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Wass y Ferran le dan tres puntos de oro al Valencia CF

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El Valencia CF logró su tercera victoria consecutiva, segunda en Liga, al imponerse con toda justicia al Granada CF por 2-0, en un emocionante encuentro en el que los de Mestalla trabajaron desde el inicio al máximo, demostraron mucho orgullo, casta y amor propio y en el que se vieron finalmente recompensados por los goles de Daniel Wass y Ferran que les dan tres puntos de oro en su lucha por ascender a la zona alta de la clasificación.

Plagado de bajas, Albert Celades dispuso el mejor once posible ante el Granada con la gran novedad de Manu Vallejo, quien arrancaba su primer partido como titular. El joven gaditano había hecho méritos para tener protagonismo y el técnico se los dio esta tarde de noviembre ante su afición. Y el choque comenzó con dominio valencianista y con acciones rápidas, en una de ellas Maxi Gómez lanzó a las manos del meta en la ocasión más clara hasta ese instante. Buscaba las bandas con Ferran y Manu y desborde. Sin embargo, todo se estrellaba en la tupida zaga visitante.

Pasaban los minutos sin que ocurriera nada especial, aunque el control era blanquinegro. Faltaba esa genialidad, ese último pase perfecto para marcar y darle otro color al choque. A la media hora Kondogbia se tiró al suelo por un problema físico y tuvo que ser sustituido en un nuevo contratiempo en la ya larga enfermería valencianista. El técnico optó por Jaume Costa como lateral derecho y desplazar a Wass a la parcela ancha. En el descuento de la primera mitad Rui Silva detuvo con problemas un zambombazo del danés desde fuera del área. No se movería el marcador y con el 0-0 se llegó al descanso.

La segunda mitad arrancó con un Valencia CF muy ofensivo, pero que recibió otra rápida mala noticia, otra lesión en este caso de Rodrigo, quien dejó su puesto a Gameiro. Otro problema por solucionar con rapidez sobre el césped, porque el objetivo de la victoria se mantenía a su plena potencia. Y tanto que estaba en la cabeza de los valencianistas que trabajaron para ello y en el minuto 55 una preciosa combinación Gameiro-Ferran acabó con el gol de Parejo de disparo raso y ajustado. Sin embargo, Estrada Fernández, tras consultar el VAR, lo anuló al considerar que Maxi Gómez molestaba en la visión a Rui Silva, quien no se dirigió en ningún momento al árbitro para protestar la presencia del uruguayo.

Mientras el Granada no se movía de su sitio de confort. Atrás como siempre, sin dejar espacios y con poca visión ofensiva. El Valencia CF trataba de llegar al área con la dirección del capitán y su visión de juego. Gameiro dio otro aire al ataque con desmarques y velocidad. Pero faltaba ese martillo final en forma de gol. Y ese golpe esperó hasta el minuto 74 cuando Wass, en el segundo palo, batió a Rui Silva con un chut espectacular. Otra vez hubo que esperar al VAR que, esta vez sí, le dio validez al tanto del danés, su primer tanto de la temporada y, la verdad, muy importante.

Y se lo merecía el Valencia CF. No sólo porque fue el único que buscó el triunfo sino porque tuvo que rehacerse a las importantes bajas de Kondogbia y Rodrigo. Además, luchó y luchó, le anuló el VAR otro gol de Parejo y supo afrontar el tramo decisivo como un equipo grande que es, controlando el balón y la situación, acelerando cuando la ocasión lo requería y ralentizando en otras. Al final, con nada más y nada menos que 7 minutos de añadido, la victoria se amplió con el golazo de Ferran en una acción personal y espectacular que acabó con el 2-0 del de Foios en el minuto 96. Golazo del joven internacional que hacía justicia a los realizado por el conjunto de Albert Celades. Gran victoria y tres puntazos.

Y un último apunte. Las estadísticas, dicen, que están para romperse y que son sólo números. Pero no lo pensará el Granada, ya que mantuvo su impresionante maldición como visitante en el estadio valencianista, ya que en 31 encuentros continúa sin ganar con 27 derrotas y sólo 4 empates. El Valencia CF sigue siendo inexpugnable en Mestalla cuando le visita el conjunto del estadio Nuevo Los Cármenes. Y lo más importante continúa su escalada en la clasificación.

Ficha técnica

2. Valencia CF: Cillessen, Wass, Garay, G. Paulista, Gayà, Parejo ©, Kondogbia (Jaume Costa, m. 36), Ferran, Manu Vallejo (Kang In, m. 86), Rodrigo M. (Gameiro, m. 51) y Maxi Gómez.

