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Salud y Bienestar

Los veterinarios advierten del aumento de toxiinfecciones alimentarias en verano por romper la cadena de frío

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VALÈNCIA, Jul 2018. (EUROPA PRESS) – El Colegio Oficial de Veterinarios de Valencia (ICOVV) ha advertido este miércoles que en los meses de verano se produce un aumento «notable» de las toxiinfecciones alimentarias debido a las altas temperaturas ya que las bacterias patógenas se propagan con mayor rapidez en los alimentos con el calor y provocan mayor número de casos, según han explicado fuentes de esta institución en un comunicado.

Por ello, se recomienda conservar los alimentos bien refrigerados, sin romper la cadena de frío, cocinarlos correctamente y adoptar unas medidas básicas de higiene, lavando con frecuencia las manos y las superficies de preparación de la comida. De este modo se evita que las posibles bacterias presentes en los alimentos se multipliquen y puedan llegar a causar problemas de salud a los consumidores.

Así, microorganismos como la Salmonella, E. Coli, Listeria y Campylobacter pueden estar presentes o contaminar los alimentos y colonizarlos a gran velocidad entre los 5 y los 65 °C. Según el ICOVV no es aconsejable, por tanto, consumir carnes y pescados en crudo o poco cocinados, leche no pasteurizada y preparaciones que contengan huevo crudo.

Además, se recomienda preparar los alimentos justo cuando vayan a consumirse y, si no es posible, conservarlos refrigerados y recalentarlos alcanzando los 70 °C. Los vegetales que vayan a consumirse sin cocción deben lavarse concienzudamente y desinfectarse y la limpieza de la nevera, superficies de trabajo y utensilios de cocina debe ser «frecuente y rigurosa».

CONSUMO DE ALIMENTOS AL AIRE LIBRE
Desde el ICOVV se recuerda que todas estas medidas para mantener la seguridad alimentaria en verano son «especialmente importantes» cuando el consumo de alimentos vaya a realizarse en frío (sin tratamiento térmico posterior) y al aire libre. De este modo, en picnics, barbacoas o excursiones es fundamental seguir manteniendo la cadena de frío.

Para ello puede utilizarse una nevera portátil con acumuladores de frío mejor que con cubitos de hielo. La nevera debe colocarse siempre a la sombra y evitar abrirla con frecuencia, explican desde la Comisión de Salud Pública del Colegio.

Asimismo es necesario utilizar recipientes adecuados para guardar la comida. Además, no se debe usar los mismos utensilios en los alimentos crudos y en los cocinados y hay que almacenarlos separados para evitar contaminación cruzada.

Del mismo modo, aconsejan prestar especial atención al consumo de agua no potable y no beber directamente el agua que brota de un manantial o de una fuente.

Entre las funciones y servicios que los veterinarios pueden llevar a cabo está garantizar y controlar la seguridad alimentaria e intervienen a lo largo de toda la cadena agroalimentaria para cumplir este objetivo.

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Salud y Bienestar

Cuidado, así afecta el calor del verano a los medicamentos

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Cuidado, así afecta el calor del verano a los medicamentos

Especialistas del Departamento de Salud de la Ribera alertan de que una incorrecta conservación de los medicamentos en verano puede provocar importantes problemas de salud en el organismo al verse alteradas las características de calidad y eficacia de los fármacos.

Efectos nocivos que el calor puede provocar en los medicamentos

Teniendo en cuenta las altas temperaturas que suelen alcanzarse en estos meses, el personal especializado advierte de la necesidad de llevar a cabo una correcta utilización de los fármacos, con especial atención a aquellos medicamentos que deben conservarse en frío o deben utilizarse tan pronto se hayan sacado de la nevera.

Según los farmacéuticos de Atención Primaria del Departamento de Salud de la Ribera, Miguel Murcia y Rocío Broseta, “las condiciones de conservación que indica un medicamento, se establecen según los ensayos realizados antes de ser comercializados, por lo que deben respetarse para no perder su eficacia y seguridad”.

Por ello, antes de consumir cualquier medicamento, se debe comprobar su estado y su apariencia exterior, sobre todo en cremas, colirios, supositorios u óvulos, ya que por su aspecto se puede conocer su estabilidad.

Cuando nunca debes consumirlos

Si no se ha conservado correctamente o el producto ha cambiado al abrirlo, el medicamento no debe ser consumido bajo ningún concepto, ya que podrían estar alteradas las propiedades del fármaco.

Por lo que respecta a la conservación en casa, es aconsejable mantener los medicamentos en sitios frescos y secos, evitando la exposición directa a la luz solar.

Por ello, el personal experto recomienda no guardarlos en la cocina o el baño, estancias de la casa que, por lo general, suelen acumular más calor a lo largo del día, y siempre lejos del alcance de los niños.

En cualquier caso, es importante que antes de tomar un medicamento se consulte con  profesionales sanitarios y se evite la automedicación.

Igualmente, cuando se adquiera por primera vez, se recomienda leer el envase y el prospecto para conocer la temperatura a la que debe conservarse.

Viajar con medicamentos

En los trayectos por carretera, es recomendable no llevar los medicamentos en el maletero o la guantera del coche, ya que pueden llegar a alcanzar altas temperaturas.

Es imprescindible mantener las condiciones de transporte específicas para cada medicamento; es decir, los fármacos a conservar entre los 2ºC y 8ºC, deben conservarse siempre en nevera y, por tanto, transportarse en embalaje isotérmico refrigerado (sin llegar a congelar); por su parte, los fármacos que deben permanecer a una temperatura de entre 25ºC y 30ºC, han de transportarse en un embalaje isotérmico no refrigerado para evitar que puedan alcanzar temperaturas mayores.

Síndrome de agotamiento y golpe de calor

Por otro lado,  el personal especializado advierte de que algunos medicamentos pueden acentuar los efectos de las altas temperaturas, agravar el síndrome de agotamiento-deshidratación, propiciar los golpes de calor o inducir una hipertermia.

En este grupo de medicamentos se encuentran los diuréticos, los antiinflamatorios no esteroideos, los antihipertensivos, algunos antibióticos y antivirales, los antiarrítimicos, algunos antidiabéticos, los hipolipemiantes (empleados para regular el colesterol), los antidepresivos, los antihistamínicos y los antipsicóticos.

“Hay que estar atentos al estado general de aquellos pacientes que toman este tipo de medicamentos, así como propiciar una serie de medidas que ayude a controlar su temperatura corporal: ambiente fresco, buena ventilación y aireación, y continua hidratación.

Es importante resaltar que, a pesar de las altas temperaturas, en ningún caso se deben suspender los tratamientos establecidos por los facultativos”, concluyen Murcia y Broseta.

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