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Salud y Bienestar

¿Cómo tratar la amigdalitis sin fármacos?

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¿Cómo tratar la amigdalitis sin fármacos?
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Para saber si se puede tratar la amigdalitis sin fármacos, es esencial tener en cuenta que la consumición de ciertos alimentos beneficiosos para las patologías de este tipo de bacterias situadas en las vías respiratorias puede producir que se eliminen por completo los síntomas de la inflamación de amigdalitis. Pero, para poder descubrirlo a lo largo de este artículo, primero debemos de saber qué es la amigdalitis.

¿Qué es la amigdalitis?

La amigdalitis se trata de una inflamación infecciosa de las amígdalas que suele provocar fiebre, y que afecta a una o de las dos amígdalas palatinas, formada por masas de tejido ovales, carnosas y grandes que se encuentran en la pared lateral de la orofaringe a cada lado de la garganta. A su vez, dicha infección puede estar asociada a una gripe o resfriado, que suele tener su raíz en una dieta poco saludable que baja las defensas naturales del organismo. Donde puede verse afectados factores como el cansancio y el estrés, o en el consumo excesivo de trabajo o de bebidas alcohólicas como consecuencia de ello. Aunque, es más habitual en los niños los adultos también pueden sufrirla.

¿Cómo tratar la amigdalitis sin fármacos?

Muchas veces nos asusta el hecho de tener que consumir fármacos por una larga temporada como consecuencia de una infección de esta índole o similar, dado que no conocemos su procedencia o simplemente, nos descuidamos y no sabemos cómo actuar ante estas situaciones, pero en ese momento lo primero de todo es mantener la calma, porque es algo totalmente normal.

Cuadro médico

El cuadro clínico de esta patología es claramente dolor local, que puede ser muy intenso, fiebre, malestar general, voz gangosa, dificultad para la deglución, adenopatías cervicales y si está provocada por un virus puede ir acompañada por la tos, rinitis afonía y conjuntivitis.

En el caso en el que el dolor sea muy agudo y si finalmente acudes al médico, podrá prescribirte un antibiótico siempre y cuando esta se trate de  una infección bacteriana. Otros medicamentos como antiinflamatorios, calmantes para la disfagia, antipiréticos o gárgaras con agua salada pueden aliviar sus síntomas de una mejor manera.

¿Qué comer?

Alimentos con vitamina C

En muchas ocasiones, un cuadro de amigdalitis acaba en el médico, pero ten en cuenta que los alimentos pueden prevenirla y también curarla, siempre y cuando no esté producida por una bacteria. Es muy importante que tu dieta esté enriquecida con alimentos ricos en vitamina C, ya que nos protege de las infecciones. A continuación les desvelamos una serie de alimentos que puedes consumir en estos casos:

1.Naranjas

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2.Limones

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3.Pomelos

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4.Fresas

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5.Verduras de hoja

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6.Patata

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7.Perejil

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8.Pimiento rojo

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9.Mango

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10.Tomate

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Alimentos con vitamina A y betacarotenos

Otros de los alimentos fundamentales que nos aportan vitamina A y betacarotenos, que favorece a la mejora del estado de las mucosas de la garganta, es el hígado (siempre que no estés embarazada).

1.Huevos

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2.Queso

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3.Brócoli

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4.Zanahorias

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5.Pimiento rojo

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6.Mango

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7.Calabaza

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8.Espinacas

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Alimentos con vitamina D y E

En nuestra dieta también deben estar presente la vitamina D y E, ya que mantiene en forma nuestro sistema inmunológico. Si el médico te prescribe antibióticos consumir un yogur natural será una de las mejores opciones. Para ello, procura tomar  los siguientes alimentos que contienen vitamina D y E:

1.Sardinas

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2.Arenque

Anchoas, Pez, Comida, Fruto De Mar

3.Trucha

Pez, La Trucha De Mar, Salmo Trutta

4.Salmón

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5.Pipas de girasol

Semillas De Girasol, Pipas, Comida

6.Almendras

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7.Avellanas

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8.Brócoli

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9.Boniato

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10.Aguacate

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11.Cereales integrales

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12.Yogur natural

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¿Qué beber?

Para patologías donde el aparato respiratorio está afectado, y sobre todo, si es de vías altas, la hidratación es fundamental. Para nuestra garganta y en este caso, para una amigdalitis, el zumo de limón con miel será un remedio muy beneficioso.Ya que, además de aportar vitamina C, estimula la producción de saliva, calmando la irritación. Las infusiones de manzanilla o de flores de saúco reducen la fiebre.

Actividades

Cuando tengas dolor de garganta, provocada por amigdalitis o faringitis, siempre te vendrá bien hacer gárgaras con agua templada y una cucharadita de sal. No será agradable, sobre todo cuando finalices el proceso, pero tu garganta lo agradecerá. Además, en el caso de la amigdalitis, prepárate una cocción de hojas secas de acrimonia o de hojas de salvia, endulzada con una cucharada de miel.

