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València albergará la primera fase de un nuevo acelerador de partículas contra el cáncer

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El Instituto de Física Corpuscular (IFIC), centro mixto del CSIC y la Universitat de València, será la sede en València de la primera fase de un acelerador lineal compacto de iones, una técnica que se perfila como una de las futuras terapias más efectivas contra el cáncer.

Con un plazo de ejecución de cinco años y una inversión de dieciocho millones de euros, el avance que implica este acelerador es que permite modular la irradiación de protones y iones sobre los tejidos tumorales de una forma muy precisa, lo que reduce el daño en el tejido sano mucho mejor que la terapia convencional, según informa este viernes el CSIC tras la visita de la ministra de Ciencia, Diana Morant, a la sede valenciana del IFIC.

Según los investigadores, el tratamiento con protones o iones es especialmente recomendado para casos pediátricos y tumores radio-resistentes.

Además, los iones presentan mayor eficacia radiobiológica, una menor toxicidad y una respuesta inmunológica más favorable que los protones, aunque se requieren más estudios para confirmar estos resultados.

«Son el modelo de radioterapia para el siglo XXI. Nos permitirá el desarrollo de programas de investigación y terapia muy avanzados, convirtiéndonos en pioneros», asegura el doctor Carlos Ferrer Albiach, director científico de la Fundación de Investigación del Hospital Provincial de Castellón, colaborador y asesor del proyecto.

A nivel operativo, este equipo será la base de una instalación que funcionará en el IFIC para su explotación científica en biomedicina preclínica y radiobiología.

«La terapia con haces de iones representa una de nuestras mejores bazas futuras en la lucha contra el cáncer. Además, posibilitará desarrollar nuevas técnicas que ahora ni siquiera imaginamos», explica el profesor de investigación del CSIC en el IFIC y responsable del proyecto para el CSIC, Juan Fuster Verdú.

Innovación para simplificar equipos

Para los científicos, la tecnología está «suficientemente madura», pero el desafío se encuentra en la generalización de su accesibilidad, ya que actualmente son equipos singulares, escasos a nivel mundial, de grandes dimensiones y costosos.

«En términos pragmáticos es necesario un proceso de innovación que simplifique la instrumentación del equipo. Es decir, hacerlos más compactos, más sencillos y más baratos. Si esto se consigue se facilitará su extensión y aplicación para aquellos pacientes que la necesiten», ha explicado el profesor de la Universitat de València y coordinador de esta infraestructura para el IFIC, Daniel Esperante Pereira.

Fuster, que junto a su grupo de investigación en el IFIC tiene amplia experiencia participando en estos aceleradores, ha afirmado que «representan una solución prometedora que proporciona un diseño compacto y un menor coste del acelerador asociado al menor tamaño del haz».

El equipo construido en el IFIC servirá para desarrollar esta tecnología de aceleradores lineales compactos con haces de iones, y su uso científico posibilitará estudios radiobiológicos únicos a nivel mundial.

El programa de investigación abordará la primera etapa de los estudios biomédicos necesarios para poner a punto un programa de hadronterapia clínica.

Según el CSIC, el abanico de posibilidades para la investigación «es muy amplio».

No obstante, todas las líneas de investigación tienen como objetivo «contribuir en aspectos clínicos y preclínicos para desarrollar una planificación más precisa y especializada de los tratamientos con protones, iones y nuevas técnicas, en coordinación con instalaciones similares en Europa y Japón».

Respecto a la inversión, el proyecto cuenta con un presupuesto base de la licitación de 18 millones de euros del Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI Innovación) que se enmarcan en los Fondos Europeos de Desarrollo Regional (FEDER 2021-27), financiados por la Unión Europea y regulados mediante un convenio de colaboración entre el CDTI y el CSIC, ambos dependientes del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.

El proceso se denomina Compra Pública de Innovación (CPI), una herramienta para fomentar la innovación desde el sector público a través de la adquisición de soluciones innovadoras o de soluciones en fase de desarrollo.

En este caso, se ha realizado la adjudicación a AVS GROUP (Added Value Industrial Engineering Solutions SLU), empresa líder en diseño y desarrollo de equipos para los sectores espacial y de gran ciencia. En la construcción del acelerador también participa el CIEMAT (Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas).

Su responsable para este proyecto, José Manuel Pérez Morales, director del departamento de Tecnología, afirma que el desarrollo de este equipo supondrá la puesta en marcha de un conjunto de recursos público-privados podría permitir el desarrollo de equipos completos de terapia de nueva generación; en su opinión, «puede iniciar una nueva etapa en las capacidades del tejido industrial y de la I+D en España».

 

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El corazón solidario de Valencia construye futuro y formación en Costa de Marfil

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La solidaridad y generosidad valenciana han hecho posible la construcción de nuevas aulas de formación en el Seminario Redemptoris Mater de Costa de Marfil, un proyecto misionero que está transformando la vida de jóvenes en uno de los barrios más pobres de Abidjan.

