Síguenos

Cultura

El misterio del nicho 1501 del cementerio de Valencia

Publicado

en

El misterio del nicho 1501
El misterio del nicho 1501 del cementerio de Valencia

El Cementerio General de València esconde una curiosa historia en la que el amor, la desgracia, el terror y la fortuna se dan la mano. La historia de un nicho, el nicho de Emilia. Un enigmático caso que parece salido de la mente de Edgar Allan Poe Lovecratf, pero que es real y nos vuelve a confirmar que la realidad supera siempre a la ficción.

Para conocer quien descansa en el nicho 1501 y la historia olvidada que allí yace, debemos trasladarnos hasta finales del siglo XIX. Vicente García Valero era un actor y autor teatral nacido a mediados del siglo XIX que se enamoró perdidamente de Emilia Vidal Esteve. A pesar de su juventud, él contaba con 15 años y ella con 13 no tardaron mucho en casarse.

El trabajo de Vicente le llevó a trasladarse a Madrid, donde un día la alegría se transformó en desgracia cuando la joven falleció 1876 por un brote de fiebres tifoideas. 

El misterio del nicho 1501

Su cuerpo fue enterrado en una fosa común debido a que la familia no podía costear los gastos, pero el actor quiso recuperar el cuerpo de su amada costara lo que costara y finalmente logró exhumarla de manera clandestina casi dos años más tarde en el día de Nochebuena de 1877. Cuentan que Vicente tuvo que sobornar con dinero al sacerdote que pocas semanas atrás había enterrado a la chica.

Cuando abrió el féretro, Vicente relató que la joven «parecía como dormida». Tal vez lo viera así fruto de su enamoramiento ya que por el tiempo transcurrido su estado debía ser el de putrefacción y descomposición.

250 pesetas fue el precio que le tocó pagar, sin duda toda una pequeña fortuna para la época, para hacerse con el nicho número 1501 a perpetuidad. Y allí en el Cementerio General de València descansa desde entonces.

El tiempo pasó y Vicente se casó con Ángela, la hermana de su difunta esposa. Pero la historia no queda ahí, ya que el matrimonio tuvo una hija, a la que curiosamente llamaron Emilia, el mismo nombre que el amor de su vida.

Porque Vicente seguía obsesionado con su primera mujer. No la podía olvidar, y así lo demostraba cada año, mandando todos los 1 de noviembre dinero al cementerio para que limpiaran el nicho y lo adornaran de flores, hechos que relata él mismo en su libro ‘Páginas del pasado’.

Pero la desgracia volvió de nuevo a su vida con la muerte de su hija a la edad de 4 años y la de su esposa. Duro es el testimonio de un cartero, que fue testigo de la muerte de la pequeña cuando acudió a la casa para entregar un correo y le abrió la puerta Vicente con su hija en brazos. El cartero pensó que la niña estaba dormida y García Valero le respondió «no, está muy dormida, esta muerta.»

Pero en la mente de Vicente permanecía Emilia. No podía olvidar su recuerdo y tal vez fuera por eso que se volviera a casar con la otra hermana, Amparo. ¿Buscaba en ellas a su amada?

El décimo 1501

Si el relato hasta el momento es ya sorprendente todavía faltaba una última vuelta de tuerca. Un nuevo giro que hace de esta, una historia increíble pero cierta. Vicente, dedicó su vida al teatro, repartiendo su tiempo entre Madrid y València, pero tomando como residencia la capital de España. Allí le inundó la pena y tristeza por estar tan lejos del nicho de su amor a pesar de encargarse desde la distancia de su cuidado.

Hasta que un día dejó de enviar dinero. Era el 1 de noviembre de 1911 y su situación económica había empeorado por lo que no pudo hacer que limpiaran la lápida y le colocaran flores. Pero por fin a Vicente García Valero le iba a sonreír la suerte. El destino o lo que ahora llaman karma o tal vez, quien sabe si su amor, le iba a devolver todo el cariño que le había dedicado Vicente durante años.

