Salud y Bienestar
Aprende a identificar cuando un lunar es peligroso
Publicado
hace 6 mesesen
Detectar el melanoma en una etapa temprana es crucial, ya que la detección precoz puede aumentar significativamente las posibilidades de curación.
Examine cualquier cambio o anormalidad tanto en las zonas del cuerpo expuestas al sol como en las protegidas. Los melanomas suelen aparecer en las piernas de las mujeres, mientras que en los hombres el área más común es el tronco. Sin embargo, es importante recordar que los melanomas pueden surgir en cualquier parte de la piel, incluso en áreas que no reciben exposición solar.
La mayoría de los lunares, manchas marrones y crecimientos en la piel son inofensivos, pero no siempre es así. Los criterios A B C D E y el Signo del Patito Feo pueden ayudarle a detectar el melanoma.
Las primeras cinco letras del alfabeto son una guía para reconocer las señales de advertencia del melanoma:
- A es para Asimetría. La mayoría de los melanomas son asimétricos. Si dibuja una línea a través del medio de la lesión, las dos mitades no coinciden, a diferencia de un lunar común que suele ser redondo u ovalado y simétrico.
- B es para Bordes. Los bordes del melanoma tienden a ser irregulares, con festones o muescas. Los lunares comunes suelen tener bordes más suaves y uniformes.
- C es para Color. La presencia de múltiples colores es una señal de advertencia. Mientras que los lunares benignos suelen tener un solo tono de marrón, un melanoma puede mostrar diversos tonos de marrón, tostado o negro. A medida que crece, pueden aparecer también colores rojo, blanco o azul.
- D es para Diámetro o Oscuridad. Aunque es ideal detectar un melanoma cuando es pequeño, una lesión del tamaño de un borrador de lápiz (alrededor de 6 mm o ¼ de pulgada de diámetro) o más grande es una señal de advertencia. Algunos expertos sugieren que cualquier lesión más oscura que otras merece atención, independientemente de su tamaño. Los melanomas amelanóticos, aunque raros, carecen de color.
- E es para Evolución. Cualquier cambio en el tamaño, forma, color o elevación de una mancha en la piel, o cualquier síntoma nuevo como sangrado, picazón o formación de costras, puede ser un signo de advertencia de melanoma.
Si nota estos signos y síntomas de advertencia, o ve algo nuevo, cambiante o inusual en su piel, consulte a un dermatólogo de inmediato.
A es para Asimetría
B es para Frontera
C es para Color
D es para Diámetro u oscuro
E es para La evolución de (Antes de)
E es para La evolución de (Después)
Tenga en cuenta: dado que no todos los melanomas tienen la misma apariencia, estas fotos sirven como referencia general de cómo puede verse el melanoma. Si ve algo NUEVO, CAMBIANTE o INSÓLITO en su piel, consulte a un dermatólogo.
El Patito feo es otra señal de advertencia de melanoma.
Esta estrategia de reconocimiento se basa en el concepto de que la mayoría de los lunares normales en su cuerpo se parecen entre sí, mientras que los melanomas se destacan como patitos feos en comparación. Esto destaca la importancia de no solo verificar las irregularidades, sino también comparar cualquier punto sospechoso con los lunares circundantes para determinar si se ve diferente de sus vecinos. Estas lesiones del patito feo pueden ser más grandes, más pequeñas, más claras o más oscuras, en comparación con los lunares circundantes. Además, las lesiones aisladas sin lunares circundantes para comparar se consideran patitos feos.
El melanoma puede ser complicado
Identificar un posible cáncer de piel no es fácil y no todos los melanomas siguen las reglas. Los melanomas se presentan de muchas formas y es posible que no muestren ninguna de las típicas señales de advertencia.
También es importante tener en cuenta que entre el 20 y el 30 por ciento de los melanomas se desarrollan en lunares existentes, mientras que entre el 70 y el 80 por ciento surgen en una piel aparentemente normal.
Melanomas amelanóticos les falta el pigmento oscuro melanina que da color a la mayoría de los lunares. Melanomas amelanóticos pueden ser rosados, rojizos, blancos, del color de su piel o incluso claros e incoloros, haciéndolos difíciles de reconocer.
Melanoma lentiginoso acral (ALM), la forma más común de melanoma que se encuentra en gente de color, a menudo aparece en lugares difíciles de detectar, incluso debajo de las uñas de las manos o los pies, en las palmas de las manos o las plantas de los pies.
La comida para llevar: Esté atento a cualquier nueva lunar o peca que surge en la piel, una llaga o mancha que no cicatriza, cualquier lunar existente que comienza cambio (crecimiento, hinchazón, picazón) o cualquier mancha, lunar o lesión que parezca insólito.
El melanoma lentiginoso acral (ALM) es el melanoma más común que se encuentra en personas de color.
