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Cultura

‘El asesino de los caprichos: Poli bueno poli malo versión femenina’, por Hugo Román

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València, 24 oct.- Por Hugo Román

Predecible thriller policiaco que tras una entretenido comienzo se pierde en una trama plana que cae en los viejos tópicos y vicios de las películas estereotipadas de poli bueno poli malo. La única novedad de este film dirigido por Gerardo Herrero es que esos papeles están interpretados por mujeres, Maribel Verdú y Aura Garrido. La visión del “poli” con problemas personales en lugar de ahondar en un punto de vista más femenino toma el reflejo del tópico masculino: policía enganchado a la bebida, pensando a todas horas en tener sexo con todo lo que se mueva y un carácter problemático. Por su parte la poli buena es todo inocencia, confía en la sociedad y en el sistema mientras vive feliz compaginando su vida laboral y personal. El destino (o la larga sombra de la culpa) pondrá a cada uno en su sitio, culpando o premiando sus virtudes o defectos.

Las interpretaciones de Verdú y Garrido salvan los vacíos y las lagunas de un guión que se pierde y diluye mientras avanza el metraje ofreciendo un sinfín de situaciones inverosímiles que rozan en ocasiones el ridículo y las buenas intenciones de los primeros minutos acaban por causar estupor.

Imagen: Alba3

Una pena no aprovechar mejor una buena propuesta inicial en la que un asesino en serie comete sus crímenes en los barrios ricos de Madrid con el arte y Goya como hilo conductor. Una pena no profundizar más en los personajes, que quedan superficiales y que no logran mostrar sus sentimientos ni preocupaciones. Una pena no sacar partido al tema de la conciliación familiar-laboral que termina por parecer una broma. Una pena que el desenlace se produzca de una manera tan rápido y desordenado. Una pena que durante la mayor parte de la trama el personaje de Maribel Verdú se encuentre en la cama, fumando o bebiendo a escondidas. Una pena que todo sea tan previsible.

Las escenas del croma en la azotea o la de la criada de uno de los asesinados guiando a las policías hasta el metro son surrealistas, y provocan el efecto contrario al deseado: la risa.

El asesino de los caprichos podría haber sido una interesante película de asesinatos en serie pero se pierde y no llega, se queda a medio camino. Se queda en una entretenida película de sobremesa.

Imagen: Alba3

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Cultura

Chelva, el encanto de un pueblo musulmán, judío y cristiano

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Chelva
Official Press te invita a descubrir Chelva, una localidad en la que varias culturas se mezclaron en sus calles.

Es momento de viajar y recorrer los tesoros valencianos a través de sus monumentos y espacios naturales únicos en el mundo. Nuestra tierra cuenta con siglos de historia, cultura y rincones llenos de encanto.

A una distancia inferior a una hora de la capital del Turia se encuentra Chelva. Se trata de uno de los pueblos valencianos que forman parte de la lista de los municipios más bonitos de España.

Su encanto hizo que fuera seleccionado entre las 7 maravillas rurales de España en el año 2018.

En la comarca de Los Serranos, Chelva  es patrimonio histórico, sazonado con un gran tesoro cultural y con una espléndida riqueza medioambiental.

Porque allí, Musulmanes, judíos y cristianos, convivieron en este enclave del interior de la Comunitat, dando lugar a un poblamiento característico que se ha conservado hasta la actualidad.

Su convivencia durante el s. XIV queda hoy aún patente.

Declarada Bien de Interés cultural, con la categoría de Conjunto Histórico, está formada por una serie de barrios de gran complejidad, de trazado sinuoso y enigmático.

Clelva: lo que no te puedes perder…

Barrios históricos

La Villa de Chelva reúne gran interés histórico y cultural, al conservar la huella de todos los pueblos que la habitaron.

El barrio andalusí de Benacacira es la antigua medina musulmana de los siglos XI – XII, conservando hoy día el trazado intacto de su trama urbana: callejones sin salida, casas encaladas, soportales que oscurecen sus angostas y tortuosas calles…

El barrio cristiano de las Ollerías fue conformándose a lo largo del s. XIV y recibe su nombre de los hornos de producción cerámica que se fueron instalando en sus calles.

Barrio Judío del Azoque se trataba de una isla entre los barrios cristianos y mudéjares. Conserva intacta la estructura de la aljama medieval: el aire recoleto y misterioso de sus callejones, con sus portales de entrada.

Barrio Mudéjar-Morisco «Arrabal», creado a partir del s. XIV en los “arrabales” de la ciudad amurallada. De trazado serpenteante, conserva en la actualidad el trazado original y elementos históricos que hacen de él un atractivo turístico singular.

Recorre el barrio mudéjar del Rabal por el portal del Azoque y camina por sus calles, trazadas desde el siglo XIV, para descubrir la dramática historia del Vizconde de Chelva, asesinado por sus amores con una morisca y que propició el origen de la Ermita de los Desamparados.

El Rabal es el último recuerdo de los moriscos expulsados del Reino de Valencia.

Palacio Vizcondal

Construcción de finales del s. XIV, donde se alojaba el Vizconde de Chelva, está declarado Bien de Interés Cultural desde el año 2006, junto con los restos de murallas medievales que forman parte del Centro Histórico de Chelva.

Contiene el alcázar almohade del s. XII, a partir del cual evolucionó arquitectónicamente el edificio, llegando a presidir la Plaza Mayor.

Ermita de Santa Cruz, antigua Mezquita de Benaeça

Situada en pleno barrio mudéjar – morisco del Arrabal, se encuentra la Ermita de Santa Cruz, antigua Mezquita de Benaeça, del siglo XIV, que conserva intacta su estructura original.

Es las más antigua de las dos que existen en la Comunidad Valenciana. Se transformó en ermita en el siglo XVI, añadiendo un pequeño altar y una espadaña con campana y se consagró a la Santa Cruz.

La Dula

Dawlah: tanda o turno, es la procedencia árabe del vocablo dula, haciendo referencia a la costumbre morisca de reunir los pequeños rebaños familiares y caballerías en un solo rebaño que el dulero (un vecino del pueblo)

La dula define tanto al espacio comunal  que albergaba los animales, como al conjunto de animales propiedad de los vecinos.

Disfrutar de la naturaleza

Los amantes de la naturaleza podrán estar en contacto con ella gracias a varios tour de senderismo, como la ruta del agua, donde se combina arquitectura y naturaleza en todo su esplendor. Se trata de un trazado circular, con áreas para el descanso y el ocio, que esperará a los deportistas que se atrevan con sus tres horas de recorrido.

Gastronomía

No puedes irte de Chelva si no se ha probado sus famosas gachas. ¿Y de postre? La localidad es conocida por su repostería casera, como los rollicos de anís o las mariquitas.

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