0. Granada CF: Rui Silva, Quini, Domingos Duarte, Germán ©, Carlos Neva (Carlos Fernández, m. 81), Gonalons (Montoro, m. 63), Yangel Herrera, Antonio Puertas, Azeez, Vadillo y Soldado.

Goles: 1-0. M. 74: Wass. 2-0. M. 90+6: Ferran.

Árbitro: Estrada Fernández, del comité catalán. Mostró tarjeta amarilla a Gonalons, Azeez, Montoro y Yangel Herrera del Granada CF.

Incidencias: Partido disputado este sábado, a las 16 horas, correspondiente a la decimotercera jornada en Mestalla ante 39.882 espectadores. Espectacular ambiente en las gradas con una afición volcada con su equipo. Gracias por todo.

Fuente: Valencia CF

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Javi Guerra, 27-04-2023: radiografía de un gol que cambió el rumbo del Valencia

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Javi Guerra
La piña de compañeros, segundos después de haber marcado su celebrado tanto. EFE/ Kai Försterling/ARCHIVO

Nacho Herrero

València, 26 abr (OFFICIAL PRESS- EFE).- A las 21.25 del jueves 27 de abril de 2023, este sábado hace un año, Javi Guerra hizo estallar Mestalla con un gol en el descuento ante el Valladolid que sacó al Valencia del descenso y que en el imaginario colectivo del club ha quedado como punto de inflexión hacia una agónica salvación.

Cuando aquella tarde el autobús de la plantilla llegó a Mestalla sobre las 17.30, dos horas antes del choque de la jornada 31, le recibieron cientos de seguidores en la Avenida de Suecia, muchos de ellos jóvenes dada a hora.

Guerra, que tenía 19 años y cumplió 20 dieciséis días después, tenía sus cosas preparadas en el vestuario entre las de Alberto Marí y Jaume Doménech. No era una taquilla personalizada con su foto porque entonces tenía ficha del filial.

De hecho, llegaba con un escueto bagaje de 68 minutos en Primera que había conseguido en los anteriores once días y que se dividía entre los 18 en la derrota por 0-2 ante el Sevilla, incluidos ocho de descuento, y los 50, con cinco de prolongación y mucho más felices, del domingo anterior en Elche, donde hubo un desplazamiento masivo de aficionados.

Pese al 0-2 del Martínez Valero, el Valencia era decimoctavo, antepenúltimo, con 30 puntos, los mismos que el Almería, que era cuarto por la cola y que el día antes había aumentado la presión sobre los de Rubén Baraja al ganar en Getafe.

Aquella tarde, la angustia se disparó en Mestalla entre las 19.35 y las 20.43. Fueron casi setenta minutos en los que se asomó al abismo del descenso. A los seis de empezar el partido, un error de Mouctar Diakhaby en un control permitió a Cyle Larin adelantar al Valladolid. Cuarenta minutos después, Javi Puado marcó para el Espanyol en Vila-real. El equipo ‘perico’, que tenía 28 puntos, estuvo virtualmente durante media hora, con 31 y dejaba al Valencia penúltimo.

Antes de las 21 horas, la historia empezó a cambiar en los dos escenarios. Entre las 20.44 y las 20.54, Étienne Capoue y Dani Parejo le dieron la vuelta al marcador en La Cerámica. Sobre las 20.52 Mestalla había vivido su primera explosión de júbilo. Diakhaby remató un córner de cabeza sin aparente peligro pero el portero Jordi Masip, en otro error mayúsculo, pensó que iba fuera y dejó pasar el balón a su red.

Guerra lo vio desde el banquillo y saltó como un resorte. Se abrazó a Cenk Özkacar y a Marí, al que tenía a su izquierda en el banquillo tras haber salido a calentar su primer ‘vecino’, Diego López. En el asiento de la derecha tenía a Cristhian Mosquera.

Ese día acudieron a Mestalla 42.217 espectadores y un invitado: Kily González. El argentino había jugao su último partido oficial en Mestalla veinte años antes, cuando Guerra acababa de nacer. En verdad, los 27 de abril ya se veneraban en Mestalla antes del gol de Guerra y en parte era por él.

Aquel día pero en 2002, el Valencia recibió al Espanyol en la jornada 36. El equipo perico se adelantó, Amadeo Carboni fue expulsado y el sueño del título se esfumaba. Rafa Benítez dio entrada al Kily en el 66 y en el 78 el Valencia había enloquecido Mestalla con una remontada con dos asistencias suyas a Baraja. Ocho días después, el club conquistó la Liga tras más de treinta años de sequía.

