Salud y Bienestar
Antibióticos: ¿cuándo hay que tomarlos?
Publicado
hace 1 añoen
Los antibióticos son fármacos importantes, pero ¿cuándo hay que tomarlos? Muchos antibióticos pueden tratar con éxito las infecciones causadas por bacterias (infecciones bacterianas). Los antibióticos pueden prevenir la trasmisión de la enfermedad. Además, los antibióticos pueden reducir las complicaciones graves de la enfermedad.
Pero algunos antibióticos que solían ser los tratamientos típicos para infecciones por bacterias ya no funcionan tan bien. Y algunos fármacos no funcionan bien contra algunas bacterias. Cuando un antibiótico ya no funciona contra algunas cepas de bacterias, se dice que estas son resistentes a los antibióticos. La resistencia a los antibióticos es uno de los problemas de salud más urgentes del mundo.
El uso excesivo y el mal uso de los antibióticos son factores clave que generan resistencia a los antibióticos. El público general, los proveedores de atención médica y los hospitales, en conjunto, pueden ayudar a garantizar el uso correcto de los fármacos. Esto puede disminuir el aumento de la resistencia a los antibióticos.
¿Qué causa resistencia a los antibióticos?
Las bacterias se resisten a un medicamento cuando las bacterias cambian de alguna manera. El cambio puede proteger a las bacterias de los efectos del medicamento o limitar el acceso de este a las bacterias. O bien, el cambio puede hacer que la bacteria cambie el medicamento o lo destruya.
Las bacterias que sobreviven a un tratamiento con antibióticos pueden multiplicarse y trasmitir propiedades de resistencia. Además, algunas bacterias pueden trasmitir sus propiedades de resistencia a los medicamentos a otras bacterias. Esto equivale a que se trasmitan consejos para ayudarse mutuamente a sobrevivir.
El hecho de que las bacterias desarrollen resistencia a un medicamento es normal y esperado. Sin embargo, la forma en que se usan los medicamentos afecta a la rapidez y al grado en que se produce la resistencia.
Uso excesivo de antibióticos
El uso excesivo de antibióticos fomenta la resistencia a estos, especialmente tomarlos cuando no son el tratamiento correcto. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, aproximadamente un tercio del uso de antibióticos no es necesario ni apropiado.
Los antibióticos tratan las infecciones causadas por bacterias. Sin embargo, no tratan las infecciones causadas por virus (infecciones virales). Por ejemplo, un antibiótico es el tratamiento correcto para la amigdalitis estreptocócica, que la produce una bacteria. Sin embargo, no es el tratamiento adecuado para la mayoría de los dolores de garganta, que los causan los virus.
Otras infecciones virales frecuentes en las que no sirve tomar antibióticos son las siguientes:
- Resfriado o goteo de la nariz
- Gripe (influenza)
- Bronquitis
- La mayoría de los tipos de tos
- Algunas infecciones del oído
- Algunas infecciones de los senos paranasales
- Gripe estomacal
- Enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19)
Tomar un antibiótico para una infección viral:
- No curará la infección
- No evitará que otras personas se enfermen
- No te ayudará a ti ni a tu hijo a sentirse mejor
- Puede causar efectos secundarios innecesarios y perjudiciales
- Promueve la resistencia frente a los antibióticos
Si tomas un antibiótico cuando tienes una infección viral, el antibiótico ataca a las bacterias de tu cuerpo. Estas son bacterias que son útiles o que no causan enfermedades. Este tratamiento incorrecto puede promover propiedades de resistencia frente a los antibióticos en bacterias inofensivas que pueden compartirse con otras bacterias. O bien, puede crear oportunidades para que las bacterias posiblemente dañinas sustituyan a las inofensivas.
Tomar antibióticos de forma responsable
Es tentador dejar de tomar un antibiótico tan pronto como te sientes mejor. Sin embargo, es necesario tomar el tratamiento completo para eliminar las bacterias que causan la enfermedad. Si no tomas un antibiótico como se te ha recetado, es posible que tengas que volver a iniciar el tratamiento más adelante. Si dejas de tomarlo, también puede favorecer la propagación de propiedades resistentes a los antibióticos entre las bacterias dañinas.
Efectos de la resistencia a los antibióticos
Durante muchos años, la introducción de antibióticos nuevos superó el desarrollo de la resistencia a los antibióticos. Sin embargo, durante los últimos años, el ritmo de la resistencia a los fármacos genera cada vez más problemas en la atención médica.
