Síguenos

Salud y Bienestar

Consejos para prevenir la enfermedad del ojo seco este invierno

Publicado

en

enfermedad del ojo seco
PEXELS

La enfermedad de ojo seco (EOS) es una enfermedad ocular que altera la película lagrimal.

Es muy frecuente sobre todo en la población de edad avanzada y en mujeres tras la menopausia, pero actualmente según la Sociedad Española de Oftalmología, llega a afectar hasta el 33% en algunas poblaciones, existiendo un altísimo porcentaje de jóvenes, más de un 50%, que padecen de ojo seco por permanecer periodos prolongados frente a un monitor o pantallas de dispositivos móviles.

Síntomas del ojo seco

Sus síntomas abarcan desde dolor, ardor, enrojecimiento, ojos cansados, sensación de arenilla y visión borrosa, incluso puede afectar a la superficie de la córnea, por lo tanto, el ojo pierde sensibilidad y surgen problemas de visión.

Según la doctora Teresa Sánchez-Minguet, responsable de la Unidad de Oftalmología de Vithas Valencia Consuelo y Vithas Valencia 9 de Octubre, “un ojo seco en grado leve puede provocar molestia o necesidad de parpadear de forma constante, pero en grado medio la molestia aumenta y se produce una pesadez de los párpados, incluso se puede tener visión borrosa, provocada por queratitis e inflamaciones de la superficie ocular”.

Enfermedad del ojo seco

No hay que olvidar que esta patología se agrava durante el invierno, ya que “el frío, el viento o la calefacción, -comenta la especialista-, pueden provocar una mayor evaporación de la lágrima y otras patologías como meibomitis, una afección en la que las glándulas de los párpados cerca de las pestañas se tapan con aceite solidificado y que tiene como efecto secundario la producción de una lágrima de peor calidad”.

Sobreexposición a los rayos

La especialista también destaca la importancia que tiene en este tipo de patología la sobreexposición a los rayos UV.

“Siempre se tiende a pensar en el verano como la estación clave para protegerse de los rayos del sol por su intensidad, -agrega la profesional-, pero en invierno, aunque haya menos horas de luz, existen lugares de alta montaña con nieve donde la luz del sol se refleja en la superficie y el ojo puede sufrir quemaduras ya que la radiación UV es mayor”.

“Además, en invierno, si nos encontramos en el exterior, sobre todo con temperaturas muy bajas o con mucho viento, la sequedad del ojo es incluso mayor que con el calor y supone un problema, principalmente para las personas que sufren alguna deficiencia, ya sea en la cantidad o en la calidad de la lágrima. Si hace demasiado viento, este provoca que la lágrima se evapore demasiado rápido. Lo mejor en ambos casos es la utilización de gafas de sol homologadas y polarizadas”, comenta la doctora Sánchez-Minguet.

Recomendaciones y tratamiento

Normalmente, el tratamiento pautado a las personas que sufren de ojo seco de manera leve suele ser evitar la exposición a la calefacción por tiempo prolongado, disminuir la exposición al ordenador y utilizar gotas lubricantes para evitar las molestias.

Según la especialista, “la necesidad de aplicar lágrima artificial en ocasiones es porque forma una película protectora encima de la córnea, en la superficie del ojo, que permite mantenerlo siempre húmedo, lo lubrican y eliminan partículas extrañas”.

Visita médica

 “Sin embargo, -afirma la profesional-, los pacientes con EOS persistente, moderada o grave deben ser derivados al oftalmólogo para evitar infecciones posteriores, descartar otro tipo de patologías, realizar un estudio de los componentes de la lágrima y establecer el tratamiento más adecuado”.

No hay que olvidar que entre las enfermedades relacionadas con el síndrome del ojo seco se encuentran la artritis reumatoide, la enfermedad de Sjögren, el lupus eritematoso sistémico y otras enfermedades autoinmunes. Además, el EOS puede manifestarse en mayor proporción en personas con enfermedades como diabetes o que sufren alergias.

Alimentación ayuda a combatir la sequedad ocular

Para la doctora Sánchez-Minguet juega un papel importante la alimentación. “es importante incluir frutas y verduras en la alimentación, y alimentos ricos en ácidos grasos y omega-3. Esta alimentación ayuda a combatir la sequedad ocular”.