Lo que puede hacer
Compruébelo usted mismo: Independientemente de su riesgo, examine su piel de la cabeza a los pies una vez al mes para identificar posibles cánceres de piel a tiempo. Tome nota de los lunares o lesiones existentes que crecen o cambian. Aprende a revisar tu piel
En caso de duda, comprobar que funciona. Debido a que el melanoma puede ser tan peligroso una vez que avanza, siga sus instintos. Visite a su médico si ve una mancha que simplemente no parece estar bien.
Tenga en cuenta que, si bien los autoexámenes mensuales son importantes, no son suficientes. Visita a tu dermatólogo al menos una vez al año para un examen profesional de la piel.
Si ha tenido un melanoma, haga un seguimiento regular con su médico una vez que finalice el tratamiento. Cumpla con el horario recomendado por su médico. Esto asegura que identifique cualquier recurrencia lo antes posible.
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Salud y Bienestar
Los alimentos infalibles para prevenir resfriados
Publicado
hace 2 díasen
20 noviembre, 2024La tradición popular atribuye propiedades curativas a los alimentos con vitamina C, pero ¿sabemos cuáles son los alimentos para prevenir resfriados?
Algunos como el ajo, la sopa de pollo o la miel frente al resfriado, la tos, la congestión o la gripe. Sin embargo, en la actualidad no hay ninguna prueba científica que demuestre que su consumo sea beneficioso para este objetivo.
Según ha explicado la doctora Laura Arranz, profesora del Departamento de Nutrición, Ciencias de la Alimenación y Gastronomía de la Universidad de Barcelona, lo que realmente contribuye a prevenir estas enfermedades, e incluso a aliviar sus síntomas, es seguir hábitos de vida saludables y una alimentación equilibrada.
La doctora ha precisado que «más allá de la vitamina C hay muchos nutrientes imprescindibles para el sistema inmunitario. Todas las vitaminas, minerales como el zinc, antioxidantes como los polifenoles o los betacarotenos, grasas como los Omega-3 y las fibras (sobre todo de tipo soluble) son básicos en un cóctel de salud».
MINERALES Y VITAMINAS
Las vitaminas A, C y E, el magnesio, el cobre, el manganeso o el hierro son algunos de los elementos clave en los procesos celurares que ayudan a neutralizar los radicales libres y el estrés oxidativo.
La doctora Arranz ha aclarado que «el funcionamiento correcto del metabolismo y de las defensas antioxidantes requiere la presencia de estos nutrientes en cantidades suficientes». La pregunta que subyace es qué alimentos propocionan estos nutrientes.
Según la experta, «los alimentos de origen vegetal son ricos en antioxidantes, pero especialmente la fruta, las hortalizas, las verduras de hoja verde, las semillas y los frutos secos». Además, ha aconsejado «consumir una buena parte de estos vegetales en crudo o con tiempos de cocción adecuado para que la ingesta de antioxidantes se amayor».
EL ZINC COMO REGULADOR DEL SISTEMA INMUNE
La doctora Arranz ha explicado que «el zinc es un oligoelemento esencial que juega un papel clave en más de 300 enzimas y está involucrado en la comunicación celular, además de desempeñar un importante papel en la regulación del sistema inmune».
Ha añadido, además, que «el déficit de zinc, que afecta al 20% de la población mundial, se asocia a la disminución del sistema inmunitario». Entre los alimentos que contienen zinc se encuentran las carnes, el pescado, los moluscos, las espinacas o los frutos secos.
OMEGA-3: GUARDIÁN DE LAS DEFENSAS
Las grasas Omega-3 son importantes para el sistema inmunitario, para la salud cardiovascular y para la salud visual y cerebral pero además intervienen como precursores de las moléculas antiinflamatorias.
La experta ha detallado que «si queremos cuidar las defensas, debemos aumentar la ingesta de frutos secos, especialmente nueces y almendras, para conseguir un aporte diario de dos gramos de ácido alfa-linolénico y pescado azul para conseguir 200 gramos de ácido docosahexaenoico (ácido graso poliinsaturado omega-3)».
LA FIBRA, UNA COMPAÑERA ALIADA
La nutricionista ha revelado que «la fibra ayuda a la nutrición y el bienestar de las bacterías beneficiosas que residen en el intestino y que juegan a un rol principal en el sistema inmunitario, por lo es imprescindible en el día a día».
Además, la fibra dietética proviene de los alimenos de origen vegetal tales como las legumbres, las semillas, los frutas secos, las verduras o las frutas.
Sin embargo, la doctora ha advertido que las legumbres «puedencausar problemas de flatulencia debido a la gran cantidad de fibra que aportan». Por ello, para evitar este problema ha aconsejado «tomar raciones pequeñas tres veces pro semana en lugar del tradicional plato de legumbres solo un día a la semana».
Alimentos para prevenir resfriados
La lista de alimentos que ayudan a prevenir gripes, catarros y resfriados es larga… Educo nos la detalla.
