no deberían ser utilizados en ningún caso. Y el resto, siete, no contienen MOSH, pero sí MOAH, una impureza indeseable independientemente de la concentración hallada.

OCU aclara que, en el caso de MOSH, dada su toxicidad y la falta de una normativa sobre su presencia en productos cosméticos, la asociación europea de fabricantes “Cosmetics Europe” recomienda que no se supere el 5% de la sustancia en este tipo de productos. En cuanto a los MOAH, por su parte, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria no permite su presencia en los alimentos, ya que algunos tipos de estas sustancias pueden alterar el ADN y resultar cancerígenas.

Sin embargo, en el caso de los cosméticos, como los de uso labial, no existen restricciones en cuanto a la presencia de estas sustancias, a pesar de que se pueden chupar o tragar, especialmente en el caso de los niños. Por eso, la Organización de Consumidores y Usuarios exige que se legisle también sobre estos contaminantes en los cosméticos y pide a los fabricantes y distribuidores que busquen una solución y eviten vender productos que puedan poner en peligro la salud.

A los consumidores, OCU recomienda elegir productos labiales sin derivados del petróleo. Para identificarlos, se debe consultar la lista de ingredientes y evitar aquellos que contengan algunos de estos compuestos: Microcrystalline Wax, Hidrogenated Microcrystalline Wax, Hidrogenated Polyisobutene, Ceresin, Ozokerite, Paraffin, Paraffinum Liquidum, Petrolatum, Polyethylene, Polybutene, Synthetic Wax.

Según ha podido comprobar OCU en este estudio y en otros anteriores sobre labiales para adultos, todos los bálsamos que son elaborados con aceites minerales derivados del petróleo o con polímeros sintéticos contienen estas sustancias tóxicas (MOSH y MOAH). En cambio, la Organización de Consumidores no ha encontrado MOSH ni MOAH en aquellos labiales que indican que tienen aceites y grasas vegetales (de cacao, de karité, oliva, jojoba, etc.) o ceras naturales de plantas, de abejas, de lanolina…

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Salud y Bienestar

Cuidado, así afecta el calor del verano a los medicamentos

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Cuidado, así afecta el calor del verano a los medicamentos

Especialistas del Departamento de Salud de la Ribera alertan de que una incorrecta conservación de los medicamentos en verano puede provocar importantes problemas de salud en el organismo al verse alteradas las características de calidad y eficacia de los fármacos.

Efectos nocivos que el calor puede provocar en los medicamentos

Teniendo en cuenta las altas temperaturas que suelen alcanzarse en estos meses, el personal especializado advierte de la necesidad de llevar a cabo una correcta utilización de los fármacos, con especial atención a aquellos medicamentos que deben conservarse en frío o deben utilizarse tan pronto se hayan sacado de la nevera.

Según los farmacéuticos de Atención Primaria del Departamento de Salud de la Ribera, Miguel Murcia y Rocío Broseta, “las condiciones de conservación que indica un medicamento, se establecen según los ensayos realizados antes de ser comercializados, por lo que deben respetarse para no perder su eficacia y seguridad”.

Por ello, antes de consumir cualquier medicamento, se debe comprobar su estado y su apariencia exterior, sobre todo en cremas, colirios, supositorios u óvulos, ya que por su aspecto se puede conocer su estabilidad.

Cuando nunca debes consumirlos

Si no se ha conservado correctamente o el producto ha cambiado al abrirlo, el medicamento no debe ser consumido bajo ningún concepto, ya que podrían estar alteradas las propiedades del fármaco.

Por lo que respecta a la conservación en casa, es aconsejable mantener los medicamentos en sitios frescos y secos, evitando la exposición directa a la luz solar.

Por ello, el personal experto recomienda no guardarlos en la cocina o el baño, estancias de la casa que, por lo general, suelen acumular más calor a lo largo del día, y siempre lejos del alcance de los niños.

En cualquier caso, es importante que antes de tomar un medicamento se consulte con  profesionales sanitarios y se evite la automedicación.

Igualmente, cuando se adquiera por primera vez, se recomienda leer el envase y el prospecto para conocer la temperatura a la que debe conservarse.

Viajar con medicamentos

En los trayectos por carretera, es recomendable no llevar los medicamentos en el maletero o la guantera del coche, ya que pueden llegar a alcanzar altas temperaturas.

Es imprescindible mantener las condiciones de transporte específicas para cada medicamento; es decir, los fármacos a conservar entre los 2ºC y 8ºC, deben conservarse siempre en nevera y, por tanto, transportarse en embalaje isotérmico refrigerado (sin llegar a congelar); por su parte, los fármacos que deben permanecer a una temperatura de entre 25ºC y 30ºC, han de transportarse en un embalaje isotérmico no refrigerado para evitar que puedan alcanzar temperaturas mayores.

Síndrome de agotamiento y golpe de calor

Por otro lado,  el personal especializado advierte de que algunos medicamentos pueden acentuar los efectos de las altas temperaturas, agravar el síndrome de agotamiento-deshidratación, propiciar los golpes de calor o inducir una hipertermia.

En este grupo de medicamentos se encuentran los diuréticos, los antiinflamatorios no esteroideos, los antihipertensivos, algunos antibióticos y antivirales, los antiarrítimicos, algunos antidiabéticos, los hipolipemiantes (empleados para regular el colesterol), los antidepresivos, los antihistamínicos y los antipsicóticos.

“Hay que estar atentos al estado general de aquellos pacientes que toman este tipo de medicamentos, así como propiciar una serie de medidas que ayude a controlar su temperatura corporal: ambiente fresco, buena ventilación y aireación, y continua hidratación.

Es importante resaltar que, a pesar de las altas temperaturas, en ningún caso se deben suspender los tratamientos establecidos por los facultativos”, concluyen Murcia y Broseta.

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