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Las tradiciones navideñas más raras y curiosas del mundo

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La Navidad es una de las épocas del año más celebrada pero las tradiciones navideñas cambian mucho depende de la parte del mundo de la que hablemos.

Además de ser un tiempo para divertirse y descansar de las obligaciones escolares, las vacaciones pueden convertirse en la oportunidad perfecta para conocer las tradiciones de diferentes países, probar nuevas recetas o descubrir juegos y actividades para disfrutar en familia. Novakid nos ofrece un recorrido por las tradiciones más raras y curiosas.

Tradiciones navideñas en el mundo:

Un viaje gastronómico de descubrimiento

La primera de todas las tradiciones es sin duda la comida, un pilar importante no sólo de la cultura española sino también de muchos otros países de Europa y de todo el mundo.

En Italia:

Uno de los manjares típicos de la Navidad son postres como el Panettone o el Pandoro. Ambos tienen su origen en el norte de Italia, en Milán y Verona respectivamente. La batalla por el mejor dulce entre ambos siempre sigue viva y ampliamente debatida: para muchos, el pastel milanés representa mejor la Navidad gracias al sabor cálido y reconfortante de la fruta confitada y las pasas sultanas, mientras que los más jóvenes suelen preferir la dulzura y suavidad del Pandoro.

En Francia:

Uno de los dulces típicos de Navidad es la explosión de chocolate. La Bûche de Noël (tronco de Navidad) es una receta muy sencilla y fácil de preparar, pero cada año se convierte en la estrella indiscutible de las mesas festivas gracias a su dulzor y refinamiento. Es un suave rollo de masa de galleta, relleno de una ganache, recubierto de chocolate para darle el color del tronco y adornado con pepitas de chocolate negro que no sólo lo hacen sabroso sino que simulan la corteza del árbol, dándole un aspecto muy realista. ¿El toque final? El azúcar glas que representa la nieve.

Polonia:

En Nochebuena, en Polonia, es costumbre tomar una sopa muy característica con un tema muy colorido: «Barszcz czerwony z uszkami». La sopa toma su color rojo de la remolacha, un ingrediente muy popular en la cocina polaca, que luego se enriquece con sabrosos ravioli rellenos de setas, perfectos para levantar el ánimo (y calentar el estómago) de los invitados.

Japón:

Quizá la tradición más extraña se dé en Japón, donde cada Navidad se forman colas interminables ante la famosa cadena de comida rápida KFC, de Kentucky. Esta peculiar tradición tiene su origen en una campaña de marketing de 1974, y aún hoy las familias japonesas esperan todo el año para celebrarlo juntos comiendo «Kurisumasu ni wa kentakkii!», también conocido como «¡Kentucky por Navidad!».

«Allá donde fueres, haz lo que vieres»

Cada país decora las fiestas de forma diferente, inspirándose en antiguas leyendas y tradiciones. En Cataluña, los niños acostumbran a decorar un pequeño tronco de madera (el Tió) con una cara sonriente, una «barretina» (gorro típico catalán) y una mantita. En Nochebuena, los niños le cantan una canción mientras lo golpean con un palo, para después descubrir que les «caga» regalos debajo de la manta. Un toque de magia para hacer la Navidad aún más especial (y divertida).

Noruega

Una vieja leyenda noruega cuenta que en Nochebuena, los espíritus malignos y las brujas van de casa en casa buscando escobas que robar. El trabajo del padre es ahuyentarlos, mientras que las madres esconden todas las escobas para evitar que las brujas y los espíritus vuelen libremente, asustando a adultos y niños por igual y estropeando la fiesta más esperada del año.

Alemania

Los niños alemanes aún siguen una tradición que se remonta al siglo XVI, según la cual se esconde un pepinillo encurtido entre los adornos del árbol. Los orígenes de esta costumbre siguen siendo un misterio sin resolver, que cada Navidad inspira debate y curiosidad. Algunas leyendas dicen también que el afortunado que encuentra el adorno escondido recibe el doble de regalos: una búsqueda del tesoro con la que sueñan todos los niños.

¿Y en los Países Bajos?