Caminando por una administración de lotería próxima al teatro Apolo, Vicente vio un décimo y lo compró. Era el 1501.  En el sorteo del 10 de octubre de 1912 su número fue premiado con 6000 pesetas de la época. “Tantos años enviando dinero a mi amada y ahora es ella la que me lo devuelve”, exclamó Vicente según narra en su libro de memorias.

Ahora Vicente podía seguir pagando los arreglos y cuidados de la lápida cada 1 de noviembre. Y así lo hizo hasta que le llegó la muerte en Madrid el 12 de octubre de 1927. Y allí lejos de su amada se piensa que está enterrado.

Hoy en día nadie se acuerda ya del nicho 1501. La inscripción de la lápida está casi borrada por el paso del tiempo. “Recuerdo de V. García Valero” se puede leer.

Pero desde hace unos años, alguien coloca flores en el nicho 1501…

Advertisement
Click para comentar

Tienes que estar registrado para comentar Acceder

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Cultura

Raúl Albiol adquiere la obra benéfica de Ilia Topuria de Jesús Arrúe para apoyar a los afectados por la DANA en Valencia

Publicado

en

Raúl Albiol adquiere obra Ilia Topuria de Jesús Arrúe afectados DANA Valencia
Raúl Albiol adquiere obra Ilia Topuria de Jesús Arrúe afectados DANA Valencia

Raúl Albiol, reconocido futbolista internacional, ha adquirido una obra del artista valenciano Jesús Arrúe, que retrata al luchador de artes marciales mixtas Ilia Topuria, en una iniciativa solidaria destinada a ayudar a los damnificados por la DANA que recientemente afectó a Valencia. Los fondos recaudados por esta venta se destinarán íntegramente a la Asociación Casa Caridad, dedicada a apoyar a las personas en situación de vulnerabilidad.

Una obra con propósito solidario: Ilia Topuria por Jesús Arrúe

Jesús Arrúe, conocido por su compromiso social y su talento artístico, decidió realizar esta obra tras los devastadores efectos de la DANA en la región. Arrúe no solo aportó su talento, sino que también colaboró activamente en las zonas afectadas, contribuyendo en labores de limpieza y apoyo a las familias perjudicadas. La elección de Ilia Topuria como tema de la pintura no solo refleja su admiración por el luchador, sino también su intención de transmitir fortaleza y resiliencia, valores que inspiran a la comunidad valenciana en este momento tan difícil.

La respuesta de Raúl Albiol y el impacto de su apoyo

Albiol, conocido por su compromiso con su tierra natal, se sintió identificado con la causa y no dudó en unirse a esta iniciativa adquiriendo la obra. Durante el encuentro de entrega, además de recibir el cuadro, Albiol entregará un cheque que simboliza el importe recaudado, una contribución que servirá para reforzar los recursos de Casa Caridad en su misión de brindar ayuda a los afectados.

La Asociación Casa Caridad, pilar de apoyo para los damnificados

La elección de la Asociación Casa Caridad como beneficiaria de los fondos subraya el compromiso de Jesús Arrúe de colaborar con una entidad que, desde hace años, desempeña un papel esencial en el apoyo a los sectores más vulnerables de Valencia. Esta donación representa un respaldo significativo a las acciones de asistencia y recuperación de las personas más afectadas.

Declaración de Jesús Arrúe: “Un símbolo de solidaridad”

Arrúe comentó sobre la relevancia de esta obra en su cuenta de Instagram, resaltando: “Este cuadro de Ilia Topuria no solo es una obra de arte, sino un símbolo de solidaridad. Me hace muy feliz poder contribuir con algo tangible para los afectados por la DANA, y ver a mi comunidad unida en estos momentos tan difíciles es lo que realmente importa”​.

Puedes seguir toda la actualidad visitando Official Press o en nuestras redes sociales: Facebook, Twitter o Instagram y también puedes suscribirte a nuestro canal de WhatsApp.

Continuar leyendo