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Consumo

¿Por qué deberíamos apostar por la moda sostenible?

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Actualmente, la industria textil ha cogido tal velocidad que nos enfrentamos a una situación insostenible para el planeta a medio plazo. Las alternativas para vestirnos de una forma más sostenible son cada vez más y están siendo adoptadas por más consumidores.

En las últimas décadas, la producción y el consumo de moda se ha multiplicado a un ritmo vertiginoso. Las colecciones han pasado a rotar constantemente, las condiciones laborales dignas y el respeto al medioambiente son difíciles de garantizar, e “ir de compras” se ha convertido en una de nuestras formas de ocio más habituales. Ante esta situación, algunos usuarios prefieren tomar medidas y apartarse de esta tendencia tan arrolladora.

 

Consumidor comprometido versus fast fashion

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha realizado una encuesta en la que han participado más de 300 consumidores que, por temas «éticos» y «ecológicos» han decidio optar por tipos de consumo de moda alternativos al standard. Las principales preocupaciones y cómo dejan a un lado la fast fashion, según la entidad española son las siguientes:

Una de nuestras mayores sorpresas fue descubrir que el 89 % de los encuestados dona parte de la ropa y el calzado que ya no usa y que lo hace a través de contenedores específicos, puntos limpios, iglesias, ONG y tiendas; o bien optan por dársela a familiares y amigos.

El 84 % es consciente de que hace falta ahorrar en recursos y reducir residuos, por lo que evita comprar más ropa de la necesaria (o, al menos, lo que ellos consideran como “necesaria”).

El 42 % dice leer la etiqueta para conocer el origen de la ropa y así priorizar la hecha en España o Europa, huyendo de aquellas prendas que proceden de países con más riesgo de explotación laboral.

Asimismo, el 38 % prefiere los materiales naturales y ecológicos como el algodón bio o el lino, y un 25 % no compra ropa hecha a base de tejidos sintéticos como el poliéster, la poliamida y los forros polares.

Hasta un 36 % de las participantes en nuestra encuesta dice no comprar marcas fast fashion. Y no se quedan ahí, el 25 % optan por marcas de moda sostenible.
Otra alternativa para los consumidores comprometidos es el mercado de segunda mano. El 26 % de los encuestados reconoció comprar ropa usada, mientras que el 13 % afirma venderla a través de plataformas online como eBay o Wallapop.

Seis consejos para conseguir una moda más sostenible

OCU pone a disposición de los usuarios algunos consejos para intentar realizar un consumo de moda más sostenible:

El primer paso es preguntarte si ese pantalón o ese par de zapatillas que tienes entre manos realmente te hace falta, o te lo pondrás un par de veces (a lo sumo tres) y pasará el resto de sus días olvidado al fondo del armario.

Es más, en el caso de la ropa de uso esporádico como es la de fiesta o la que se necesita para practicar ciertos deportes, siempre puedes alquilarla o pedírsela prestada a alguien en vez de comprarla.

Entre otras cosas, intenta no lavar las prendas más de lo necesario y, cuando lo hagas, mejor que sea con agua fría o templada. De esta forma, no solo estarás ahorrando energía y agua, sino que, además, reducirás el impacto medioambiental derivado del uso de detergentes.

También puedes optar por reparar la ropa y el calzado antes de comprar nada, ya que muchas prendas pueden pasar por nuevas con un buen arreglo.

Huye de la ropa hecha con materiales de alto impacto medioambiental como son el algodón convencional, que consume muchos recursos hídricos y productos químicos; o el poliéster y otros derivados del petróleo que liberan microplásticos durante los lavados.

Elige prendas y calzado confeccionados con materias primas sostenibles: con certificación ecológica, de comercio justo o materiales reciclados. Tampoco apoyes el maltrato animal, no hace falta matar ni provocar sufrimiento en los animales para vestirte.

