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Fallas

Vuelven los bautizos a la pila bautismal de San Vicente Ferrer en Valencia

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La parroquia de San Esteban Protomártir de Valencia acogerá el próximo sábado, 23 de mayo, con todas las medidas sanitarias establecidas, el primer bautizo después de dos meses y medio de estado de alarma en los que se ha anulado o pospuesto un centenar de ellos.

Este templo es elegido cada año por cientos de familias para la administración de este sacramento ya que custodia la pila bautismal de san Vicente Ferrer.

El último bautizo se celebró en San Esteban “el 8 de marzo y a partir del 13 de marzo, cuando se decretó el estado de alarma por la pandemia, las familias empezaron a anular o cambiar de fecha de hasta un centenar de bautizos previstos estos meses”, ha explicado el párroco Fernando Carlos Ros.

Este primer bautizo, de una niña llamada Carlota, “será una celebración muy especial después de este tiempo sin celebrar ninguno, tanto para la familia como para la parroquia que tantos bautizos ha acogido porque aquí está la pila donde fue bautizado san Vicente Ferrer y también san Luis Bertrán, cuya casa natal tenemos muy cerca”.

Asimismo, este bautizo “también será especial porque recordaremos al sacerdote Víctor Arias, fallecido el pasado 1 de mayo, que fue párroco de San Esteban durante más de dos décadas y bautizó a miles de niños valencianos”, según el párroco.

“Más adelante, cuando las circunstancias lo permitan, celebraremos en San Esteban una misa funeral por don Víctor, con todos los feligreses y las entidades vinculadas a la parroquia, como la Asociación de la Pila Bautismal de San Vicente Ferrer”.

Patricia, madre de Carlota: “Lo importante es que reciba el sacramento”

A pesar de las medidas restrictivas por la pandemia, Patricia Giner López, de 37 años y madre de Carlota, ha destacado que lo importante para ella este sábado “es que mi hija reciba el sacramento del Bautismo para iniciarse en la vida cristiana, porque lo hemos tenido que posponer por diferentes motivos y significa mucho para mí”.

Se celebrará “siguiendo las medidas de prevención establecidas en la Archidiócesis, según las normas de la Conferencia Episcopal Española, por tanto, en la celebración sólo pueden participar diez personas, incluyendo al sacerdote, y los familiares o amigos presentes deben llevar mascarilla y mantener la distancia”, ha explicado el párroco.

Igualmente, “se celebrará usando el rito breve, el agua bautismal se extraerá de la pila de san Vicente Ferrer y se derramará sobre la cabeza de la niña de forma que caiga en otra pila pequeña que hay al lado, para que no retorne al mismo sitio el agua utilizada, y en la unción del crisma se utiliza un bastoncillo de algodón de un solo uso, que se incinerará al terminar la celebración”, ha concluido.

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Fallas

GALERÍA| El emotivo encuentro de la Corte de 1998

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Corte de Honor 1998
Corte de Honor y Fallera Mayor de Valencia 1998-OFFICIAL PRESS

El pasado sábado, trece mujeres se reunieron para celebrar un evento cargado de recuerdos y emociones. Estas mujeres, que en 1998 fueron elegidas como Corte de Honor y Fallera Mayor de Valencia, se reencontraron 26 años después para rememorar uno de los momentos más significativos de sus vidas.

La Corte de Honor 1998

Corte y Fallera Mayor de Valencia 1998-Foto: JUNTA CENTRAL FALLERA

Inés Fresneda, Merche Ballester, Loles Fernández, Vicky Martínez, Gloria Torres, Victoria Bayarri, Auxi Pérez, Teresa Moret, Mª José Romero, Mónica Taberner, Marigi Usano, Vanessa Arnal y Susana Remohí fueron las representantes del mundo fallero en 1998.

Un año inolvidable

Para estas mujeres, el año 1998 marcó un antes y un después. Ser elegidas para formar parte de la Corte de Honor y, especialmente, ser nombrada Fallera Mayor de Valencia, es un honor que pocas pueden experimentar. Durante aquel año, compartieron experiencias únicas, desfiles, actos oficiales y una conexión especial que las unió de por vida. Las Fallas, más que una fiesta, son una tradición que tiene el poder de crear lazos profundos y duraderos entre quienes las viven intensamente.

Un reencuentro cargado de emociones

El reencuentro se celebró con una comida a la que asistieron no solo las trece integrantes de la Corte de 1998, sino también sus padres y parejas. Este encuentro permitió que cada una compartiera cómo había cambiado su vida desde aquel entonces, y cómo la experiencia de ser parte de la Corte de Honor había influido en sus trayectorias personales y profesionales.

Aunque no todos los padres y parejas pudieron asistir, ya que la vida inevitablemente se lleva a personas queridas, la reunión fue un homenaje a los momentos compartidos y a aquellos que ya no están. Las ausencias fueron sentidas profundamente, pero también se celebró la alegría de poder reencontrarse y recordar juntos aquellos días especiales.

Las Fallas: Una tradición que une y transforma

Las Fallas son mucho más que una celebración; son una manifestación cultural que une a las personas y transforma vidas. Para estas trece mujeres, ser parte de la Corte de Honor no solo les dio la oportunidad de representar a Valencia y su tradición, sino que también les proporcionó una experiencia compartida que ha perdurado a lo largo de los años.

Durante la comida, se compartieron anécdotas, risas y, cómo no, algunas lágrimas de nostalgia. Cada una recordó con cariño los momentos vividos juntas, desde los preparativos hasta los actos oficiales, pasando por los momentos únicos que solo pueden vivir ellas y apoyo mutuo. Las Fallas de 1998 no solo las unieron como compañeras, sino como amigas que han mantenido el contacto y la conexión a lo largo de más de dos décadas.

Un vínculo inquebrantable

El reencuentro de la Corte de 1998 es un testimonio del poder de las Fallas para crear vínculos duraderos. Para estas mujeres, la experiencia de ser parte de la Corte de Honor fue un momento que marcó sus vidas de manera profunda y significativa.

El emotivo encuentro de la Corte de 1998 es una muestra más de cómo las Fallas pueden cambiar vidas y unir a las personas en una experiencia compartida de celebración, cultura y tradición. Aunque el tiempo pase y las circunstancias cambien, los lazos creados en torno a esta fiesta tan especial permanecen fuertes y significativos.

La capacidad de unir personas

Este reencuentro no solo fue una oportunidad para recordar el pasado, sino también para celebrar el presente y mirar hacia el futuro con la esperanza de seguir compartiendo momentos inolvidables. Las Fallas, una vez más, demostraron su capacidad para unir a las personas y transformar vidas, creando recuerdos que perduran para siempre.

El emotivo encuentro de la Corte de 1998, en imágenes:

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