Qué evitar

Teniendo amigdalitis, habrán algunos alimentos que deberemos evitar. Sobre todo, aquellos que al tragar hagan que el dolor se intensifique. Es el caso del pan tostado, los frutos secos o salados. Por otra parte, aunque parezca «obvio»se debe de evitar a toda costa la ingesta de alcohol o tabaco, ya que, las vías por las que pasa se encontrarán delicadas.

Suplementos

Como hemos dicho anteriormente, la alimentación es básica para prevenir cualquier patología, pero mucho más cuando hablamos de zonas tan expuestas como la garganta. También puedes recurrir a cápsulas de pensamiento y sauce.

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Salud y Bienestar

Los alimentos infalibles para prevenir resfriados

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Esta es la hortaliza saludable que debes tomar a diario para prevenir los resfriados en invierno
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La tradición popular atribuye propiedades curativas a los alimentos con vitamina C, pero ¿sabemos cuáles son los alimentos para prevenir resfriados?

Algunos como el ajo, la sopa de pollo o la miel frente al resfriado, la tos, la congestión o la gripe. Sin embargo, en la actualidad no hay ninguna prueba científica que demuestre que su consumo sea beneficioso para este objetivo.

Según ha explicado la doctora Laura Arranz, profesora del Departamento de Nutrición, Ciencias de la Alimenación y Gastronomía de la Universidad de Barcelona, lo que realmente contribuye a prevenir estas enfermedades, e incluso a aliviar sus síntomas, es seguir hábitos de vida saludables y una alimentación equilibrada.

La doctora ha precisado que «más allá de la vitamina C hay muchos nutrientes imprescindibles para el sistema inmunitario. Todas las vitaminas, minerales como el zinc, antioxidantes como los polifenoles o los betacarotenos, grasas como los Omega-3 y las fibras (sobre todo de tipo soluble) son básicos en un cóctel de salud».

MINERALES Y VITAMINAS
Las vitaminas A, C y E, el magnesio, el cobre, el manganeso o el hierro son algunos de los elementos clave en los procesos celurares que ayudan a neutralizar los radicales libres y el estrés oxidativo.

La doctora Arranz ha aclarado que «el funcionamiento correcto del metabolismo y de las defensas antioxidantes requiere la presencia de estos nutrientes en cantidades suficientes». La pregunta que subyace es qué alimentos propocionan estos nutrientes.

Según la experta, «los alimentos de origen vegetal son ricos en antioxidantes, pero especialmente la fruta, las hortalizas, las verduras de hoja verde, las semillas y los frutos secos». Además, ha aconsejado «consumir una buena parte de estos vegetales en crudo o con tiempos de cocción adecuado para que la ingesta de antioxidantes se amayor».

EL ZINC COMO REGULADOR DEL SISTEMA INMUNE
La doctora Arranz ha explicado que «el zinc es un oligoelemento esencial que juega un papel clave en más de 300 enzimas y está involucrado en la comunicación celular, además de desempeñar un importante papel en la regulación del sistema inmune».

Ha añadido, además, que «el déficit de zinc, que afecta al 20% de la población mundial, se asocia a la disminución del sistema inmunitario». Entre los alimentos que contienen zinc se encuentran las carnes, el pescado, los moluscos, las espinacas o los frutos secos.

OMEGA-3: GUARDIÁN DE LAS DEFENSAS
Las grasas Omega-3 son importantes para el sistema inmunitario, para la salud cardiovascular y para la salud visual y cerebral pero además intervienen como precursores de las moléculas antiinflamatorias.

La experta ha detallado que «si queremos cuidar las defensas, debemos aumentar la ingesta de frutos secos, especialmente nueces y almendras, para conseguir un aporte diario de dos gramos de ácido alfa-linolénico y pescado azul para conseguir 200 gramos de ácido docosahexaenoico (ácido graso poliinsaturado omega-3)».

LA FIBRA, UNA COMPAÑERA ALIADA
La nutricionista ha revelado que «la fibra ayuda a la nutrición y el bienestar de las bacterías beneficiosas que residen en el intestino y que juegan a un rol principal en el sistema inmunitario, por lo es imprescindible en el día a día».

Además, la fibra dietética proviene de los alimenos de origen vegetal tales como las legumbres, las semillas, los frutas secos, las verduras o las frutas.

Sin embargo, la doctora ha advertido que las legumbres «puedencausar problemas de flatulencia debido a la gran cantidad de fibra que aportan». Por ello, para evitar este problema ha aconsejado «tomar raciones pequeñas tres veces pro semana en lugar del tradicional plato de legumbres solo un día a la semana».

Alimentos para prevenir resfriados

La lista de alimentos que ayudan a prevenir gripes, catarros y resfriados es larga… Educo nos la detalla.

