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Valencia

La Unió Llauradora pide a la Generalitat que investigue a La Fallera y SOS por usar símbolos valencianos sin indicar el origen real del arroz

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La organización alerta de un posible caso de etiquetado engañoso

La polémica está servida en el sector arrocero valenciano. La Unió Llauradora i Ramadera ha solicitado a la Generalitat Valenciana que abra una investigación sobre las marcas Arroz La Fallera y Arroz SOS, por considerar que podrían estar utilizando símbolos y elementos asociados a la identidad valenciana sin especificar claramente el origen real del producto.

Según la organización agraria, este uso podría suponer un caso de etiquetado engañoso, lo que vulneraría la normativa europea de información al consumidor sobre el origen de los alimentos.

“Las marcas utilizan símbolos valencianos —como el nombre de La Fallera o iconografía que remite a la Comunitat Valenciana— que pueden inducir al consumidor a pensar que se trata de arroz cultivado aquí, cuando en realidad podría proceder de otros lugares”, señala LA UNIÓ.


Arroz La Fallera y Arroz SOS, en el punto de mira

Ambas marcas son ampliamente conocidas en el mercado español y están presentes en la mayoría de supermercados. Sin embargo ni SOS ni La Fallera pertenecen a empresas valencianas, pese a que su imagen comercial evoque directamente a la tradición y cultura del territorio.

Arroz La Fallera, actualmente propiedad del grupo Ebro Foods, comercializa distintos tipos de arroz en todo el país, mientras que SOS es una marca global del mismo grupo. En ambos casos, su origen corporativo es andaluz y con presencia internacional, aunque parte de su arroz pueda proceder de diversas zonas de España o del extranjero.

Lo que reclama La Unió Llauradora es claridad en la información al consumidor. La organización recuerda que el uso de la iconografía local sin respaldo real de producción en la zona puede afectar directamente a los productores valencianos, que mantienen una agricultura tradicional, sostenible y de alta calidad en las zonas de la Albufera, Sueca, Sollana o Cullera.

Dacsa, el ejemplo de arroz valenciano con origen y producción local

En medio de esta controversia, Arroz Dacsa emerge como ejemplo de marca genuinamente valenciana. Fundada en València en 1968, la empresa pertenece al Grupo Dacsa, uno de los referentes agroalimentarios de la Comunitat, con sede en Almàssera (València).

Dacsa elabora su arroz con grano cultivado en la Albufera y en zonas arroceras valencianas, apoyando directamente a agricultores locales y garantizando la trazabilidad completa del producto. Además, su compromiso con la Denominación de Origen Arroz de Valencia y con la economía de proximidad la ha convertido en una marca emblemática del territorio.

El contraste es evidente: mientras otras marcas evocan lo valenciano sin producir en la Comunitat, Dacsa mantiene un vínculo real, directo y sostenible con el campo valenciano.


Posible incumplimiento de la normativa europea

El reglamento (UE) 1169/2011 sobre la información alimentaria facilitada al consumidor establece que los productos deben indicar de manera clara su origen o lugar de procedencia, especialmente si la ausencia de esa información pudiera inducir a error.

En este sentido, LA UNIÓ considera que usar símbolos, nombres o referencias geográficas sin aclarar el verdadero origen del producto podría constituir un incumplimiento de la norma.

Un sector que reclama protección y transparencia

El arroz es uno de los productos más emblemáticos de la gastronomía valenciana y base de la paella, un plato Patrimonio Cultural Inmaterial. Por eso, la defensa de su autenticidad es también una cuestión de identidad. La polémica por el etiquetado de La Fallera y SOS ha reabierto el debate sobre la transparencia en el mercado alimentario y la protección de los productos locales.


Mientras tanto, marcas como Dacsa demuestran que es posible competir con calidad, autenticidad y compromiso con el territorio, apostando por un modelo de producción que beneficia tanto a los agricultores como a los consumidores.

Porque, más allá del marketing, el verdadero sabor valenciano empieza en los campos de la Albufera.

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Salud y Bienestar

La muerte de la niña de Alzira reabre el debate sobre los riesgos de la anestesia: ¿cuáles son los peligros reales?

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La Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor (SEDAR) ha trasladado sus condolencias a la familia de la niña de 6 años fallecida tras haber sido atendida previamente esa misma mañana en una clínica dental privada en Alzira. Además, ha insistido en la importancia de que las sedaciones sean “realizadas exclusivamente por médicos especialistas en Anestesiología y Reanimación”. Estos son los riesgos reales de la anestesia.

Llamamiento a la prudencia y advertencia sobre la falta de información clínica

La SEDAR, en un comunicado, ha hecho un llamamiento a la “prudencia, respeto y responsabilidad institucional”, subrayando que actualmente “se desconocen los datos clínicos y las circunstancias exactas” del suceso. Por ello, remarcan que no pueden valorar causas ni responsabilidades hasta que avance la investigación.

La sedación con fármacos anestésicos generales: un procedimiento de alto riesgo

El organismo científico ha insistido en que las sedaciones que emplean fármacos anestésicos generales son “procedimientos con riesgos potencialmente graves, incluso vitales”. Por ello, recalcan que deben realizarse únicamente por especialistas en Anestesiología y Reanimación, los únicos con formación avanzada en farmacología, fisiología, manejo de la vía aérea, ventilación mecánica y reanimación avanzada.

La SEDAR recuerda que, en los últimos años, ha advertido reiteradamente de un “problema muy serio”: la autorización de sedaciones profundas para ser administradas por profesionales que no son anestesistas. Esto incluye médicos de otras especialidades como neumología, cardiología, digestivo o urgencias, e incluso enfermería, mediante cursos que no equivalen a una especialidad médica completa.

Normativas que permiten sedaciones sin anestesistas: un riesgo para el paciente

Según la SEDAR, estas normativas autonómicas generan un riesgo añadido porque los anestésicos generales pueden provocar “apnea, depresión respiratoria y colapso cardiovascular en cuestión de segundos”. Para la entidad, la administración de estos fármacos “exige la formación avanzada específica” de los anestesiólogos.

“El anestesista es el único profesional con la capacitación completa para realizar sedaciones de forma segura y responder de manera inmediata ante cualquier complicación”, remarcan.

Recomendaciones a los pacientes y mensaje del presidente de SEDAR

La SEDAR recomienda a la ciudadanía que, antes de someterse a una sedación, “pregunten siempre quién la va a realizar y verifiquen que se trata de un médico especialista en Anestesiología y Reanimación”.

El presidente de la sociedad, el doctor Javier García Fernández, ha destacado que “la seguridad del paciente es el compromiso central e irrenunciable de la SEDAR”. Ha subrayado también que “la sedación profunda no es un procedimiento menor” y que toda la comunidad sanitaria debe reflexionar tras un suceso tan grave.

La anestesia siempre conlleva riesgo, incluso en manos expertas

SEDAR recuerda que la anestesiología es una disciplina compleja que requiere vigilancia constante y experiencia. “Incluso realizada por profesionales plenamente cualificados, nunca está completamente exenta de riesgo”, advierten.

Por ello, insisten en que estos procedimientos deben realizarse “bajo los estándares máximos de seguridad” y con equipamiento adecuado.

Compromiso de la SEDAR con la seguridad y la evidencia científica

La entidad afirma que seguirá defendiendo que la seguridad del paciente esté “por encima de cualquier otro factor” y trabajará con evidencia científica para evitar que normativas o decisiones organizativas permitan prácticas que puedan comprometer la salud de los ciudadanos.

 

 

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