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Ximo Puig propone una «alianza» catalano-valenciana para «reinventar» España

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Barcelona, 1 dic (EFE).- El president de la Generalitat, Ximo Puig, ha propuesto este martes en Barcelona que Cataluña abandone el «bloqueo» que ha supuesto el proceso independentista y «regrese a todos los tableros donde se juega el futuro», tejiendo una «alianza» catalano-valenciana para «reinventar» España.

De visita a la capital catalana, donde esta tarde se verá con el vicepresidente catalán con funciones de presidente, Pere Aragonès, Puig ha inaugurado el ciclo de debate con el título «España en el contexto geopolítico de la post-pandemia», organizado por el Círculo de Economía en Barcelona.

Una conferencia en la que ha exhibido la «vía valenciana» como un modelo político y económico de éxito y en la que ha propuesto liderar junto a Cataluña una «Commonwealth mediterránea para tender hacia una «España catalana» y una «España de las Españas».

El dirigente socialista ha resumido esa vía valenciana como la del «acuerdo», porque «es hora de puentes, no de trincheras»: «Mientras otros territorios han hecho del caos, la confrontación y la fractura su respuesta irresponsable ante el coronavirus, en la sociedad valenciana ha imperado la serenidad, la estabilidad y la confianza».

Es por ese motivo que ha tendido la mano a Cataluña y ha propuesto «tejer alianzas», como históricamente han hecho ambas comunidades «desde hace siglos», pero dando ahora «un nuevo impulso en el siglo XXI», porque «vivir de espaldas es una estupidez».

«Asumamos una premisa: que nadie puede defender sus intereses en Europa de forma individual, ni Cataluña, ni la Comunidad Valenciana, ni Madrid, aunque sus élites piensen lo contrario. Valencianos y catalanes compartimos intereses y retos en España y Europa, en una economía global», ha señalado.

Porque, ha advertido, el «bloqueo catalán» del proceso independentista ha supuesto la «desaparición práctica de las relaciones institucionales» entre ambas comunidades, algo que la suya «vive con dolor» emocional, también «por haber perdido desde hace años un aliado fundamental en la petición de un nuevo sistema de financiación» o el corredor mediterráneo.

«Los valencianos necesitamos una Cataluña fuerte y los catalanes necesitan un país de los valencianos más visible. Pero lo primero que urge, desde el máximo respeto, es que Cataluña vuelva a todos los tableros en que se juega el futuro», ha apuntado.

Puig ha expresado que el «trellat» valenciano necesita el «seny» catalán -en alusión a ambas expresiones que significan «cordura» y «sentido común- y ha destacado que esa alianza puede ser el camino para «reinventar España», a través de una «reforma territorial profunda, hacia una España de las Españas».

Una España que necesita de cinco grandes cambios, entre ellos acabar con la «deriva centralista» y «excepción fiscal» de la Comunidad de Madrid, respecto a lo que ha calificado de «desleal, injusto e insultante» que la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, «presuma» del «dumping fiscal» de su comunidad.

También ha urgido a frenar la «hemorragia demográfica» de la España interior, una herida que «no se cura con mapas ni himnos»; abandonar la mirada «uniforme» del país y atender a la diversidad de la España «invisible», dando protagonismo a las periferias; o apostar por una España «cooperadora y equitativa», que solucione las desigualdades y redistribuya recursos y poder.

Y, por último, ha reivindicado una «España catalana», que «recomponga afectos con Cataluña» en nombre de la «reconciliación y el interés general», para superar «el bloqueo».

«España ha de hacer un paso grande, pero Cataluña también tiene una responsabilidad tras años de deriva unilateral y camino a ningún lugar. Debe salir del callejón y dejar de mirarse en un espejo deformado que refleja una imagen que pocos reconocen», ha explicado.

Y ha alertado al independentismo: «Los maximalismos abocan a los maxifracasos y estos generan maxifracturas. No se puede dar la espalda a la mitad de la población, sea como sea».

Aunque ha reconocido que la campaña de las elecciones catalanas del próximo febrero «no es terreno sólido sobre el que edificar», ha recordado que el actual es un momento «clave», pues «en los próximos meses está en juego el futuro de una década y quizá de las próximas generaciones», con los fondos europeos en el horizonte.