1. Pescados, un gran aporte de Omega-3

Los pescados, entre los que destaca el pescado azul, aportan proteínas y Omega-3 al organismo. Estas sustancias ayudan al organismo a proteger los pulmones de las infecciones respiratorias al sintetizar anticuerpos. Ya ves: incluye pescado en el menú semanal. Dos porciones semanales de salmón ayudarán a levantar tus defensas.

2. Cítricos, el consejo de la abuela

¡Y cuánta razón tiene la abuela! Los cítricos son ricos en vitamina C, un nutrientes que puede ayudar a frenar el avance de un resfriado. ¿Lo mejor? Alternar los cítricos consumiendo naranja (muy rica en vitamina C), mandarina (rica en betacarotenes) y limón (gran valor antiséptico que lo convierte en un remedio natural contra el dolor de garganta y la tos).

3. Huevos: proteínas, vitaminas y minerales

Los huevos son un comodín en la cocina, no dudes en prepararlos un par de veces por semana. Un huevo contiene casi 7 gramos de proteína, pero además aporta al organismo vitaminas y minerales, entre los que destacan las vitaminas B6 y B12, el selenio y el zinc, ¡fundamentales para mantener fuerte el sistema inmunológico!

4. Yogur, el poder de los probióticos

Hoy en día se habla mucho de probióticos en la publicidad, pero ¿qué son? Los yogures tienen cultivos vivos que ayudan al sistema inmunológico a evitar que las bacterias malas progresen dentro del cuerpo. ¿Cómo? Muy fácil: si las bacterias buenas son más que las malas, ¡la guerra por la salud está ganada!

5. Verduras de hojas oscuras para reducir el tiempo de la enfermedad

La mayoría de nosotros piensa en un zumo de naranja para ingerir vitamina C. ¿Qué me dirías si te digo que las espinacas, las coles de Bruselas, la lechuga y el brócoli tienen más vitamina C que los cítricos? Incluye estas verduras en la dieta de los peques y si los niños se niegan a comer verduras, ¡disfrázalas! En el enlace te damos ideas al respecto.

6. Calabaza, la reina del beta-caroteno

El betacaroteno es esencial para el organismo ya que cuando éste lo absorbe, se transforma en vitamina A, un nutriente que mejora las defensas y ayuda a prevenir enfermedades. Dale a tus hijos calabaza asada, en crema, mezclada con arroz o en puré, ¡es rica y súper nutritiva! Si a tu hijo no le gusta la calabaza pero sí la zanahoria, ¡a por ella! Las zanahorias también tienen mucho beta-caroteno, motivo por el cual su acción es similar a la de la calabaza.

7.  Kiwi, vitamina C al por mayor

Un kiwi aporta al cuerpo más vitamina C que una naranja. Es cierto que puede ser más difícil para los peques comer un kiwi que beber un zumo pero ¡con intentar no se pierde nada!

8. Cebolla y ajo, antibióticos naturales

Tanto la cebolla como el ajo ayudan a prevenir y curar la gripe y los resfriados. Ambos tienen propiedades mucolíticas que ayudan a expulsar secreciones. ¿Un consejo? A los peques suele molestarles más la textura que el sabor de estos alimentos, por eso te recomendamos trocearlos y cocinarlos hasta que no sean perceptibles en el paladar. No abuses de ellos y verás que los peques los comen sin casi darse cuenta.

9. Miel, efecto antitusivo ¡y preventivo!

Incluir la miel en el desayuno de los niños mayores (recuerda que los niños menores de 3 años no deben consumir miel por el riesgo de botulismo) puede ser una gran idea. La miel tiene un efecto preventivo al aumentar las defensas naturales y antitusivo, aliviando la molesta picazón de garganta. Sírvele a tu hijo una tostada con miel o coloca un poco de miel en la leche, ¡le encantará!

10. Frutos secos y legumbres para mantener el calor corporal

Parece una locura pero no lo es: en invierno, perdemos fácilmente el calor corporal, exponiéndonos a toda clase de enfermedades. Los alimentos híper calóricos como las legumbres y los frutos secos aportan la energía necesaria para mantener la temperatura corporal correcta, manteniendo a raya a las enfermedades. Además, tanto los unos como los otros aportan hierro y antioxidantes, fundamentales para mantener el sistema inmunológico fuerte.

11. Frutos rojos, vitamina C en pequeñas dosis

Los frutos rojos aportan vitamina C aunque para que sean realmente efectivos es necesario consumir gran cantidad. Los mencionamos porque ¡son fáciles de incluir en la dieta y a los peques les encantan! ¿Quién puede resistirse a las fresas, las moras y los arándanos? Incorpóralos al yogur o haz un rico batido de frutos rojos con leche.

12. Setas, propiedades antibacterianas

Las diversas setas, hongos y champiñones tienen propiedades antibacterianas que ayudan a combatir las enfermedades. Utilízalos en tostadas, cremas o como acompañamiento para carnes. Una buena alimentación es tan importante como un buen abrigo. Este invierno no lo dudes y prepara un menú equilibrado que incluya estos alimentos para prevenir gripes, catarros y resfriados.

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