Los niños solían dejar sus zapatos junto al fuego con la esperanza de que «Sinterklaas» (Papá Noel) los llenase de regalos. En lugar de renos, Papá Noel es ayudado por un hermoso caballo blanco llamado Amerigo, al que los niños dejan un saco de zanahorias para afrontar el largo viaje hasta los hogares de todas las familias holandesas.

Turquía

En Turquía, la llegada del nuevo año se celebra en Nochevieja. Es muy común ver pavo asado al horno en la mesa. Como postre, se puede preferir un suave y dulce postre de calabaza servido con salsa de tahini y nueces. Otro ritual indispensable de Nochevieja es que toda la familia se reúna para jugar al bingo.

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Estos son los beneficios de vivir en un pueblo

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pueblo más bonito Comunitat Valenciana

Explorando los Encantos Rurales: Beneficios de Vivir en un Pueblo

En un mundo cada vez más urbanizado y conectado, la vida en un pueblo puede parecer anacrónica para muchos. Sin embargo, estos rincones de tranquilidad y comunidad ofrecen una serie de beneficios que las bulliciosas ciudades a menudo no pueden igualar. Desde la serenidad de los paisajes naturales hasta la conexión interpersonal más auténtica, aquí exploramos por qué vivir en un pueblo puede ser una elección gratificante.

1. Tranquilidad y Naturaleza

Los pueblos suelen estar rodeados de impresionantes paisajes naturales, desde colinas ondulantes hasta densos bosques y ríos serpenteantes. La tranquilidad que proporciona este entorno natural es invaluable para aquellos que buscan escapar del estrés y el ajetreo de la vida urbana. Respirar aire fresco y disfrutar de la serenidad de la naturaleza puede tener un impacto positivo en la salud mental y emocional.

2. Comunidad y Conexión Personal

En un pueblo, la comunidad es más que una palabra; es una realidad tangible. Las relaciones interpersonales son más cercanas y significativas, ya que los residentes suelen conocerse entre sí y se apoyan mutuamente en tiempos de necesidad. Los lazos comunitarios más fuertes pueden generar un sentido de pertenencia y seguridad que es difícil de encontrar en entornos urbanos más grandes y anónimos.

3. Costo de Vida y Calidad

En general, los costos de vida en los pueblos tienden a ser más bajos que en las ciudades. Los precios de la vivienda, la alimentación y otros gastos cotidianos suelen ser más asequibles, lo que puede permitir a los residentes disfrutar de una mejor calidad de vida con menos presión financiera. Además, en muchos pueblos, las distancias más cortas y la menor congestión vehicular pueden traducirse en menos tiempo perdido en desplazamientos y más tiempo para disfrutar de la vida.

4. Estilo de Vida Más Relajado

La vida en un pueblo a menudo sigue un ritmo más lento y relajado. Las prisas y el estrés asociados con la vida urbana disminuyen, lo que permite a los residentes tomarse el tiempo necesario para disfrutar de las pequeñas cosas de la vida. Desde paseos tranquilos por el campo hasta tardes tranquilas en la plaza del pueblo, la vida en un entorno rural puede ofrecer una sensación de calma y serenidad que es difícil de encontrar en la vorágine de la ciudad.

5. Valor Cultural e Histórico

Los pueblos suelen estar impregnados de historia y cultura, con edificios antiguos, tradiciones arraigadas y una rica herencia que se remonta a siglos atrás. Esta conexión con el pasado puede ofrecer una sensación de arraigo y pertenencia a los residentes, así como oportunidades para explorar y aprender sobre la historia local y las tradiciones únicas de la región.

Contrastando con la Vida Urbana

Aunque los pueblos ofrecen una serie de beneficios atractivos, es importante reconocer que no son para todos. Las ciudades tienen sus propias ventajas, como una mayor diversidad cultural, una amplia oferta de entretenimiento y oportunidades profesionales. Además, algunas personas prefieren el ritmo acelerado y la emoción constante de la vida urbana.

En última instancia, la decisión de vivir en un pueblo o una ciudad depende de las preferencias individuales y las necesidades de cada persona. Para algunos, la tranquilidad y la conexión comunitaria de un pueblo son invaluables, mientras que para otros, el bullicio y la diversidad de la ciudad son irresistibles. Lo importante es encontrar el entorno que mejor se adapte a tu estilo de vida y te haga sentir más feliz y realizado.

 

 

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