Cada año, se producen en los Estados Unidos más de 2,8 millones de infecciones por bacterias resistentes a los antibióticos, lo que genera 35 000 muertes.
Otros resultados de las infecciones resistentes a los fármacos incluyen los siguientes:
- Enfermedades más graves
- Recuperación más larga
- Estadías en el hospital más frecuentes o más largas
- Más visitas al proveedor de atención médica
- Tratamientos más costosos
Administración de antibióticos
El uso adecuado de los antibióticos, a menudo llamado optimización del uso de antibióticos, puede ayudar a lograr lo siguiente:
- Mantener la eficacia de los antibióticos actuales
- Prolongar la vida útil de los antibióticos actuales
- Proteger a las personas de las infecciones resistentes a los antibióticos
- Evitar los efectos secundarios del uso incorrecto de los antibióticos
Muchos hospitales y asociaciones médicas han aplicado nuevas pautas para diagnosticar y tratar infecciones. Estas pautas se han elaborado para garantizar la eficacia de los tratamientos para las infecciones bacterianas y reducir el uso incorrecto de los antibióticos.
El público también influye en la optimización del uso de antibióticos. Puedes ayudar a reducir la progresión de la resistencia a los antibióticos si:
- Evitas presionar a tu proveedor de atención médica para que te recete un antibiótico. Le pides consejos a tu proveedor de atención médica sobre cómo tratar los síntomas.
- Te lavas las manos frecuentemente con agua y jabón durante al menos 20 segundos. Limpias cualquier corte o herida para evitar infecciones bacterianas que necesiten tratamiento antibiótico.
- Te administras todas las vacunas recomendadas. Algunas vacunas protegen contra las infecciones bacterianas, como la difteria y la tos ferina (pertussis). Verifica también si necesitas alguna vacuna antes de viajar.
- Reduce el riesgo de contraer una infección bacteriana trasmitida por los alimentos. No bebas leche no pasteurizada. Lávate las manos antes de hacer la comida y antes de comer. Cocina los alimentos a una temperatura interna segura.
- Toma antibióticos solo según la indicación de tu proveedor de atención médica. Toma la cantidad diaria recetada. Completa todo el tratamiento. Infórmale a tu proveedor de atención médica si tienes algún efecto secundario.
- Nunca tomes antibióticos que te hayan sobrado para otra enfermedad futura. Es posible que no sea el antibiótico correcto. Asimismo, es probable que no abarquen el tratamiento completo.
- Nunca tomes antibióticos que se le hayan recetado a otra persona ni dejes que otra persona tome los tuyos.
Fuente: MAYO CLINIC
Comparte esto:
- Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Telegram (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)
Relacionado
Te podría gustar
Empresas
Fisioterapia respiratoria: el aliado oculto contra los síntomas de la gripe
Publicado
hace 1 díaen
15 enero, 2025En plena temporada de gripe, las infecciones respiratorias están afectando a miles de personas en toda España. Si bien la congestión nasal, la tos persistente y la dificultad para respirar son síntomas habituales, muchos desconocen que existen soluciones efectivas más allá de los medicamentos convencionales. La fisioterapia respiratoria, una técnica terapéutica especializada, se presenta como una herramienta clave para aliviar estos problemas y prevenir complicaciones.
Hablamos con Sara de Fisiotórax, servicio especializado en este tipo de tratamientos, la fisioterapia respiratoria no solo ayuda a despejar las vías respiratorias, sino que también fortalece la musculatura respiratoria y mejora la capacidad de oxigenación, convirtiéndose en un recurso esencial para los pacientes afectados por infecciones como la gripe.
¿Qué es la fisioterapia respiratoria?
La fisioterapia respiratoria es una especialidad sanitaria que combina técnicas específicas para mejorar la función pulmonar y facilitar la expulsión de secreciones acumuladas en los pulmones. Tradicionalmente asociada a enfermedades crónicas como la EPOC o el asma, esta disciplina también es extremadamente útil en procesos agudos como la gripe, donde los síntomas respiratorios suelen ser los más problemáticos.
«Esta terapia permite a los pacientes aliviar la congestión, reducir la fatiga respiratoria y, en muchos casos, evitar hospitalizaciones», asegura Sara.
¿Qué ocurre en el cuerpo durante la gripe?