Pero «tras años de colapso», ha admitido que es «esperanzador escuchar palabras como cooperación, cogobernanza y cooperación mediterránea» y, a la espera de una reforma constitucional, ha abogado por un «federalismo práctico», pues «es la hora de los ingenieros de puentes y no de los técnicos de demolición».

En ese sentido, ha subrayado la importancia de la experiencia «positiva» de las conferencias de presidentes convocadas durante la pandemia, que han servido, por ejemplo, para «empatizar» y para que otros dirigentes autonómicos «vieran que el presidente de Cataluña no era un demonio, que podían coincidir con él y no pasa nada».

Pero sí ha reclamado que esas conferencias presidenciales o las sectoriales deberían estar «reguladas» y no solo celebrarse cuando el Gobierno decida. «Tienen que tener una periodicidad, normativa, orden del día y secretariado, como en Alemania», ha planteado.

Y ha finalizado pidiendo «audacia y coraje» a los políticos para cambiar la situación política y afrontar el conflicto territorial más allá de «identitarismos de confrontación», porque «no se trata de ganar una batalla contra nadie», sino «reinventar España». «Así no podemos continuar y así no vamos bien», ha sentenciado.

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Cultura

Muere Alfonso Ussía

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Alfonso Ussia

Alfonso Ussía, uno de los escritores y periodistas más influyentes de la prensa española de las últimas décadas, ha fallecido en Ruiloba, Cantabria, a los 77 años. Su muerte pone fin a una trayectoria marcada por el ingenio, la sátira y una fidelidad absoluta a sus lectores, especialmente en ABC, La Razón y en sus últimos años en El Debate, donde siguió publicando hasta el final de su vida.

Alfonso de Ussía y Muñoz-Seca nació en Madrid el 12 de febrero de 1948 y falleció en Ruiloba, Cantabria, el 5 de diciembre de 2025. Fue escritor, periodista y una de las firmas más reconocidas de la prensa española durante más de cinco décadas. Su estilo satírico, su defensa de la monarquía y su mirada crítica marcaron a generaciones de lectores.

Durante su vida profesional brilló especialmente en ABC y, en los últimos años, en El Debate, donde publicó diariamente hasta sus últimos días. También trabajó en radio, televisión, semanarios y colaboró con diferentes medios. Era autor de la exitosa serie del marqués de Sotoancho, ilustrada por su amigo Barca, con quince volúmenes publicados.

Estaba casado con Pili Hornedo Muguiro, con quien tuvo tres hijos y ocho nietos. Su familia fue decisiva tanto en su vida personal como en su forma de trabajar, especialmente en sus últimos años, cuando ya no podía escribir físicamente y dictaba sus textos.

Su compromiso con la escritura hasta el final

La escritura fue su motor vital. Cuando su salud se debilitó, continuó dictando artículos a su hija Isabel hasta quedarse sin voz. Tras recibir la extremaunción aún siguió escribiendo, convencido de que su columna diaria era su forma de mantenerse en contacto con sus lectores. El último día en que dictó un artículo fue el martes anterior a su fallecimiento.

Su fidelidad a El Debate fue absoluta desde el 1 de octubre de 2021, fecha del relanzamiento del diario. Su audiencia digital demostraba diariamente el enorme seguimiento que conservaba, incluso en los nuevos formatos periodísticos.

Raíces familiares e influencias

Alfonso Ussía nació en una familia con identidad marcada y un legado literario. Su padre era vasco, y de él heredó la lealtad absoluta a la Corona y una profunda admiración por don Juan de Borbón, rey de derecho. Siempre estuvo a su lado, aunque nunca fue cortesano ante don Juan Carlos o don Felipe.

De su madre heredó la brillantez literaria y el espíritu satírico de su abuelo, don Pedro Muñoz Seca, figura clave del teatro español y asesinado en Paracuellos en 1936. Este vínculo marcó profundamente su personalidad, su estilo y su sentido de la responsabilidad cultural.

Formación y primeros pasos

Estudió en los colegios del Pilar y Alameda de Osuna, instituciones que moldearon su carácter. Inició las carreras de Derecho y Periodismo, aunque no llegó a terminarlas porque su vocación real era ser escritor. Esa profesión no tenía titulación oficial, pero sí le permitió vivir holgadamente y convertirse en un referente nacional.

Sus primeros trabajos fueron en los diarios Informaciones, Diario 16 y Ya, hasta que llegó a ABC, donde consolidó la etapa más sólida y reconocida de su carrera.

