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Salud y Bienestar

¿Cuánto saben las españolas sobre infertilidad?

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La infertilidad afecta hoy en día, según la Organización Mundial de la Salud, a 1 de cada
6 parejas en edad reproductiva en España. Por lo general, se trata de un problema
desconocido para los pacientes hasta el momento en el que, después de buscar un
embarazo de forma natural y no conseguirlo, se plantean recurrir a un centro de
reproducción asistida.

Es en ese momento cuando se enfrentan a un mar de dudas sobre tratamientos y
conceptos que nunca antes habían escuchado.

“Esta patología, altamente prevalente, está perseguida por un estigma social que tan
solo puede romperse con la normalización de esta condición. Y, como para casi todo, la
educación es una herramienta clave para conseguirlo”, afirma Rafael M. Trinchant, autor
del estudio “Un análisis descriptivo y analítico sobre la percepción de la fertilidad e
infertilidad en población femenina española” y embriólogo en la clínica IVI Mallorca.

El estudio, que ha llevado a cabo la encuesta más grande hasta la fecha sobre “Fertility
Awareness”, con una población diana de 1.569 mujeres españolas, concluye que a la
infertilidad le sigue de cerca un profundo estigma social que está acompañado por un
desconocimiento en cuanto a tecnicismos del mundo de la reproducción y salud sexual
independiente del nivel de estudios de las mujeres encuestadas; que puede llegar a
afectar a la toma de decisiones sobre salud reproductiva propia.
Según Trinchant, “en la actualidad, la educación en materia reproductiva está más enfocada en el ´cómo no tener un hijo´ que en ´cómo poder tener un hijo´, cuando ambos aspectos deberían ser importantes en equivalencia. La sociedad de a pie está desprovista de conocimientos técnicos en cuanto a las expectativas reales en fertilidad,
sobre todo la relacionada con el envejecimiento ovárico. De hecho, se estima que hasta
un tercio de los ciclos de reproducción asistida por baja reserva ovárica serían evitables
si las pacientes hubieran tenido suficiente información en el momento adecuado para
evaluar de manera sopesada sus decisiones reproductivas”.

El estudio se planteó como una manera de evaluar las tendencias sociales actuales y los
conocimientos de la población femenina española respecto a esta materia, cuyos
resultados vislumbran un optimismo social irreal dentro del marco de la fertilidad. De
hecho, la gran mayoría de participantes del estudio demostraron no poder determinar
con precisión a qué edad empezaba a ser difícil para una mujer conseguir un embarazo,
ya fuera de manera natural o mediante el uso de técnicas de reproducción asistida. Por
ello, una de las necesidades que se obtienen de las conclusiones es la de educar en
edades tempranas sobre fertilidad e infertilidad, cuando aún se está a tiempo de poder
actuar y planificar la maternidad según se desee.

Además, es de relevancia la amplia aceptación de la vitrificación de los ovocitos como
método de preservación social de la fertilidad según los resultados obtenidos. “Esta
técnica podría ayudar a atajar la actual crisis demográfica a la vez de servir de
herramienta para la emancipación de aquella mujer que desee posponer su maternidad,
suponiendo un cierto alivio psicológico. Elegir ser madre o no es parte de los Derechos
Reproductivos: la cuestión y lo ideal es siempre poder elegir”, afirma Trinchant.

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Salud y Bienestar

Sueño irregular entre semana y descanso extra en fin de semana: ¿cómo afecta al cuerpo?

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Sueño irregular

Dormir mal o dormir poco entre semana es un hábito muy extendido. Muchas personas intentan compensarlo “recuperando” horas de sueño durante el fin de semana, confiando en que así el cuerpo volverá a equilibrarse.
Sin embargo, un nuevo estudio publicado en la revista Sleep demuestra que dormir más el fin de semana no revierte los daños metabólicos provocados por la falta de sueño de lunes a viernes.

La investigación, realizada por la Facultad de Medicina Yong Loo Lin de la Universidad Nacional de Singapur (NUS Medicine), advierte de un impacto silencioso y preocupante: un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, incluso en personas jóvenes y sanas.


El estudio: 48 adultos jóvenes y un análisis exhaustivo del sueño y la glucosa

El equipo liderado por June Chi-Yan Lo y Khoo Chin Meng siguió durante dos semanas a 48 adultos jóvenes sanos (21–35 años) en un laboratorio del sueño.
Todos comenzaron el estudio con dos noches de descanso adecuado para medir correctamente su glucosa e insulina en un estado basal sano.

Después fueron divididos en tres grupos:

1. Sueño corto estable

  • 6 horas de sueño entre semana

  • 8 horas durante el fin de semana

  • Simula una semana laboral típica

 2. Sueño corto variable

  • Entre 4 y 8 horas entre semana (horarios irregulares)

  • 8 horas el fin de semana

  • Mismo tiempo total de sueño que el grupo anterior, pero distribuido de manera desigual

 3. Grupo control

  • 8 horas de sueño todos los días

  • Patrón de descanso óptimo

Durante todo el estudio, se controlaron sus comidas y se realizaron repetidas pruebas de tolerancia oral a la glucosa (PTGO) para medir cómo respondían sus cuerpos.


Resultados clave: la falta de sueño daña la gestión de la glucosa, incluso con “sueño de recuperación”

Los resultados fueron contundentes:

 1. Dormir poco entre semana altera la glucosa aunque se duerma más el fin de semana

Los grupos con falta de sueño mostraron tolerancia a la glucosa deteriorada, un marcador temprano de riesgo metabólico.

2. Resistencia a la insulina en quienes dormían 6 horas de forma regular

Su cuerpo necesitaba más insulina para mantener los niveles estables, pero aun así la glucosa seguía alta.

 3. Peor aún en quienes dormían con horarios irregulares

El grupo de sueño variable presentó:

  • aumentos más fuertes de glucosa,

  • sin producir insulina compensatoria suficiente.

Esto sugiere un daño más temprano en las células del páncreas encargadas de producir insulina.

4. Solo el grupo que dormía 8 horas diarias mantuvo un metabolismo normal

No se observaron cambios en la regulación de la glucosa.


¿Por qué dormir poco aumenta el riesgo de diabetes tipo 2?

Según los investigadores, el sueño insuficiente altera procesos esenciales para el metabolismo:

  • Desregula la sensibilidad a la insulina

  • Aumenta el estrés oxidativo

  • Cambia la actividad del sistema nervioso

  • Afecta hormonas clave como la leptina y la grelina

  • Reduce la capacidad del páncreas para equilibrar la glucosa

Cuando este patrón se repite cada semana, el cuerpo entra en un ciclo de estrés metabólico que dispara el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.


Dormir más el fin de semana NO basta: la regularidad importa

El hallazgo más importante del estudio es claro:

No se puede “resetear” el cuerpo durmiendo más el fin de semana.

La recuperación parcial del sueño no impide que los niveles de glucosa aumenten cuando vuelve el patrón de pocas horas entre semana.
Y, además, los horarios irregulares son incluso peores que dormir poco pero de manera estable.


Implicaciones para la salud y consejos prácticos

Este estudio destaca la importancia de incluir el sueño dentro de los factores de prevención de enfermedades metabólicas. Para proteger la salud, los expertos recomiendan:

Dormir entre 7–9 horas cada noche Mantener horarios estables, también los fines de semana

Evitar variaciones bruscas en las horas de acostarse y levantarse

Priorizar el sueño tal como se prioriza la alimentación y el ejercicio

Consultar con un especialista si hay insomnio o dificultades crónicas

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