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Cultura

El inventor de la radio era valenciano

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¿Quién inventó la radio? Guillermo Marconi era la respuesta que nos daban en el colegio (y también en el Trivial) Otros aseguran por su parte, que Nikola Tesla fue el padre de esta medio de comunicación. Pero, ¿y si os dijera que el inventor de la radio era valenciano?

Esto es lo que asegura el estudio realizado por el profesor de la Universidad de Navarra, Ángel Faus en su libro “La radio en España (1896-1977): Una historia documental”.

En el año 1896 Marconi patenta la radiotelegrafía sin hilos, que consistía en la transmisión de impulsos electromagnéticos a través del aire. Sin embargo dos años antes en 1894 Nikola Tesla había realizado su primera demostración pública de una transmisión de radio. Tesla llevó ante el Tribunal Supremo de los EE.UU a Marconi por utilizar este último la patente del primero. Tesla ganó y quedó como el auténtico inventor de la radio.

Hasta aquí la historia más o menos conocida. Pero las investigaciones del profesor Faus cambian todo lo que hasta ahora conocíamos al asegurar que el auténtico padre de la radio es Julio Cervera natural de Segorbe.

A diferencia de Marconi, el valenciano fue el creador de la radiotelefonía sin hilos o lo que es lo mismo, había conseguido la transmisión de voz y sonido a través del aire muchos años antes.

¿Pero que sucedió para que Cervera cayera en el olvido y no le fueran reconocidos sus logros? Por lo visto Cervera patentó su invento en España, Bélgica, Alemania y Reino Unido y mandó su invento a Londres. Casualidades de la vida, Marconi se encontraba en ese mismo momento en el país anglosajón y después de hacer varias mejoras se apropió de la creación del valenciano.

Según Faus, la situación de España en aquella época no ayudó mucho. Nuestro país estaba demasiado ocupado con la guerra con Marruecos y con no perder Cuba, Puerto Rico y Filipinas, como para prestar atención a los avances tecnológicos. Todo lo contrario que la reina Victoria quien apoyó abiertamente a Marconi. Eso sumado a la publicidad que le daba la prensa británica, hizo que Marconi mandara a Cervera al total anonimato.

 

 

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Cultura

Muere a los 55 años Esther Uria, actriz de ‘Hospital Central’ y ‘Cuéntame cómo pasó’ 

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Esther Uria
Esther Uria, en una imagen del sindicato vasco de actores. (Euskal Aktoreen Batasuna)

El mundo de la interpretación y la cultura vasca llora la pérdida de Esther Uria, actriz y pedagoga donostiarra conocida por sus papeles en series de televisión tan emblemáticas como Hospital Central, Cuéntame cómo pasó, Doctor Mateo o El comisario.
La intérprete falleció el pasado jueves 23 de octubre a los 55 años, en el Hospital Donostia, tras sufrir una breve enfermedad que sorprendió a familiares, compañeros de profesión y antiguos alumnos.

Su muerte ha provocado un hondo pesar en el sector audiovisual y educativo, donde era muy querida por su doble faceta como actriz y docente.


Una artista con alma de educadora

Nacida en San Sebastián, Esther Uria se formó en Arte Dramático y dedicó buena parte de su vida a unir dos de sus grandes pasiones: el teatro y la educación.
En el escenario, destacó por su talento natural, su versatilidad y su compromiso con los textos clásicos y contemporáneos. Participó en obras como La cacatúa verde y La importancia de llamarse Ernesto, donde demostró una sólida técnica interpretativa.

Su rostro también se hizo familiar en la pequeña pantalla, con participaciones en algunas de las series más populares de la televisión española.
Entre ellas, Cuéntame cómo pasó, El comisario, Doctor Mateo y Hospital Central, donde interpretó a personajes secundarios cargados de humanidad y cercanía.


Una nueva etapa dedicada a la investigación y la enseñanza

En 2008, en el punto álgido de su carrera artística, decidió dar un giro radical y retomar sus estudios universitarios. Su inquietud intelectual la llevó a obtener el Premio Extraordinario en Educación Especial y la Licenciatura en Psicopedagogía con Premio Fin de Carrera.
Posteriormente, cursó un Máster de Formación del Profesorado en Secundaria (2012) y una beca internacional en la Universidad de Victoria (Canadá) para desarrollar una tesis sobre el teatro como herramienta pedagógica para fomentar la convivencia en las aulas.

Esa investigación culminó en 2018 con su doctorado en la Universidad del País Vasco (EHU/UPV), bajo el título:
Diseño, desarrollo y evaluación de un programa basado en las técnicas del sistema teatral para el fomento de la convivencia positiva en el alumnado de secundaria del País Vasco.

Con este trabajo, Esther Uria consolidó una línea de investigación pionera sobre el poder del teatro como motor educativo y emocional.


Teatro, pedagogía y vida: su legado

Pese a su dedicación a la docencia, Esther Uria nunca abandonó del todo los escenarios. En 2013, junto a su pareja y colaborador artístico Edu Errondosoro, estrenó la obra Cada día es solo una vez al día, un montaje íntimo y reflexivo sobre la importancia de la risa, el amor y el presente.

En una entrevista concedida a El Diario Vasco, Uria resumía su filosofía vital con una frase que hoy resuena con fuerza:

“No nos lamentamos del pasado, tenemos el presente y una forma muy positiva de vivirlo es empezar a hacerlo con humor reflexivo. Vivamos el presente con humor y amor.”

Esta obra representaba fielmente su manera de entender la existencia: optimismo, resiliencia y humanidad. A través de su trabajo, defendía que el teatro no solo debía emocionar, sino también educar y sanar.


Una figura querida en Donostia y en el ámbito cultural vasco

En el País Vasco, su figura trascendía el ámbito artístico. Esther Uria fue reconocida por su compromiso con la cultura local, la enseñanza inclusiva y la promoción del arte como herramienta de convivencia.
Sus compañeros de la Universidad del País Vasco la definen como “una mujer brillante, entusiasta y profundamente humana”.

También numerosos intérpretes que coincidieron con ella en platós y escenarios han expresado su tristeza en redes sociales, recordando su sonrisa constante, su humildad y su forma de hacer del teatro un espacio de encuentro.


El adiós a una vida dedicada al arte y la educación

La muerte de Esther Uria deja un vacío en el panorama cultural español, pero también un legado de inspiración para nuevas generaciones de actores, docentes y creadores.
Su vida fue una lección sobre cómo reinventarse sin perder la esencia, y cómo el arte puede convertirse en una herramienta de transformación personal y social.

El funeral se celebrará en Donostia-San Sebastián en la más estricta intimidad familiar, aunque sus allegados no descartan organizar más adelante un acto público de homenaje para celebrar su vida y su obra.

A los 55 años, Esther Uria se despide dejando tras de sí una huella imborrable: la de una mujer que hizo del teatro una forma de entender el mundo y del humor una forma de resistirlo.

Las tragedias de los protagonistas de la serie Hospital Central

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