Poesía satírica y provocación inteligente

Su talento satírico destacaba tanto en prosa como en poesía. Era provocador, versátil y conocedor de los límites según el contexto. Una anécdota habitual recuerda una conferencia en Santander sobre poesía satírica española. Antes de iniciarla, preguntó si podía incluir unos versos polémicos sobre el marqués de Villaverde. Finalmente decidió no hacerlo, atendiendo a la prudencia solicitada.

También vivió una intensa pasión por el deporte, especialmente el Real Madrid, para el que llegó a presentarse como candidato a presidente. Perdió por escaso margen frente a Ramón Mendoza, y más tarde se conocería el escándalo de votos de socios fallecidos. Su ironía resumió aquello con una frase memorable: menos mal, qué follón ser presidente del Madrid.

Estrella indiscutible de ABC

Ussía fue una de las principales estrellas de ABC durante años. Sin embargo, cuando el periódico pasó a ser propiedad del grupo Vocento, su situación profesional se volvió más incómoda. La presión de amenazas terroristas le obligó a pedir seguridad, y él defendía que debía ser el diario quien asumiera esa responsabilidad, en coherencia con el riesgo generado por lo publicado.

Una de sus columnas más polémicas, El cerdo vasco, provocó su salida definitiva del periódico. Tras valorar diferentes propuestas, se incorporó a La Razón, donde volvió a convertirse en figura destacada. En aquella etapa se crearon los Premios Alfonso Ussía, con cinco categorías: Estudiante del año, Héroe del año, Conservación de la naturaleza, Personaje del año y Trayectoria profesional. Tras su marcha, los premios fueron suprimidos.

Su salida estuvo motivada por su negativa a formar parte de un grupo mediático que integraba tanto La Sexta como La Razón bajo la misma propiedad. Esa decisión reafirmó su independencia, pero lo dejó sin grandes apoyos empresariales, limitando sus colaboraciones a pequeños proyectos con los que apenas podía vivir.

El retiro en Ruiloba y una vida nueva

Apoyado siempre por su mujer Pili Hornedo, enfermera jubilada y compañera absoluta, la pareja decidió vender su casa en Madrid y mudarse a su vivienda en Ruiloba, junto a Comillas, en Cantabria. Allí vivían desde hacía años durante los veranos y, con el tiempo, encontraron un refugio definitivo para vivir con serenidad.

Regreso a El Debate en homenaje a su abuelo

El 29 de julio de 2021 fue invitado a almorzar en el Real Club Marítimo de Santander, donde recibió la propuesta de incorporarse al nuevo proyecto de El Debate. Su entusiasmo fue inmediato. La conexión familiar era profunda: don Pedro Muñoz Seca había sido una firma histórica del diario antes de su asesinato.

Aceptó con la única condición de evitar críticas directas al Papa, a lo que accedió sin problema. Su incorporación fue un impulso para el diario y consolidó el relanzamiento de El Debate dentro del panorama digital.

Principios inquebrantables

Alfonso Ussía fue un hombre de principios muy claros: la defensa de la Corona, la identidad nacional, el respeto a las Fuerzas Armadas y una visión cultural conservadora. Su trayectoria fue reconocida con distinciones como la Gran Cruz del Mérito Naval con distintivo blanco y la Cruz de Plata al Mérito de la Guardia Civil.

La última distinción y la despedida

A finales de agosto de 2025, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, viajó hasta su casa en Ruiloba para entregarle el Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid en Literatura. Era un reconocimiento íntimo, humano y muy emotivo, en un momento en el que ya sufría rotura de cadera y cáncer avanzado.

El encuentro fue breve, pero profundamente significativo. Era evidente que se trataba de su última gran distinción pública.

Semanas después conversó por última vez con amigos. Su voz era débil, pero todavía conservaba humor. La anécdota final que lo alegró especialmente fue la confesión del actor Antonio Resines, quien lo reconoció gracias a su retrato en El Debate y afirmó leerlo cada día. Aquello le emocionó profundamente.

Su muerte deja un vacío inmenso en el periodismo español, en la sátira contemporánea y en la literatura humorística. Para quienes lo siguieron durante décadas, Alfonso Ussía fue una compañía diaria cargada de ingenio, libertad y estilo.

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