Vuestro corazón valenciano ha construido un puente de amistad que llega hasta Costa de Marfil”, ha afirmado el misionero David Martínez, impulsor de esta iniciativa. “Os pido que esta llama de generosidad valenciana ilumine y levante las paredes del futuro para estos jóvenes”, añadió emocionado.


Un proyecto nacido en Valencia que cambia realidades

La historia de este proyecto comenzó en 2024, cuando el misionero David Martínez presentó en Valencia su propuesta de levantar aulas en el seminario donde desarrolla su misión desde 2010. Desde entonces, las ayudas de fieles, parroquias y entidades valencianas no han cesado.

Actualmente, el nuevo edificio ya cuenta con cimientos, muros, varias plantas y tres aulas terminadas, dos de ellas dedicadas a la formación en informática. Está situado dentro del complejo del seminario y de la parroquia local, en Yopougon, un distrito de Abidjan con graves dificultades de acceso a la educación.

“El objetivo es evitar que los seminaristas deban desplazarse cuatro horas diarias para asistir a clase. Estas aulas servirán también como espacio de catequesis, talleres y formación para jóvenes del barrio”, explicó el misionero.


Un espacio de estudio, encuentro y evangelización

David Martínez destaca que el proyecto va más allá de la infraestructura: “Muchas veces me encuentro a jóvenes estudiando bajo las farolas. Tener un espacio digno donde reunirse, hablar y aprender es un acto de justicia. Será un lugar de evangelización y esperanza”.

Gracias a la ayuda valenciana, el seminario podrá ofrecer una formación de calidad a los futuros sacerdotes y misioneros, que después llevarán su labor a otras regiones de África y del mundo.

“Allí los estudios son muy caros, por eso ir a la escuela o a la universidad se vive con esfuerzo y compromiso. Lo que nosotros consideramos normalidad —tener luz, internet o agua— allí no sucede”, subraya Martínez.


Segunda fase de las obras y llamamiento solidario

Tras el éxito de la primera fase, el proyecto se encuentra a punto de iniciar una segunda etapa de construcción. En ella se realizarán trabajos de fontanería, electricidad, pavimentación y mobiliario, además de la ampliación de una planta adicional para crear una biblioteca y un centro de estudios.

Este nuevo espacio servirá también como punto de encuentro entre la cultura africana y la europea. El misionero ha hecho un nuevo llamamiento a la solidaridad de las parroquias y de los valencianos, a través de la Fundación Ad Gentes del Arzobispado, para continuar levantando esta obra educativa y evangelizadora.


Un “laboratorio de vocaciones” en Abidjan

El Seminario Redemptoris Mater acoge actualmente a 40 seminaristas, muchos de ellos jóvenes que inician su camino vocacional, aunque también hay vocaciones adultas.

“Tenemos un seminarista italiano de 59 años que retomó su vocación tras haber completado su formación religiosa. Convivir con personas adultas y jóvenes eleva el nivel de disciplina, compromiso y alegría”, afirma Martínez.

El sacerdote define el seminario como “un verdadero laboratorio de vocaciones”, donde se forma una nueva generación de misioneros con espíritu de entrega y servicio.


Costa de Marfil: un ejemplo de convivencia interreligiosa

Costa de Marfil es un país con una población musulmana y cristiana al 50%, que destaca por su convivencia pacífica. “No hay divisiones; la colaboración entre comunidades es plena”, asegura el misionero.

Dentro de su labor pastoral, Martínez recorre comercios y empresas locales buscando apoyo para los proyectos. “Vivimos de la caridad. En muchos establecimientos, dirigidos por musulmanes, me reciben con un ‘padre, bienvenido, te estábamos esperando’. La solidaridad aquí no tiene fronteras”, relata.


Testimonio de una vocación que no se rinde

David Martínez nació en el Seminario Redemptoris Mater de Finlandia, donde concluyó sus estudios en 2008. Tras misiones en Estonia y Costa de Marfil, decidió quedarse en este último país justo antes de la guerra civil de 2010.

“Fue la primera vez que escuché disparos de metralleta. Muchos huyeron, pero los misioneros decidimos quedarnos porque había una misión más urgente que salvar la vida: la de acompañar a las personas”, recuerda.

Durante el conflicto, las iglesias católicas se convirtieron en zonas neutrales, verdaderos refugios para la población. “Fue un tiempo duro pero también de gran intimidad con el Señor”, confiesa.


Un puente de amistad entre Valencia y África

Muy unido a la diócesis de Valencia, donde cursó estudios y fue acogido por la parroquia de Santiago Apóstol de los Cooperadores de la Verdad, el misionero subraya el papel esencial de la comunidad valenciana en este proyecto.

Vuestro corazón valenciano ha construido un puente de amistad que llega hasta Costa de Marfil. Os pido que esta llama de generosidad valenciana ilumine y levante las paredes del futuro para estos jóvenes”, concluye el sacerdote.

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