El virus de la gripe causa inflamación en los bronquios, lo que genera acumulación de moco en las vías respiratorias. Esta situación no solo dificulta la respiración, sino que también crea un entorno propicio para infecciones secundarias, como la bronquitis.
Si la bronquitis no se trata adecuadamente, puede progresar a una neumonía, una condición potencialmente peligrosa que puede requerir hospitalización o incluso ingreso en la UCI. Este ciclo de complicaciones es especialmente grave en personas con condiciones preexistentes, como EPOC, asma o fibrosis quística, así como en niños pequeños y adultos mayores.
Beneficios clave durante la gripe
Aunque la fisioterapia respiratoria no elimina el virus, sus efectos sobre la recuperación y la prevención de complicaciones son notables. Los principales beneficios incluyen:
- Eliminación de obstrucciones bronquiales: Facilita la movilización y expulsión de moco acumulado, reduciendo el riesgo de infecciones secundarias como la bronquitis.
- Prevención de complicaciones: Ayuda a evitar que la gripe derive en enfermedades más graves, como la neumonía.
- Mejora de la capacidad pulmonar: Incrementa la ventilación y resistencia pulmonar, lo que es crucial para pacientes que han enfrentado infecciones severas.
- Reducción de la fatiga: Optimiza la respiración, disminuyendo el esfuerzo necesario para inhalar y exhalar.
Técnicas modernas frente a métodos tradicionales
La fisioterapia respiratoria ha evolucionado considerablemente en los últimos años. Técnicas tradicionales como inflar globos, soplar bolitas o el drenaje postural, aunque útiles en su momento, están siendo sustituidas por métodos más avanzados y efectivos:
- Dispositivos de presión espiratoria positiva (PEP): Ayudan a mantener las vías respiratorias abiertas y a movilizar las secreciones.
- Terapia de oscilación de alta frecuencia: Chalecos vibratorios que facilitan la eliminación de mucosidad, especialmente en pacientes con acumulaciones severas.
- Ejercicios de respiración controlada: Favorecen la oxigenación al entrenar los músculos respiratorios.
- Instrumentos de flujo oscilatorio (OPEP) como Flutter o Acapella: Generan vibraciones en las vías respiratorias para despejar las secreciones con mayor eficacia.
Estas técnicas, respaldadas por la evidencia científica más reciente, ofrecen un enfoque más eficaz y cómodo para los pacientes, asegurando mejores resultados.
¿Quiénes necesitan fisioterapia respiratoria?
Si bien cualquier persona con síntomas gripales puede beneficiarse de esta técnica, existen grupos que requieren especial atención:
- Pacientes con enfermedades respiratorias previas: Personas con asma, EPOC o bronquiectasias tienen mayor riesgo de complicaciones severas.
- Niños con patologías graves: Casos como fibrosis quística o bronquiolitis obliterante son ejemplos donde la fisioterapia es esencial.
- Adultos mayores: La edad avanzada y las condiciones crónicas hacen que este grupo sea especialmente vulnerable.
- Casos graves de neumonía: Pacientes que han sufrido infecciones severas encuentran en la fisioterapia un recurso valioso para recuperar la capacidad pulmonar y prevenir recaídas.
Historias de éxito: el caso de Maribel
Maribel, de 56 años, desarrolló una neumonía grave tras una infección de gripe A mal manejada, llegando a estar ingresada en UCI. «Pensé que nunca volvería a respirar con normalidad», explica. Gracias al tratamiento de fisioterapia respiratoria, logró limpiar sus bronquios y recuperar la capacidad aeróbica necesaria para realizar sus actividades cotidianas.
Un recurso esencial y accesible
La fisioterapia respiratoria no solo acelera la recuperación, sino que también mejora la calidad de vida de los pacientes al evitar hospitalizaciones innecesarias. En palabras de los especialistas: «La clave está en actuar a tiempo. No esperes a que los síntomas empeoren para buscar ayuda profesional».
En un momento donde los hospitales enfrentan saturación debido al incremento de infecciones respiratorias, esta terapia se presenta como una solución accesible y altamente efectiva. Tanto niños como adultos mayores y personas con afecciones respiratorias previas pueden encontrar en la fisioterapia respiratoria un aliado clave para superar la temporada gripal con mayor seguridad y bienestar.
Comparte esto:
- Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Telegram (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)
Tienes que estar registrado para comentar Acceder