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Salud y Bienestar

Pediatras reivindican poder atender a los pacientes hasta los 18 años por estas razones

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Sin médicos para este verano en España

VALÈNCIA, 10 Oct. (EUROPA PRESS) – La Sociedad Valenciana de Pediatría (SVP) reivindica que la atención pediátrica llegue hasta los 18 años, lo que permitiría, entre otras cuestiones, «la prevención de hábitos tóxicos y de determinadas patologías como la obesidad».

Así lo ha explicado en un comunicado con motivo del Día de la Pediatría, que se celebra el 10 de octubre, en el que explica que pese a que la ley vigente realiza esa recomendación «lo habitual es que a partir de los 14 o 15 años sean atendidos por el médico generalista».

Sin embargo, «este es el periodo más decisivo de la adolescencia y en el que la prevención temprana de conductas de riesgo puede ser clave para su salud en el futuro», advierte el doctor Luis Blesa, presidente de la SVP. «Estar con ellos en el momento que empiezan a tomar sus propias decisiones y a ser más protagonistas de su vida, es una labor esencial para la que el pediatra tiene una mayor capacitación», asegura.

En la Comunitat Valenciana hay 1.047 plazas de pediatría para los más de 600.000 niños menores de 14 años, de las cuales solo el 70% (746) están en manos de médicos especialistas en pediatría, según datos de la SVP. Por ello, solicita el aumento de las plazas de pediatría en los centros de salud para adecuar los cupos a la asistencia de esta población adolescente, y, por otro, que la totalidad de las plazas para atención infantil sean ocupadas por médicos pediatras.

«Todo ello sin menospreciar el trabajo del médico de familia, que realiza dicha labor actualmente, en ocasiones motivado por la falta de pediatras», asegura el doctor Blesa.

MAYOR CONOCIMIENTO DE LA MENTALIDAD ADOLESCENTE
La SVP resalta que el paso de la niñez a la adolescencia supone una serie de cambios físicos y emocionales que es necesario conocer bien para elaborar una estrategia preventiva y de acción eficaz, que consiga resultados positivos, así como saber ‘conectar’ con la mente del joven.

El pediatra «es el especialista de referencia para el niño durante su paso a la madurez, y la confianza en él le ayuda a afrontar las enfermedades, sobre todo las crónicas, con un apoyo más sólido», explica el doctor Blesa. Además, su labor en la educación y prevención temprana contra el tabaco y el alcohol es necesaria en esa etapa. Según los datos disponibles, la edad media de inicio de consumo de alcohol se encuentra en los 13 años, por lo que «es importante actuar antes y continuar el control durante los siguientes años».

Por otro lado, la educación sexual es otra de las cuestiones relevantes que se deben abordar a tiempo en las consultas de pediatría para prevenir las enfermedades de transmisión sexual o los embarazos no deseados. En definitiva, «si el seguimiento sanitario que realiza el pediatra durante la infancia, se ve reforzado al continuarlo durante los años cruciales de la adolescencia, los efectos sobre la salud serán mejores», sugiere el presidente de la SVP.

MEJORA DE LAS PERSPECTIVAS DE SALUD
La atención en la adolescencia hasta los 18 años es una reivindicación que comparte gran parte del colectivo pediátrico desde hace tiempo, basándose en criterios de salud. «La especialidad de pediatría tiene la formación necesaria y específica para hacer frente a las patologías y problemas característicos de la infancia y la adolescencia», sostiene el doctor Blesa.

De hecho, diferentes estudios han demostrado algunas mejoras que aporta la atención pediátrica, como la menor prescripción de antibióticos ante infecciones, sobre todo respiratorias, con un probable origen vírico. «Además, consigue una mayor cobertura de vacunación, permite un manejo más óptimo de enfermedades como el asma o la otitis media aguda, con características especiales en la edad infantil, e incluso un menor volumen de visitas a urgencias o derivaciones hospitalarias», indica el doctor.

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Insuficiencia Venosa Crónica: así es la enfermedad que padece Donald Trump

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Imagen de Quirón Salud

La insuficiencia venosa crónica (IVC) es una enfermedad vascular que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se produce cuando las venas de las piernas no pueden devolver la sangre al corazón de manera eficiente, provocando una acumulación en las extremidades inferiores. Detectarla a tiempo es fundamental para evitar complicaciones y mejorar la calidad de vida.

¿Qué es la insuficiencia venosa crónica?

La insuficiencia venosa crónica es un trastorno circulatorio en el que las válvulas de las venas de las piernas se debilitan o dañan, dificultando el retorno venoso. Esto genera síntomas como pesadez, hinchazón y dolor en las piernas, que suelen empeorar al final del día.

Causas principales de la insuficiencia venosa

Existen varios factores de riesgo que aumentan la probabilidad de desarrollar IVC, entre ellos:

  • Herencia genética: antecedentes familiares de varices o problemas venosos.

  • Sedentarismo: la falta de movimiento afecta la circulación sanguínea.

  • Obesidad: el exceso de peso incrementa la presión en las venas.

  • Embarazo: los cambios hormonales y la presión abdominal favorecen la aparición de varices.

  • Edad y sexo: es más frecuente en mujeres y en personas mayores de 40 años.

Síntomas más comunes

Los síntomas de la insuficiencia venosa crónica pueden variar según el grado de avance de la enfermedad. Los más habituales son:

  • Sensación de pesadez en las piernas.

  • Hinchazón (edema) en tobillos y pies.

  • Aparición de varices y arañas vasculares.

  • Dolor, calambres o ardor en las piernas.

  • Cambios en la piel: sequedad, manchas marrones o úlceras venosas en casos graves.

Diagnóstico

El diagnóstico se realiza mediante un examen físico y pruebas como la ecografía Doppler, que permite evaluar el flujo sanguíneo y detectar válvulas dañadas.

Tratamiento de la insuficiencia venosa crónica

El tratamiento depende de la gravedad y puede incluir:

  • Cambios en el estilo de vida: ejercicio regular, evitar el sedentarismo y controlar el peso.

  • Medias de compresión: mejoran la circulación y reducen la hinchazón.

  • Medicamentos venotónicos: fortalecen las paredes de las venas.

  • Procedimientos médicos: escleroterapia, láser endovenoso o cirugía para casos avanzados.

Prevención

Algunas medidas para prevenir la insuficiencia venosa crónica son:

  • Caminar a diario al menos 30 minutos.

  • Elevar las piernas durante el descanso.

  • Evitar permanecer muchas horas sentado o de pie.

  • Mantener una dieta equilibrada y baja en sal.

La insuficiencia venosa crónica es una patología frecuente pero prevenible y tratable. Reconocer sus síntomas a tiempo y adoptar hábitos saludables puede marcar la diferencia en la evolución de la enfermedad. Ante cualquier señal, es recomendable acudir a un especialista en angiología o cirugía vascular.

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