Según un informe publicado por Campaña Ropa Limpia, solo el 0,6 % del beneficio que se obtiene por la venta de una prenda va a parar a los trabajadores, mientras que el 12 % se lo queda la marca y el 59 % la tienda. Así que, si no quieres seguir participando en esto, busca marcas alternativas que garanticen unas condiciones laborales adecuadas a sus trabajadores, un salario digno y que respeten los derechos humanos.

Prolonga la vida de tus prendas o sácale partido a las de otros. Para ello, puedes utilizar plataformas o tiendas especializadas en la compraventa de ropa de segunda mano.

El trueque o la donación de ropa dentro de tu entorno (familia, amigos, compañeros de trabajo…) también son opciones válidas a la hora de darles una segunda oportunidad a aquellas cosas que ya no te pones.

Cuando veas que una prenda ya no puede ser reaprovechada, no la tires al cubo de la basura, así sin más. Recíclala correctamente llevándola a un punto limpio o depositándola en alguno de los contenedores de ropa que encontrarás en tu ciudad.

De esta forma, no solo contribuirás a reducir el porcentaje de residuo textil que llega a los vertederos de nuestro país y que actualmente se sitúa en el 15 %, sino que en aquellas ciudades que tienen convenios con organizaciones como Cáritas o la Asociación Española de Recuperadores de Economía Social y Solidaria (AERESS) también podrás contribuir a la inserción laboral de personas en riesgo de exclusión social, pues algunas se encargan de realizar manualmente las tareas de separación y reutilización de las prendas.

 

Fuente: OCU

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Consumo

¿Cuántas torrijas se van a comer en España esta Semana Santa?

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Hacer torrijas esta Semana Santa sale un 19,3% más caro

Es tiempo de torrijas, el dulce estrella de Semana Santa. Un postre que ya no tiene tiempo límite, porque cada vez es más consumido durante todo el año. Tanto que desde hace unos años, muchas ciudades y municipios tienen «concurso de torrijas» y las mejores se suelen convertir en las mas demandadas. Su origen, según los expertos, se debe al aprovechamiento del pan sobrante en Semana Santa, una época en la que no se puede comer carne.

Está la versión clásica, elaborada con pan e infusionada en leche, canela, limón, naranja y azúcar. El truco esta en dejarla empapar bien para que quede jugosa. Pero también están las mas innovadoras: caramelizadas, con crema catalana, infusionada con té, terminadas con crema de vainilla… Y un sinfín de sabores distintos. En total,, se espera que los españoles nos lleguemos a comer hasta 10 millones de torrijas.

Las pastelerías llegan a vender más de 5.000 torrijas al día. Aunque su nombre más común es torrija, en alguna comunidades la llaman torradas de parida o sopes de Menorca. En Europa y América latina han versionado este postre típico español. En Portugal llamadas «rabanadas» y en Francia llamadas «pain perdú» o en México torrejas.

Pero muchos siguen siendo fiel a la tradición, se resisten a comprarlas, porque más importante que comerlas… Es disfrutar del momento previo y hacerlas para los más fieles a la repostería casera. Normalmente la receta de la abuela es la que triunfa, y pasa de generación en generación.

Pero con la inflación, hacer torrijas esta Semana Santa es un 31,8% más caro que en 2023, fundamentalmente por el fuerte incremento del aceite de oliva, según los datos de Asufin.

En concreto, los datos muestran que el medio litro de aceite de oliva ha pasado de costar 2,95 euros a 4,94 euros, mientras que el resto de ingredientes ha subido en menos proporción, sumando un coste total de 8,76 euros frente a 6,65 euros.

Así, el coste de la barra de pan de torrijas ha pasado de 1,19 euros a los 1,23 euros y el litro de leche es lo que menos se ha encarecido, pasando de 0,90 euros a 0,91 euros.

De esta forma, elaborar seis torrijas en 2023 costaba 6,65 euros, subiendo este año un 31,8%, hasta los 8,76 euros que cuesta elaborarlas esta Semana Santa.

Pero no es el único dulce de esta festividad, las rosquillas, no tan conocidas, también endulzan la Semana Santa, y la tradición llegada desde Cataluña de las monas de pascua.

 

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