1. Pescados, un gran aporte de Omega-3
Los pescados, entre los que destaca el pescado azul, aportan proteínas y Omega-3 al organismo. Estas sustancias ayudan al organismo a proteger los pulmones de las infecciones respiratorias al sintetizar anticuerpos. Ya ves: incluye pescado en el menú semanal. Dos porciones semanales de salmón ayudarán a levantar tus defensas.
2. Cítricos, el consejo de la abuela
¡Y cuánta razón tiene la abuela! Los cítricos son ricos en vitamina C, un nutrientes que puede ayudar a frenar el avance de un resfriado. ¿Lo mejor? Alternar los cítricos consumiendo naranja (muy rica en vitamina C), mandarina (rica en betacarotenes) y limón (gran valor antiséptico que lo convierte en un remedio natural contra el dolor de garganta y la tos).
3. Huevos: proteínas, vitaminas y minerales
Los huevos son un comodín en la cocina, no dudes en prepararlos un par de veces por semana. Un huevo contiene casi 7 gramos de proteína, pero además aporta al organismo vitaminas y minerales, entre los que destacan las vitaminas B6 y B12, el selenio y el zinc, ¡fundamentales para mantener fuerte el sistema inmunológico!
4. Yogur, el poder de los probióticos
Hoy en día se habla mucho de probióticos en la publicidad, pero ¿qué son? Los yogures tienen cultivos vivos que ayudan al sistema inmunológico a evitar que las bacterias malas progresen dentro del cuerpo. ¿Cómo? Muy fácil: si las bacterias buenas son más que las malas, ¡la guerra por la salud está ganada!
5. Verduras de hojas oscuras para reducir el tiempo de la enfermedad
La mayoría de nosotros piensa en un zumo de naranja para ingerir vitamina C. ¿Qué me dirías si te digo que las espinacas, las coles de Bruselas, la lechuga y el brócoli tienen más vitamina C que los cítricos? Incluye estas verduras en la dieta de los peques y si los niños se niegan a comer verduras, ¡disfrázalas! En el enlace te damos ideas al respecto.
6. Calabaza, la reina del beta-caroteno
El betacaroteno es esencial para el organismo ya que cuando éste lo absorbe, se transforma en vitamina A, un nutriente que mejora las defensas y ayuda a prevenir enfermedades. Dale a tus hijos calabaza asada, en crema, mezclada con arroz o en puré, ¡es rica y súper nutritiva! Si a tu hijo no le gusta la calabaza pero sí la zanahoria, ¡a por ella! Las zanahorias también tienen mucho beta-caroteno, motivo por el cual su acción es similar a la de la calabaza.
7. Kiwi, vitamina C al por mayor
Un kiwi aporta al cuerpo más vitamina C que una naranja. Es cierto que puede ser más difícil para los peques comer un kiwi que beber un zumo pero ¡con intentar no se pierde nada!
8. Cebolla y ajo, antibióticos naturales
Tanto la cebolla como el ajo ayudan a prevenir y curar la gripe y los resfriados. Ambos tienen propiedades mucolíticas que ayudan a expulsar secreciones. ¿Un consejo? A los peques suele molestarles más la textura que el sabor de estos alimentos, por eso te recomendamos trocearlos y cocinarlos hasta que no sean perceptibles en el paladar. No abuses de ellos y verás que los peques los comen sin casi darse cuenta.
9. Miel, efecto antitusivo ¡y preventivo!
Incluir la miel en el desayuno de los niños mayores (recuerda que los niños menores de 3 años no deben consumir miel por el riesgo de botulismo) puede ser una gran idea. La miel tiene un efecto preventivo al aumentar las defensas naturales y antitusivo, aliviando la molesta picazón de garganta. Sírvele a tu hijo una tostada con miel o coloca un poco de miel en la leche, ¡le encantará!
10. Frutos secos y legumbres para mantener el calor corporal
Parece una locura pero no lo es: en invierno, perdemos fácilmente el calor corporal, exponiéndonos a toda clase de enfermedades. Los alimentos híper calóricos como las legumbres y los frutos secos aportan la energía necesaria para mantener la temperatura corporal correcta, manteniendo a raya a las enfermedades. Además, tanto los unos como los otros aportan hierro y antioxidantes, fundamentales para mantener el sistema inmunológico fuerte.
11. Frutos rojos, vitamina C en pequeñas dosis
Los frutos rojos aportan vitamina C aunque para que sean realmente efectivos es necesario consumir gran cantidad. Los mencionamos porque ¡son fáciles de incluir en la dieta y a los peques les encantan! ¿Quién puede resistirse a las fresas, las moras y los arándanos? Incorpóralos al yogur o haz un rico batido de frutos rojos con leche.
12. Setas, propiedades antibacterianas
Las diversas setas, hongos y champiñones tienen propiedades antibacterianas que ayudan a combatir las enfermedades. Utilízalos en tostadas, cremas o como acompañamiento para carnes. Una buena alimentación es tan importante como un buen abrigo. Este invierno no lo dudes y prepara un menú equilibrado que incluya estos alimentos para prevenir gripes, catarros y resfriados.
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