De nuevo en 2023, pese a que el Espanyol ya perdía en Vila-real y el Valencia había recuperado un punto, el empate era poco consuelo. Se quedaba con 31 puntos, empatado con el Getafe en la frontera del descenso y ni eso parecía seguro. El Valladolid, inmerso también en la batalla por la permanencia, buscaba el triunfo e Iván Fresnada estrelló en el larguero el 1-2.

En el minuto 83, Baraja hizo entrar a Diego López y a Ilaix Moriba. En ese momento mandó a Guerra a calentar, al parecer, más por precaución que por otra cosa, porque la activación previa suele ser mucho más larga. Pero André Almeida estaba muy fatigado.

Guerra no estuvo en la banda ni cuatro minutos e incluso su calentamiento ‘exprés’ fue algo más largo porque Baraja le tuvo que llamar dos veces. Cuando el reloj marcaba 86 minutos y 57 segundos, su primera señal para que regresara y saliera confundió al jugador. Veinticinco segundos después, contrariado, tuvo que repetir la llamada para poder sustituir al luso.

El joven llegó a la carrera y se puso la camiseta que ahora guarda en su casa de Gilet y que colgaba de su silla con el número 36, el que se le asignó en pretemporada. No fue Baraja, con el que apenas intercambió un par de palabras, sino su ayudante, Toni Seligrat, quien le dio indicaciones.

Finalmente, entró en el minuto 88 y 35 segundos y participó en tres acciones antes de la jugada decisiva. En ella, frenó un contragolpe pucelano al interceptar un pase de Robert Kennedy y soltó a Ilaix un balón que pasó por Diego López y de nuevo por Moriba antes de regresar a sus pies.

Controló la pelota con el izquierdo y con el primer toque con el derecho dejó atrás a Óscar Plano; con el segundo y el tercero avanzó y retomó la zurda para disparar desde la cruceta de la línea del área con su corona. Su trallazo cruzado pasó juntó a Joaquín Fernández y entró por el palo más alejado de Masip. Era el minuto 92 y 9 segundos y llevaba apenas 214 segundos en el campo.

Como veintiún años antes hiciera Baraja tras marcar contra el Espanyol en esa misma portería del fondo norte, Guerra abrió los brazos cuando vio la pelota en la red. Como le pasó al vallisoletano, la inercia de la diagonal que había trazado le llevó al córner más cercano a la tribuna. Ambos goles comparten lugar de celebración y piña colectiva.

Guerra, algo incrédulo, se giró a mitad de su carrera. El primero que le alcanzó fue el capitán José Luis Gayà pero pronto llegaron otros, incluso el portero Giorgi Mamardashvili, que se recorrió todo el campo. Mestalla había explotado y los vídeos y las fotografías muestran euforia, liberación y algún torrente de lágrimas incontrolable.

Sobre la bocina del minuto 95, sin añadir más de los cinco minutos previstos, José Luis Munuera Montero, señaló el final. Sus tres pitidos pillaron a Guerra en el medio campo y Toni Lato y Hugo Duro se lanzaron a abrazarle. De ahí fueron todos al fondo sur a agradecer el apoyo de la Grada de Animación.

Fue entonces cuando se le avisó de que era el elegido para la ‘Flash Interview’ de la televisión con derechos. “Me la ha dado Ilaix y tampoco veía un pase claro. He amagado, me he ido del defensor que tenía y me dio por tirar”, explicaba.

Esa temporada Guerra había acumulado 2164 minutos en Primera RFEF con un único gol, ante el Espanyol B. Tampoco había visto puerta ante el Sevilla y el Elche ni, al parecer, apenas en Paterna. “Javi Guerra no ha metido un gol en un entrenamiento, os lo juro”, escribió jocoso esa noche Hugo Duro en las redes sociales.

Antes de retirarse al vestuario, Guerra abrazó a sus padres y a su abuelo que le esperaban en la grada más cercana al túnel. Con el anciano empezó a jugar al fútbol en el jardín de una urbanización de Canet entre dos árboles, y era él quien le llevaba en tren a Vila-real, puesto que se formó en la cantera ‘grogueta’ hasta 2019.

Tras un nuevo estallido de alegría en el vestuario, regresó al césped. Era de los que menos había jugado y tuvo que hacer el ‘compensatorio’, un suave entrenamiento, ya con las gradas vacías.

Baraja había llegado a la sala de prensa y desde allí le recomendó que apagara el móvil, se fuera a casa y le diera un abrazo a sus padres. No le hizo caso y salió a cenar con sus amigos, que le esperaban en la Avenida de Suecia, donde cinco horas antes había comenzado todo.

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