Respecto al cuidado de los ojos en invierno, se debe procurar no poner la calefacción demasiado alta o utilizar humificadores para evitar que el ambiente esté demasiado seco, utilizar los dispositivos en sitios iluminados, a más de 40 centímetros de distancia de los ojos, tomar periodos de 20 minutos de descanso tras una hora de uso y parpadear constantemente para incentivar la producción de lágrimas de una forma natural.

Advertisement
Click para comentar

Tienes que estar registrado para comentar Acceder

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Salud y Bienestar

Cuidado, así afecta el calor del verano a los medicamentos

Publicado

en

Cuidado, así afecta el calor del verano a los medicamentos

Especialistas del Departamento de Salud de la Ribera alertan de que una incorrecta conservación de los medicamentos en verano puede provocar importantes problemas de salud en el organismo al verse alteradas las características de calidad y eficacia de los fármacos.

Efectos nocivos que el calor puede provocar en los medicamentos

Teniendo en cuenta las altas temperaturas que suelen alcanzarse en estos meses, el personal especializado advierte de la necesidad de llevar a cabo una correcta utilización de los fármacos, con especial atención a aquellos medicamentos que deben conservarse en frío o deben utilizarse tan pronto se hayan sacado de la nevera.

Según los farmacéuticos de Atención Primaria del Departamento de Salud de la Ribera, Miguel Murcia y Rocío Broseta, “las condiciones de conservación que indica un medicamento, se establecen según los ensayos realizados antes de ser comercializados, por lo que deben respetarse para no perder su eficacia y seguridad”.

Por ello, antes de consumir cualquier medicamento, se debe comprobar su estado y su apariencia exterior, sobre todo en cremas, colirios, supositorios u óvulos, ya que por su aspecto se puede conocer su estabilidad.

Cuando nunca debes consumirlos

Si no se ha conservado correctamente o el producto ha cambiado al abrirlo, el medicamento no debe ser consumido bajo ningún concepto, ya que podrían estar alteradas las propiedades del fármaco.

Por lo que respecta a la conservación en casa, es aconsejable mantener los medicamentos en sitios frescos y secos, evitando la exposición directa a la luz solar.

Por ello, el personal experto recomienda no guardarlos en la cocina o el baño, estancias de la casa que, por lo general, suelen acumular más calor a lo largo del día, y siempre lejos del alcance de los niños.

En cualquier caso, es importante que antes de tomar un medicamento se consulte con  profesionales sanitarios y se evite la automedicación.

Igualmente, cuando se adquiera por primera vez, se recomienda leer el envase y el prospecto para conocer la temperatura a la que debe conservarse.

Viajar con medicamentos

En los trayectos por carretera, es recomendable no llevar los medicamentos en el maletero o la guantera del coche, ya que pueden llegar a alcanzar altas temperaturas.

Es imprescindible mantener las condiciones de transporte específicas para cada medicamento; es decir, los fármacos a conservar entre los 2ºC y 8ºC, deben conservarse siempre en nevera y, por tanto, transportarse en embalaje isotérmico refrigerado (sin llegar a congelar); por su parte, los fármacos que deben permanecer a una temperatura de entre 25ºC y 30ºC, han de transportarse en un embalaje isotérmico no refrigerado para evitar que puedan alcanzar temperaturas mayores.

Síndrome de agotamiento y golpe de calor

Por otro lado,  el personal especializado advierte de que algunos medicamentos pueden acentuar los efectos de las altas temperaturas, agravar el síndrome de agotamiento-deshidratación, propiciar los golpes de calor o inducir una hipertermia.

En este grupo de medicamentos se encuentran los diuréticos, los antiinflamatorios no esteroideos, los antihipertensivos, algunos antibióticos y antivirales, los antiarrítimicos, algunos antidiabéticos, los hipolipemiantes (empleados para regular el colesterol), los antidepresivos, los antihistamínicos y los antipsicóticos.

“Hay que estar atentos al estado general de aquellos pacientes que toman este tipo de medicamentos, así como propiciar una serie de medidas que ayude a controlar su temperatura corporal: ambiente fresco, buena ventilación y aireación, y continua hidratación.

Es importante resaltar que, a pesar de las altas temperaturas, en ningún caso se deben suspender los tratamientos establecidos por los facultativos”, concluyen Murcia y Broseta.

Puedes seguir toda la actualidad visitando Official Press o en nuestras redes sociales: Facebook, Twitter o Instagram y también puedes suscribirte a nuestro canal de WhatsApp.

Continuar leyendo